Narcisista, quien solo se ama a sí mismo

Narcisista, quien solo se ama a sí mismo

Narcisista es quien hace girar toda la realidad alrededor de su ego sin importarle los sentimientos de los demás. Entendemos todas las aristas de esta compleja y peligrosa personalidad. 

El mito pagano de Narciso

Cuenta el mito que el joven Narciso había sido bendecido por los dioses (tanto de la antigua Roma como de Grecia) con una belleza  sin igual, una gracia poco frecuente y un físico perfecto. Con estos dones vivía Narciso despreocupado del mundo y, dicho sea de paso, sin lo que hoy conocemos como empatía. Gustaba de pasear en soledad y creía que pocos eran rivales para él. La historia no termina aquí ya que nuestro protagonista se convirtió (debido a su carácter o personalidad) en el primer narcisista conocido de la historia y además legó su nombre para nombrar la patología. 

Y eso fue un buen día de primavera en el que se encontraba nuestro protagonista paseando por un prado cercano a su casa. Había llovido y la pequeña laguna que tan bien conocía se había convertido en un inmenso lago de aguas cristalinas. Hasta allí se acercó Narciso para refrescarse de la sed por la caminata. Al ir a inclinarse para tomar un poco de agua, se vio reflejado (bello, armonioso, joven…) en el lago. Al instante, Narciso quedó tan prendado de su propia imagen que le invadió un enamoramiento tan fulgurante y fulminante que no pudo resistir las ansias por besar ese ser tan bello que emergía (cual espejo) del lago. Se acercó más a más al agua hasta que, sin darse cuenta y henchido por su pasión, se precipitó en las profundidades hasta morir ahogado.

Los dioses (paganos recordemos) para que su actitud sirviera de ejemplo (como un cuento con moraleja) convirtieron al hermoso joven en la flor del narciso. Es la misma que nace  nada más despuntar la primavera y, además, su forma nos recuerda la (des)ventura de aquel joven mítico conocido como el primer narcisista de la historia de la humanidad.  

Entonces, qué es ser narcisista

En esencia, y resumiendo mucho, es la persona que no sabe qué es el amor hacia el otro. Es un ser que no puede, no sabe o no quiere amar nada más que así mismo. Lo “malo” (hago esto juicio de valor aunque no me gustan) es que el narcisista no está repleto por así decirlo de virtudes y dice sin más esto: que solo le interesa él mismo o ella misma. No es tan fácil lidiar con una personalidad de este tipo y ni mucho menos se reconoce a primeras. De eso se cuidará muy bien el narcisista para que no te des cuenta. 

El narcisista está catalogado como personalidad narcisista de la personalidad o trastorno narcisista de la personalidad. Y esto fue hace bien poco a pesar de que el mito es antiguo. El término fue propuesto (como una patología psiquiátrica) por Jean-Charles Bouchoux en su libro traducido al español como Los perversos narcisistas. Eso fue en 1986 y a España el concepto comenzó a tenerse en cuenta en las consultas de psiquiatría una década después para comenzar a “popularizarse” en todo el mundo a inicios del siglo XXI. Esto es, como no se sabía el daño que podían llegar a hacer estos seres tóxicos ahora mismo en Occidente, por circunscribir solamente, hay millones de personas afectadas por algún narcisista o más. La buena noticia es que hoy tenemos más armas para bloquear sus efectos tan dañinos y de eso vamos a tratar. 

Que es ser narcisista, características más frecuentes

1.- Estas personalidades no saben amar y, por tanto, no tienen empatía alguna. Son incapaces de ponerse en el papel de los demás. Para ellos la compasión o el perdón no existe.  

2.- Todo su mundo (y además todos los que le rodean) deben rendirle pleitesía así sin más. Si no lo consiguen se enfadan y utilizan todas las armas de las que dispongan para herir sin piedad a quien está alrededor. 

3.- El narcisista no para así sean niños pequeños (incluso sus propios hijos), ancianos desvalidos o personas que están pasando una mala racha. Cualquiera le vale si puede robarle su luz. Y con su luz me refiero al brillo del alma, a la generosidad, a la fortaleza anímica o a la alegría, virtudes de las que carece el narcisista. 

4.- Es un tipo de persona que vibra en la escala del miedo (la contraria a la del amor). Detrás de una fachada de solvencia, fortaleza, inteligencia y capacidad se esconde un ser vulnerable (y vulnerado a veces) que es incapaz de hacer frente a las contingencias de la vida.  

Otras cuatro características más del narcisista

5.- El narcisista es un ser triste que no intuye qué es la felicidad verdadera y que, aunque lo diga, no es libre. Es prisionero de su propio ego y está envenenado con odios diversos. 

6.- Es incapaz de perdonar y dejar ir. Si considera que una persona le ha hecho daño o le ha humillado, se pondrá a tramar cualquier acción para tomarse la revancha. En este emplazamiento puede dar un paso más hacia el abismo convirtiéndose en un perverso narcisista o en un psicópata. 

7.- El narcisista necesita a sucesivas víctimas para ir llenando ese espacio vacío envenenado con su ego. Por eso, buscará sin cesar a personas que le alaban o que pueda (mal)tratar de mil maneras. Normalmente busca a individuos que, por las razones que sean, sufren de baja autoestima. Así será más fácil manipularlos en su propio beneficio. 

8.- El narcisista miente las veces que haga falta y, además, lo hace de una manera sutil e inteligente. Es tal su grado que, incluso para reputados psicólogos, es fácil que nos engañen. Se hará un mundo perfecto donde ellos son las víctimas de un entorno hostil. Y es más bien todo lo contrario: envenenan todo lo que rozan ya sean hijos, parejas, amistades o compañeros de trabajo. 

Narcisista y seguimos con sus características

9.- Para el narcisista cualquier afrenta (aunque sea algo sin la más mínima importancia) se convierte en una atroz falta de respeto. Lo que para una persona es una tontería o una frase desafortunada, para ellos es algo imperdonable que no puede olvidarse. Y, si puede, la guardará. 

10.- Es incapaz de hacer nada por los otros ni tampoco sentir, por supuesto. Es la persona que estropea un viaje porque la habitación del hotel no está a 24 grados o porque hay muchas (o pocas) tiendas en el destino elegido. Es el que desbarata un cumpleaños porque el camarero (a su juicio) no está siendo diligente. Es el que arruinará una reunión familiar porque no se le está prestando atención. Quiere ser (como el refrán) la novia en la iglesia, el muerto en el entierro y el niño en el bautizo. Y, además, todo junto y a la vez. 

11.- El narcisista es el que se atreve a emitir juicios a sin más y sin habérselo pedido o permitido con anterioridad. Se arroga una posición de superioridad que no le corresponde y se pone a corregir a diestro y siniesto. La más de las veces lo hace a personas que, por lo que sea, destacan o son más brillantes que él. Ni que decir tiene que los seres humanos no somos comparables. Todos somos grandiosos en nuestra humanidad y divinidad. Sin embargo, eso no forma parte del mundo del narcisista. Según él o ella, está autorizado para opinar de la vida de los demás en cualquier momento utilizando palabras hirientes o insultantes. Que su vida no sea un dechado de virtudes no tiene la más mínima importancia para un narcisista. 

12.- Y es así porque, en el fondo, el narcisista está comido por la envidia. Ve (aunque no lo reconoce) su vulnerabilidad, su humanidad, sus fracasos… En lugar de asumir esto, reponerse, trabajar y crecer espiritualmente se enroca en una zona de confort llena de odio y pereza. Su envidia se convierte en ira, en maledicencia cuando no en difamación. 

13.- De cara a la galería es una persona encantadora, que no ha roto nunca un plato, educada en extremo y servicial hasta llegar a ser servil. Sin embargo, no duda en calumniar (con artes sibilinas y bien hiladas) a todo aquel que descubra su verdadera personalidad o no le sirva para sus intereses.  

Madre narcisista, cuando el veneno se inocula a los pequeños

El narcisista extiende sus tentáculos en cualquier faceta de la vida. Es más sutil en el hogar, con la pareja. Gusta de los puestos de poder y se encuentra con comodidad en empleos con personal a su cargo, el cual explotará para a continuación arrogarse todos los méritos del equipo como propios e individuales. Existen en todos los ámbitos y, desgraciadamente, también existen las madres narcisistas. Recordemos que estas personas no pueden, no quieren o no saben amar. ¡A nadie! Así de terrible y así de claro. Eso no quita para que hagan un esfuerzo por convencer a propios y extraños de todo lo contrario. Lo consiguen en un alto porcentaje de casos. Por eso se hace necesario que esa soberbia disfrazada de orgullo sano se desenmascare cuanto antes. Así no crearan a personas heridas o más narcisistas. 

