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Personas tóxicas en el trabajo | Guía básica para que no te amarguen la vida

Personas tóxicas en el trabajo

Personas tóxicas en el trabajo

Candela Vizcaíno

 

Y lo pueden hacer y mucho, tanto que, incluso, almas jóvenes o con poca experiencia en este tipo de perfiles pueden caer bajo sus redes de una manera, a veces, trágica. Porque las personas tóxicas en el trabajo lo son en su ámbito laboral, por supuesto, pero también en su vida más privada, ya sea familiar, de amistad o simplemente cívica. Aunque la gente tóxica es de todo pelaje y pluma, en líneas generales, responden a unos patrones de comportamiento que, con un poco de tiempo y/o de observación serena y discreta por tu parte, te van a permitir etiquetarlas como tal. Y con la identificación es más fácil que encuentres herramientas para defenderte de una manera acertada antes de que sea tan tarde que te resbales hasta un síndrome de burnout o, lo que es peor, hacia una depresión severa. Hasta estos extremos llegan sus tentáculos envenenados. Por eso es tan importante conocerlas lo mejor posible. 

Cómo son las personas tóxicas en el trabajo y… fuera del trabajo…

No es estrés, no es exigencia laboral, no es espíritu competitivo siquiera… este tipo de individuos llevan el veneno dentro. Algo pasó en su biografía (quizás una madre narcisista que provocó un autoestima baja, situaciones de abuso o cualquier otra circunstancia) que les hizo pararse en esta toxicidad. Están en guerra constante con el mundo. Nunca están conformes y, a la vez son indolentes. Generan a su alrededor ambientes perjudiciales y enfados casi a diario. Ni que decir tiene que hay almas con luz (las que se encuentran en el extremo contrario de las personas tóxicas) que no han encontrado aún su rumbo vital (por lo que sean) y pueden verse envueltas en este tipo de situaciones. En verdad son las presas fáciles de estos individuos. Pero, a poco que te fijes, podrás catalogar a quien va de conflicto en conflicto atrapándote, de paso, también a ti.  

Atención a estas características de una persona tóxica en cualquier ámbito vital 

1.- Las personas tóxicas en el trabajo también suelen llevar una vida personal asfixiante. Encadenan parejas tras otra generando mal ambiente y conflictos innecesarios que, como norma, solo pueden encontrar solución, con frecuencia, por vía judicial. Suelen tener conflictos de gravedad, además, con hijos propios y de parejas actuales o pasadas. 

2.- Si tienen una cierta edad, acaban por sufrir una vida social muy pobre, ya que han ido quemando a amistades y compañía por el camino. 

3.- Un porcentaje muy alto de estos individuos responden al patrón narcisista, cuando no a su versión extrema (y altamente grave) del psicópata. Por eso, ven una afrenta personal en detalles sin importancia y minimizan daños graves de su parte con la consabida frase de “es que eres demasiado sensible”. Ya te digo que si escuchas esas palabras con frecuencia y no hay cambios de comportamiento, empieza a anotar. Nadie es nunca demasiado sensible. Eso, sencillamente, no existe y anótalo. Si algo te duele, es porque ha habido una agresión.  

4.- Son bocazas y dados a hablar mal de todo el mundo. De ti también y esto tenlo por seguro. Además del cotilleo más o menos socialmente aceptado, con frecuencia, acaban en las injurias y calumnias. 

5.- Las personas tóxicas en el trabajo tienen mucho interés en tu vida privada. Que no te quepa la menos duda que no lo hacen para ayudar de buena manera. Es un mecanismo frecuente para hacerte daño. Una vez ha recogido y recabado información, esta se utiliza en tu contra.

6.- En general, estas personas tóxicas suelen estar aisladas (si han cumplido una edad), con una vida personal tremendamente triste, sin haber sido capaz de haber llevado luz a padres, familia, hijos o amigos. Son gente oscura, desconfiada, egoísta y egocéntrica.  

Así se comportan las personas tóxicas en el trabajo

A nivel laboral estos individuos van minando toda la energía de los equipos o de quienes están a su alrededor, ya sean compañeros, jefes o personal a cargo. Acaban con los nervios, paciencia e, incluso, saber estar de aquellos que no están alerta ante estas actitudes. Pero, ¿qué hacen? Anota que puede que te vaya tu futuro laboral en ello. 

