Cuenta la leyenda que la insignia de Segovia, su acueducto, fue levantado en una sola noche por obra del mismísimo Satanás. Una bella aguadora de la ciudad, exhausta de tanto acarrear cántaros por las empinadas cuestas, pidió (a las malas) algún ingenio que remediara su cansancio. Presto se presentó el diablo prometiéndole la obra en una sola noche. El precio pactado fue el alma de la muchacha si no lograba levantar la obra en el tiempo pactado (antes del amanecer). La joven, cuando se dio cuenta, aterrada, del nefasto trato que había hecho, se encomendó a la Virgen María y a ella le estuvo rezando toda la noche. Sus plegarias dieron resultado ya que cuando, despuntó el alba y cantó el gallo, a Satanás y a su ejército de constructores les faltaba una piedra por colocar. Perdió por tanto la apuesta y la ciudad se encontró con un acueducto gratis y la joven, por tanto, liberada de tal dolor eterno. En ese hueco, que demuestra la derrota del ángel oscuro, hoy en día, se recuerda el milagro que obró María para salvar a la aguadora. Leyendas aparte, esta maravilla de la arquitectura romana que es hoy el acueducto no es lo único que tienes que ver en Segovia, aunque ya de por sí solo merece una visita. ¿Me acompañas?
Los cinco magníficos que ver en Segovia
1.- El acueducto de Segovia
Esta maravilla de la ingeniería y del arte romano es uno de los mejores conservados del mundo. Se levanta sobre una doble arcada de medio punto (técnica tomada del arte etrusco) y fue utilizado desde el siglo I (fecha de su construcción) hasta bien entrado el XIX. La arcada inferior tiene más de 25 metros y sobre ella se ha colocado una nueva línea de arcos que están unidos sin argamasa ni cemento. ¡El equilibrio se ha mantenido durante más de veinte siglos! Su situación no tiene pérdida ya que está situado nada más entrar en la ciudad y es lo primero que tienes que ver en Segovia. Justo en su base se ha habilitado un parking subterráneo y, en los últimos años, se ha limitado el tráfico rodado para que la vibración de los automóviles no desbarate lo que lleva sobre la tierra tanto tiempo. Desde aquí se inicia un paseo delicioso por el resto de las maravillas de este emplazamiento castellano.
2.- La catedral y la Plaza Mayor
Está a poco más de diez minutos caminando de la primera maravilla que ver en Segovia (el acueducto). No tiene pérdida ya que se llega cruzando las calles principales de la localidad repletas de tiendas de todo tipo. Aunque, en los últimos años, las marcas más conocidas se han quedado con buenos locales en esta arteria, aún sobreviven negocios artesanales que ofrecen las delicias locales en forma de objetos de cuchillería o productos cárnicos.
La Plaza Mayor no es exactamente rectangular. Uno de los laterales está ocupado por el Ayuntamiento y en otro se sitúa el teatro Juan Bravo. Tiene un ambiente sereno y cuidado con un quiosco de música en el centro. A su alrededor se desperdigan tiendas y cafés tradicionales.
En el extremo de menor tamaño de la plaza se encuentra la catedral, imprescindible que ver en Segovia. Muy cuidada y accesible, fue levantada durante los siglos XVI y XVII en estilo gótico tardío. Sin embargo, el claustro es anterior y de una serena belleza. Todas las capillas se cierran con rejas aunque se puede admirar el interior al completo, así como el altar mayor y la sillería del coro. La entrada está incluida en la ruta Segovia Sacra.
3.- El Alcázar es lo siguiente que tienes que ver en Segovia
Aunque se encuentra en el extremo de la ciudad vieja, dominando una colina. Su planta se adapta a la roca sobre la que se alza conformando una construcción que parece salir de las mismas entrañas de la tierra. Está ejecutado sobre un castillo medieval y, posteriormente, se hizo una reforma ya en el siglo XV. En 1862 sufrió tal devastador incendio que, prácticamente, tuvo que ser reconstruido. Su perfil se remata con torres terminadas en punta en las que se ha utilizado pizarra que contrasta con el ocre de sus muros. Se puede visitar las torres donde se encontraban los calabozos, el patio de armas y los exquisitos interiores decorados con yeserías en estilo gótico. No te puedes perder la sala de los Reyes, la de las Piñas o del Solio.
4.- La Iglesia de San Martín de camino entre el acueducto y el Alcázar
Fue levantada en el siglo XII y la visita tiene que hacerse con el guía propuesto por Segovia Sacra. A pesar de su belleza, necesita mantenimiento ya que, lo más hermoso (el pórtico) está tomado por las palomas y sus excrementos. Sin embargo, es uno de los mejores ejemplos del arte románico en España.
5.- Casa de los Picos
Otro edificio marcado por la leyenda, la misma que cuenta que entre los cientos de picos de granito por el que se la conoce se oculta un fabuloso tesoro. Es del siglo XV y lo más interesante es su patio renacentista. Suelen realizarse exposiciones diversas en su interior.
Mucho más que ver en Segovia con más tiempo
6.- Iglesia de San Millán, una de las más antiguas y realizada en estilo románico. Levantada sobre un alcor. Por tanto, es uno de los puntos con vistas sobre la ciudad.
