Resumen de la biografía conocida y aportaciones al conocimiento de Hipatia de Alejandría, una de las científicas de la Antigüedad silenciadas durante siglos.
La historia de Hipatia de Alejandría y de los últimos días del Mouseion (uno de las divisiones por conocimientos de la Antigua Biblioteca de Alejandría) la conocemos por la biografía que de ella nos hizo Sócrates Escolástico ciento veinte años después de la muerte de la sabia alejandrina. Hoy en día su figura está siendo reivindicada por todo tipo de feminismos ya que es un claro ejemplo del Efecto Matilda, esto es, la negación de su importancia en la historia del conocimiento por el simple hecho de ser mujer.
Biografía de Hipatia de Alejandría muy resumida
Hipatia de Alejandría nace en el 370 (otras fuentes aportan el año 355). Es hija de Teón de Alejandría, importante filósofo y matemático el cual se ocupó personalmente de las primeras enseñanzas de su hija, cosa muy poco frecuente en la época. El hecho de que perteneciera a una familia de intelectuales (para los parámetros de la época) fue determinante en el futuro de quien se convertiría en una de las primeras mujeres investigadoras conocidas en la historia. Así, después de recibir la primera instrucción de la mano de su padre, Hipatia se traslada a Italia y Atenas para completar sus estudios; estudios que termina ayudada por los propios maestros del Mouseion, la Universidad adscrita a la Antigua Biblioteca de Alejandría donde se investigaba sobre diversas materias desde astrología hasta matemáticas.
Siguiendo las bases de la época, Teón entrenó a su hija tanto en el cuidado de su cuerpo como en el de su espíritu para que fuera un “ser humano perfecto”. Según dice su biógrafo, el antes mencionado Sócrates Escolástico:
La belleza, inteligencia y talento de esta gran mujer fueron legendarios, superó a su padre en todos los campos del saber, especialmente en la observación de los astros.
y más adelante nos informa:
Consiguió un grado tal de cultura que superó con mucho a todos los filósofos contemporáneos. Heredera de la escuela neoplatónica de Plotinio, explicaba todas las ciencia filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo, quien deseaba pensar filosóficamente iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba... pero a más de saber filosofía era también una incansable trabajadora de las ciencias matemáticas.
Esto es, Hipatia de Alejandría recibió una exquisita educación con los mejores maestros de la época formándose en diversas materias y alcanzando tal grado de maestría que, muy pronto, fue ella considerada una eminencia. Tanto fue así que, alrededor del año 400, es decir nueve años después de la destrucción del Serapeum (también adscrito a la Biblioteca de Alejandría), Hipatia llegó a dirigir el Mouseion y desde allí tuvo en sus manos la educación de destacados miembros de la aristocracia de la época, luego convertidos al cristianismo. Recordemos que esta institución hacía la suerte de universidad de la época. Sin embargo, ya eran malos tiempos para cualquier sabio pagano puesto que Roma, ya definitivamente cristiana, obligó al cierre definitivo de las puertas de esta institución creada setecientos años atrás.
Esto es, hay que destacar en la biografía de Hipatia de Alejandría que se le ofreció la administración y la dirección de una institución, si no en franca decadencia, sí condenada a desaparecer por el avance de nuevas ideas religiosas enfrentadas al pensamiento y la investigación pagana. Hipatia de Alejandría, por tanto, estaba condenada a luchar desde distintos ámbitos con nuevos bárbaros que veían en ella un mundo pasado y pagano que se negaban a incorporar a su nueva cosmovisión. De poco o nada valió a los jerarcas cristianos que la instrucción recibida proviniera de esta excepcional mujer, considerada la primera matemática de la historia. Así, la nueva religión (cristianismo) preponderante en la época, “instaba” a todos sus miembros a convertirse a la fe de Cristo (y por tanto, a abandonar cualquier estudio que pudiera considerarse contrario al dogma) si no querían morir. Y en esta red sucumbió Hipatia de Alejandría.
Los aportes de Hipatia de Alejandría al conocimiento
Hipatia se negó a renunciar a aquello que había cimentado su vida que no era más que la filosofía entendida como amor al conocimiento o a la sabiduría. En todo ello creía profundamente. No se convirtió a la nueva fe y eso propició las iras de los nuevos gobernantes que no iban a consentir que una mujer pagana pusiera en cuestión la cosmovisión que se abría ante ellos. Lo que sucedió en marzo del año 415, cuando una muchedumbre de fanáticos se toparon con ella en el centro de Alejandría, es lo que sigue. Y dejamos hablar de nuevo a Sócrates Escolástico:
Le arrancaron de su carruaje, la dejaron totalmente desnuda; le tesajearon la piel y las carnes con caracoles afilados, hasta que el aliento dejó su cuerpo...
Las iras de la barbarie, de la incultura y de la intolerancia se cebaron sobre una de las más fascinantes investigadoras de la Antigüedad. El Mouseion había desaparecido, la última directora brutalmente asesinada y los libros, como los que se encontraban en el Serapeum y en la Biblioteca Real, destruidos. Recordemos que todos estos emplazamientos formaban parte del gran recinto de saber que fue la Biblioteca de Alejandría, una de las bibliotecas antiguas más importantes y fascinantes. En el 416 ya nada existía, a no ser algunos volúmenes hurtados al fuego y al fanatismo de difícil rastreo hoy en día. Ante la humanidad se abría una época oscura en la que el conocimiento comienza a quedar encerrado en centros religiosos. Aunque en los escasos libros medievales se intentó (con distinta suerte) recuperar la cultura clásica, esta quedó en tal estado de abandono que buena parte de sus avances se perdieron para siempre.
Los aportes de Hipatia de Alejandría al conocimiento, a pesar de que no ha quedado obra de ella y todo fue destruido, se centró en el campo de la filosofía entendida como amor por la sabiduría. Ese hacerse preguntas repercutió en el área de las matemáticas y en el de la astrología. Termino anotando que la figura de Hipatia de Alejandría, siglos después, se ha convertido en clave reivindicada por el feminismo. Y es así por lo que supuso su cruel muerte y persecución de una mujer que había sido recompensada (por su sabiduría) con puestos de poder en el ámbito intelectual. La cultura medieval que asolaría (ya que no puede utilizarse otro verbo) Europa siglos después no recogió este saber por no considerarlo apto a sus intereses.
Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla