Biografía de Vincent van Gogh resumida

Biografía de Vicent Van Gogh

Biografía de Vicent Van Gogh

Candela Vizcaíno

 

Junto con Leonardo, Picasso y, quizás, Klimt, Vincent van Gogh es uno de los artistas más reconocidos del panorama artístico internacional. Tanto es así que su nombre y los avatares más importantes de su vida resuenan en las mentes de aquellos que, incluso, no sobresalen por tener una amplia cultura humanística. El genio incomprendido, tachado de loco, solitario, buscando el amor insistentemente, tan pobre que vive de la caridad de su hermano menor se hace atractivo para el común de los mortales. Y esto se multiplica por cien o por mil cuando la fama y el valor millonario de sus cuadros no casa con la vida triste que llevó en su paso por este mundo. Aunque parezca contradictoria en la biografía de Vincent van Gogh encontramos datos y material para entender a la persona y al artista que había detrás. A pesar de que su obra primera puede tener las características del impresionismo comúnmente reconocidas, muy pronto evoluciona hacia un estilo propio en el que la acumulación de color, el trazo agresivo, firme, chocante y el simbolismo en algunas de sus obras cobran protagonismo. 

La importancia de la familia en la biografía de Vincent van Gogh: primeros años 

Pero empecemos por el principio. Cuando Vincent van Gogh llega a este mundo, el 30 de marzo de 1853 (hijo Theodorus van Gogh y de Anna Carbentus) en Groot Zundert, justo un año antes había nacido un hermano con el mismo nombre. Murió a los pocos minutos. Theo tardará en llegar a este mundo cuatro años más, el 1 de mayo de 1857. A pesar de la oposición de la familia en la decisión de dedicarse a la pintura de Vincent van Gogh, el mundillo no era ajeno al clan, ya que tres de sus tíos se dedicaban a esta actividad y eran marchantes de arte. Eso hay que tenerlo en cuanto a la hora de valorar su éxito posterior a pesar de los sinsabores de su vida. 

Van Gogh autorretrato dedicado a Gauguin

Sus estudios de primaria se desarrollan en su pueblo para luego entrar el internado de Zevenbergen y, posteriormente, en un instituto de secundaria de Tiburgo. Vincent van Gogh no realiza estudios universitarios y en verano de 1869 (con tan solo 16 años) ya está trabajando en la sucursal que la galería francesa Goupil y Cía mantenía en La Haya. Aquí permanecerá hasta 1973 cuando lo trasladan a Londres donde se instala ese verano. Un año antes había comenzado la correspondencia con Theo, la cual se encuentra perfectamente datada y emplazada siendo un material valioso para conocer de primera mano no solo los avatares vitales del pintor sino también su particular posicionamiento con respecto a su labor artística. En la capital inglesa permanecerá hasta 1876 compaginando su trabajo en la galería con los esbozos de sus primeros dibujos. El arte, por tanto, rodea al joven van Gogh en todos los aspectos.  

Aprovecha para visitar a la familia en verano y en Navidad y su hermana Anna se va a vivir con él en julio de 1874. Todo marcha en orden para el joven van Gogh llevando una vida rutinaria de pequeño burgués sin que nada haga presagiar el genio en el que se convertiría a la par que se reponía de sucesivas crisis existenciales. El primer desengaño amoroso llegaría en agosto de 1874 cuando es rechazado por Eugénie Loyer, la hija de su casera.

Un hilo conductor en la biografía de Vincent van Gogh: el querer ser útil y su labor como misionero

La personalidad sensible y quebradiza de Vincent van Gogh a primera vista escondía una persona tremendamente comprometida con sus semejantes. Mientras trabaja en Londres es enviado de vez en cuando a la sede parisina de la galería Goupil & Cia. Él aprovecha el tiempo de ocio que le deja el trabajo para pasear, pintar, seguir formándose y estudiar La Biblia. En este sentido fue determinante su amistad con Harry Gladwell que le acompañaba con la lectura de los textos religiosos.  

