20 características del neoclasicismo

20 características del neoclasicismo

 

El neoclasicismo fue el primer movimiento estético de la Ilustración o del también llamado Siglo de las Luces. Y esto no fue más que el siglo XVIII, aunque las décadas finales cambió su carácter para dar paso al Romanticismo. Centrado en Europa, especialmente en Gran Bretaña, Francia y Alemania, sus ecos también llegaron a España donde no arraigó del todo debido a las particulares condiciones socioeconómicos del país. Dentro de las características del neoclasicismo nos encontramos con un apogeo de la razón (de manera exacerbada incluso) en detrimento de cualquier otra forma de conocimiento en línea con el Discurso del método de Descartes, obra publicada en 1637 y que supuso un antes y un después en la historia de la filosofía.  

Cada época tiene sus libros y el Siglo de la Luces y el neoclasicismo, como primer movimiento estético, tiene los suyos. Fundamentales son Principia (1687) donde Isaac Newton propone su afamada teoría de la gravedad y sienta las bases para la mecánica de fluidos. Importantes son Ética de (1677) de Spinoza, las obras de Kant y la Encyclopèdie de Diderot y D´Alambert que se publicarían a lo largo del siglo XVIII. Este compendio del saber fue tan fundamental que puede considerarse incluso el origen de Internet con sus artículos de conocimiento, como pretende ser este. 

 

10 primeras características del neoclasicismo

1.- La razón se convierte en el centro de todos los estudios ya sean académicos, científicos, de divulgación o artísticos. Se niega cualquier otro camino para acceder al saber que no provenga de la parte cerebral. Por tanto, quedan invalidados obras místicas, líricas, sentimentales o fantasiosas. 

2.- En este sentido, solo es asumible aquello que puede ser comprobado, negando cualquier opción lírica, dramática o mística. No es de extrañar, por tanto, que sea en esta época cuando se afiance el periodismo o los estudios de crítica en detrimento de cualquier otra fórmula creativa o género artístico.   A igual qu el realismo literario, una de las características del neoclasicismo es la necesidad de llegar a la verdad ya sea por comprobación o por imitación. El resultado, al negar cualquier opción de conocimiento o comunicación proveniente del inconsciente o de eso que llamamos corazón, son obras tremendamente frías.  

4.- En arquitectura nos encontramos estructuras simétricas con una fuerte inspiración de los modos romanos o griegos que se ven especialmente en los edificios con altas columnas. Sin embargo, no tomaron los mitos o formas expresivas de la literatura griega clásica. Estos edificios son hoy reconocidos bibliotecas, academias, museos o centros de investigación. De esta época son también los jardines a la francesa estructurados al máximo y delineados al extremo con una geometría que no se da nunca de forma natural. 

5.- Una de las características del neoclasicismo es un panteísmo vinculado a la naturaleza. Esto es, sin llegar al ateísmo extremo sus representantes creían en un dios universal presente en todas las cosas y de fácil comunicación de manera personal sin necesidad de estructuras eclesiásticas o sacerdotales.  

6.- Por tanto, y si ese dios sin norma inserto en todas las cosas no necesita intermediarios, hay una clara actitud anticlerical y contra todo lo que tuviera que ver con los modos y las formas eclesiásticas.  

7.- Las obras de arte, ya fueran piezas de mobiliario, edificios o de literatura tenían que seguir un orden estricto y visible. La belleza radicaba en ese orden, negando, a la par, cualquier fuente tanto de felicidad como de conocimiento proveniente del caos.  

8.- Una de las características del neoclasicismo es su fe ciega en el progreso humano y esto es fruto del auge de una burguesía positiva y pujante que se enfrenta a los estamentos de poder ya establecidos. En definitiva, hay un choque entre las nuevas clases económicas contra la rancia aristocracia y el clero anquilosado.  

9.- Esto conlleva un estado de opinión que acabaría en las primeras revoluciones sociales (lee Revolución Francesa) y la aniquilación (incluso literal como sabemos) de la monarquía en algunos países europeos. 