1.- Suelen ser vagos, aunque digan lo contrario. Por eso, sobrecargan de trabajo a los que están a su alrededor. Por si esto no fuera poco, además, es normal que achaquen esa indolencia a los otros. 

2.- Por tanto, nunca asumen su responsabilidad. Siempre es otro el que ha hecho algo indebido, incorrecto o problemático. En este sentido, son individuos tremendamente infantiles que no han sido capaces de crecer espiritualmente como personas. En definitiva, se han estancado en su desarrollo personal y, en esencia, se conducen con mucho miedo, como niños pequeños abandonados a su suerte. En resumidas cuentas, no son capaces de llevar las riendas de sus vidas en ningún aspecto, ni en el personal ni en el laboral.  

3.- Dan la apariencia de estar siempre ocupados, con mil cosas, que son importantes (o fundamentales para el equipo), pero, en verdad, lo que hacen es enredar. Suelen llegar corriendo, tarde y de mal humor. 

4.- Las personas tóxicas en el trabajo son expertos propagadores de rumores. Se suelen cebar en las almas con luz, en los más brillantes, en los mejores. 

5.-  Sus métodos para eliminar competidores (o lo que ellos creen que son competidores) consiste en aislar (a veces de manera tremenda) a aquellos que, en verdad, pueden calificarse como válidos, resolutivos, creativos, brillantes y eficaces. 

6.- A poco que te pares a pensar, te darás cuenta que no aportan nada aunque quieran hacer creer a todos (clientes, proveedores, equipos o jefes) que son imprescindibles. 

7.- Las personas tóxicas en el trabajo suelen correr riesgos innecesarios que luego endosan a los demás para que lo solucionen. Y remito a los periódicos que abren todos los días con ruinas económicas (de gigantes o empresas medianas) debido a temeridades innecesarias de este tipo de individuos. 

8.- Ni que decir tiene que no son resolutivos ni creativos. Lo que mejor hacen es enredar y eso afecta, a la postre, a la producción del equipo o buena marcha de cualquier proyecto. 

9.- Las personas tóxicas en el trabajo se han acostumbrado a mantener un tono de voz siempre elevado. 

10.- En línea generales, este tipo de individuos son totalmente prescindibles. Los casos más graves, se convierten en un rémora, lastre o problema interno.  

Qué quieren de ti las personas tóxicas en el trabajo o fuera del él

En esencia, quieren lo que ellos o ellas no tienen: tu luz, alegría, fuerza, resilencia y capacidad de superación. Por eso este tipo de gentes malintencionadas suelen cebarse con aquellos más válidos, con los que han venido al mundo a aportar y dar. Ellos suelen quitar, acaparar y malgastar. No quieren darse cuenta del daño que hacen y tampoco quieren hacer el esfuerzo por mejorar. Si tienes un jefe tóxico o un compañero demasiado competitivo del cual sospeches que puedes entrar en esta clasificación, pon atención a estas señales:  

1.- Te sobrecargará con trabajo que ni tú ni nadie puede ejecutar tanto en cantidad como en responsabilidad para tu rango o en tiempo de entrega. 

2.- A continuación, te hará sentir culpable por no haber dado la talla cuando seguramente, en un ambiente normal, habrás superado las expectativas y con creces. Y si eres tan “total pro” que eres capaz de alcanzar este objetivo imposible, ten por descontado que siempre vas a tener un montón de peros, contras y objeciones.

3.- Además, las personas tóxicas en el trabajo alargarán las tareas de manera, a veces, eterna y no será por una malentendida exigencia profesional. Lo hará porque es la única manera de aplacar su inseguridad interna. 

4.- Aunque es bastante grave, se apropiará de tus logros sin ningún pudor haciendo creer que son propios. 

5.- En este sentido, si alguien logra desenmascar a estos individuos, comenzará una campaña de difamación sin tregua alguna contra el otro que se convertirá de inmediato en un enemigo a abatir por cualquier medio. 

6.- Es frecuente que afirmen haber conseguido logros que luego, ni por asomo, es capaz de repetir. Podrá, por poner un caso, declarar a los cuatro vientos que socios malintencionados le robaron ciertas patentes de su invención, pero su pericia profesional no demuestra que algo así pudiera conseguir alguna vez en su vida. 

7.- Las personas tóxicas en el trabajo, aparte de tener un concepto de grandiosidad propia totalmente inadecuado, mienten constantemente. Lo hacen para tapar sus faltas y, paralelamente, desautorizar a todo el que tiene algún mérito. 

8.- Es más, son deshonestas y harán lo que sean para conseguir sus fines, a veces, rozando o cayendo en lo ilegal. Por eso, son peligrosas para los equipos. 

9.- Sus ambiciones no son coherentes con sus capacidades y, a veces, caen en la fantasía más absoluta. 

10.- Paralelamente, utilizarán su lengua mordaz y su capacidad de ensañamiento verbal para destruir tus sueños. Y ya te digo que, si eres una persona con luz, (con mucha probabilidad si estás leyendo esto), tus metas serán fácilmente alcanzables si te lo propones. 

11.- Las personas tóxicas en el trabajo no son constantes y son incapaces de cuidar mínimamente de proveedores, clientes, equipos, jefes o subordinados. Tampoco de amigos, relaciones sociales o familia. 

12.- Cuando se marchan, todo el equipo siente un alivio inmediato, como una libertad desconocida y una alegría desconocida. Es, simplemente, la luz de cada uno que fluye sin que estos individuos la empañen con oscuridades innecesarias. 

Qué debes hacer para que estas personas tóxicas en el trabajo no ensucien tu vida

Anota todo esto porque es fundamental:

1.- Lo primero reconocerlas. Es el primer paso y ya tienes mucho andado. Este tipo de individuos no han sido catalogados ni definidos hasta hace pocas décadas. Sus tentáculos, por tanto, se extendían en las compañías envenenando todo lo que encontraban a su paso. Hoy, algunas empresas, sobre todo las emergentes con equipo joven, tienen en cuenta (y mucho) estas personalidades, pero las de ambiente más tradicional están lejos de fijarse en estas fallas. 

2.- No intentes cambiarlos. Esta no es tu guerra. Si está en tu mano que, de manera elegante, salga del equipo, no dudes en hacerlo. Todos saldréis ganando. 

3.- No te enfrentes. Si es un jefe, comienza a buscar otro empleo. Si es un compañero, pon distancia y pide que tus tareas estén claramente delimitadas con objetivos precisos. Si es un empleado, despídelo de buenas maneras. Nunca le des herramientas que pueda utilizar en tu contra. 

4.- En cuanto sepas que hay personas tóxicas en el trabajo, no intimes de ninguna manera. Eso puede ser tu perdición en todos los sentidos. Este tipo de individuos, en su versión extrema, no dudarán en expandir calumnias groseras, envenenadas y peligrosas, tantas que, con toda probabilidad, afectará tu vida privada. Desde ya asimila que no te merece la pena correr este tipo de riesgos a no ser que seas una persona muy independiente en todos los aspectos. 

5.- Cuídate y mima tu autoestima. Si es necesario, pide ayuda externa para desahogarte de cualquier manera. Ten siempre presente (por el método que creas más conveniente) todo lo que vales. 

6.- Si la situación es muy asfixiante, no te va a quedar otra que irte. Tenlo siempre presente. Hay muchas personas que se aferran a un empleo aunque no se encuentren a gusto simplemente por el dinero. Evalúa, por favor, si merece la pena pagar con tu salud psíquica. 

7.- No le des motivo para que te tenga más envidia (forma parte de su personalidad). Por eso, es mejor que muestres cautela al hablar de tus logros ya sean personales, familiares, laborales o de cualquier índole. 

8.- Pon distancia siempre entre el entorno laboral y tu vida personal. Si esto debe ser una máxima en cualquier circunstancia cuando estamos con un individuo de este cariz llévalo a la práctica con más celo aún. 

En definitiva, las personas tóxicas en el trabajo son seres tremendamente egoístas, con escasa o nula empatía, incapaces de trabajar en equipo y de alegrarse de corazón por el éxito de todos. Es frecuente que se revista de modales aceptados o de una pátina de “buen rollo” que es totalmente falsa. Irá apropiándose de cualquier bien (material, espiritual o personal) que se encuentre a su alrededor para conseguir fines propios e individualistas sin tener en cuenta la opinión, criterio o deseos de los que están a su alrededor. Aunque se disfracen con una pátina de virtud (que a poco que rasques verás que es falsa), son seres inmorales dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguir sus fines. También suelen ser superficiales, poco cuidadosos con su aspecto físico y nunca dispuestos a hacer un esfuerzo de superación. En definitiva, el crecimiento espiritual continuo y constante solo es posible si en tu interior brilla la luz. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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