7.- Iglesia de los Santos Justos y Pastor, detrás del acueducto e incluida en el pase de Segovia Sacra. También está levantada en el sobrio estilo románico y aún conserva algunos frescos (como el de la imagen) que estuvieron ocultos por capas de cal. En ella también se guarda la talla de un Cristo con otra leyenda milagrosa, esta vinculada a las tropas españolas.
8.- Los miradores de Segovia: Pradera de San Marcos y Mirador del Último Pino, donde hacerte las fotos para Instagram con el Alcázar al fondo.
9.- Iglesia de San Esteban, se encuentra al lado de la Plaza Mayor. También es románica y destaca una torre de cinco pisos.
10.- Jardín de los Zuloaga, junto a la Iglesia de San Juan de los Caballeros, para relajarse y descansar. Se organizan festivales de títeres y marionetas.
11.- Casa Museo de Antonio Machado, dedicado a la vida y obra del poeta. Aquí residió desde 1919 a 1932.
12.- Museo de Segovia, pequeño y con un recorrido por la historia de la ciudad.
Alrededores de Segovia que ver y disfrutar
1.- La Granja de San Idelfonso y los reales sitios
Salvando las distancias, el palacio (sobre el que gira toda la localidad) fue construido a imitación de Versalles aunque es mucho menor y con un lujo contenido. Las primeras piedras fueron colocadas en 1720 bajo el patronazgo de Felipe V. Si bien los interiores hoy lucen vacíos de muebles, el edificio está diseñado para poder admirar las innumerables fuentes que se desperdigan (con el orden de los jardines a la francesa) por todo el exterior. Se hacía traer el agua de la Sierra de Guadarrama y hoy estos espectáculos solo se ofrecen en determinadas horas o días para no despilfarrar. Sufrió un incendio en 1918 que dañó parte de su belleza aunque, al día de hoy, se pueden admirar esculturas de tema mitológico, tapices y otras muestras del arte barroco.
La Granja de San Idelfonso es un imprescindible que ver en Segovia provincia ya que toda la localidad está vertebrada alrededor de los fastos de este palacio de verano. Aún pueden disfrutarse de tiendas que ofertan su lujoso cristal (carísimo), antigüedades, libros o gastronomía (donde no faltan ni los judiones ni el cochinillo).
2.- La villa medieval de Pedraza detenida en el tiempo
Merece la pena acercarse y perderse por sus calles encajonadas entre las murallas. Aún se conservan los blasones de las antiguas casas nobiliarias alrededor de la Plaza Mayor. Hoy es destino de paseo de fin de semana para perderse por este reducto detenido en el tiempo antes de sentarse en alguno de los innumerables restaurantes del pueblo.
3.- Riofrío y su palacio
Se encuentra a 11 kilómetros de Segovia en plena sierra. Fue un antiguo pabellón de caza pero decorado con todo el lujo de las cortes barrocas. Lo mandó construir Isabel Farnesio a la muerte de Felipe V.
4.- El Monasterio del Escorial se localiza a corta distancia de Segovia
Aunque no se encuentra ni en la misma provincia ni en la misma comunidad autónoma, está a tan solo 30 kilómetros de nuestro protagonista. Es fácil llegar en coche y aparcar ya que la explanada de este monasterio y panteón real tiene medidas gigantescas. Levantado en un páramo de difícil acceso (incluso hoy en día hay que desviarse) hasta allí se llevó la maravillosa biblioteca de Felipe II, luego enriquecida por la de los sucesivos reyes o validos como la del Conde Duque de Olivares. Se puede acceder al panteón real de reducidas dimensiones. Esta mole de granito gris (a los espíritus sensibles) les hace entender el carácter del pueblo español, entre lo triste y lo grandioso. La construcción renacentista es rotunda, sobria, serena e inmensa.
Hoteles en Segovia y restaurantes típicos
1.- Parador de Segovia y Parador de la Granja de San Idelfonso, ya que los dos de la provincia merecen la pena, especialmente este último situado en lo que fueran las viviendas del cuerpo de servicio y guardia de casa real. La rehabilitación ha permitido acondicionar un lujoso spa y una piscina en la azotea.
2.- Hotel San Antonio el Real, junto al acueducto y edificado sobre un monasterio del que se conserva su bello claustro. Su restaurante se ha ganado buena fama.
Qué comer en Segovia
De aquí no te puedes ir sin probar las verduras locales, el conocido judión que se cocina a fuego lento junto con embutidos y tocino y, por supuesto, el cochinillo. El de Segovia se caracteriza por su sabor delicado, jugosidad y ternura. La piel tiene que estar crujiente y el magro sabroso conservando la salsa de la grasa. Nombres fundamentales son, junto al acueducto, Casares o Mesón Cándido con su casa de estructura tradicional y todo el ritual del corte del cochinillo asado entero utilizando un plato que, posteriormente, se rompe tirándolo al suelo. De renombre es también José María en pleno centro y los restaurantes de todos los hoteles reseñados arriba ofrecen estas delicias locales en elaboraciones sobresalientes.
Si hay mucho que ver en Segovia, también hay mucho que disfrutar desde el punto de vista gastronómico. En invierno, además, son frecuentes las nevadas y la ciudad adquiere un carácter especial. Las temperaturas de verano son suaves e invitan al paseo entre las cuestas que quería evitar la aguadora que pactó con el diablo nada más y nada menos que uno de los acueductos más famosos del mundo. En la distancia, no podemos negarle que hizo un buen trato para ella y para todos los que vendríamos después.
Fotos y texto por Candela Vizcaíno