Gustavo Adolfo Bécquer | biografía y obras del poeta

Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer

Candela Vizcaíno

 

Si bien Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) llega al mundo (y por tanto escribe) cuando el Romanticismo literario daba sus últimos coletazos dando paso a otros modelos estilísticos (realismo literario, naturalismo, simbolismo…), es considerado uno de los poetas más significativos del movimiento. El Romanticismo en España, a pesar de que no brilló como el europeo, sí nos dio nombres de importancia:  José Zorrilla o el Duque de Rivas en el teatro, Espronceda en el verso y Mariano José de Larra en la prosa. Bécquer, aún siendo posterior, participa de las características estilísticas del movimiento con su gusto por los seres espirituales o mágicos, los emplazamientos de ultratumba o el amor pasional como eje de sus textos. 

Biografía de Gustavo Adolfo Bécquer 

Primeros años y comienzo de la carrera artística 

Nace en Sevilla el 17 de febrero de 1836 de padre artista. Tanto por la rama paterna como por la materna el apellido Bécquer no aparece por ningún lado. Sí parece que su padre también lo utilizaba tomándolo de un supuesto antepasado de origen flamenco y de profesión pintor que había llegado a Sevilla en el siglo XVI. El escritor es el quinto de ocho hermanos y de todos ellos tendría una especial relación con Valeriano (1833-1870) dedicado a los pinceles como el padre y varios miembros más de la familia. Con tan solo cinco años se queda huérfano de padre. En 1846 ingresa en el Colegio de San Telmo con una beca para huérfanos pobres y nobles. En 1847 fallece la madre y comienza un deambular con familiares hasta que lo acoge su madrina que no tenía hijos pero sí una surtida biblioteca con lo mejor de las obras europeas de los últimos siglos. Allí leyó el pequeño Bécquer a Chateubriand, Madame Staël, Jorge Sand, Balzac, Hoffmann…Terminó su estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza de Sevilla y no continuó en la Universidad. 

Sin el beneplácito de su madrina, llega a Madrid en 1854 y comienza a vivir, no una vida bohemia, sino de auténtica mendicidad ya que apenas llega para lo básico de su sustento. De tal pobreza pretendía salir con la venta de una obra enciclopédica titulada Historia de los templos de España. En este título también encontramos uno de los temas queridos de Gustavo Adolfo Bécquer: la historia nacional y la puesta en valor de su arte antiguo. En 1855 vive con Valeriano que también se había trasladado a la capital. E inmediatamente entra en su grupo de amigos (que lo son de verdad ya que se daban apoyo mutuo de todo tipo) Juan de la Puerta Vizcaíno. Gracias a las exitosas gestiones de este último pudo publicar Historia de los templos de España

Bécquer periodista

Con el fin de ganarse la vida con cierta dignidad comienza su carrera de periodista con escritos diversos primero en La época. Poco duró  la colaboración. Sin embargo, otro de sus amigos le consiguió un empleo en la Dirección de Bienes Nacionales que perdió también al poco tiempo. En 1861 conoce a la que será su única esposa y madre de sus tres hijos, casándose ese mismo año. Fue un matrimonio desgraciado para ambas partes y no duró más de siete u ocho años. Al parecer, no fue la señora (hija de un médico) la destinataria de ninguno de sus versos y algunos de sus amigos, a la muerte del poeta, indican que antes de ella cayó enamorado de “una dama de rumbo de Valladolid” en una pasión arrebatadora y no correspondida. La boda, al parecer, fue más fruto del despecho que de otro sentimiento. 

¿Cómo se explica que después de esta pasión malograda y no comprendida, fuese a caer en las vulgaridades de un matrimonio absurdo? ¿Fue despecho? ¿Deseo de contrarrestar aquella ambición y sed de ideal que le devoraba?  

Eusebio Blasco (1844,1903), poeta amigo de Bécquer 

Un año antes de contraer matrimonio comienza su carrera como periodista, primero en La época de forma ocasional y luego en El Contemporáneo. En este último escribe desde 1860 hasta 1865. Aquí fueron publicadas Cartas literarias a una mujer y, además, dirigió la cabecera desde 1864 hasta 1865. En este corto periodo de tiempo se las apañó para que publicaran escritores de la talla de Benito Pérez Galdós, Castelar o Valera. Cuando El Contemporáneo dejó de publicarse pasó a El Museo Universal, donde ejerció hasta 1867.  

Unos cuantos años antes, en 1864, acepta el que es su puesto más controvertido: el de censor de novelas propuesto por otro de sus amigos, el conservador Luis González Bravo. Está en el cargo hasta 1868 con un periodo de trece meses de excedencia que no ejerce por motivos de salud. A raíz de esta actividad se ha catalogado a Bécquer como un reaccionario incómodo con los avances del siglo XIX. Sin embargo, críticos hay que ponen en justa medida esta decisión habida cuenta de que si por algo se caracteriza la biografía de Gustavo Adolfo Bécquer es por una estrechez económica de tal calibre que roza la penuria.  

