Grant Wood (1892-1942) no solo fue el mejor representante del regionalismo norteamericano sino también el creador de una de las pinturas más icónicas de Estados Unidos: American Gothic (1930). Es, junto a Edward Hopper (1882-1967), el mejor representante de la corriente englobada bajo el término American Scene o realismo norteamericano. De su importancia da cuenta que solo las obras del pop art y de Jackson Pollock han tenido un éxito e influencia semejante. Y ello a pesar de que nuestro protagonista no fue demasiado prolífico.
Breve biografía de Grant Wood
Nació y murió en Iowa, centro de la cultura puritana y trabajadora del medio oeste. Demostró habilidades artísticas desde niño y en 1910 se matricula en la Minneapolis School of Design donde estudió con un representante de la Arts and Craft inglés. Este movimiento europeo, concentrando especialmente en Gran Bretaña y emparentado con el Modernismo, quería recuperar la dignidad artesanal de todos los objetos perdida por los primeros procesos industriales. Realizaron todo tipo de obras, desde las lacónicas pinturas de los artistas agrupados bajo el nombre de Hermandad Prerrafaelita hasta muebles pasando por libros elevados a la categoría de bibliofilia. Grant Wood continuó sus estudios en el Art Institute of Chicago y en la Universidad de Iowa.
En 1923 viaja a Europa y recala en París donde ya estaban desarrolladas todas las vanguardias históricas. Sin embargo, la obra de Grant Wood acusa el sustrato no de estos movimientos estilísticos rupturistas sino de la pintura del Renacimiento creada en el norte de Europa. Fue en ese primer viaje (que continuó hasta Munich) donde entró en contacto con estas obras históricas y pudo admirar sus mejores ejemplos. Así, desde una estética cercana al postimpresionismo, va a desarrollar un estilo propio en el que podemos intuir los ecos de las tablas flamencas con sus protagonistas en pose diplomática flanqueados por habitaciones o viviendas propias. En esta línea tenemos que leer su afamada obra American Gothic (1930).
La fama de la obra, símbolo icónico de los valores de la América profunda orgullosa de su laboriosidad y valores tradicionales, le abrió las puertas de la Universidad de Iowa. Allí enseñó a partir de 1933 mientras levantaba pinturas que (con un punto de sátira incluso) retrataba el mundo que siguió a la Gran Depresión y el posterior cierre emocional, cultural y económico de la sociedad americana. Además, la revista Times, en 1934, se hizo eco de la obra señalando a su autor como uno de los mayores representantes del regionalismo norteamericano. Murió en 1942 de un cáncer de páncreas habiendo conocido el éxito y saboreado las dulzuras del reconocimiento.
Características de las obras de Grant Wood
1.- La crítica señala el año 1928 como el punto de inflexión entre dos estilos bien diferenciados. Hasta esta fecha, el artista se centra (siguiendo una estética próxima a los pintores postimpresionistas europeos) en representar los paisajes del medio oeste y del sur de Estados Unidos. A partir de este año desarrolla su particular estilo pictórico inspirado en el gótico tardío alemán.
2.- A pesar de que la Gran Depresión supuso un punto de inflexión dramático en la vida norteamericana, no hay dolor en las obras de Grant Wood. Más bien, atisbamos un punto irónico mientras recoge la vida cotidiana de gentes sencillas orgullosas de su progreso a través del trabajo humilde.
3.- A partir de 1928 y hasta su muerte, crea sus mejores obras en las que podemos ver el sustrato de la pintura de tabla renacentista incluso en el esbozo y en la perspectiva.
4.- Utiliza colores planos, saturados, suaves sin sombras exageradas ni pinceladas sueltas.
5.- Las obras son tremendamente realistas reproduciendo los aspectos de la vida campesina, tradicional y puritana de los grandes campos americanos.
6.- Los protagonistas siempre aparecen serios, en actitud digna y reconcentrada sin dar lugar a la alegría, la fiesta y ni mucho menos al desenfreno. Todas ellas representan un mundo laborioso, sobrio y orgulloso de una forma de vida tradicional centrada en modelos aprobados socialmente.
