Situada en la encrucijada que une Córdoba, Sevilla, Málaga y Granada, su emplazamiento estratégico le sirvió para desarrollar, a partir del siglo XVI, una rica actividad comercial. Pero, mucho antes, antes de que los siglos se contaran de uno en uno, en el lugar hubo prósperos asentamientos humanos y prueba de ello son sus dólmenes, hoy Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y lo primero que tienes que ver en Antequera.
Y si hay algo que caracteriza a esta ciudad malagueña es la presencia inexorable de la piedra, de una piedra que está presente en bellos edificios de arte barroco o renacentista, en las muestras del prehistórico y en esa maravilla natural para perderse haciendo senderismo que es el Torcal. Pero aún hay más, porque no te puedes ir sin degustar sus deliciosos molletes (exquisitos tostados y regados con el aceite del lugar) o recorrer otra maravilla entre natural e industrial que se encuentra muy cerca: El Caminito del Rey. Aparte de todo lo que hay que ver en Antequera, toda la zona es un destino perfecto para recorrer en familia y disfrutar de una naturaleza extraña y única.
Los dólmenes, lo primero que tienes que ver en Antequera y nada más llegar
Mucho antes de que se convirtiera en encrucijada de caminos andaluces, el lugar fue refugio de los primeros humanos. Allí debieron quedarse prendados de una naturaleza fascinante y extravagante incluso que, de tanto en tanto, adquiría contornos reconocibles. Estos primeros pobladores, con toda probabilidad, consideraron que el espacio estaba repleto de magia y hacia esa pequeña montaña con forma de cara dispusieron uno de los dólmenes más complejos del mundo. Me refiero a la Peña de los Enamorados cuyo perfil en forma de rostro sobresale del llano. Hoy toda la zona está adaptada para el visitante contemporáneo con caminos de tablas, un pequeño museo, zona de aparcamiento e, incluso, baños. Casi no tiene pérdida y allí te vas a encontrar lo siguiente.
1.- El Dólmen de Viera es el pequeño y más alargado
Tanto es así que apenas es un pasillo en el que caben, a duras penas, dos personas. Es el primero que se visita una vez has aparcado y te has informado un poco (si no hay mucha gente) en el pequeño museo con la denominación Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera. Corresponde al arte prehistórico de la Edad de Bronce y se encuentra a escasos metros de otro más grande, peculiar y enigmático.
2.- El maravilloso Dolmen de Menga merece por sí una visita
Es el mayor de todos los conocidos en la zona y luce espectacular. Sin duda, es un lugar concebido con fines mágicos o religiosos, como otras tantas muestras de la arquitectura prehistórica, ya que su orientación y vistas tiene como protagonista la llamada Peña de los Enamorados. Es esta una montaña con forma de cara humana que sobresale entre el inmenso llano de Antequera. Se encuentra dividido en dos cámaras y las paredes están completamente forradas de piedra. En él, además, hay grabadas algunas imágenes y en una de ellas se adivina perfectamente (aunque sea esquematizada) el contorno de una de una de las llamadas Venus prehistóricas, figuras femeninas representadas en su rotunda maternidad cuyo símbolo hay que buscarlo en el culto a la fertilidad. Solo para disfrutar de este dolmen Patrimonio de la Humanidad por la Unesco merece la pena una visita a Antequera.
3.- El Tholos del Romeral no es tan espectacular pero también es otro punto que ver en Antequera
Pero también merece una visita aunque se encuentre apartado de este conjunto museístico. También está perfectamente adaptado para realizar una cómoda visita. Este ya no está realizado con grandes bloques de piedra sino con adoquines dispuestos sin argamasa para formar los muros.
También tienes que ver en Antequera su caso antiguo y los restos de la arquitectura renacentista
Porque la ciudad, con la Reconquista, comenzó a tener importancia ya que se encontraba en una encrucijada de caminos que unía los puntos más importantes de la antigua Al-Andalus. Desde allí, a partir del siglo XVI, comenzaron a salir maravillosas mantas y tejidos realizados con lana con destino a todos los rincones del reino. La importancia del lugar fue creciendo y creciendo hasta el siglo XVIII. Fue entonces cuando se instalaron distintas órdenes religiosas y miembros de la nobleza que levantaron maravillosos edificios siguiendo el arte barroco. Hoy algunos de ellos han sido reconvertidos en otros usos pero también son emplazamientos que ver en Antequera junto con las puertas renacentistas, los distintos miradores y sus calles encaladas y en cuesta. A mediados del siglo XIX, con la construcción del ferrocarril, Antequera fue perdiendo importancia como nudo de comunicaciones y fue resbalándose en la decadencia hasta mediados del siglo XX. Hoy se afana en recuperar su mejor cara para mostrársela al visitante que se acerca movido por la curiosidad. De su casco antiguo hay que destacar:
1.- Real Colegiata de Santa María la Mayor, imprescindible que ver en Antequera
Ha sido reconvertida en espacio museístico de pago y en cuya plazoleta puedes empezar a perderte por las calles de esta bella localidad. Y eso sin contar las vistas porque desde la misma plaza (donde se organizan conciertos) puedes disfrutar de unas vistas de infarto. A esta se accede por el Arco de los Gigantes realizado siguiendo la estética renacentista.
2.- El Mirador de las Almenillas da acceso a la parte alta de la localidad coronada por la Alcazaba
Aquí disfrutamos de los restos del antigua construcción árabe del siglo XI hoy adornada con preciosos jardines con fuentes y con unas vistas de infarto. En ella puedes recorrer el camino almenado que se remata en dos torres. Estas fueron levantadas mucho más tarde, en el siglo XVIII.
