Visitar El Peine de los Vientos en la Bahía de la Concha de San Sebastián.
Si todo sobre la faz de la tierra desapareciera y, en un futuro remoto, una civilización extraña quisiera estudiar los restos “arqueológicos” de lo que es nuestro mundo, no dudaría en calificar El peine de los vientos como un santuario.
Porque esa es la sensación que nos invade cuando visitamos esta instalación realizada mano a mano entre el arquitecto Luis Peña Gantxegi y el escultor Eduardo Chillida: la de adentrarnos en un lugar sagrado. Y eso a pesar de los cientos de visitantes que congrega a diario.
Donosti, la ciudad que alberga El Peine de los Vientos
El Peine del Viento, el nombre oficial del lugar, está situado en la bellísima ciudad de Donostia (San Sebastián o Donosti), en el norte de España. Se encuentra justo en un extremo de la Bahía de la Concha.
Recomendamos al viajero que realice esta visita con pausa y que la haga a primera hora de la mañana, cuando la soledad y la calma invitan al disfrute de esta obra que aúna naturaleza y la mano humana. El dato práctico es el asunto del aparcamiento que puede hacerse muy cerca: en el Club de Tenis, previo pago de su importe.
Después, el viajero puede pasear tranquilamente en dirección hacia el casco antiguo bordeando la Playa de Ondarreta y el aristocrático Paseo de la Concha con su fotogénica barandilla con farolas pintadas de blanco.
El viajero no quedará decepcionado.
Dónde se encuentra El Peine del Viento
Para disfrutar de esta obra de ingeniería, de comunión y de arte hay que saber que en este lugar del planeta, el mar (el Cantábrico) golpea con fuerza las rocas. La región donde se encuentra (Donostia, Euskadi) está conformada por un entramado de montañas verdes que se precipitan hacia mar o los ríos. Sus gentes viven acorde con el paisaje y la tierra. Eso no quita para que la manufactura (sobre todo del hierro, el material predominante en esta obra) sea fuente de riqueza y recursos.
Por eso El Peine de los Vientos es capaz de hacer una simbiosis perfecta del pueblo que lo ha creado: mar, naturaleza, montaña, hierro y creación.
La obra no solo son las esculturas de Eduardo Chillida. Es todo el conjunto. Es la intervención del arquitecto realizando una plataforma espléndida en pizarra. Es el mar azotando la obra de hombre. Y es la montaña resguardando el conjunto.
Las obras y esculturas de Eduardo Chillida
Eduardo Chillida (1924-2002) es uno de los artistas más reconocidos internacionalmente del País Vasco. Casi toda su obra está realizada en hierro y realizó grandes instalaciones con este material.
Aunque también trabajó el dibujo e, incluso, la obra gráfica, se conoce especialmente por sus creaciones metálicas con formas abstractas que quieren insertarse en el paisaje. De este carácter es, también, Elogio del Horizonte, situado en Gijón y mirando, como El Peine de los Vientos al Cantábrico.
Al final de su vida quiso dejar su legado en el museo conocido como Chillida Leku. Allí, en el jardín y el interior del caserío, se podía disfrutar de estas esculturas que, a decir de un crítico, vacían el espacio en lugar de llenarlos. Afortunadamente el lugar está, en la actualidad, de nuevo, abierto al público.
El Peine del Viento de Eduardo Chillida
El peine del viento se terminó en 1976 y en la instalación hay unas ranuras, como unos salideros donde entra y sale el agua insertándose así al completo en el paisaje.
Los viajeros acostumbrados a ciertas medidas de seguridad como barandillas se van a asombrar con la fortaleza y, a la vez, fragilidad del emplazamiento. En algunos lugares las piedras se precipitan hacia el mar dando una extraña sensación de vértigo.
Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla y viajera incansable