A Olite hay que ir en Julio y, a ser posible, durante la segunda quincena del mes. A lo largo de esas dos semanas, esta bella ciudad de Navarra, en otro tiempo capital del reino, vibra con su Festival de Teatro Clásico. Este se celebra en un emplazamiento inmejorable: en uno de los patios del Palacio Real. Pero, vayamos por partes que se ha dado mucha información en muy poco espacio y mucho que ver en Olite.
Los inicios históricos de Olite, la real
Olite está en la zona media de Navarra, al Sur de Pamplona y a unos cuantos kilómetros de la capital. Aunque sus orígenes se remontan al siglo VII con una vaga referencia a una villa de raigambre goda, el esplendor de esta hermosa localidad comienza en el siglo XV, cuando Carlos III de Navarra (conocido como El Noble) y su esposa Leonor de Trastámara mudan la corte desde Estella (cuya palacio ha sido reconvertido en un museo dedicado al pintor local Gustavo de Maeztu) a Olite. Allí se hacen construir un magnífico castillo al estilo de los que se levantaban en Francia e instalan la corte.
Castillo e Iglesia de Santa María, lo primero que tienes que ver en Olite
Anque no se conserva ni un solo mueble ni objeto decorativo original, disfruta de unas vistas inmejorables y la construcción en sí (sobre todo el jardín interior de la reina) es de una serena belleza. Visita obligada merece el patio dominado por una vieja morera. El Castillo de Olite fue construido con anterioridad a los impresionantes palacios del Valle del Loira aunque no tiene nada que ver con Chambord o Cheverny, ya que este es muchísimo más modesto. Aún así tiene cierto parecido, aunque es menor en tamaño y más discreto en lujo y comodidades, con el de Amboise. Recuerdo que aquí está enterrado uno de los principales artistas del Renacimiento italiano: Leonardo da Vinci.
El viajero no tendrá que andar mucho para disfrutar de la zona monumental de Olite, ya que lo más interesante está literalmente uno al lado del otro. Y cuando digo literalmente es que es literalmente. El palacio (centro neurálgico señalado desde la entrada de la localidad) está prácticamente adosado a la iglesia de arquitectura gótica de Santa María la Real, rodeada por un extraño pórtico con delicadas arcadas y junto al templo, se encuentra el Parador de Turismo (no recomendable para viajeros exigentes, ya que exhala un aire triste y rancio). Y junto al Parador, se encuentra el Centro de Atención al visitante con una exposición sobre los vinos de Navarra.
El Festival del Teatro Clásico de Olite
Los aficionados al teatro clásico tienen una cita con este festival que se viene celebrando desde hace un par de décadas. Durante dos semanas, se representan obras del repertorio de los mejores autores españoles del Barroco con una puesta en escena única: el Castillo de Olite. La página web del lugar, publicita, con bastante anterioridad, los títulos en escena y permite comprar las entradas online, algo necesario en esta época tecnológica. Las obras de Lope de Vega, Calderón de la Barca y de los dramaturgos del Siglo de Oro siempre se encuentran en cartel.
Museo del Teatro Clásico, otro punto que tienes que ver en Olite
Si no te es posible asistir a este evento cultural, en la plaza central, allí donde se concentran las tascas, restaurantes y las oficinas del Ayuntamiento, un sótano perfectamente acondicionado mantiene una exposición permanente con dos temáticas distintas y un solo hilo conductor. El nexo de unión son los trajes.
Se exponen modelos (magníficamente confeccionados y diseñados) del atrezzo de algunas obras que se han representado en el Festival junto a recreaciones (inspiradas en obras perteneciente a la pintura renacentista europea) de la ropa usada en la época de mayor esplendor de esta villa real. La idea es hacernos viajar al pasado, al siglo XV, cuando la Reina Leonor mantenía su corte con músicos y juglares llegados de Francia.
Aunque hay mucho que ver en Olite, una sola mañana bastará para disfrutar tranquilamente y recorrer cada rincón de esta bella localidad navarra.
Fotos y texto por Candela Vizcaíno