Al volver de las vacaciones de Navidad de 1876 es despedido de la galería. Vincent van Gogh se queda en Inglaterra donde comienza a dar clases y se enfrasca en su labor como misionero. Su primer sermón llevaba por título “Yo soy extranjero en la tierra, no me escondas de tus mandatos”. Sin embargo, pronto comienza a cansarse de Londres y baraja la posibilidad de ingresar en la Universidad. Por eso, se pone a la tarea de estudiar griego y latín (asignaturas imprescindibles entonces) mientras trabaja en la librería Dordrecht y se instala en Ámsterdam. 

De una manera nómada y totalmente autónoma sigue con su labor de predicación, primero en el noviciado de Laeken, luego en Bélgica, en Cuesmes… Se une con los más miserables, con los trabajadores de labores durísimas, con los mineros jugándose la vida a diario…  Es este un periodo dominado por un hilo conductor: su fe en la palabra para ayudar al mundo, una primera crisis existencial (al no aprobar los exámenes para entrar en la universidad) y una vida prácticamente nómada.   

Los primeros años como artista y el desencuentro con la familia 

Si hay una fecha importante en la biografía de Vincent Van Gogh, esta es 1880 cuando abandona la predicación de la Biblia para centrarse en su tarea como artista, de aquí ya no se moverá jamás. Eso no quita, por supuesto, para que los cimientos emocionales que el Evangelio le proporcionaba, no le abandonaran nunca. Ese mismo año entra en la Academia de Bellas Artes de Bruselas y toma clases particulares con Anton Mauve. El genio independiente de van Gogh no le permitía estar encorsetado en un estilo, un maestro o una institución. Por eso, a la par que sufre su segundo rechazo amoroso, esta vez de su prima Kee Vos, se deshace de todo aprendizaje más o menos reglado.  

Otra fecha importante en la biografía de Vincent van Gogh es 1882, año en el que aloja en su casa a una prostituta, Sien Hoornik, con quien permanecería hasta septiembre de 1883. A la par, comienza a pintar paisajes por encargo de un tío afincado en La Haya mientras su hermano comienza su labor interminable de mecenazgo aportando la financiación necesaria para desarrollar su arte, al negarse el padre a apoyar esta andadura. El desencuentro con la familia fue importante, a pesar de que el mundillo del arte no era ajeno al clan ni al mismo van Gogh, quien recordemos se había iniciado laboralmente trabajando en una galería. Quizás todo este rechazo e incomprensión innecesaria ahondó en un carácter de por sí frágil.  

Lo que vendría después está perfectamente resumido por el mismo artista:  

“Creo poder concluir, sin exagerar nada, que mi cuerpo aguantará al menos durante algunos años, digamos entre seis y diez… No tengo la intención de cuidarme."

Eso lo escribe en septiembre de 1883. El 30 de julio de 1890, Vincent van Gogh estaba siendo enterrado. Entre un hecho y otro habían pasado menos de 7 años, los mismos que levantaron su carrera y toda su obra conocida a la par que reconocida a nivel internacional.  

París en la vida de Vincent van Gogh 

A pesar de las desavenencias con el padre, vuelve al hogar paterno para cuidar de su madre y aquí llega su tercer enamoramiento (sin contar a Sien a quien Vincent la consideraba más bien alguien de acogida que una compañera sentimental). Esta vez se trata de una vecina, Margot Begemann con problemas psicológicos evidentes ya que tiene tendencias suicidas. En 1885 muere su padre y comienzan las primeras grandes obras del artista: Los comedores de patatas o Cementerio rural.  A partir de esta fecha se va vislumbrando su estilo original y único, el mismo que le ha hecho entrar en la historia del arte. 

Paralelamente, se empapa intelectualmente de las corrientes del naturalismo literario abanderado por Zola que, por entonces, estaban en boga. Todo ello, unido a su espíritu evangelista, hace que Vincent van Gogh se dedique a retratar la vida sencilla de los que nada tienen de una manera realista sin caer en el dramatismo. En 1886 viaja a París, por entonces epicentro y ombligo del mundo artístico no sin antes pasarse antes por Amberes para estudiar y admirar los clásicos flamencos.  Allí ve a Theo tras ¡10 años! separados. El punto de encuentro no puede ser más significativo: el Museo del Louvre.  

En París comienza a codearse con la bohemia artística que frecuenta Montmatre y alrededores. Aquí comienza su amistad (que acabó en desavenencia) con Gauguin, con Toulosse-Lautrec, Emile Bernard, Signac (quien derivaría hacia el puntillismo) y Pissarro. Pinta sin tregua empapándose de las corrientes novedosas de la capital del arte. A la par, visita exposiciones, museos o hace dibujos de esculturas clásicas. Logra incluso exponer su obra en dos ocasiones.  

Para 1887 la relación con Theo, con quien vive en un modesto apartamento, comienza a resistirse debido al especial carácter del Vincent. El hermano menor describe la convivencia con una persona que hoy sería catalogada como bipolar: 

“El apartamento es casi insoportable… Es como si hubiera dos seres en él, uno maravillosamente dotado, sensible y tierno, el otro egoísta y duro… ¡Qué lástima que él sea su propio enemigo!”  

Si la convivencia con el hermano es complicada, también se resienten las amistades. Gauguin pone tierra y mar de por medio iniciando uno de sus primeros viajes a lugares lejanos, aunque regresa muy pronto. Aún quedan los años en la Provenza juntos.  Sin embargo, Theo, a pesar de los desencuentros, trabaja para poder colocar y dar a conocer la obra de su hermano. Ese mismo año se vende “Las bañistas”.  

Los días más tristes en la biografía de Vincent van Gogh y la realización de sus mejores obras: Arlés y el sanatorio 

“Si no tuviera a Theo, sería imposible lograr en mi trabajo lo que debo alcanzar” reconocería el artista justo antes de abandonar París para instalarse en la Provenza, primero en Arlés (donde pinta su famosa habitación). Allí se reúne con Gauguin para pintar juntos. Sus salidas al mar, al campo de trigales, a la naturaleza en rededor lo hace rendirse al lugar. Se queda prendado de la luz, de los colores, de las posibilidades expresivas y trabaja de forma incansable. Este periodo fue magistralmente recogido en la película (de ficción) Los sueños de Akira Kurosawa, en el fragmento “Cuervos”.  

Vincent Willem van Gogh | autorretrato con oreja cortada

Desafortunadamente este trabajo pasional no le va bien a su carácter y tras una disputa con Gauguin se corta una oreja, hecho magistralmente recogido en uno de sus múltiples autorretratos. Eso sucedió en diciembre de 1888 y en febrero del siguiente año ya Vincent van Gogh daba muestras de un agotamiento psicológico extremo. Tanto es así que un mes más tarde es internado en el hospital para luego ser aceptado como interno en el asilo de Saint Remy, cuya vida también retrató de forma proverbial. Aunque a Vincent van Gogh se le ha colocado la etiqueta de loco con mucha frivolidad, hay que ponerse en las costumbres (también médicas) de la época. Aún faltaría por llegar los primeros escritos sobre el psicoanálisis de Freud y, a la par, este tipo de sanatorios eran auténticas cárceles (bajo la mirada contemporánea) en las que cualquier persona con una afección leve se podía ver atrapado. El resultado (hoy se sabe) es un ahondamiento de los síntomas simplemente por los métodos crueles que se practicaban de manera totalmente aceptada. 

Mientras Vincent pasa por sus momentos más tristes, Theo contrae matrimonio con Jo Bonger (quien sería crucial para el posterior conocimiento de su obra) e, inmediatamente se queda embarazada. Dará a luz a un niño (31 de enero de 1890) que se llamará a igual que su tío. Mientras tanto, el pintor encadena una crisis tras otra mientras su hermano y cuñada logran colocar algunas de sus obras en los circuitos artísticos europeos. Vincent estará en el sanatorio de Saint Remy hasta el 16 de mayo de 1890 poniendo rumbo, nada más ser dado de alta, hacia París, hacia la casa de su hermano. Allí alquila una habitación para estar junto a la familia y conoce al Dr. Gachet, inmortalizado en un magistral retrato.  

El 6 de julio regresa a la Provenza, a Auvers, y dos días más tarde pinta su último cuadro Campo de trigo con cuervos de una belleza apabullante y con un claro simbolismo de liberación, de unión cósmica representado en esos pájaros que unen el cielo con la tierra. Según la versión oficial, el  27 de julio de 1890 se pega un tiro en el pecho muriendo al día siguiente con Theo a su lado. Este seguiría a su hermano mayor al otro mundo a los pocos meses. Ambos reposan juntos bajo sencillas sepulturas en el cementerio de Auvers-sur-Oise.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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