10 Características de los cantares de gesta

Características de los cantares de gesta

Características de los cantares de gesta

Candela Vizcaíno

 

Los cantares de gesta lo conforman un puñado de poemas de la literatura medieval que cantan y narran las hazañas de los héroes de la época. Están compuestos en las nuevas lenguas romances, aquellas que evolucionaron desde el latín, idioma que ya no se hablaba por el pueblo llano alrededor del siglo X (ni mucho antes), fecha de aparición de estos romances. La gran mayoría de ellos se ha perdido debido a las particulares características de los cantares de gesta los cuales pertenecen a la tradición literaria oral. Entonces, ¿cómo sabemos cómo eran y cómo se desarrollaban? Sus singularidades y estilo se entresacan, en castellano, de una gran obra que sí ha sobrepasado las brumas del tiempo, El Cantar del Mío Cid, de los trozos o retazos (a veces en otras obras) que han perdurado y por las narraciones en prosa que tratan los mismos temas de la época. Vamos con estas 10 singularidades de las epopeyas épicas o romances medievales, como también se conocen a los cantares de gesta.

1.- La más importante de las características de los cantares de gesta es que están escritos en lengua romance 

Y con ellos, en español, comienza la literatura en nuestra lengua. El latín había evolucionado tanto que únicamente los estudiosos podían entenderlo, hablarlo y leerlo. A veces, no llegaban a escribir en esta lengua que ya empezaba a considerarse muerta. Era el idioma para los estudios de cultura, hecho que llegó, incluso, hasta una época tan tardía como el siglo XVIII, cuando este concepto fue dinamitado del todo por la literatura neoclásica. A partir del siglo X-XI, aunque hay algunos autores que consideran que fue mucho antes, los textos escritos con una intención literaria, lúdica o emotiva recurrían a las nuevas lenguas romances que se estaban formando por todo el territorio europeo.

2.- Los cantares de gesta es inherente a la labor de los juglares medievales  

Sin ellos no se entienden estos largos poemas divididos en varias partes temáticas que eran recitados o cantados con ayuda de un instrumento por estos personajes tan particulares, ya que vivían en la frontera de lo admitido socialmente. Eran los juglares individuos a medio camino entre un artista polifacético y un aventurero, cuando no alguien al margen de la ley. Se dedicaban a vivir (de la mendicidad casi) de feria en feria, de mercado en mercado entreteniendo al pueblo llano con sus cantares de gesta, malabarismo, música, danzas e, incluso, algún número con animales. Con suerte, y con motivo de la celebración de un acontecimiento dichoso (bodas, bautizos,  fin de epidemias o batallas ganadas) el señor de lugar patrocinaba ese espectáculo para regocijo de un pueblo consumido por el analfabetismo, la falta de higiene, el hambre y la poca perspectiva vital.  

3.- El juglar no es un trovador y había una contraposición con el mester de clerecía  

Aunque mucho se ha escrito sobre estos personajes que, en los últimos años, se ha retomado por artistas callejeros, en verdad no hay ni siquiera unanimidad en considerar a los juglares como los creadores de los cantares de gesta. Esto es, si bien ellos son fundamentales para su transmisión, no está claro que todos ellos fueran poetas. Habría, con toda probabilidad, de todo, algunos creadores y otros meros transmisores de esos romances.  

El juglar, por tanto, no es un trovador. Este último sí es un poeta que crea sus versos aunque, en la mayoría de los casos por ocio o de forma altruista. El juglar (aunque malamente) aspiraba a ganarse la vida en condiciones adversas las más de las veces. El trovador era, en ocasiones, un aristócrata (o un profesional bajo el mecenazgo de un noble) que componía por amor al arte, normalmente versos centrados en el amor platónico (aunque en esto, como en todo, nos encontramos clamorosas excepciones que dan un paso peligroso hacia lo físico). 

El mester de clerecía es el otro gran bloque de la literatura medieval y aquí se insertaban los textos literarios creados por escritores cultos (normalmente perteneciente al clero) siguiendo una estructura temática y estilística marcada. Sin embargo, en este aspecto tampoco está claro que las divisiones fueran estancas y también nos encontramos algunos estudiosos que son de la opinión de que algunos clérigos con inclinaciones poéticas no tuvieron reparos en crear textos para que los juglares lo cantaran entre el pueblo. 

4.- Otra de las características más importantes de los cantares de gesta es su condición de poemas orales  

Y eso determina muchas de las características pero, especialmente, ha condicionado su estudio al existir pocos fragmentos y una sola obra de forma escrita. Los cantares de gesta no tenían intención de perdurar en el tiempo y, además, se consideraban de temática frívola a veces (en contraposición con los asuntos serios de la rama filosófica o religiosa). Si a eso unimos que la producción de libros en la Edad Media era mínima, tenemos el cóctel explosivo perfecto para entender la pérdida de estos textos. En una época en la que un libro (por su dificultad de producción) se consideraba un objeto de lujo destinado, a veces, para las élites, no se ponía nada por escrito que no se considerara fundamental para la salvación no ya de la sociedad terrenal sino de las almas. Esta es la razón por la que solo se miniaban (ilustraban con materiales preciosos) textos religiosos (uno de los mejores ejemplos es el Beatos) o las pocas líneas que llegaron de la literatura griega o romana. 

