Familia tóxica | ¿Qué hacer para que puedas ser feliz?

Familia tóxica | ¿Qué hacer para que puedas ser feliz?

 

La familia tóxica es aquella que no permite el progreso emocional ni el crecimiento interior de sus miembros tanto en su conjunto como individualmente. Son grupos unidos por lazos de sangre o por un apellido pero no por la fuerza del amor o el poder del corazón. La familia tóxica puede ser de muchas maneras, como nos indica Tolstoi, el gran escritor del realismo literario, pero hay unas características en común. La única manera de que puedas salir de este tipo de situaciones en las que no se acepta tu singularidad es, en primera instancia conocer cómo son estos clanes u hogares. 

Características de un familia tóxica

1.- La primera y la más evidente es la falta de amor desinteresado y, aunque sea tan difícil describir este gran sentimiento, es casi imposible que lo tengas y que no te llegue. Así que si te dicen que te quieren, te aman o que esto o aquello lo hacen por tu bien y tú no percibes este cariño, es que sencillamente no existe. 

2.- En una familia tóxica lo que predomina es el miedo, la vibración contraria al amor. Se harán las cosas por temor a represalias, castigos o sencillamente para que nos dejen en paz, pero no por un sentimiento sincero. 

3.- Tampoco hay unión entre sus miembros. Lo que prima es la soledad y especialmente en la figura del chivo expiatorio. Este miembro de una familia tóxica, el chivo expiatorio, no existe en otros hogares. Son exclusivos de estos grupos y ellos son los responsables de cargar con todas las culpas del clan. Hacia él o ella se verterá todo aquello que no gusta o que, sencillamente, se cuestione los parámetros emocionales en los que se vive. 

4.- Si algún miembro quiere realizar algún cambio (el que sea) y pide que se tenga en cuenta sus demandas (aunque sean mínimas) será tachado, inmediatamente, de egoísta cuando no con calificativos más graves. 

5.- La familia tóxica actúa, de alguna manera u otra, como la mafia. Impera la ley del silencio. Todo tiene que quedar de puertas para adentro y se castiga, penaliza o critica al máximo cuando esta norma no escrita es transgredida por alguien. Este mecanismo tiene una explicación lógica: así no se permite, en primera instancia, la comparación con otros hogares, en segunda instancia, la búsqueda de ayuda y, por último, que los mecanismos de sumisión imperantes en el clan sean descubiertos. 

6.- La familia tóxica forma un hogar triste, deprimido, sin el empuje suficiente para superar contratiempos de manera unida. Si se apela a esto es, sencillamente, para aprovecharse de la fuerza (anímica, económica o espiritual) de alguno de sus miembros. 

7.- Las conversaciones siempre girarán en torno al miedo, la crítica, el chisme, lo negativo, lo malo, la muerte… Nunca hay nada que celebrar: ni un cumpleaños ni el éxito (aunque sea mínimo) de alguno de sus miembros. 

8.- La familia tóxica genera más familia tóxica. Es duro, pero los seres humanos nos movemos por imitación. Un niño, de adulto, repetirá el modelo que ha visto, sentido y vivido en casa. Lo entenderá como algo normal. También es frecuente que los miembros de estos clanes acaben con gente tóxica en todos los aspectos de su vida: laboral, de pareja, de amistad… Por eso, es urgente que identifiques si estás en este tipo de hogar para que puedas poner remedio cuanto antes. Aunque es difícil no es imposible. 

9.- La violencia verbal (e, incluso, física) es un tónica. Esta puede ser directa (“eres tonto”, “no te he criado para esto”) o sutil (“eres demasiado sensible”, cuando alguien quiere exponer sus sentimientos). En casos extremos, los que tienen más poder (normalmente progenitores) pueden hacer creer a quien se sale de esta norma que está loco utilizando todo tipo de artimañas e, incluso, recurriendo a la técnica del gaslighting

10.- La familia tóxica genera secretos, grandes o pequeños. En ella no es posible la comunicación sincera, serena y comprensiva. Todo tiene que girar en torno a los postulados dados y estos con unos criterios estrictos. En ella no se permite poner en duda en ningún momento las costumbres aceptadas aunque estas se demuestren que no sirven o no ayudan. El diálogo es inexistente y quienes se dan cuenta de la disfunción y, de buena gana, quieren hacer ver otro modelo, son ninguneados por sistema. 

