Características del Renacimiento literario

Características del Renacimiento literario

Características del Renacimiento literario

Candela Vizcaíno

 

De la palabra italiana renascere, el nombre fue propuesto por los intelectuales y artistas de la época para indicar una vuelta a la vida cultural tras (en su cosmovisión) oscura Edad Media. Comienza a gestarse como tal a finales del siglo XV en las distintas ciudades estados italianas para extenderse por toda Europa. En España tuvo un arraigo importante y las características del Renacimiento literario fundamentales se encuentran en aquellos autores de la época que han sobrepasado el canon. Hablo de Garcilaso de la Vega, de Boscán, de los místicos Juan de la Cruz o Teresa de Ávila, de un Herrera que cierra el ciclo o de Fray Luis de León cuyos poemas siguen deleitando hoy en día. 

El Renacimiento en contraposición a la Edad Media 

La élite intelectual de la época se jactaba casi de aportar una nueva visión vital en contraposición con las décadas anteriores. No obstante, hoy en día, los estudiosos históricos o críticos literarios admiten que buena parte de esos avances se gestaron en los siglos precedentes. Esto es, no hubo una ruptura de un día para otro sino más bien, una progresiva transformación. Esto no quita para que el Renacimiento supusiera un cambio de mentalidad importante propiciado por distintos avances científicos, tecnológicos o de comunicación. Sin ánimo de hacer un estudio demasiado profundo, nos adentramos someramente en los hitos a tener en cuenta.  

1.- La vieja sociedad estamental de la época medieval comienza a desmoronarse lentamente empujada, en parte, por una pujante burguesía con una forma de entender el mundo totalmente distinta, ligada a las ciudades y a una incipiente industria que en estos momentos se basa en la manufactura sustituyendo a la ganadería y agricultura intensivas. 

2.- Hay un empuje de los pueblos, campos y zonas rurales hacia las incipientes ciudades donde se agolpan personajes de todo tipo, desde el hidalgo venido a menos hasta las nuevas élites estudiadas pasando por los aventureros de distinto pelaje. 

3.- La vieja sociedad alrededor de reinos pequeños va desapareciendo progresivamente hasta crearse los estados modernos. Excepto en Italia, que el proceso durará hasta el siglo XIX, en esta época se forma Alemania, Francia o España prácticamente como la conocemos hoy en día. 

4.- La unificación de los gobiernos hace que se disponga de más recursos para acometer empresas más ambiciosas. Esto explica, por poner algunos casos, las expediciones hacia Las Indias o la creación de las nuevas universidades.  

La cultura del Renacimiento en su contraposición a la medieval 

5.- Desde mediados del siglo XV la población lectora (mínima en la época hay que recordar) tiene a su disposición los primeros libros impresos. Estos son cada vez más numerosos tanto en tirada como en títulos dejando atrás la escasez medieval que se desprendía de los scriptoria de los monasterios. Aparecen incluso ediciones de bolsillo con textos depurados según una incipiente filología fáciles de leer, estudiar y trasladar. En línea con el impresor italiano Aldo Manuzio (creador de la sublime Hypnerotomachia Poliphili, uno de los textos más bellos de la historia), se van inaugurando más y más imprentas que sacian la sed por saber, conocer, aprender e, incluso, entretenerse. 

6.- Las nuevas universidades no pueden entenderse sin ese avance tanto de la burguesía (con otra cosmovisión vital distinta a la del medievo) y el aumento cada vez mayor de libros disponibles. Se crean centros universitarios por toda Europa que aún hoy en día siguen en activo. Aquí se estudia gramática, filosofía, teología… 

7.- Hay un interés por lo que hay más allá de los mares y eso se traslada en nuevas formas de transporte que invitan a lanzarse a arriesgadas aventuras. Todo ello culminaría (aunque no es la única gesta) con el descubrimiento de América a ojos europeos. 

8.- La misma inventiva que había llevado a la imprenta a lanzar libros sin fin o a las nuevas naves a surcar mares desconocidos se traslada en otros órdenes vitales creando máquinas rústicas que facilitan las tareas más penosas. Eso conlleva, por supuesto, un avance económico. 

9.- La población, por tanto, se va agolpando en grandes urbes que, desafortunadamente, no están preparadas para acoger a tal número de personas. A pesar del renacimiento cultural se producen pestes, plagas, escasez, falta de higiene y brotes de inseguridad ciudadana. 

10.- El mercado y el dinero sustituye al trueque medieval superando, por tanto, la economía de subsistencia. 

Con este sustrato entendemos mejor las características del Renacimiento literario que desgloso a continuación.

1.- La exaltación de lo humano como la base de las características del Renacimiento literario 

El ser humano se convierte en el centro del cosmos aunque eso no quita que todos los órdenes culturales estén impregnados de una profunda espiritualidad. Sin embargo, este sentir será radicalmente distinto al que encontramos en la literatura medieval, en la época anterior. Los milagros, los santos que ayudan a los viandantes, la teoría apocalípticas (como las que recogen los Beatos) quedan atrás. El hombre se vuelve la medida de todas las cosas y se arropa con un espíritu tremendamente positivo. Se cree en el desarrollo y en el avance a través de la incipiente técnica o ciencia y el panorama cultural se impregna con el espíritu de la incipiente burguesía que crece en las nuevas ciudades.  

2.- El paganismo en la literatura renacentista

Si el humanismo es una de las características del Renacimiento literario, sin embargo todo ello no era nuevo. Por eso, se fija la mirada en la literatura griega o de la antigua Roma, impregnándose buena parte de la producción artística de paganismo. En un afán por entender mejor esa época pasada, se recogen textos, se hacen estudios filológicos y se imprimen todos aquellos que se habían conservado de la cultura grecorromana. Aquí destaco la figura de Aldo Manuzio, el impresor de la Hypnerotomachia Poliphili, obra impregnada de símbolos y mitos de la antigua Roma o Grecia y el poeta Francesco Petrarca.  

3.- La espiritualidad personal es otra de las características del Renacimiento literario

La religiosidad se vive como un proceso de desarrollo personal tremendamente individual alejado de normas impuestas. En España, nos encontramos a dos grandes de la mística, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila que, con un estilo propio, sencillo y libre de convencionalismos, narran ese particular camino de comunión con Dios invitando a otros a seguir sus pasos sin hacer, aunque parezca contradictorio, proselitismo. Sus obras son tremendamente particulares e individuales en su visión de ese proceso de comunión con lo sagrado. Por eso, no es de extrañar que buena parte de estos autores tuvieron sus más y sus menos con las autoridades eclesiásticas siendo, incluso, acusados de herejía. 

4.- La individualidad es otra de las características del Renacimiento literario

La potenciación del espíritu del ser humano unida a esa nueva mirada del pasado pagano dio lugar a abrazar la libertad (aunque no podemos entender este concepto tal como lo vivimos hoy en día) como un paso más hacia la luz personal. En este proceso se entienden las reformas propuestas por Erasmo de Rotterdam y Martín Lutero. El pensamiento, la literatura, las artes y la cultura en general quieren dar un paso hacia adelante en aras de un progreso en el que no se ignore el interior espiritual y los anhelos del ser humano. Este mundo ya no será visto como un mero valle de lágrimas tal cual reflejaban los autores de la Edad Media. Es más, esta idea es propuesta como una forma de coartar las posibilidades (en todos los sentidos) de la población por parte de los sectores más retrógrados de la iglesia. 

5.- La cultura y la vida debe reflejar no solo la belleza del más allá sino también de este mundo 

El aquí y el ahora se vuelve a tener cuenta. En este sentido, cobra importancia todas esas manifestaciones literarias que ensalzan los dones y bienes tanto de la naturaleza como del alma humana. Nuestro paso por esta existencia debía invitar al goce en una actitud tanto contemplativa como que invitaba a la acción. El concepto de felicidad en este plano (negado de lleno entre los autores de la Edad Media) va calando en todos los órdenes de la vida y no solo en la literatura o en la cultura. Esa búsqueda de placer lleva a levantar grandes palacios o preciosos jardines inexistentes en la época anterior. 

