Cultivo y cuidados de las calas o Zantedeschia aethiopica

Cultivo y cuidados de las calas o Zantedeschia aethiopica

 

Zantedeschia aethiopica o flor de cala

Dentro de nada amanecerá la primavera por el Mediterráneo y unas de las primeras flores que señorean con la nueva estación son las calas o Zantedeschia aethiopica, según su nombre científico.  Llamadas así en honor al médico y botánico italiano Giovanni Zatedeschi (1773-1846), esta hermosa planta, de la familia de las aráceas, se puede cultivar fácilmente en macetas, como borduras de jardines semi acuáticos o en arriates.


 Las hojas de las calas son grandes, lanceoladas, lustrosas, sin rugosidades ni espinas, de un bonito verde muy vivo y llegan a alcanzar casi el metro de altura. Sirven, junto con las flores, para adornos de interior. Tanto cortada como en el jardín llegan a durar un par de semanas.

Las flores, que no es tal, ya que es una hoja blanqueada con un espádice central en color amarillo son, normalmente, en color blanco níveo. También puedes encontrar calas en tonos amarillos, rosados, azulados, morados e, incluso, en negro. Con estos colores la planta rara vez alcanza el gran porte que la caracteriza y, además, son bastante caras en los viveros.

Florecen hasta pasado el verano y, en zonas con buena temperatura, conservan la hoja hasta principios del invierno.

Cultivo de las calas

Oriundas del Sur de África, se han aclimatado tanto al área mediterránea que forman parte de los jardines de inspiración árabe que pueblan Andalucía. Se adapta al cultivo en macetas, aunque como mejor lucen es en jardines encharcados o semiacuáticos, sin llegar a sumergir la planta del todo.

Se reproduce por un rizoma semejante a un bulbo, aunque también se puede hacer varias plantas por división a finales de invierno o principios de primavera. En zonas extremadamente cálidas esta operación se puede realizar también en otoño. No necesita mucha profundidad, ya que hay que enterrar el rizoma entre 10 o 15 cms.

  • Luz solar. A pleno sol, aunque también se adapta a la semi sombra. Si notas que las hojas de tus calas se ponen amarillas y no lucen con un verde intenso es que necesitan más exposición luminosa.
  • Tierra. Prefiere las arcillosas con bastante materia orgánica y mantillo. Gusta de la acidez. Por eso, puedes mezclar el compost con arena. Es muy importante ir completando el abono durante toda la época de floración.
  • Riegos. Muy abundantes, ya que acepta, incluso, el encharcamiento. Bajo ningún concepto dejes la tierra seca en ningún momento.
  • Temperatura. Las calas gustan del calor y no resisten el frío. Llegado el invierno, no solo pierden las flores, sino también las hojas quedándose solo el rizoma bajo tierra. Si vives en un lugar con frecuentes heladas, es mejor que guardes la planta en invernadero o, incluso, en la calidez del exterior.
  • Por Candela Vizcaíno

    • No se han encontrado comentarios
    Añadir comentarios
    image.jpeg Filosofia Historia
     

    Mi Último Libro

    Cuento infantil
     
    el bosque de las respuestas

    Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrar a los usuarios publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si se continúa navegando, consideramos que se acepta su uso. Es posible cambiar la configuración u obtener más información aquí

    Acepto