Ejemplos de cantares de gesta

Ejemplos de cantares de gesta

Ejemplos de cantares de gesta

Candela Vizcaíno

 

Los cantares de gesta son la primera manifestación poética de la literatura medieval en lengua romance (la que evoluciona del latín). Por sus características especiales pocos han llegado hasta nosotros tal como se concibieron en la época. Los ejemplos de cantares de gesta en castellano se entienden, en mayor parte, a partir de la historiografía en prosa. Tenemos varias excepciones como es el Cantar de Roncesvalles del que se encontraron 100 versos en Palencia en 1916. Y, por supuesto, conocemos esta manifestación de las letras castellanas a través del Cantar del Mío Cid, el cual no está en la lista a continuación porque merece (y lo tiene) estudio aparte.  

¿Qué son los cantares de gesta y cómo se distinguen de otros poemas medievales?

Para entenderlos tenemos que referirnos a esa figura (que en los últimos tiempos se ha retomado por artistas callejeros) que es la del juglar. Eran estos artistas auténticos showman viviendo de manera nómada de pueblo en pueblo. En una época en la que la mayoría de la población estaba acosada por guerras constantes, asedios, hambrunas y privaciones, el juglar era el único que llevaba la cultura y el entretenimiento a todos los rincones habitados. 

Los cantares de gesta formaban parte de su espectáculo en el que se combinaba la música, la danza, los malabares e, incluso, algunos números con animales. Estos eran recitados oralmente de memoria y, según algunos historiadores, a petición del público. ¿Por qué? Porque los ejemplos de cantares de gesta que nos han llegado nos dicen de historias reales (tan reales que forman parte de los libros de historia). Sin obviar su literariedad, un público analfabeto que apenas salía de su terruño estaba ávido de noticias verdaderas (aunque, por supuesto, algunas estaban magnificadas o adobadas con ficción) de sus contemporáneos, de sus hazañas y de sus aventuras. De esto se encargaban los juglares con unos poemas totalmente anónimos, frescos, sencillos y de gran fuerza expresiva. Ellos eran las almas del mester de juglaría, en contraposición al mester de clerecía culto de los clérigos. 

Sin embargo, los cantares de gesta eran composiciones largas divididas para recitarse en varios días (por eso hay párrafos que son resúmenes o recuerdos) y conformados para ser memorizados. Recordemos que los libros, en la época, eran bienes de lujo difíciles de fabricar. Así que había que dejarlo todo al talento del juglar que se ganaba la vida en los días de feria o en ocasiones especiales. Eran estas bodas, bautizos o batallas ganadas que se celebraban a costa del señor del lugar para regocijo de los aldeanos. 

Ejemplos de cantares de gesta

En castellano solo una gran obra ha llegado escrita hasta nosotros y esa es el Poema del Mío Cid custodiado en una caja de alta seguridad en la Biblioteca Nacional de España. Los otros lo conocemos por retazos, a veces insertos en otros textos o formando parte de la historiografía en prosa. La temática es, a nuestros ojos, histórica pero a la del público de la época totalmente contemporánea. Asistimos siempre a relatos épicos, de guerreros en algún trance vital importante. Según Menéndez Pidal, el mayor estudioso de estos romances, estos son los ejemplos de cantares de gesta que circularon de forma oral desde el siglo XI hasta bien entrado el Renacimiento literario. Gran parte de ellos narran la particular lucha conocida como Reconquista desde los reinos cristianos del norte hacia los musulmanes del sur. Otros se entretienen con guerras entre nobles vecinos y, en todos ellos, se muestra el clima belicista que impregnó toda la Edad Media.  

Los ejemplos de cantares de gesta más importantes 

1.- Cantar del rey Rodrigo y la pérdida de España 

Es quizás el más antiguo y narra la traición del rey don Rodrigo al entregar el reino visigodo (origen de España) a los musulmanes. El monarca, enamorado de forma patológica de la Cava, descuida sus obligaciones y permite la invasión de los enemigos. 

2.- El Conde Fernán González

La historia del libertador (de manos musulmanas) del Condado de Castilla fue objeto incluso de un poema del mester de clerecía. Hay que recordar que solo los grandes héroes (aunque este era altivo y rebelde) merecían varias historias y versiones de sus aventuras.  

3.- Cantar de los Siete Infantes de Lara

Este fue reconstruido por Menéndez Pidal y la versión en prosa se encuentra recogida en la Primera Crónica General de 1344. 

4.- Cantar de Roncesvalles 

Este es uno de los ejemplos de cantares de gesta de los que se conservan algunos versos escritos. Aunque en un principio se consideró una traducción, Menéndez Pidal anotó que el poeta que lo compuso solo tiene en cuenta el tema. La estructura o la versificación lo alejan de los cantares de gesta franceses que seguían un metro más marcado.  

Otros ejemplos de cantares de gesta

1.- Cantar de la condesa traidora y del conde Sancho García. 

2.- Romance del Infante García. 

3.- Cantar de la Jura de Santa Gadea

4.- Gesta de Ramiro y García, hijos de Sancho el Mayor. 

5.- Cantar de la Jura de Santa Gadea.

6.- Cantar de la muerte del rey don Fernando. 

7.- Cantar de Sancho II de Castilla y el cerco de Zamora. 

8.- Cantar de las mocedades de Rodrigo. 

9.- Cantar de la mora Zaida. 

10.- Poema de Bernardo del Carpio. 

11.- Gesta del Abad don Juan de Montemayor. 

Posterior es el Cantar de las mocedades de don Rodrigo, una especia de continuación del Poema de Mío Cid. Es unánime la crítica al entender que los temas más queridos por el público tenían como segunda o terceras partes donde se daba cuenta de algún aspecto de la biografía del héroe no recogido en los romances originales. 

Estos ejemplos de cantares de gesta castellanos nos hablan de un mundo en el que la población pobre, analfabeta y confinada prácticamente alrededor de un castillo y sus tierras de por vida exigía historias reales. Con ellas se entretenía a la par que se informaba de aquello que sucedía a su alrededor.  Los juglares habían aparcado el latín (o sencillamente no lo conocían) para recitar estos poemas en las nuevas lenguas romances con un estilo sencillo, en verso con rima en asonante y una estructura adaptada a los días de feria. El carácter oral y eminentemente popular hicieron que la gran mayoría de estos ejemplos de cantares de gesta se perdieran en las nieblas del tiempo.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

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