6.- Platón se encuentra en la base de la filosofía renacentista

Ignorado  durante la época anterior, se retoman sus escritos (o lo que había podido ser rescatado en los scriptoria medievales). Imbuidos de su filosofía, el mundo sería un reflejo (recordemos la parábola de la caverna) de la belleza y la gloria de Dios. Por eso, el artista, el artesano o el ciudadano de a pie estaba obligado casi a buscar esa hermosura en cualquier aspecto de la creación, reflejarla de cualquiera manera y disfrutar de ella. 

7.- El amor es una de las principales características del Renacimiento literario 

Los poemas se llenan con versos de amor platónico (o no tanto) que ensalzan la belleza de la amada. Se obvia el sentido de pecado o de falta de decoro y todo se vuelve hacia ese sentimiento de una manera sencilla, grácil, hermosa. El amor se hace centro de poemas (de los nuevos sonetos o de las églogas) de manera recurrente. Es casto, moral, elegante, sencillo, decoroso pero, a la vez, ferviente, constante y fuente de enaltecimiento de un corazón que ahora se empieza a cuidar en todos los sentidos posibles.  

8.- La literatura del Renacimiento se escribe en las nuevas vernáculas 

Aunque el latín sigue siendo lengua de cultura (especialmente para temas teológicos, filosóficos o científicos) hasta el Siglo de las Luces, las obras de la época se escriben en los nuevos idiomas romances (o germánicos) que avanzan imparables llenándose de vocablos ricos y expresiones propias de cada emplazamiento. Los libros se escriben en estas nuevas lenguas vernáculas (francés, italiano, castellano…) en un intento también por llegar a un público más amplio, a los mismos que estudiaban en las incipientes universidades. Había también un afán educativo y este era muchísimo más complicado si se realizaba en un latín que ya casi nadie dominaba. Era una lengua muerta desde la Edad Media.   

9.- La sencillez como base de las características de literatura del Renacimiento 

Se rehúye de cualquier artificio y se busca la concisión, la sencillez del lenguaje, la claridad extrema. La poesía teía que comunicar directamente y llegar así al corazón. A la par, se creía en las posibilidades de crecimiento personal o social que ofrecía el arte. Por eso, se recurren a las lenguas vernáculas eliminando cultismos innecesarios y acercando esos nuevos mundos que abrían la palabra a un público más amplio. 

10.- El nacimiento de los nuevas estructuras métricas en el Renacimiento

En paralelo, se abandonan para siempre los metros y los tropos medievales que se consideraban forzados en las nuevas lenguas. Queda aparcada tanto la cuaderna vía como el pie quebrado en el que está escrito esa sublime obra de la literatura post medieval que es Coplas por la muerte de su padre. La nueva métrica creada en la literatura del Renacimiento perdura hasta hoy en día, con una preponderancia del endecasílabo (o verso de once sílabas) en detrimento del alejandrino o del octosílabo, aunque este último se seguirá tratando. Aparecen nuevos tropos como el soneto que se convierten en seña de identidad no solo de una época sino también de una lengua. Aunque se utilizan figuras retóricas (comparaciones o metáforas) estas son suaves, sin estridencias, sin llevar al límite las posibilidades del lenguaje.  

11.- La poesía amorosa en el centro de las características del Renacimiento literario

Siguiendo la estela de Petrarca, el amor (tanto el divino como el más profano entre humanos) es el centro temático de la literatura de la época. Es un sentimiento casi platónico pero que no olvida el poder o los placeres de la carne. Es un amor sencillo, delicado, sin grandes tensiones pasionales, que se dedica a exaltar la belleza de la amada, la cual es elevada a criatura casi divina. En el plano de la mística ese amor siempre es hacia Cristo o hacia el Dios Padre. En este sentido, recuerdo que la experiencia literaria siguiendo estos temas siempre se realiza desde un plano personal, íntimo, biográfico casi que llega profundamente al lector consiguiendo la identificación anímica con lo allí retratado. Por último, aunque nos encontramos una incipiente novelística y los primeros esbozos del teatro en lengua vernácula, el género predominante es el de la lírica. Esto es, la literatura del Renacimiento tiene especial preferencia por la poesía.  