Los libros se producían en los “scriptoria” de los monasterios por monjes que, a veces, tenían una instrucción mínima, caligrafiados lentamente sobre pergamino. En una época de hambre constante y de producción básica de bienes de consumo, todo esto se hacía con cuentagotas. Los directores de las bibliotecas tenían que elegir qué obras pasaban a la posteridad y decidían normalmente sobre los textos religiosos (no todos) y las obras literarias clásicas. Gracias a ellos, por otra parte, nos ha llegado fantásticos poemas, relatos,  retazos de filosofía o historia y teatro del acervo clásico. Los cantares de gesta, y esta es otra de sus características, eran considerados entretenimiento para el pueblo. Por tanto, no entraban en la lista de aquello que podía perpetuarse de manera escrita. 

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5.- Características de los cantares de gesta en cuanto al estilismo 

Ese concepto o clasificación de estos poemas condicionan, por tanto, su expresión estética. Al ser orales, debían tener un ritmo que propiciara su memorización. Recordemos que un papel era un artículo de lujo y puede, incluso, que algunos juglares tuvieran buena disposición a aprender de memoria las palabras, pero eso no indica ni siquiera que supiesen leer. Por tanto, tenemos: 

  • Los textos nunca están pulidos, estructurados o diseñados como se haría con un poema que se concibe por escrito. 
  • Hay repeticiones (para que quedaran claros hechos o conceptos), resúmenes (que coincidiría con los distintos días de recitado) y “errores”. También, incluso, se encuentran contradicciones temáticas y trastoques. 
  • Por contra, son frescos, sencillos, con una fuerza expresiva cercana a la improvisación. 
  • La rima siempre es en asonante.
  • No hay un metro o verso preponderante. 
  • Todos los versos tienen un corte o hemistiquio que lo dividen. La medida más común es el verso de seis sílabas pero se encuentran de 7, 8 y 9. 
  • El ritmo es marcado. Seguramente esto se hacía a conciencia para facilitar la memoria y el recitado. 

6.- La temática de estos romances siempre es épica 

Otra de las características fundamentales de los cantares de gesta es que tienen un único tema: la epopeya épica. Esto es, se narran únicamente las hazañas bélicas de los héroes contemporáneos. Era lo que demandaba un público analfabeto que literalmente no salía más allá de diez kilómetros alrededor del castillo. De un modo u otro, era una forma de informarse de aquello que pasaba en el reino de al lado y la época es rica, especialmente, en batallas sin sentido, luchas fraticidas, deslealtades, asedios y robos con saqueo. De esto trataban estos romances populares.  

7.- Otra de las principales características de los cantares de gesta es el realismo 

Tanto es así que hay que esperar al siglo XIX, con el Realismo literario para encontrar algo semejante. No encontramos nada que se suponga fantástico o fuera de los límites de este mundo. Es el aquí y el ahora, la cruda realidad de hoy. Si bien, se hace mención a los símbolos de sueños premonitorios en el ámbito sagrado, hay que tener en cuenta que esto era real para la población de la época. 

8.- El destinatario de los cantares de gesta siempre era el pueblo  

Aunque hubiera un noble que promocionara algún espectáculo, este tipo de entretenimiento lúdico tenía un objetivo único: el pueblo. Analfabeto (se calcula que lo era el 90% de la población), acosado por hambrunas, falta de higiene, epidemias cruentas, guerras entre vecinos, saqueos y acoso de todo tipo, prácticamente era el único producto cultural al que tenían acceso. Este destinatario también explica el concepto que de estos poemas se tenía por parte de la élite culta y letrada encargada (casi mayoritariamente) de la conservación del conocimiento.  

9.- El público demandaba historias contemporáneas  

Porque esta es otra de las características de los cantares de gesta que han incidido en su pérdida. Al realismo y su carácter oral se une el deseo de saber lo que sucede hoy. Estos poemas eran una especie de periódico en el que se indagaban en los hechos de guerreros o personajes reales a la par que se hacían evidente sus escalas de valores. Recordemos que España había iniciado lo que se ha denominado Reconquista: el avance de los reinos cristianos del norte hacia los musulmanes del sur. Los cantares de gesta narraban las epopeyas de los primeros tanto entre sí (por luchas de poder) como en su camino hacia el último reducto de herencia árabe.  

10.- Otra de las más importantes características de los cantares de gesta reside en un autor anónimo  

Con todo esto expuesto no es de extrañar que no sepamos quienes son los autores de estas grandes gestas, incluso hay duda de la firma en el Cantar del Mío Cid. Extremo este que no es ajeno a la literatura medieval cuyos autores dejaban el ego a un lado a la hora de escribir o crear. De una manera u otra se consideraba que ese trabajo debía entregarse a Dios de forma gratuita, altruista o desinteresada. Este punto nos impide saber si hubo escuelas, artistas más duchos o algo tan elemental como entender si actuaba una única mano en el poema o este era el fruto de trabajos diversos y superpuestos. Bien es verdad que el anonimato es una máxima entre los autores de la Edad Media, pero esta se acentúa con los romances populares hasta el punto de que, prácticamente, no nos ha llegado ningún nombre.  

Por tanto, las características de los cantares de gesta, a veces, son difíciles de identificar o señalar a pesar de la ingente cantidad de estudios sobre el tema. Si bien Menéndez Pidal y su escuela se afanó en dejar sistematizado el conocimiento sobre el género, la crítica se hace difícil al ser pocos los ejemplos de cantares de gesta que han llegado hasta nosotros. Más allá del mencionado (y hermoso al máximo) Poema de Mío Cid o del puñado de versos del Cantar de Roncesvalles, encontrado a principio de siglo XX, solo conocemos los temas de estos poemas.  La tradición oral en la que nacieron y el que se considera un producto cultural destinado al pueblo inculto no propició su recogida por escrito como sucedió con otras obras (pocas es verdad) de la época. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

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