Decir verano es conjurar lo mejor de la vida. Nos resbalamos por las vacaciones y el disfrute. El verano da más tiempo al tiempo. Y nos invita a explorar y a salir a la naturaleza. Y es esa misma libertad de estos meses sin colegio ni trabajo la que vamos a utilizar para decorar mesas de verano. Va a ser muy fácil con estas ideas. Anota.
Ideas a tener en cuenta para decorar las mesas de verano
1.- Lo mejor es no sobrecargar. Busca siempre la sencillez y hasta el minimalismo. Ya vendrán otras épocas para amontonar en la mesa.
2.- Decántate por los materiales naturales como el algodón, el vidrio rústico, el fresco lino o la rafia que nos prometen días relajados junto a la playa.
3.- Utiliza materiales blancos o en color azul.
4.- No tengas miedo a la hora de mezclar. Puedes montar una mesa de verano utilizando varios juegos de sillas o de vajillas o de vasos de distintos colores. Eso dará un toque distendido y, además, el atrezzo te recordará que se han unido a la fiesta más invitados de lo que es normal.
5.- Si vas a hacer alguna compra, que no te invada la locura y enfócate en las vajillas porque aportan mucho más que otros elementos. Elige una como esta decorada con limones que nos recuerda la estación y, a la vez, puedes utilizar en otros momentos del año. Puedes comprar a través de la imagen (lleva un link).
6.- Busca pequeñas piedras, conchas, ramas secas o caracolas en la playa y utilízalas para adornar las mesas de verano. Puedes dejarla sin más (con un poco de gracia) sobre las superficies. O, si te das maña, es muy fácil elaborar servilleteros con cuerda de esparto o de caña.
7.- Utiliza vasos de colores brillantes o jarras con formas veraniegas para acompañar. Me gustan estos que te he dejado en el link que son muy económicos y que, además, puedes reutilizar para fiestas diversas. Si te haces con varios packs, las combinaciones son múltiples.
8.- Nunca pongas cubiertos oscuros o dorados. Estamos en el tiempo de la luz. Así que escoges los normales de acero inoxidable o de mango de madera.
Cómo montar las mesas de verano
1.- Busca un tema y cíñete a él que, aunque quede todo bonito mezclando, lo suyo es seguir un hilo conductor, aunque este sea colorido en extremo. Si te has decidido por un atrezzo tropical, busca un vajilla con pájaros o con plantas amontonadas. Puedes completar la mesa con algunas ramas vegetales y vasos a tono sobre un mantel blanco.
2.- Si la velada se va a hacer en el exterior, utiliza los sobres de las mesas tal cual están. Por supuesto, esto es válido siempre que sean de piedra (mármol o cerámica) o de madera que no se manche. Si lo que tienes es cristal, utiliza manteles individuales de rafia que aportan un toque rústico y distendido muy apropiado para las mesas de verano.
3.- Es mejor siempre montar la puesta en escena en el exterior siempre que dispongas de un sitio bonito. Puede ser la terraza (¿qué tal si la iluminas con bombillas de fiesta que se venden en cualquier bazar?), en un jardín adornado con velas o con vistas al mar, si eres de la población afortunada con derecho a disfrute en este emplazamiento.
4.- Si la velada es de noche, haz uso y abuso de las velas. No hace falta que compres candeleros si no los tienes. Hazte con una docena de pequeñas velas de té e introdúcelas en vasos transparentes. Ve colocando sin orden ni concierto por toda la mesa o, incluso, en el suelo.
5.- En el caso de recurrir al vino o a cualquier otro cóctel apropiado, son perfectas las copas labradas que ya salen muy baratas. Aportan un toque rústico, desenfadado y también decadente que salva cualquier puesta en escena.
6.- Las vajillas de gres que recuerdan a los azulejos de algunos puntos de Europa son perfectas para empezar a montar el atrezzo y las va a utilizar en muchas más ocasiones. Son ideales para mesas de verano en la ciudad, en el campo o en la playa. Si picas en la imagen, te he dejado algunas ideas.
7.- Es imposible resistirse al universo marino o portuario. Utiliza una vajilla blanca y mézclala con servilletas de papel con motivos de peces, caballitos de mar, estrellas, faros… Únicamente con esto ya darás un toque a tus mesas veraniegas.
8.- Para una velada a dos, te puedes hacer con una cesta de picnic (no hace falta que salgas al exterior) y utilizarla como decoración. Es una idea brillante siempre y cuando dispongas de alguna. A mí me encantan porque son el summun de la exquisitez al sacar fuera lo que normalmente se hace en casa. Las hay de todo tipo e incluso decoran en casa si las colocas con gracia. Si quieres más ideas, en otro artículo de este sitio te he dejado un post con cosas para un picnic y otro con comida para un picnic. Con un poco de imaginación, harás así una fiesta para los pequeños con muy poco o pondrás la guinda a una velada romántica.
Y para ir terminando…
1.- Pon todo lo que se vaya a utilizar en la mesa. Y eso es válido para las bebidas de todo tipo siempre y cuando estén en jarras o en botellas transparentes. Usa una cubitera para ir refrescando. No tengas empacho en colocar una generosa fuente de fruta variada que puede estar incluso cortada y mondada. Con eso solo ya nos remitirá a las dulzuras de la estación.
2.- Los platos ya preparados al centro también nos dicen de estos momentos distendidos en los que se comparte tanto. Así que sácalos todos y completa la decoración. Así invitaremos a la conversación y a las risas.
3.- Intenta minimizar el uso de plástico aunque sea tan seductor por lo que quita de trabajo. Busca los elementos para tus mesas de verano que se puedan lavar en el lavavajillas y que sean resistentes a los golpes. Pásate a las servilletas biodegradables y a las cañitas de papel. Con muchos gestos pequeños, la humanidad logrará conseguir grandes cosas.
Y… por último, ponle amor. Simplemente con eso y un poco de cuidado te va a quedar la decoración de tus mesas de verano de manera espléndida. No hay que volverse loco buscando cosas raras y extrañas. Haz uso de lo que tienes a mano para adornar: valen limones, fruta fresca con la que luego nos saciaremos, botellas de cristal con distintas bebidas y toques de rafia o lino. Si tienes dudas, apuesta siempre por el blanco.
Por Candela Vizcaíno