Pensamiento simbólico | ejemplos, origen y evolución

Pensamiento simbólico

Pensamiento simbólico

Candela Vizcaíno

 

Antes de adentrarnos en esta forma de razonamiento (consustancial a la humanidad desde el inicio de los tiempos), tenemos que definir qué es un símbolo. Porque es este el concepto que lo sustenta. El símbolo es la representación de una realidad ajena al plano natural y cotidiano conocido por todos mediante un elemento del mundo tangible y visible. El símbolo siempre quiere representar algo situado en un más allá que no se conoce pero que se intuye (o se quiere creer) que existe. Es la fórmula seleccionada para dar imagen a todos los procesos anímicos, espirituales, religiosos y míticos. La imagen escogida es, en un porcentaje muy amplio, arbitraria. El pensamiento simbólico, por tanto, requiere de un conocimiento, de una superposición cultural que conoce, domina y entiende estos significados fundamentales no solo para comprender el mundo alrededor sino también para entenderse.  

¿Por qué surgió el pensamiento simbólico en la humanidad? 

Los símbolos son las bases de los relatos que son los mitos. Estos forman una estructura narrativa que intentan explicar los hechos fundamentales de la creación, las fórmulas políticas, el dolor, los sentimientos, las virtudes, los vicios, las reglas cívicas y las normas sociales. El pensamiento simbólico surge cuando la humanidad intenta comunicarse con las fuerzas espirituales que se encuentran más allá de los fenómenos de la naturaleza. Aparece, en esencia, cuando es consciente de su finitud y busca en un plano intangible e espiritual a los dioses protectores. El pensamiento simbólico es el que está presente no solo en el arte prehistórico sino también en las obras del surrealismo del siglo XX, por poner solo dos ejemplos en cada extremo de la línea del tiempo. Forma la base de los mitos clásicos y de las leyendas tradicionales y conforman el universo espiritual y anímico de todas las culturas y de todos los tiempos. 

El pensamiento simbólico surge, en definitiva, cuando la humanidad intenta trascender la muerte. Es la consecuencia de la muerte (la conciencia de la misma más bien) la que crea el símbolo. Es este un objeto de este mundo cuyo significado se encuentra en un lugar invisible e intangible. A través de este conocimiento se crea un nuevo espacio situado en algún lugar inmensurable pero, no por ello, menos real.  Los símbolos y los mitos (el relato formado por símbolos) fueron evolucionando y haciéndose  más complejos conforme el hombre tomaba conciencia de su emplazamiento en el mundo. El razonamiento mítico se sustenta en el inconsciente, en esa parte oscura, ignota e irracional de la mente y el espíritu humano que da una información ajena a la mente consciente.  

Breve recorrido histórico sobre la evolución del pensamiento simbólico 

1.- Solo el occidental moderno ha olvidado (aunque solo aparentemente) su pensar simbólico. Este ha persistido en las culturas americanas autóctonas, en las orientales y en las de los llamados pueblos primitivos. 

2.- El pensamiento ilustrado intentó borrar esta manera de pensar a favor de un racionalismo exacerbado, el cual no ha podido dar respuestas y completar las preguntas de la humanidad. 

3.- Con las características del Romanticismo se vuelve de nuevo a hacer hincapié en las posibilidades significativas y, por tanto, de comprensión del pensamiento simbólico, la imagen, el mito, las leyendas y los cuentos folclóricos. 

4.- Ya, en los albores del siglo XX, con los estudios médicos que conducirán al psicoanálisis de Freud, el pensamiento simbólico, el símbolo y el mito se restauran como parte fundamental del camino de comprensión de los fenómenos naturales y espirituales. 

5.- El surrealismo y los sucesivos avances médicos se encargarán de ponderar su importancia y de hacer cotidiana la imagen simbólica en la sociedad postmoderna actual. El pensamiento simbólico pervive no solo en la literatura y en distintas manifestaciones artísticas, sino también en otros cauces  como la publicidad o la manipulación política de masas. 

6.- En la actualidad, para poder interpretar el conocimiento simbólico y sus creaciones tenemos que hacerlo en el plano de la sintaxis. Su significado último se generará dependiendo de su posición entre otros elementos que pueden ser o no simbólicos. 

Ejemplos de pensamiento simbólico

1.- Como ya he anotado,  la literatura es especialmente permeable a generar mundos posibles de estas características. Sin embargo, no todos los estilos son susceptibles de sumergirse en esta forma de razonamiento, ya que no será lo mismo una novela del realismo literario (por poner un caso) que la creada siguiendo las características del simbolismo. Cada movimiento dará mayor o menor importancia a esta forma de interpretar el mundo.

2.- Un tanto de lo mismo sucede con cualquier manifestación artística. Redundando en lo anterior, no todas manejaran el pensamiento simbólico con la misma abundancia o querencia. Por poner otros ejemplos, no es lo mismo la cultura del Neoclasicismo con su racionalismo exacerbado que las obras que siguen las características del surrealismo. Mientras en el primer caso se niega la vía de la intuición (imprescindible para sumergirse en el conocimiento del inconsciente), el segundo intenta sacar a la luz todo aquello que se encuentra al otro lado de la razón. 

3.- El universo de los mitos y leyendas de todo el urbe conocido y de todos los tiempos se sustentan sobre el pensamiento simbólico. 

4.- No podemos perder de vista que el razonamiento simbólico se construye sobre la información y el conocimiento del inconsciente. Este se encuentra oculto a la mente racional y cerebral. En la actualidad, la vía más frecuente para alcanzar los recovecos del inconsciente es a través de los sueños, cuyos mensajes (tal como ha demostrado la moderna psicología) son ajenos a la cultura contemporánea. Y lo son porque hemos olvidado el lenguaje de los símbolos comunes a la humanidad. Sin entrar en el concepto, entroncamos con la propuesta sobre los arquetipos de C.G. Jung. 

5.- La manipulación política, social o a nivel personal también se sustenta sobre el pensamiento simbólico que maneja el inconsciente con todos los horrores que amenaza a la humanidad (la muerte, el dolor, la soledad…) y también con sus anhelos. 

6.- El mundo de la publicidad al completo también gira alrededor del pensamiento simbólico. 

¿Cómo desentrañamos el significado de los símbolos?  

Si tantos aspectos fundamentales de la vida cotidiana se apoyan en esta fórmula de racionamiento, es interesante intentar desentrañar sus significados. Los sentidos tanto de los símbolos como de sus correlatos (imágenes, obras de arte, mitos…) deberán ser interpretados en su relación con otros elementos presentes en el texto o fuera del mismo. Debemos, en último extremo, activar nuestra competencia pragmática para poder poner de manifiesto las relaciones de intertextualidad e interdiscursividad que se generan en el mismo. Esta interacción será la que dote de riqueza e interés a cualquier mensaje marcado por el simbolismo. En este sentido, el pretender captar el sentido último del símbolo en una sintaxis, en el orden y en su lugar dentro del discurso, la interpretación del mito (del relato simbólico) tendrá el mismo carácter. No podremos entenderlo de forma aislada y autónoma. Es más, en todo momento nos veremos obligados a buscar referencias extratextuales que nos desbrocen el camino de la interpretación. 

El pensamiento simbólico, por tanto, al contrario de lo que pudiera parecer en una lectura superficial no sumerge en aquello oculto, oscuro, escamoteado a la mente consciente. Su mundo vive en el inconsciente y requiere de un bagaje cultural para poder interpretarlo correctamente.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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