12.- Los tipos de novelas renacentistas

La literatura en prosa también tiene un hueco. Se crean textos que ya están pensados o diseñados para ser leídos en formato libro de una forma personal y en silencio. Va, por tanto, quedando atrás las creaciones medievales dirigidas a un público colectivo que escuchaba los versos o cantos de juglares y trovadores. La novela, con la forma de lectura que conocemos hoy, se extiende y, de alguna manera u otra, va ligada al auge y avance de la imprenta que propicia que haya más libros en circulación (recuerdo una vez más que este punto influye sobremanera en las principales características del Renacimiento literario). Resumiendo mucho, en lengua castellana destacamos los siguientes tipos de novelas: 

  1. Las de caballerías que se encumbrarían con una obra crítica contra ellas (Don Quijote de la Mancha). En estas obras se narran las aventuras de héroes casi perfectos siempre en busca de una superación personal que ronda la personalidad narcisista. Eso no quita que, por ser tan entretenidas fueron favoritas del público de la época. 
  2. El género más importante y que ha dado títulos más sublimes fue la novela picaresca con el Lazarillo de Tormes (1554) a la cabeza. En ellas se relatan las andanzas de distintos tipos de pícaros, personajes al borde del sistema que se valen de artimañas y malicia para poder subsistir en las complicadas e incipientes ciudades de la época.
  3. La novela pastoril responde a una trama idealizada en la que se cuentan los amores de varias parejas de pastores siempre en un entorno bucólico e irreal. Entronca, de alguna manera u otra, con la poesía amorosa de la época. 
  4. En español tenemos además la novela morisca, también centrada en la temática pasional con el condicionante del rechazo social de por medio. Los protagonistas suelen pertenecer a distintos estratos sociales y/o religiosos. Por tanto, esos amores prohibidos o no aceptados se convierten en el eje temático de la trama. 

13.- Las bases del teatro en lengua vernácula 

La literatura medieval había dado algunos ejemplos de dramas teatrales centrados sobre todo en los temas de la liturgia cristiana. Progresivamente, en algunas zonas de España, esas obras salen a la calle para representar escenas de la vida de Cristo o celebrar festividades importantes. Con ello se va creando el germen del futuro teatro que tanto gusta al pueblo y que comenzará a ser seguido por todos y en cantidades importantes especialmente en el Barroco. A partir de esta época (siglo XVII) el teatro comienza a ser parte importante de la literatura española, tanto que algunas zonas del país, al día de hoy, son centros internacionales de obras teatrales. 

14.- Algunos nombres de la literatura del Renacimiento en lengua castellana a tener en cuenta

Sin ánimo de entrar en las particularidades biográficas y creativas de cada uno de estos escritores, sí reseño los siguientes nombres, fundamentales en el canon en lengua castellana: 

1.- Garcilaso de la Vega (1498-1536), máximo representante de la poesía amorosa.

2.- Juan Boscán (1493-1542), introductor de los metros y temas italianos en España. 

3.- Fernando de Herrera (1534-1597), el cual avanza hacia el manierismo olvidando la sencillez que es una de las características del Renacimiento literario más importante. 

4.- Santa Teresa de Jesús (1515-1582), máxima representante de la mística.

5.- San Juan de la Cruz (1542-1591), el mayor poeta místico del Renacimiento. 

6.- Fray Luis de León (1528-1591), poeta e intelectual imprescindible en la época. 

7.- Gil Vicente (1470-1539) y Bartolomé Torres Navarro como máximos exponentes del teatro. 

8.- El primer Cervantes, el mismo que escribe La Galatea, en 1585, una novela pastoril, es el mejor nombre para la novela que se inicia en el Renacimiento.  

En definitiva, las características del Renacimiento literario puso las bases de la creación en lengua vernácula. Aunque pretendía romper con la tradición, en verdad no solo entronca con aquello que se estaba haciendo inmediatamente antes sino con las más grandes obras de la cultura grecorromana que se había salvado del olvido. Fue una época marcada por un espíritu tremendamente positivo en la que se creía en las posibilidades de superación del ser humano por medio de la técnica, los avances en las comunicaciones, el desarrollo de las nuevas ciudades y la nueva forma de hacer arte. Este siempre tenía que ponernos en contacto con la belleza de la naturaleza creada por Dios. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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