Estamos en el sur de España en 1981 (no me he equivocado con la fecha ¡tranquilos). El sistema parlamentario democrático en esta parte de mundo era tan solo un bebé de tres años. En la capital del reino (que esto es un reino) se daban cita todos los modernos dando comienzo a lo que se ha venido en llamar la Movida Madrileña. Atrás quedaban los años tristes en los que viajar o veranear estaba reservado únicamente para los bolsillos más pudientes. Por delante aún quedaban algunos años para formar parte de la Unión Europea. Ante los ojos de todos los españoles se abría un camino de libertad, ilusión, prosperidad económica y horizontes luminosos en todos los sentidos. Los primeros ochenta fueron, definitivamente, los años de la alegría. Y, como toda época, tenía que ser retratada a través del arte. Fue una serie, Verano Azul, que regalaba todas las tardes a través de la televisión un mundo desenfadado y con todas las posibilidades que da la libertad de los primeros amores. El lugar elegido para mostrar esa nueva época fue Nerja, en Málaga. Hoy este pueblo blanco encaramado en un acantilado que mira a un mar turquesa resguardado por una montaña no quiere sacudirse lo que supuso esa época maravillosa. Por eso lo primero que tienes que ver en Nerja son los lugares impregnados de ese verano azul que parecía eterno aunque acabara (al menos para algunos) en una terrible resaca.
Sin más dilación, 10 lugares que ver en Nerja
1.- La Dorada o Barco de Chanquete varada en un parque infantil
No hace falta ser un mitómano de la época para acercarse hasta esta zona de juegos donde está anclada (para siempre) uno de los decorados de la mítica serie. Se trata del barco donde vivía y defendía de la especulación uno de los protagonistas adultos de la serie, Chanquete, un viejo marinero. La zona está cuidada al máximo con columpios y con un recuerdo para los actores que protagonizaron los capítulos. Está a un corto paseo desde el centro y no es por ser negativa pero, al final, el desarrollismo inmobiliario ganó la partida ya que está rodeada de edificios anodinos que contrastan con las deliciosas viviendas populares de la zona.
2.- Las cuevas de Nerja a apenas unos cuantos kilómetros
Como seguimos en el verano azul eterno de los ochenta, tampoco te puedes perder una visita a las Cuevas de Nerja que también protagonizaron un capítulo. Aunque en la serie (¡cosas de la ficción!) achacan su descubrimiento a los protagonistas, era conocida desde más antiguo. Aquí se han encontrado algún que otro enterramiento prehistórico, aunque lo más interesante es la belleza de sus columnas formadas pacientemente a través del tiempo por el incesante goteo del agua. Se puede hacer una visita guiada precisamente con uno de los protagonistas de los capítulos de Verano Azul (el pequeño y rubio Tito hoy un adulto maduro). Se hace amena y didáctica especialmente cuando, a través de sus paredes, se puede conocer la historia geológica (con sus terremotos y corrimientos de tierra) de la zona.
3.- La playa de Burriana donde sigue el verano azul
Por supuesto hay mucho más que ver en Nerja pero antes tenemos que pararnos en la concurrida Playa de Burriana, eje central de la localidad. Pequeñas embarcaciones se afanan por la mañana y por la tarde en limpiarla de algas y de la basura con la que los humanos nos empeñamos en intoxicar la naturaleza. El resultado es un agua limpia que contrasta con la arena grisácea de la orilla. Como las olas no son muy altas, los más pequeños van a disfrutar de este mar calmo en el que, con suerte, se puede ver algún banco de peces grandes o pequeños.
En la Playa de Burriana hay servicios de todo tipo desde socorristas hasta merenderos con oferta culinaria local, tiendas, restaurantes de empaque, bares con cócteles autóctonos, zona con hamacas, tumbonas y camas balinesas, puntos para alquilar cayaks o hidropedales… Con estos te puedes acercar a los acantilados que cierran la playa hasta la denominada Piedra de Tarzán donde los más jóvenes ponen a prueba (con un gran punto de imprudencia dicho sea de paso) su pericia, fuerza y arrogancia.
4.- Tienes que ver en Nerja (y también sentir) el Balcón de Europa
Y lo mejor es acercarse al caer la tarde cuando el sol comienza a bajar y no pega en el enlosado pulido de la plaza. Desde aquí se disfruta de las vistas del mar, de los acantilados, de la playa de arena gris, de alguna casa de pescadores que se quedó olvidada o varada como el barco de Chanquete desde el que se cantaba “no nos moverán”. Más allá de la nostalgia el lugar está repleto de bares, cafeterías y restaurantes de cocina mediterránea o más o menos exótica (desde este emplazamiento). Hay heladerías unas tras otras, tiendas con ropa veraniega o de recuerdos así como bancos para sentarse. Al caer la noche (especialmente los fines de semana) puede llenarse demasiado con todas aquellos que han elegido Nerja para vivir un nuevo verano azul.
5.- No te puedes perder un paseo por su casco histórico de blanco inmaculado
Desde el Balcón de Europa se apetece callejear por la zona peatonal que lo rodea la cual se limpia cada mañana. Las casas de esta zona parecen que compiten para ver quién luce el blanco más reluciente y todo ello deja una impronta de satisfacción y serenidad en ánimo.
7.- Senderismo por el acantilado de Maro
Esta propuesta más que ver en Nerja se trata de hacer y está reservado a los más intrépidos. Uno de los acantilados que cierra el pueblo y que se corona con una antigua torre de vigilancia contra los piratas, la de la Caleta, ofrece una ruta de senderismo. ¡Cuidado con el calor del verano aunque las temperaturas de la zona sean moderadas! Desde aquí las vistas al mar a un lado y al otro la montaña que lo abrazan te hacen reconciliarte con el mundo si no has olvidado el gimnasio.
8.- Otro punto que ver en Nerja y sentir cómo se vivía antaño es la Playa de Calahonda
Quizás sea la más fotografiada con su casa marinera resistiendo los embates de la modernidad, el mar, la montaña y el tiempo. Aunque se ve con facilidad desde el Balcón de Europa, lo mejor es atreverse con su acceso escalonado que sale justo detrás de la fuente que se encuentra en la plaza. A primera hora de la mañana luce espléndida mejor que al atardecer que empieza a llenarse de visitantes.
9.- Museo de Nerja para conocer a fondo su historia
Se encuentra junto a la Plaza del Ayuntamiento de una modernidad ajena a la localidad. Aquí se muestra el devenir de la zona, ocupada desde la prehistoria como demuestran los restos óseos que se han encontrado.
10.- Acércate a la vecina Frigiliana
Está a apenas quince minutos en coche siguiendo una carretera en buen estado aunque con muchas curvas. La subida merece la pena cuando te topas con un pueblo de estampa morisca detenido en el tiempo. A Frigiliana (que merece un artículo aparte) se va a perderse entre sus callejones escalonados entre sus casas de blanco inmaculado repleta de flores multicolores. Los amantes de las compras tienen su pequeño paraíso ya que está salpicada de galerías de arte y tiendas de artesanía. Te he dejado a continuación fotos de sus rincones para que disfrutes.
Hoteles en Nerja para vivir un auténtico verano azul
1.- Parador de Nerja mi hotel favorito en Nerja
Construido en 1966 justo cuando España se abría al turismo sobre un acantilado que domina la Playa de Burriana. El jardín con piscina termina allí donde comienza la baranda blanca que se asoma al Mediterráneo. Y a la arena se baja por un ascensor privado.
Justo al lado con la típica decoración de las casas de pueblo andaluzas de los años ochenta se encuentra este pequeño hotelito que disfruta de las mismas vistas aunque de un servicio más sencillo y sobrio con los precios ajustados a la oferta.
Es el lugar perfecto para los que no quieren renunciar a la vista del mar y aprovechar todo el bullicio de las noches de Nerja. Es un cuatro estrella con zonas comunes voladas sobre el Mediterráneo y acceso por la misma plaza central. Los precios son contenidos.
Datos prácticos que te harán la estancia más agradable
1.- El aeropuerto más cercano es el de Málaga y Sevilla se encuentra a poco más de dos horas y medias. Por eso Nerja, aparte de una gran cantidad de segundas viviendas de población española, es destino favorito de europeos del norte. Las comunicaciones por carreteras son perfectas y están bien señalizadas. Nosotras accedimos en coche y lo dejamos prácticamente aparcado a las puertas del hotel para movernos andando.
2.- Como destino de veraneo, los meses de julio y agosto suelen estar abarrotados de público. Si no te gusta las aglomeraciones, evita los fines de semana.
3.- A lo largo de la costa hay merenderos o chiringuitos muy rústicos que ofrecen comidas a precios razonables así como tumbonas, camas balinesas o hamacas con sombrillas. Los precios son mucho más bajos que los de la Costa del Sol.
4.- Para comer acércate a los alrededores del Balcón de Europa. En las calles paralelas, transversales y en la misma plaza hay restaurantes para todos los gustos y procedentes de medio mundo. Los puestos de helados son abundantes y con buen género.
5.- La zona más turística se limpia cada mañana y todo está cuidado, encalado y engalanado. Así que da gusto pasear y sentir la brisa del mar que llega a casi todos los rincones. ¡Olvídate del coche!
Y, por último, aparte de todo esto que tienes que ver en Nerja, la zona al completo es un maravilloso destino para familias con niños pequeños. No solo van a gustar de la playa con sus hidropedales o de las tardes de paseo con helado sino también de un ambiente tranquilo, amigable y respetuoso. Los precios, reitero, son mucho más moderados que los de la Costa del Sol. Y eso también hay que tenerlo en cuenta.
Fotos y texto por Candela Vizcaíno