Gertrudis Gómez de Avellaneda | poemas y obras más allá de Sab

Gertrudis Gómez de Avellaneda

Gertrudis Gómez de Avellaneda

Candela Vizcaíno

 

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) fue una de las más famosas escritoras del Romanticismo en España y en Latinoamerica. Conoció el éxito en vida y, al parecer, hacía gala de una personalidad arrolladora adornada, además, con una amplia cultura y belleza física. Destacó en todos los géneros y, a pesar de ello, no ha sido hasta las últimas décadas cuando sus obras han ocupado el reconocimiento que se merecen, más allá de las cuantas líneas con las que se despachaban por la historiografía más tradicionalista. Por si todo esto no fuera poco, su novela Sab (1841) es la primera calificada como anti-esclavista y en ella se aboga por la igualdad de todos y cada uno de los miembros de la raza humana. A pesar de que no es tan conocida como La Cabaña del Tío Tom (1851-1852), la de la Avellaneda (que así también es conocida la escritora) es anterior y sirvió como hipotexto a la obra de Herriet Beecherr Stowe (1811-1896). 

Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda 

Primeros años y llegada a Madrid 

Nace en Cuba en 1814 de padre español alto funcionario de la administración y de madre perteneciente a las familias adineradas de las islas. Recibe una esmerada instrucción a pesar de que su padre fallece en 1823. La matriarca se vuelve a casar y de estas nuevas nupcias la escritora tiene tres hermanos más. Sin embargo, tanto en vida como en muerte (ya que están enterrados juntos) solo tiene buena relación con su hermano (de doble vínculo) Manuel. Ya desde niña muestra interés por las letras y cualquier avatar vital lo convierte en un hermoso poema. En 1836, tras pasar por Burdeos, La Coruña y Sevilla recala en Madrid donde se le abren las puertas de la corte y de las tertulias literarias. Nada más llegar se le reconoció su talento y comenzó a publicar.  

Alrededor de 1844 entabla una tortuosa relación con Gabriel García Tassara (que estaba casado) y se queda embarazada del poeta. De esta unión nace una niña enferma que muere a los pocos meses sin que su progenitor se dignara siquiera a conocerla, no ya a reconocerla. Gertrudis Gómez de Avellaneda se viene abajo al verse madre soltera en el Madrid decimonónico y viendo peligrar su carrera artística, extremo que afortunadamente no sucedió ya que ese mismo año (1845) gana dos premios literarios. De esta época son unas sentidas cartas al padre de su hija en el que le reprocha no haberse dignado a conocer a la pequeña. De su carácter fogoso y de esta relación tóxica se alimentan sus ideas feministas proponiendo en sus novelas el divorcio si la convivencia se hace desdichada, extremo revolucionario casi para los parámetros de la época. 

Época de madurez 

Un año después, en 1846, se casa con Pedro Sabater, aunque el flamante esposo (enfermo de una dolencia de garganta) la acompañará poco tiempo. En busca de mejores médicos viajan hasta París, pero, desafortunadamente, muere en Burdeos. La escritora, que sostuvo en brazos a su marido mientras exhalaba el último suspiro, se recluye en la Congregación La Sagrada Familia de Burdeos afianzando una espiritualidad que no le abandonará jamás. Aunque en 1853 se le ofreció un sillón de la Academia de la Lengua, el machismo imperante en España no permitió que una mujer ocupara tal honor hasta bien entrado el siglo XX. Y para entonces Gertrudis Gómez de Avellaneda no estaba en este mundo.  

Se vuelve a casar en 1856 y en 1859 los cónyuges viajan a Cuba donde fue recibida casi como una heroína. Enviuda de nuevo en 1864 y tras pasar por Nueva York, Londres y París recala en Sevilla. Muere en Madrid en 1873 y está enterrada junto con su hermano, la esposa de este y su último marido en el Cementerio de San Fernando de Sevilla.  

Obras de Gertrudis Gómez de Avellaneda 

La crítica es unánime a la hora de alabar y catalogar la obra de la escritora como una de las más señeras del Romanticismo literario. Cultivó todos los géneros y prácticamente toda su producción hace gala de una gran calidad. En todas ellas se eleva el amor como bien supremo, se promulga la igualdad de todos los miembros de la raza humana y se hace abanderada de un incipiente feminismo. 

