La región italiana de la Toscana, con epicentro en la artística Florencia, es uno de los destinos internacionales favorito de las familias viajeras. Aquí os dejo 5 ideas para divertirse de lo lindo con los niños. Valen para el verano y para cualquier otra opción.
Toscana, la más fotogénica de las regiones de Italia
Pocos lugares hay tan bellos sobre el planeta Tierra. Maravillosas ciudades cargadas de palacios, artísticas iglesias, museos para quitar el hipo, parques señoriales, fiestas apabullantes se suceden con hectáreas y más hectáreas de campos de cultivo de postal. Si los nombres más sonoros (como Florencia, Cortona, Pisa, Siena o Lucca) no fueran suficientes, la Toscana ofrece, repartidos aquí y allá, distintos pueblos de factura medieval que merecen la pena ser visitados.
Además, si el viajero se aleja de los grandes centros monumentales, tiene a su disposición, lugares naturales tanto en campo abierto como mirando al mar. A esto se suman magníficos restaurantes, tiendas para todos los gustos, buen clima y gente amigable. La Toscana es, simplemente, perfecta. Por eso es uno de los destinos ideales para las familias que viajan con niños o jóvenes. Anota estas cinco ideas en coche, bici o tren.
Si Milán es el epicentro de la moda y Venecia es la romántica, la de los canales, las islas de la laguna, el carnaval y también sus playas, Toscana es el arte. Y cuando decimos arte es de un cariz distinto al de Roma por poner un caso. A Toscana hay que ir, al menos, una vez en la vida. Sus campos, sus playas, sus pueblos y la capital, Florencia, no va a defraudar ni siquiera a los pequeños.
Primera idea: 2 Rutas en tren por la Toscana para disfrutar de las vacaciones en familia
Con magníficas carreteras, hay también diversas rutas en tren que ningún viajero puede perderse. La primera de ellas es el la del Il Treno dei Sapori, un ferrocarril-restaurante con vistas panorámicas que parte desde Brescia hasta el Lago Iseo. Este tren pintado en rojo propone diversos itinerarios modificados según las festividades (no hay que perderse la de Navidad) por distintos emplazamientos de belleza sin igual tanto por su patrimonio artístico o por la naturaleza que le rodea.
La otra ruta la conforma el Il Trenino dell’ Estate (el tren del verano) que une las playas del Mediterráneo (Versilia o Garfagnana) con diversas localidades del interior, como la bellísima Lucca.
Segunda idea: El parque Pinocho en Lucca
Por cierto, este último emplazamiento, aparte de su impresionante conjunto histórico, ofrece un peculiar parque de atracciones que ningún niño o adulto puede perderse: el dedicado a Carlo Codolli, creador de Pinocho. Está situado en una villa eminentemente toscana con unos impresionantes jardines y parques “a la francesa”. Lucca, es una renacentista ciudad amurallada a tan solo una hora de Florencia.
Tercera idea: viajar en bicicleta por la Toscana
Las familias deportistas pueden optar por alguna ruta en bicicleta, ya que toda la Toscana está vertebrada con buenas carreteras secundarias. Tremendamente tranquilas, bordean los caminos serpenteantes de verdes valles adornados con cipreses y pincelados con preciosos pueblos medievales. Una idea es la ruta de Orcia, que une los pueblos de Pienza, Montalcino y Montepulciano, al sur de la ciudad de Florencia.
Cuarta idea: visitar los parques naturales de Toscana con niños
Las familias más ecológicas tienen una cita en los distintos parques naturales que pueblan toda la geografía de la Toscana. Apunta estas ideas. Todos son de una belleza inigualable:
- El Parque Nacional Casentinesi.
- El de la Maremma, a orillas del mar.
- El de los Alpes Apuanos.
- Los lagos de Burano (no confundir con la isla homónima de Venecia).
- Orbetello.
Quinta idea: ciudades con arte de la Toscana
Una visita a Toscana no estaría completa sin perderse por las recoletas plazas, intrincadas callejuelas o impresionantes palacios de ciudades tan emblemáticas como Florencia o Siena, separadas la una de la de otra por un poco más de una hora en coche y por autovía.
En esta última da comienzo a mediados de julio sus populares carreras “del Palio” en la que jinetes a toda pastilla compiten por el Paño de la Virgen en el impresionante marco de la Plaza del Campo. Eso sí, si quieres ver algo, ya que está abarrotada, debes estar desde primera hora de la mañana.
A similar distancia desde la Ciudad del Arno se encuentra Pisa, el emplazamiento de la fotogénica y mundialmente famosa torre inclinada.
Y, por último, de Florencia poco puedo decir que no digamos, con el detenimiento que esta impresionante ciudad requiere. Pensando exclusivamente en los niños, no hay que perderse el Palacio Viejo, ya que aquí se encuentra un emplazamiento específico para los pequeños: El Museo de los Niños de Florencia con actividades específicas para los chicos. Los más creciditos van a disfrutar, casi con seguridad, con la Casa Bounarroti, dedicada al genio de Miguel Ángel. El gran parque de la ciudad del Arno, Los Jardines Boboli, es imprescindible para cualquier viajero de cualquier edad que se precie de amar la belleza de la naturaleza y el arte. Si la familia va con niños muy pequeños, hay que tener en cuenta que tiene varias hectáreas y que se tardan horas en paladearlo de punta a punta.
A Toscana, en definitiva, hay que ir como nos gusta: lentamente, dejando, al menos, una semana de nuestras vacaciones para paladear tanto y tan bueno. Una opción es tener Florencia como cuartel general y desde allí hacer rutas temáticas o excursiones a los pueblos, valles, bodegas o parques de alrededor. Un coche (tanto propio como alquilado) también nos puede ayudar bastante. Así, el disfrute de niños y mayores está garantizado.
Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla y viajera incansable