Los 10 lugares que ver en Toledo

Vista de Toledo

Vista de Toledo

 

La ciudad de las tres culturas ofrece al visitante infinitos rincones mágicos. Nos quedamos con 10 de ellos, aunque seguro que en el camino nos encontramos con muchos más.

La ciudad en la que durante un tiempo convivieron las tres culturas (cristiana, musulmana y judía) en un aparente equilibrio y respeto ofrece infinitas posibilidades al viajero. Monumentos, arte, historia, magia, leyendas y muchos secretos por descubrir. Porque la ciudad a la que el río Tajo abraza, la ciudad de las estrechas calles laberínticas, está deseando ser escuchada.

Nos vamos hasta Toledo para escuchar todo lo que esta Ciudad Patrimonio tiene que contar y para elegir 10 lugares de entre la muchas opciones que tiene esta ciudad. Una primera invitación a perderse en este laberinto de épocas, de leyendas, de historias y, en definitiva, de vidas.

10 lugares imprescindibles en Toledo

1. Plaza de Zocodover

El pulso de una ciudad se toma en su plaza principal y la plaza Zocodover es el punto perfecto para iniciar la visita por un laberinto de callejuelas llenas de Historia y de historias que contar. La plaza Zocodover no es la típica plaza mayor de otras ciudades españolas, es un lugar muy particular que incita a vivir la ciudad.

El curioso nombre de Zocodover se traduce como 'mercado de las bestias' por ser desde época musulmana el lugar donde ocurrían las transacciones comerciales, una función que seguiría cumpliendo en la Edad Media además de ser el centro de reunión de la ciudad hasta la actualidad. Testigo de todo lo acontecido en la ciudad del Tajo que un día fue ciudad Imperial, vale la pena dejarse llevar por el latido del corazón de Toledo, que se encuentra precisamente en Zocodover.

2. Puentes y Puertas

Para llegar a la plaza de Zocodover, el viajero antes ha de pasar por alguno de los puentes y las puertas en donde en su día había que pagar el peaje. El puente de Alcántara, de origen romano es el perfecto aperitivo para intuir lo que la ciudad puede ofrecer. Y en algún momento de la visita, se ha de llegar al otro puente, el de San Martin, un lugar donde se llega listo para comprender la enormidad de Toledo.

Las antiguas puertas que daban acceso a la ciudad impresionan a plena luz del día y más en una llegada nocturna. Cuesta poco imaginar a los caballeros medievales cruzando la puerta del Cambrón, la puerta de Bisagra o incluso la puerta de Sol que, como Madrid, también tiene Toledo.

3. La Catedral

Sin duda alguna la joya turística y patrimonial de Toledo es la Catedral. La Catedral de Santa María o la Catedral Primada por ser la primera y más importante de España invita a entrar a todos los credos y también a los descreídos que, nada más entrar, recobrarán la fe en la belleza. Este lugar encarna como ninguno la filosofía del crisol de culturas vivido en Toledo.

La Catedral como templo cristiano data de 1227 y es de estilo gótico, pero en su día albergó la mezquita principal de Toledo y antes aún fue un templo visigodo. Perderse en la Catedral es imprescindible para todo amante del arte que encontrará en la Sacristía las obras pictóricas de grandes artistas como Caravaggio, Tiziano o Goya, además del omnipresente Greco.

En algún momento, el visitante deberá abandonar la sacristía y seguir recorriendo las salas, capillas y museos de la Catedral, el altar mayor, el coro, la sala capitular y hacer otra parada en la sala del Tesoro donde se encuentra la Custodia de Arfe y una joya para bibliófilos como es la Biblia de San Luis que perteneció a Alfonso X.

Para este punto seguramente el viajero se habrá rendido a los tesoros imponentes de la Catedral Primada, pero aún le espera otra maravilla más. La subida a la torre de la Catedral se hace necesaria desde el momento en que se pone el pie en Toledo. Es la torre que indica el camino, a modo de hilo de Ariadna, para poder seguir callejeando dentro del laberinto. Y es además la torre que alberga la Campana Gorda y las vistas más preciadas de la ciudad.

4. El Alcázar

No hay más que acercarse al Alcázar para comprender por qué Carlos V lo eligió como residencia imperial, aunque nunca llegara a vivir allí. Y no hay más que disfrutar de la iluminación nocturna de este monumento para inevitablemente querer descubrirlo por dentro.

Dentro del Alcázar no solo se encuentra el Museo del Ejército, sino también yacimientos arqueológicos que atrapan el interés del visitante y, en especial, la Biblioteca Regional de Castilla la Mancha. Nos encontramos en un lugar perfecto para perderse entre libros y unas vistas espectaculares de Toledo digno de un emperador.