[Aceptó el puesto de censor de novelas] porque lo necesitaba, porque esperaba desempeñarlo con rectitud, sin enfrascarse en las luchas políticas, y porque se lo ofreció un amigo.

Rica Brown

Regresa al periodismo en 1869 esta vez a El Museo Universal aunque publica ya bastante poco. A finales de septiembre de 1870 muere Valeriano y en diciembre de ese año (al parecer especialmente frío en toda Europa) enferma de gravedad falleciendo el día 22. Tenía treinta y cuatro años. 

Obras de Gustavo Adolfo Becquer 

Obras de Gustavo Adolfo Bécquer

El primer poema que se conserva del artista lleva por fecha el 17 de diciembre de 1852 y se titula Oda a la señorita Lenona en su partida. En estos versos de juventud ya se manifiesta la melancolía y la pérdida del amor que sería característica de todos sus escritos. Buena parte de sus obras fueron publicadas en los periódicos en los que trabajó a lo largo de su corta vida y los manuscritos que se salvaron de la quema (de manos del artista poco antes de morir) fueron publicados por sus buenos amigos en 1871. Muy resumidamente tenemos las siguientes obras de Bécquer:

1.- Historia de los templos de España 

En el que se aúna el amor del poeta por el patrimonio artístico de su país realizando un estudio comedido. Está escrito en prosa siguiendo los parámetros del ensayo moderno aunque, eso sí, deja huella con sus impresiones anímicas e interpreta la realidad que se abre ante sus ojos bajo el prisma del yo individual del artista. Como se ha anotado en repetidas ocasiones, esta es una de las principales características del Romanticismo. Entre líneas, se duele por el abandono o por la ruina de tantos emplazamientos que se perdieron o se deterioran para siempre.  

2.- Las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer 

Algunas de ellas aparecieron publicadas en los periódicos con los que colaboró como El caudillo de las manos rojas que apareció en La Crónica. En estos relatos cortos nos encontramos con buena parte de las características del Romanticismo europeo con su gusto por los seres espirituales o fantasmas y la manifestación de las pasiones extremas. Esta obra, de capital importancia para la historia de la literatura española, merece análisis aparte. Sin embargo, anoto los títulos de las mismas:  

  • El caudillo de las manos rojas
  • La cruz del diablo
  • La ajorca de oro
  • La creación
  • El Monte de las Ánimas
  • Los ojos verdes
  • El rayo de luna
  • Creed en Dios
  • El aderezo de esmeraldas
  • El Miserere
  • Tres fechas
  • El Cristo de la calavera
  • La Venta de los Gatos
  • El gnomo
  • La cueva de la mora
  • La promesa
  • La corza blanca
  • El beso
  • La rosa de pasión 

3.- Cartas desde mi celda 

Aparecieron en El Contemporáneo en 1864 como parte de su compromiso con el periódico mientras estaba convaleciente en el monasterio de Veruela. El monasterio perteneciente a la orden Cisterciense en el Moncayo sirvió de emplazamiento de excepción a la delicada y exquisita espiritualidad de Gustavo Adolfo Bécquer. Las cartas son descriptivas tanto del viaje desde Madrid a Veruela (Carta I) como de los rincones que encuentra a su alrededor. En la tercera describe su visita a un cementerio, tema romántico por excelencia como la nostalgia que impregna la segunda o la cuarta. La VI es la más conocida ya que en ella narra el asesinato de una supuesta bruja, la tía Casca que fue despeñada por sus vecinos. La brujería también es el eje de la Carta VIII. La última, la IX, está dedicada a una enigmática dama. 

Como dato curioso, la serie de televisión El ministerio del tiempo dedica un capítulo a la figura del gran poeta retratado en su retiro del Moncayo. Hasta allí viajan en el tiempo Amelia y su grupo para evitar que una enigmática Mencía interfiera en la vida del poeta y que escriba una décima carta. La trama se complica, ya que los protagonistas son seducidos (y drogados) para que participen en un aquelarre. 

4.- Cartas literarias a una mujer

Fueron publicadas de forma anónima en El Contemporáneo entre 1860 y 1861. Son cuatro y están dirigidas a una mujer. En ellas se pone de manifiesto la teoría literaria del escritor y, de alguna manera u otra, justifica su escritura, anclada en unos modelos estilísticos ya desfasados.  

5.- Las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer 

Los poemas fueron reunidos por el artista y entregado a González Bravo. Estos se imprimieron en Madrid en 1871 y se basaron en el Libro de los gorriones. Sin embargo, no estaban todos. Hay que anotar que el manuscrito completo de la obra no se conoció hasta 1914 cuando se encontró una copia en la Biblioteca Nacional. A esta primera edición se han ido añadiendo poemas que han ido incorporándose al opus del artista a lo largo de siglo XX.

En todos ellos son latentes las características del Romanticismo con una exaltación del yo siempre emotivo, a veces, oscuro o atormentado. La melancolía y la búsqueda de una realidad alternativa es una constante en las obras de Gustavo Adolfo Bécquer. También hay que anotar, por último, un amor a lo patrio tanto en la historia como a nivel artístico. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

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