El estado de sitio de Albert Camus | reseña

Reseña de El estado de sitio de Albert Camus

Reseña de El estado de sitio de Albert Camus

Candela Vizcaíno

 

Tras la epidemia por Covid-19, la obra El estado de sitio de Albert Camus, publicada en 1948, se encuentra de plena actualidad. Nos adentramos y hacemos una reseña de la misma.  

En la obra, como en la actualidad, un hecho histórico trastoca los planes de sus protagonistas poniéndolos al límite de sí mismos. El estado de sitio de Albert Camus fue publicada nada más termina la Segunda Guerra Mundial y hoy se encuentra de plena actualidad. Y ello a pesar de los condicionantes tan dispares de ambas épocas.  

Introducción a El estado de sitio de Albert Camus

El estado de sitio (1948) es una obra teatral de Albert Camus que recrea el Cádiz de las Cortes Constituyentes y el corto periodo liberal que terminó con la vuelta al absolutismo de Fernando VII. Ni que decir tiene que es el período más vergonzoso de la historia española. Estos ilustrados españoles del llamado Siglo de las Luces se esforzaron por llevar a todos los ámbitos sociales la cultura del Neoclasicismo con sus libertades y afán de cambio. El resultado es de todos conocidos, con una involución desastrosa que, de alguna manera u otra, condicionó los avatares vitales en los siguientes siglos. La obra está escrita en tres actos y ha sido llevada a escena en innumerables ocasiones por su rabiosa contemporaneidad. Hoy, tras la epidemia de Covid19, se encuentra de plena actualidad. Y máxime cuando ya hay voces que indican que ha habido un retroceso social importante, especialmente a la hora de considerar la brecha en la desigualdad social, la cual se ha agrandado aún más. 

El francés y premio Nobel Albert Camus, en  El estado de sitio desarrolla un tema similar al de su obra emblemática La peste. Aún así hay diferencias. En esta última es la enfermedad física (basada en un acontecimiento histórico) la que ahoga, asfixia, encierra y mata a los personajes de un Argel acosado por la epidemia. Sin embargo, en El estado de sitio es una situación política aterradora la que tiene encarcelada a todo un país. Camus aborda ese cerco al corto periodo liberal español, que culmina en una tiranía atroz y absurda, como si se tratara de una epidemia vírica. La muerte (debido a la acción de los poderosos) acorraló a la sociedad y con ella todo lo que supone de fracaso económico, espiritual y de avances en derechos. El pesimismo, a partir de entonces, sería unas de las señas de identidad españolas.  

El estado de sitio, con un estilo novedoso, en el que se mezclan géneros de todo tipo, a pesar de ser una obra teatral y reconocible como tal, está protagonizado por la Peste y la Muerte. Son símbolos en la obra del francés de la tiranía y la sinrazón. Estos merodean alrededor de un pueblo que, a duras penas, puede deshacerse de la opresión, del oscurantismo y de la falta de recursos de todo tipo para salir adelante. En el texto se transparenta todo el trasfondo nihilista que embarga la obra de Albert Camus, a la par que se hace un fuerte alegato a favor de la libertad. Aunque pueda parecer lejano, el trasfondo temático de la obra, con otros condicionantes históricos, por supuesto, se encuentra, al día de hoy, de plena actualidad. 

Un recuerdo de la Constitución de 1812 o de Cádiz para entender El estado de sitio de Albert Camus 

El Neoclasicismo español se desarrolló más tarde que en el resto de Europa pero podemos decir que llegó a su cenit con la Constitución española de 1812. Fue el primer intento (totalmente fallido en la praxis) por instaurar un estado moderno. Aunque estuvo en vigor durante unos cuantos años con interrupciones, de hecho no llegó a desarrollarse, ya que fue abolida con la restauración de Fernando VII. Con ese intento frustrado por generar una débil democracia, con su separación de poderes y una libertad de imprenta (antecedente de la libertad de expresión), España perdió su primera oportunidad histórica de convertirse en un estado moderno regido por leyes liberales y, a la par, basado en el mérito y la educación. No sucedió tal cosa. Y habrá que esperar hasta finales del siglo XX casi para encontrarnos con una nación abierta que abraza la democracia.  

De esta obra de Albert Camus se ha dicho que: 

“Es intensa y ecléctica; una mezcla de Eurípides con el auto sacramental y los ecos del Camus de La Peste. Los parlamentos hablan de las reiteradas preocupaciones del autor: la libertad, la tiranía, la muerte, el amor y la fe en la luz del Mediterráneo como cura para los males del espíritu en Occidente”. 

Hoy, los condicionantes para el confinamiento son distintos a los expuestos en El estado de sitio de Albert Camus. Aún así, ya son muchas las voces que este encierro impuesto a nivel global ya se manifiesta en un retroceso en las condiciones de vida, ánimo individual y libertades públicas. Es, en definitiva, una obra que nos alerta de los graves peligros a la hora de aparcar derechos y nos advierte de posibles graves consecuencias sociales. Al día de hoy, por anotar solo un punto, ya es evidente (por múltiples indicadores) que se ha agrandado aún más la desigualdad social. Por eso es recomendable, más que nunca, la lectura de El estado de sitio de Albert Camus disponible en ediciones de grandes grupos. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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