3.- Otras construcciones que ver en Antequera
- El antiguo Palacio de Nájera del siglo XVIII se ha reconvertido en Museo de Arte, Arqueología y Etnología. Aquí puedes encontrar algunas piezas romanas, árabes e incluso de arte prehistórico de la zona.
- Un poco más apartado se encuentra el Museo de Arte con exposiciones de creadores contemporáneos.
- Museo Conventual de las Carmelitas Descalzas de Antequera en el que se ofrecen dulces artesanos aptos para los paladares más gourmets.
- Fachada del Palacio de la Peña de los Enamorados en estilo renacentista.
- Y, por supuesto, perderse por sus calles sin rumbo fijo, la mejor manera de conocer emplazamientos habitados, vividos y sentidos desde la Antigüedad.
Senderismo por el Torcal de Antequera
Es, sencillamente, un lugar fascinante, un emplazamiento rocoso de tipo kárstico formado por la erosión del agua en las rocas. Hoy adquiere formas caprichosas y se han habilitado senderos para recorrerlo según el nivel físico del senderista. El más fácil es apto incluso para familias con niños y, justo en la entrada, se puede disfrutar del lugar sin tener que caminar mucho ya que está preparado con tablas sobre las que pasear y disfrutar de las vistas. Este tramo es accesible incluso a personas con movilidad reducida.
El camino de acceso se puede complicar en temporada alta o los días de fines de semana. En este caso, habrá que dejar el coche en un aparcamiento habilitado al efecto y tomar una lanzadera que te lleva hacia el centro de interpretación. Allí te pueden asesorar sobre la mejor ruta a recorrer. Dispone de baños y de una cafetería con unas vistas de infarto a este espacio natural, un hito que ver en Antequera y único en el mundo.
Si te atreves a recorrer los distintos caminos, lleva ropa de abrigo e impermeable, botas de montaña e, incluso, un bastón. El suelo es resbaladizo y la humedad bastante alta. ¡Aún así, merece la pena y mucho!
Otra ruta de senderismo es el Caminito del Rey, muy cerca de Antequera
La afamada senda construida para dar servicio a la presa hidroeléctrica de El Chorro se encuentra muy cerca y es una excusa más para disfrutar de una naturaleza enigmática. En esta ocasión ha sido modificada (y mucho) por el hombre. De sobra conocido, es de intensidad baja. Está perfectamente señalizado y, además, gran parte del recorrido discurre por unas tablas de madera dispuestas en volado sobre el acantilado.
Es de pago y las entradas se agotan pronto. Para realizar la vuelta han dispuesto autobuses que realizan el recorrido en sentido contrario. La ruta se realiza con todas las precauciones posibles, incluso con casco, y es recomendable no llevar bastón ya que no está permitido su uso. Este vertiginoso sendero fue inaugurado por el Rey Alfonso XIII y olvidado después para recuperarse en todo su esplendor bien entrado el siglo XXI. Es una forma de acercarse a un paisaje extraño usado por el hombre de manera industrial.
Lobo Park si viajas en familia es otro destino original que ver en Antequera y disfrutarlo al máximo
Se trata de un zoológico peculiar en el que se han habilitado espacios para que vivan en semi libertad lobos de distintos puntos del planeta. Está gestionado con una fuerte dosis de pasión y se conoce a través de una visita guiada donde nos van explicando los entresijos de esta fascinante especie animal. Los días de luna llena organizan rutas nocturnas con linternas y esta fue las que nos cogimos nosotras. Sin duda, fue todo un acierto por lo que supone de conocimiento de estos hermosos animales. Con esta opción, además, te ofrecen una pequeña cena buffet con platos muy bien elaborados y sabrosos.
Gastronomía y hoteles de Antequera
1.- Y del delicioso tentempié de Lobo Park nos vamos a la gastronomía de Antequera. En cualquier panadería del lugar puedes encontrar los delicioso molletes, una pieza blanda y aplanada con la miga y la corteza muy blanca. Hay que degustarlos tostados y regados con el aceite de oliva que se produce en la zona. También se puede acompañar de embutidos.
2.- La porra antequerana es otra especialidad de la zona y pertenece a la familia de los gazpachos y salmorejos andaluces. Esta es un poco más espesa y se completa con trocitos de huevo duro, jamón serrano e, incluso, salazones de pescado.
3.- La zona dispone de carne de cabrito y chivo que se prepara en caldereta (con una salsa con verduras) o asado.
4.- También hay que degustar los quesos y embutidos locales.
5.- Tampoco hay que perderse los dulces de los conventos o de las confiterías locales que elaboran roscos, mantecados o alfajores para chuparse los dedos.
Y de las cosas de comer nos vamos a las del descanso. De Antequera me quedo con dos hoteles:
1.- El Parador de Antequera realizado en estilo contemporáneo y decorado siguiendo la estética zen con una refrescante piscina en verano. Tiene vistas a la campiña y el restaurante sirve todas estas delicias mencionadas arriba.
2.- Hotel Convento de la Magdalena, un cinco estrellas en mitad de la campiña que ha sido restaurado con acierto. Aparte del silencio y de algunas estancias originales, hay que disfrutar de su piscina cubierta con vistas al jardín y del restaurante con el disfrute hacia la montaña mientras se degustan los platos de tradición local.
Es mucho lo que hay que ver en Antequera y sentir y disfrutar. Es un lugar especial para los amantes de la naturaleza, ya que esta extraña, diferente, mágica y subyugadora, tanto que querrás volver una y otra vez.
Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla y viajera incansable.