American Gothic, la apoteosis artística de Estados Unidos
El pequeño cuadro (que apenas alcanza los 75 cms por 63 cms) es una de las pinturas icónicas del arte estadounidense al nivel de las conocidas obras del pop art más importantes. Fue realizado en 1930 siguiendo la técnica del óleo sobre tabla y hoy en día se custodia en The Art Institute of Chicago. En él se representa de forma simbólica a un padre y a una hija de la América campesina. La modela femenina fue la hermana del artista (heredera de su legado) y para la masculina sirvió de modelo el dentista de la familia. La joven mira (entre enfadada y triste) al exterior sin prestar mucha atención a lo que sucede a su alrededor mientras el hombre (de forma seria y de frente) sujeta una horca (una herramienta básica en las tareas agrícolas).
Al fondo, completando un triángulo visual perfecto, aparece una vivienda tradicional construida en madera. La escena tan sencilla ha sido captada con total maestría por el artista convirtiéndose en símbolo de una forma de vida. No encontramos trazos dudosos y el pincel se despliega de una manera. realista en extremo (casi fotográfica) despojando al relato de cualquier elemento superfluo que impida su lectura.
Otras obras de Grant Wood que hay que conocer
Aunque la fama de American Gothic supera incluso al nombre del artista, no fue la única (sería imposible llegar a ese grado de maestría si así fuera) que entró en el canon. Es más, aunque son conocidos sus óleos planos en los que las figuras se encuentran de frente ante el espectador, trabajó otras técnicas como la litografía o la escultura. Sin ánimo de ser exhaustivos, sí hay que destacar estas dos.
Hijas de la Revolución (1932)
Está realizada en un original formato horizontal también de pequeño tamaño (apenas 30 x 100 cms) y se muestra en el Cincinnati Art Museum. Irónico, como American Gothic, muestra incluso un punto de sarcasmo. La obra representa a tres mujeres entradas en años que forman parte de la Asociación Hijas de la Revolución. A este club femenino solo se puede acceder a partir de la mayoría de edad tras demostrar que se desciende (por línea genética y no de adopción) de algún participante de la Revolución Americana. Fue fundado en 1890 y hoy tiene su sede en Washington con más de 80.000 miembros y becas anuales de más de un millón de dólares. De fuerte carácter conservador, al mismo pertenece (por poner un nombre) Laura Bush y está emparentado con el Tea Party.
La obra está en consonancia con el espíritu del club empeñado en velar por los valores tradicionales y orgulloso de la esencia americana. Las tres señoras se presentan de frente, de manera seria y arropadas por una reproducción de la obra de 1851 Washington atraviesa el Delawere, otro de los símbolos de la nación americana.
Balada sentimental (1940)
De distinto tenor es esta última obra de Grant Wood cuajada de intertextualidad y de referencias a otras artes. La génesis de su creación es la que sigue. En 1940 (tras el arrollador éxito de American Gothic) se acuerda que el artista visitaría el set de rodaje de Hombre intrépido (The Long Voyage Home), película de John Ford. No iba de turismo sino que tendría como objetivo captar algunos momentos del film en el lienzo con fines meramente publicitarios. Y a la escena final corresponde Balada sentimental en la que podemos ver claramente el rostro del famoso actor John Wayne (el segundo por la derecha). En ella se recoge la canción de siete borrachos en un pub siguiendo su estética realista al máximo mientras el fondo (como en las pinturas barrocas y renacentistas) es vaciado con un color negro.
También de formato exageradamente horizontal es esta obra que se guarda en el The New Britain Museum of American Art de Connecticut. La estética de la denominada American Scene llega a su cenit con las obras de Grant Wood y su realismo extremo en el que son protagonistas las gentes laboriosas de las grandes extensiones agrícolas americanas. Es American Gothic su obra cumbre y uno de los iconos artísticos de esta parte de mundo y, por extensión, de la pintura universal.
Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla