Entre la monumentalidad de la capital de lo que antaño fuera el Imperio Austro-Húngaro se encuentran pequeños o grandes jardines y parques que hacen más hermosa aún esta gran ciudad. Estos son los protagonistas de hoy, así que apunta los siguientes y encuentra viajes ecológicos con nosotros, que al final del texto te dejo, además, una serie de lugares repartidos por todo el mundo que cualquier amante de la naturaleza debe disfrutar. Por lo pronto, apunta estas cinco zonas verdes de Viena:
Palacio Belvedere con uno de los jardines de Viena más bonitos
Fue diseñado por Dominique Girad en el siglo XVII y une los dos palacios imperiales. Todo en él está ejecutado siguiendo un sentido aristocrático y un orden casi matemático. Se visualizan con más claridad desde el Alto Belvedere. Desde allí puedes ver, la cascada inferior, el camino de las esfinges y las divisiones del lugar siguiendo el cuatro (uno de los números mágicos).
Palacio Hofburg y uno de los jardines de Viena más característicos
Es el emplazamiento del poder austriaco, incluso hoy en día. Sus jardines están hechos para mostrar la magnitud de los edificios de alrededor. Por eso, sobresale el césped, adornado con flores brillantes y un pequeño bosque (burggarten) que alberga, en uno de sus lados, una escultura en honor a Mozart.
Palacio Schönbrunn y uno de los parques de Viena más fotografiados
Hecho para despertar la admiración de los ilustres huéspedes imperiales, es inmenso y sigue los fundamentos de los jardines a la francesa. Esto es, está conformado por caminos rectos, cuidados setos recortados de boj con el interior rebosante de flores multicolores, fuentes majestuosas y cascadas rumorosas. Se realizó en pleno siglo XVIII por Nikolaus Pacassi. Una vez flanqueada la puerta principal, no te puedes perder:
- Sus falsas ruinas romanas de aspecto romántico creadas a finales del siglo XVIII que ilustran esta entrada.
- El Museo de las Carrozas, a la derecha de la entrada.
- La fotogénica Casa de las Palmeras, un invernadero acristalado con flores traídas del Trópico.
- El zoom, donde los más pequeños pueden ver algunos animales en cautividad.
- El merendero de la Orangery.
- La Glorieta que remata una de las colinas.
- Un paseo por la entrada principal hasta llegar a la Fuente de Neptuno.
Parque Schönborn
No debes confundirlo con el anterior, ya que este es más pequeño y está situado cerca del Ayuntamiento, en el interior de una manzana de casas del siglo XVIII dentro del barrio de Josefstadt. Entre sus zonas arboladas se encuentran bustos y esculturas. Para descansar de tanto caminar.
Prater de Viena, el parque más conocido de Austria
Es el parque de Viena. Esto es, aquí vienen las familias a descansar, a disfrutar y a pasar los ratos de ocio. Pero, el emplazamiento no solo es un lugar popular, también está vinculado al cine, a la película El tercer hombre y a su escena de la noria.
Era un antiguo coto de caza que se abre para el público en general a finales del siglo XIX, al estilo de otros lugares similares de Europa. Al día de hoy, tiene una amplia agenda de actividades lúdicas y deportivas que se anuncian en el sitio oficial del parque.
Está dividido por una larga avenida, que llega a superar los 5000 metros, flanqueada por altos castaños que cambian de tonalidad según la estación. Por supuesto, está cerrado al tráfico, pero se puede patinar o montar en bicicleta. A un extremo está el Lusthaus, antaño refugio de reales cazadores y hoy un elegantísimo café. En el otro, con la noria gigante que hemos apuntado antes como abanderada, se encuentra el Voksprater, un parque de atracciones pensado para el público infantil y, también, para el adulto. Si la familia está cansada de tanto caminar, nada más hay que tomar un pequeño tren neumático de un llamativo color rojo.
Por Candela Vizcaíno