Pablo Picasso pinta en 1907, Las señoritas de Avignon, hoy en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y con esta obra se da el pistoletazo de salida a las vanguardias históricas. La obra del malagueño no solo inaugura el cubismo también pone el broche de oro a la ruptura con una tradición que bebía de las fuentes clásicas y que se estaba gestando desde mucho antes: al menos, desde la aparición del simbolismo.
El inicio del movimiento pictórico conocido como Impresionismo
Pero fue el Impresionismo (bautizado en 1874 a la par que la obra de Mussorgosky Cuadros para una exposición) el que acabó de rematar toda la tradición clásica, aquella que, ante todo y sobre todo, veía en el arte una transposición de la verdad circundante. De la objetividad realista se pasa a la subjetividad, primero la de los sentimientos y/o sensaciones (impresionismo) y luego a la física (cubismo).
Las obras del Impresionismo en el Museo de Orsay de París
Pues bien, esta larga parrafada viene a cuento porque esa división espacio-temporal es la que se utilizó para segregar las “obras modernas” del Museo del Louvre y colocarlas en un nuevo espacio. Aunque, como en toda colección, hay sus contaminaciones, ya que, por poner un solo ejemplo, en el Museo de Orsay se encuentran, sin ir más lejos, obras del clásico Ingres. Es un imprescindible que visitar si estás de paso por París.
Este templo del arte moderno está situado en la orilla izquierda del Sena mirando cara a cara al Louvre. Se acondicionó en 1987 sobre lo que fue una antigua estación de tren que unía Orleans con la capital de Francia. El edificio, gran parte en hierro forjado, acusa el carácter que impuso por esta parte de mundo el Art Noveau.Aquí se guardan y se custodian, para regocijo de amantes al arte que puedan darse una vuelta por París, las obras (la gran mayoría producidas en Francia) entre los años 1848 y 1914 sin que se encuentre ninguna de las vanguardias históricas.
Obras del impresionismo y otras escuelas que no te puedes perder en el Museo de Orsay
En la antigua estación de tren hay de todo lo bello que se produjo en esa época (muebles, joyas, cine, libros…), pero destaca sobre todo la pintura. Como el tiempo humano (y el de las artes) es corto, hay que seleccionar y mucho. Para eso estoy yo aquí. Así que no te puedes perder:
- Las obras de Van Gogh, muchas y muy buenas, ya que hay varios autorretratos, paisajes de la Provenza, La habitación de Vicent en Arlés o El retrato del doctor Paul Gauchet.
- Las escandalosas obras (para los parámetros de la época) de Manet como el archiconocido Almuerzo sobre la hierba y Olympia.
- Las telas de toda la escuela impresionista con Renoir a la cabeza, como El baile del Moulin de la Galette.
- Otra serie señera del arte moderno como es la de la Catedral de Ruán de Monet es de visita obligada.
- Del postimpresionismo destaco los bodegones de Cézanne o la buena representación de esculturas y telas (de todas las épocas) de Paul Gauguin.
- Los que aún no tengan bastante tienen que buscar los puntillistas como El circo de Seurat.
- Y, por supuesto, rematar con el especial universo nocturno de soledad, alcohol e incomprensión de Toulouse-Lautrec.
- Si quieres aún más, date una vuelta por las esculturas, sobre todo los modelos contorsionistas de Rodin o Carpeaux.
Datos de carácter práctico sobre el Museo de Orsay de París
El Museo de Orsay cierra los lunes. El resto de los días está abierto desde las 9:30 hasta 6:00 de la tarde, excepto los jueves que alarga la jornada hasta las 10 menos cuarto de la noche.
La entrada cuesta 9 euros y 12 si se quiere disfrutar de alguna de las exposiciones temporales que organiza. Hay descuentos para ciertos colectivos como anuncian en la página oficial del Museo de Orsay.
La reproducción de la obra, por fecha y por el contenido aquí expuesto, es de carácter libre.
Por Candela Vizcaíno