La madre narcisista es la que necesita la validación de los hijos y/o la pareja constantemente. Todo en el hogar girará en torno a las necesidades o caprichos de ella. Suele ser una madre descuidada que antepone lo que quiere en un momento dado a la felicidad del clan. No ejerce como madre. Según ella es un ser divino que tiene que estar en un pedestal al que todos los miembros le tienen que rendir pleitesía y tributo. Dicho así puede parecer algo muy exagerado que se da en muy pocos casos. Sin embargo, la madre narcisista conseguirá esto con pequeños gestos y   continuado en el tiempo. 

¿Qué ocurre con el hijo de una madre narcisista? 

El pequeño no tiene escapatoria a no ser que el desapego sea tan grave que se convierta en abandono. Normalmente eso no lo hace una madre narcisista y no por amor sino para que no la descubran. La madre narcisista no tendrá problemas en machacar constantemente la autoestima de sus vástagos para quedarse ella con esa luz. Como solo ella y solo ella sabe de todas las cosas del mundo (y es así en las primeras etapas de un pequeño lo cual no quita para que este conocimiento se transmita con amor), la opinión y las necesidades del hijo nunca son tenidas en cuenta. 

El pequeño va sintiendo que va creciendo a la sombra de una madre que se cree superior pero, que sin embargo, es incapaz de hacer frente a los más mínimos contratiempos del mundo. Las necesidades de ella serán lo primero. No será capaz de demostrar cariño a no ser que sea interesado. Criará a hijos dependientes, la única manera de asegurarse súbditos y vasallos de por vida. Será incapaz de empoderar a los hijos (¡y a las hijas menos porque estarán movidas por la envidia!) para que sean seres independientes. 

Salir de las garras de una madre narcisista 

Los hijos de madre narcisista tienen muy difícil sacar una carrera universitaria, encontrar una pareja saludable e, incluso, un trabajo. Ya se encargará ella de boicotear cualquier avance. El “tú no puedes” estará siempre (implícito o explícito) en la comunicación de la madre narcisista. Si algún hijo consigue salir de sus garras (se puede por supuesto) será con trabajos propios de Títanes. La furia de la madre narcisista siempre será el aislamiento y la expulsión del clan. El premio del hijo que logra hacer esa heroicidad es el disfrute de su libertad. 

Los hijos con una madre narcisista siempre llevarán una herida y una crónica baja autoestima (a pesar de logros sobresalientes). Tendrán que trabajar en este sentido para empoderarse y dar al mundo sus mejores dones, aquellos con los que mejor se sienten o se identifican. Desafortunadamente, son pocos los hijos de madre narcisista que logran escapar de sus lazos sin heridas de importancia. Es frecuente en ellos la enfermedad psicosomática, problemas psicológicos de entidad, baja tolerancia a la frustración, dificultad para controlar el estrés y bajadas hacia la ansiedad. También hay quienes se refugian en los paraísos artificiales de las drogas convirtiéndose en un esclavo doble: de la madre y de la adicción.  

Entonces, cómo tratar con un narcisista

Sea dentro o fuera del hogar, el día a día con estas personas se hace muy difícil. Quien peor parte se llevan son los pequeños de la casa, los niños que necesitan todo el amor y acompañamiento de su madre. Y, a cambio lo único que reciben es falta de valoración, cariño y amor. Ellos llevarán una herida de por vida hasta que tengan la suficiente independencia y lucidez para sanar esa herida y transformarla a su favor. 

Para los adultos que se topan con un narcisista (hombre y mujer) hay pocas opciones a no ser alejarse si es posible. En cuanto te des cuenta de la situación lo mejor es abandonar esa relación sea cual sa. Él o la narcisista intentará dar pena y apelar al buen corazón de su interlocutor. Aún así, ten por seguro que no va a cambiar nunca y que todo lo que hace es para seguir aprovechándote de tu luz. 

Si no puedes alejarte de esa persona porque sea o compañero de trabajo o, peor aún, un superior, ten en cuenta siempre su personalidad. No te tomes lo que diga como algo personal. Tienes que aprender el difícil arte de escuchar sus palabras como si fueran gotas de lluvia tras las ventana. Es difícil porque envenenan con cotilleos, injurias y calumnias cualquier ambiente laboral y, a la postre, todos se ven enredados en sus tejemanejes. 

Para tratar con un narcisista vas a necesitar altas dosis de autoestima, autocontrol, serenidad y templanza. No todo el mundo tiene estos dones o, teniéndolos, quiere malgastarlos con personas de este tipo. Por eso, quizás se haga necesario pensar siempre que con un narcisista hay poco que hacer. Tienes el tiempo justo para darte cuenta y salir huyendo de la manera que creas más oportuna. 

¡Tú decides!

Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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