10.- En el orden espiritual, el neoclasicismo se centra en la vida en el planeta Tierra, en el aquí y en el ahora, en la felicidad y progreso presentes. Por tanto, niega cualquier premio o existencia de  vida futura. Ello también implica un deseo de educación de las clases más desfavorecidas,  cuyo índice de analfabetismo en aquellos momentos superaba el 70% y en países como España o Rusia este porcentaje era, incluso, más elevado.  

Otras 10 características del neoclasicismo 

11.- Todos estos movimientos van a propiciar un desplazamiento desde los ámbitos rurales hacia las incipientes urbes donde se instalan talleres y fábricas. Eso va a generar necesidades que se traducen en un nuevo urbanismo con avenidas soleadas, eliminando murallas y poniendo las bases de un saneamiento básico. En otras manifestaciones artísticas (pintura o literatura) hay un gusto por tipos urbanitas, por problemas que suceden en las ciudades y las tramas o temas se desarrollan en estos emplazamientos. 

12.- Los intelectuales se reúnen en tertulias, cafés o casinos donde debaten sobre todo tipo de temas. Eran favoritos los de política y los incipientes intentos por crear un sistema liberal donde se priorizara la enseñanza y la instrucción de todos los estratos de población. Además, se desarrollan hermandades más o menos secretas, como la masonería, que intentan hacer ver sus ideas de fraternidad y progreso en los nuevos medios de comunicación que surgen en las grandes ciudades. 

13.- Aunque en cada país estas ideas calaron de distinta manera, sí tenían una filosofía pan-universal. Esto es, para los artistas, políticos o filósofos del neoclasicismo el ser humano es el mismo sea cual sea su lugar de origen. Esto que es aceptado hoy en día, era una novedad en aquella época.  

14.- Estas características del neoclasicismo hacen que las obras de arte sean muy estructuradas, lineales, sin ese punto de corazón que venía desde antiguo. Son obras que se generan con un fin educativo casi con el fin de remover conciencias (cerebrales más bien) más que de emocionar.

15.- Por eso, apenas se desarrolla la poesía o el teatro en literatura. Asistimos a un avance de la crítica, del ensayo, del periodismo, de las fórmulas de cartas que, de alguna manera u otra, tienen un fin divulgativo o informativo más que artístico.  

16.- En arquitectura, se levantan edificios enormes para albergar las emergentes academias, centros científicos o de estudios. Se hacen emulando la tradición clásica o romana en un intento por convertir estos nuevos emplazamientos en templos laicos donde un público cada vez más amplio se forme y aprenda.  

17.- Otra de las características del neoclasicismo es que pretendían emular o realizar las obras siguiendo unos patrones, como si de recetas se trataran. Ni que decir tiene que al negar cualquier punto de creatividad o de genio artístico, estas son planas, frías y pocas han sobrevivido a los embates del tiempo. 

18.- Por primera vez en la historia se busca alcanzar la felicidad en el ámbito físico, esto es en el aquí y el ahora. Sin embargo, para ello no se recurre al conocido hedonismo de los antiguos sino más bien a una fuerza de voluntad que vendría de ese espíritu positivo burgués y, tampoco hay que negarlo, del poder de la educación racional. La anímica o inconsciente, recuerdo de nuevo, estaba totalmente negada.  

19.- Se busca la perfección en cualquier ámbito de la vida a través de la sobriedad. Esta es una de las características del neoclasicismo más evidente especialmente en arquitectura. 

20.- Por tanto, se niega cualquier artificio, barroquismo, palabra de más, florituras o adornos superfluos. Todo tiene que estar ordenado,  limpio y sin más añadidos para alcanzar un fin. Esto, ni que decir tiene, pone la creatividad casi entre rejas ensalzando un modelo imitativo que, a la postre, se agotó enseguida.  

El neoclasicismo fue un movimiento estético que surgió tras el Barroco, y por tanto, negaba los excesos (en todos los sentidos) de la época. Promulgaba una sociedad ilustrada que no se perdiera en las ilusiones de la fantasía, lo que no se conoce o no puede demostrarse. Y a la par, deseaba una fraternidad universal que se alcanzaría tras un período en el que se primara la instrucción tanto en la técnica como en las ciencias. El movimiento, a mitad del siglo XVIII, comenzó a cambiar parte de esas características del neoclasicismo que hemos visto para dar paso al prerromanticismo. 

 

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Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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