5. La judería

La huella judía en Toledo nos ha legado todo un barrio para disfrutar de las compras, de la artesanía y de la gastronomía toledana por todo lo alto. La calle Santo Tomé es de obligado cumplimiento para cualquier estancia en Toledo y desde allí es fácil perderse y encontrarse fascinado por el sosiego de la Sinagoga del Tránsito o el Museo Sefardí o extasiado ante la sencillez de la Sinagoga de Santa María la Blanca.

El barrio de la judería da acceso a monumentos imprescindibles en Toledo como el Monasterio de San Juan de los Reyes y también es el lugar donde se gestan las más famosa leyendas toledanas. Pero hay algo en el barrio judío que atrae el interés más que otra cosa y es el Greco.

6. El Greco

Aunque las huellas del pintor cretense se pueden seguir por todos los rincones de Toledo, es en la judería donde se encuentran dos de los puntos fuertes de la ciudad relacionados con el Greco. El Museo del Greco, pensando en sus inicios como casa-museo para evocar la vida del pintor, pero hoy convertido en centro de peregrinación de los admiradores del Greco y de cualquier admirador del arte.

Muy cerca de este museo dedicado al Greco, se encuentra en la Iglesia de Santo Tomé una sala de obligada visita que no defrauda jamás con un único cuadro del pintor Cretense. El Entierro del Señor de Orgaz deja al visitante atrapado en un singular ambiente en el que casi se puede palpar la vida toledana en tiempos del Greco.

7. Monasterio San Juan de los Reyes

San Juan de los Reyes es más que un monasterio, es todo un monumento a la gestión política de los Reyes Católicos que encargaron la obra al arquitecto Juan Guas. El edificio cumple magistralmente con su función de resaltar el poder de los monarcas de la época, quienes pusieron punto y final al Toledo de las tres culturas.

El Monasterio impresiona tanto por dentro como por fuera, además de encontrarse en un punto de especial belleza y de contar con una panorámica de las que no se olvidan. Como tampoco se olvidan las cadenas o grilletes que cuelgan en su fachada, fabricadas en Toledo y con las que mantenían en cautiverio a los prisioneros cristianos en época de dominio musulmán.

8. Mezquita del Cristo de la Luz

Este lugar impresiona por su arquitectura, pero sobre todo por la leyenda que contiene. En su origen fue una iglesia cristiana en la que se encontraba un Cristo con una lamparilla de aceite. Con la llegada de los musulmanes, los fieles quisieron proteger la imagen del Cristo enterrándolo en un lugar seguro en la propia iglesia, que pasaría a ser remodelada y convertida en mezquita.

Habrían pasado unos 300 años cuando Alfonso VI reconquistó la ciudad de Toledo y su caballo se quedó inmóvil a la puerta de la mezquita. El lugar donde paró se observa hoy en una baldosa en el suelo de diferente color a la entrada del edificio. Y el motivo no fue otro que señalar el lugar exacto donde se encontraba aquel Cristo escondido hacía tanto tiempo que encontraron aún con la luz de la lamparilla encendida.

9. La Escuela de Traductores

No debe faltar en la visita a Toledo una parada en lo que fue el mayor centro de traducción del mundo cristiano y donde se hacía realidad el mito de la convivencia intercultural. Todos los saberes de oriente y occidente quedaban plasmados en las traducciones con un mecenas de altura, el rey Alfonso X el Sabio.

Faltaba aún un tiempo para que el saber fuera despreciado a causa de una u otra religión y este lugar representaba el aprecio del conocimiento por encima de todas las cosas. La Escuela de Traductores es hoy un centro de investigación adscrito a la Universidad de Castilla la Mancha y también una parada obligada para los amantes de los libros y de la cultura en general.

10. Mirador del Valle

Faltan muchos monumentos por ver, muchos rincones por descubrir y muchas leyendas por contar, pero tal vez el viajero se sature ante tal cantidad de opciones. Para refrescar la mente y asentar en la memoria todas las maravillas de Toledo lo mejor es acercarse hasta el mirador del Valle.

De nuevo una mención al Greco en este lugar al que el pintor cretense acudía regularmente en busca de inspiración. Su obra 'Vista de Toledo', que podemos encontrar en versión diurna y en versión nocturna, es buena muestra de ello. Un lugar desde el que se obtiene una visión de conjunto de la ciudad y el punto perfecto para prometer una vuelta a Toledo.

Por Laura Vélez 

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