¿Por qué hay familias tóxicas? ¿Cuáles son los mecanismos que funcionan dentro de ella? 

La literatura o el arte ha dado ejemplos maravillosos de familias tóxicas. En español tenemos, por poner un solo caso, La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. En este drama tan popular nos topamos con una protagonista indiscutible que responde a los patrones de la madre narcisista (aunque también tenga sus buenas dosis de supramacismo). Desgraciadamente, en un alto porcentaje de familias tóxicas, hay un progenitor o figura de autoridad que responde a la etiqueta de narcisista. Estas personas no pueden amar en tanto en cuanto esto significa entrega a los demás. Todo su mundo gira en torno a ellas mismas, a sus necesidades, sus caprichos, deseos o lo que cree que es válido. Son incapaces de generar un diálogo tranquilo, de comprender los sentimientos de los que están a su alrededor (aunque sean sus propios hijos), de ponerse en la piel del otro. 

Estas  personalidades (sin tener por qué llegar a los modos del psicópata) no permiten el crecimiento de la familia. Irán envenenando todo con sus palabras afiladas, sus comentarios que pretenden sentar cátedra, su sentimiento de estar en posesión de la verdad. Son individuos, además, muy críticos con el mundo. Para ellos o es blanco o negro, o se hace lo que desea o esa acción será siempre calificada como negativa. Son personas incapaces de comprender las luces y las sombras del alma humana. En casi todas las familias tóxicas hay un miembro de autoridad así.

Aunque las razones son muchas para convertir un hogar en un emplazamiento viciado también puede darse el caso de que alguno de los miembros haya convertido la violencia en norma. En este caso, si no hay una sobreprotección viciada de los progenitores, puede ponerse remedio. Desgraciadamente, las drogas y adicciones en todas sus variantes posibles generan, a muy corto plazo, una familia tóxica. Los progenitores con problemas mentales, con costumbres y modos de tacaño o con vidas desordenadas siempre generan familias tóxicas. 

¿Cómo defenderse de una familia tóxica? 

Es difícil pero no imposible. Nos criamos en una ambiente y este conforma nuestro modo de ver el mundo. Hoy en día (tenemos noticias de este cariz en los periódicos a diario) niños y jóvenes son víctimas (a veces de manera muy cruel) de este tipo de hogares que no pueden calificarse como tal. Sin embargo, lo normal es que la disfunción no sea tan evidente. Serán más bien pequeñas gotas que llenarán un océano de hiel. No hay otra alternativa que, en primera instancia, poner nombre a aquello que pasa y esto que pasa en esta casa es una familia tóxica. 

Es frecuente que muchas personas se den cuenta de esta disfunción tras una depresión o alguna dolencia espiritual grave. Al ahondar en terapia ven la luz de aquello que verdaderamente ha sido su mundo. Si has llegado hasta aquí, tienes mucho ganado. Ahora bien, ¿qué hacer? El comportamiento emocional de la familia (y especialmente el de los padres) son el último tabú de Occidente. Es importante, si es necesario con acompañamiento profesional, que te alejes progresivamente sin ira ni rencor ni, por supuesto, odio. Tienes derecho a poner tu coraza, a mantener limpio tu corazón, a encontrar tu camino vital, a sentir la felicidad sin esta carga familiar de negatividad. No intentes cambiar a tu familia o los miembros que están dentro de esa oscuridad. Es, sencillamente, imposible y te encontrarás que pueden generar más ira contra ti. Cada uno debe andar su camino y tú el tuyo.  

Cada cual está en una etapa y debe recorrerla. Tus esfuerzos deben estar dirigidos a tu crecimiento personal, a ser una mejor persona, más sabia, resilente y alegre. Con tu actitud podrás generar un cambio por mimetismo. Esto es, si el trabajo es constante y la luz del amor inunda todos tus actos, te convertirás en inspiración para otras personas. Y esa luz (a pesar de provenir de la oscuridad de un hogar en el que no primaba el amor) serán los cimientos para crear tu propia círculo de amor con otros condicionantes radicalmente distintos de los que priman en una familia tóxica. 

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Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

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