1.- Poemas

Se publicaron por primera vez en 1841 y en una segunda edición aumentada en 1851. Si bien el amor y las pasiones eran temas recurrentes y básicos en el Romanticismo, la artista fue capaz de plasmar un sutil y refinado erotismo que los hacen únicos. La pérdida y la nostalgia también son vehículos de un poesía lírica altamente brillante y rítmica. Además de esta línea temática también cultivó versos de línea religiosa y tampoco quedan atrás sus poemas de tono irónico en los que no tiene empacho en poner en evidencia el lado oscuro de la raza humana. Tuvo preferencia por el verso de arte mayor (dodecasílabo y el rarísimo en castellano de dieciséis sílabas).  Sin ánimo de ser exhaustivos, algunos poemas de Gertrudis Gómez de Avellaneda son: 

  • Elegías
  • A él
  • Amor y orgullo
  • Soledades del alma
  • La juventud
  • A la Ascensión
  • Cuartetos escritos en un cementerio 
  • La Cruz
  • Plegaria a la Virgen
  • La venganza 
  • Dedicación de la lira a Dios 

2.- Obras para teatro

Son tres: Alfonso Munio (1844), Sául (1849) y Baltasar (1858). Este último título gira en torno a la figura del rey babilonio Baltasar que se resbala hacia el nihilismo cuando le ha abandonado el gusto por el disfrute de los placeres. La escritora (recordemos que tenía profundos sentimientos religiosos) se posiciona en contra de un hedonismo estéril que no sirve para el crecimiento espiritual. Baltasar despierta de este letargo depresivo cuando una esclava lo rechaza y lo confronta con su ética. Críticos hay que ponen la obra de Gertrudis Gómez de Avellaneda en relación con La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca.  

El drama es una apoteosis del cristianismo, de la fuerza de la virtud, del orgullo altivo, de la libertad y de la dignidad del individuo y su noble independencia. El tema podrá ser de Byron, ya que escribió una obra con el mismo nombre, pero el espíritu es de Calderón y españolísimo. 

Carmen Bravo-Villasante

3.- Novelas de Gertrudis Gómez de Avellaneda 

Tenemos cuatro títulos: 

3.1.- Sab (1841) que analizamos un poco más adelante.

3.2.- Espatolino (1844) nos cuenta el deseo de redención de un bandido italiano guiado por el amor. Tiene un final trágico ya que es apresado y ajusticiado. 

3.3.- Guatimozín (1846) está ambientada en la conquista de México comandada por Hernán Cortés. En ella asistimos a los amores entre Tecuixpa (india) y Velázquez de León en el bando europeo. El trasfondo filosófico y espiritual de la novela se adoba con la triste leyenda negra española

3.4.- El cacique de Turmequé (1854). 

Sab de Gertrudis Gómez de Avellaneda, la primera novela anti esclavista de la historia 

Ha sido señalada no solo como el antecedente de la famosísima La Cabaña del Tío Tom sino también como uno de los primeros escritos en los que se reivindican los derechos humanos básicos. En ella, la autora se posiciona del bando anti-esclavista a la par que hace un alegato en favor de la independencia y la libertad social de la mujer. Para completar el panorama se atreve, incluso, a atacar a los estamentos superiores de la iglesia y a los estados que consienten tal salvajada.  

El lenguaje de Sab se empapa de poesía, perfecto para elevar los sentimientos poéticos de los personajes. Sab es un esclavo mulato que cae rendido de amor por su señora y dueña (literal en este caso). El joven, a pesar de estar en inferioridad social, se sabe merecedor de este amor por sus valores espirituales y morales.  

La extraordinaria novedad de la novela de Avellaneda consistía en proclamar la igualdad de todos los seres humanos, sin distinción de razas ni clases, mediante el sentimiento.  

Carmen Bravo-Villasante 

En definitiva, las obras de Gertrudis Gómez de Avellaneda, aparte de su indudable calidad literaria, se adelantan a los temas sociales de su tiempo: a una actitud anti-esclavista y, por tanto, anticolonial a la par que propaga los incipientes derechos de la mujer. Estos se centran, especialmente, en la libertad para amar a quien se elija (tema romántico por excelencia) sin imposición social. Aún quedaría más de un siglo para que los mismos se materializaran (al menos sobre el papel) en buena parte del mundo occidental. En el volumen de sus obras completas publicadas en 1873 falta Sab. La artista, a pesar de todo, aún no era capaz de defender ante la sociedad que la acogió novela de tal calibre revolucionario. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

 

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