La dieta del ayuno intermitente es más que otra moda alimentaria (entre el montón de las que se crean para adelgazar) ya que se ha demostrado sus beneficios más allá de la ansiada pérdida de peso. La tradición del ayuno se encuentra en todas las religiones (Ramadán para los musulmanes o Cuaresma para los cristianos) y en la gran mayoría de filosofías de vida (el despegue de todas las pasiones -incluida la gula- del budismo por poner un caso). Y se hace tanto desde el modelo drástico que consiste en no comer nada como el que simplemente limita las comidas durante un tiempo y a ciertos alimentos. Esto es, desde antiguo se viene observando que la reducción calórica o una temporada de desintoxicación de alimentos contribuye a preservar la salud. Y vamos a más, a finales del siglo XX, los científicos y médicos que comenzaron a estudiar las poblaciones más longevas en busca de esa fuente de eterna juventud a modo de elixir de la vida constataron que estas comunidades son siempre frugales. Todos estos datos han ido aumentando los conocimientos sobre las propiedades para la salud de la restricción calórica. Aunque las opiniones pueden ser contradictorias, ya son múltiples los estudios científicos que avalan los beneficios del ayuno intermitente incluso para alargar la vida, con pruebas de laboratorio que apuntan en este sentido.
¿Cómo se hace el ayuno intermitente? ¿Qué es y en qué consiste?
Consiste en ayunar, en privarse de comer durante unas horas, preferiblemente por la noche y para que surta el efecto deseado deben ser, al menos catorce o quince horas entre una comida y otra. Aunque hay quienes quieren hacer ayuno de doce horas nada más, esta ventana temporal no permite al organismo el proceso de depuración necesario para que surta efecto. Y lo ideal, aunque al principio se pasa hambre, es dejar diecisiete horas sin comer. Esto es, la dieta del ayuno intermitente necesita que, si desayunas a las nueve de la mañana hagas la última comida a las cuatro de la tarde. Se puede añadir alguna hora más, pero no debe ser mucho para que el plan surta efecto. Por si necesitas ideas para esta primera comida del día, aquí te dejo recetas de desayunos saludables.
¿Cuántas veces se puede comer haciendo ayuno intermitente?
Aunque, en principio, las veces que quieras, lo ideal es que sean solo dos, el desayuno de la mañana y la última comida a modo de cena abundante y saludable sin pasarse con las grasas, los azúcares y alcohol.
¿Se puede comer de todo?
¡Claro que sí! Aunque, para que haga su efecto y ya que vas a hacer el sacrificio de pasar hambre (que se pasa durante las primeras semanas) es una tontería atiborrarte de comida basura y no ser consciente de lo que te llevas a la boca. Prioriza los cereales enteros y en grano, las legumbres (soja, garbanzos, alubias, lentejas…), las patatas cocidas, las verduras frescas y de hojas de color muy oscuro que tienen más propiedades y las frutas antioxidantes (arándanos, papayas, granadas, piñas, aguacates, kiwis…) Reduce los lácteos que tienden a hinchar la tripa y apúntate al poder de las infusiones y del té verde o el té blanco, que son auténticos elixires de vida. Elimina el alcohol o déjalo para ocasiones especiales, siempre que sea de calidad y no a diario. En cuanto a las carnes, sigue las recomendaciones generales y prioriza el pescado y las carnes blancas: pollo, conejo, aves…
Ayuno intermitente para bajar de peso
Aunque se ha popularizado para adelgazar, no puede considerarse como una dieta para bajar de peso, ya que no prioriza alimentos, cantidades y formas de cocinar sino que se centra en, simple y llanamente, dejar de comer durante un tiempo. ¿Por qué funciona? Y vamos a más, ¿qué hace que funcione aunque la restricción calórica no sea extrema? El secreto está en el azúcar, en la glucosa que el organismo necesita para realizar sus funciones. Estos niveles tienen que estar equilibrados durante el día para no sucumbir a sus consecuencias letales (tanto en los niveles superiores como inferiores). Cuando nuestro cuerpo no recibe alimentos durante unas horas, el organismo para no entrar en cetosis (hipoglucemia extrema) se defiende devorando nuestras propias células. ¿Y cuáles son las víctimas de este proceso? ¡Tranquilos que son muchos millones de años de evolución? La sangre, al quedarse sin glucosa, la extrae de otras células no necesarias para las funciones corporales inmediatas. Por eso, va hacia aquellos depósitos de grasa acumulados alrededor del abdomen, los más perjudiciales para la salud y, además, los que dificultan bajar de peso hasta que no se hayan reducido de forma considerable.
Un efecto del ayuno intermitente cuando se utiliza para bajar peso y se lleva a cabo por la noche mientras dormimos es la percepción (a la semana más o menos) de pérdida de tripa. Esas adiposidades alrededor del ombligo, cintura y cadera (los michelines del término popular), además de antiestéticas, son los causantes (según las últimas investigaciones) de problemas circulatorios graves, tanto como los ataques al corazón. Lo de perogrullo es decir ahora que se realiza un proceso de sinergía si inviertes aún más en ti realizando ejercicio moderado a diario y suprimiendo el estrés de tu vida.
Otros beneficios del ayuno intermitente
1.- Pérdida de la grasa abdominal, la más perjudicial
Al perder la grasa abdominal no solo se consigue bajar de peso sino también depurar el hígado y no sobrecargar los riñones. Al eliminar esa grasa mejoras el sistema circulatorio y no sobrecargas el corazón. Además, el efecto psicológico de esas antiestéticas adiposidades es tan inmediato que lo vas a notar sobre la marcha al ver que cae mejor la ropa olvidada en el armario.
2.- El ayuno y la restricción calórica alarga la vida
Las investigaciones ya “parecen” concluyentes y se apunta a que la restricción calórica, sin dejar de tomar todos los micronutrientes y proteínas que necesitamos, es un seguro de vida. De hecho, las comunidades más longevas del planeta son frugales en extremo, han alejado el estrés de su existencia y practican deporte moderado a diario.
3.- Desintoxicante
Aunque los dietistas tradicionales no gustan mucho de este concepto, el organismo se depura con esta dieta que, además, debe acompañarse de mucha agua. Con este modelo obligamos a nuestro cuerpo a desechar todo lo que sobra y a valerse de aquello que no nos hace falta. La opinión es unánime entre las personas que lo han probado: al día siguiente te vas a levantar con mejor sensación, sin pesadez y, tras el desayuno, con una energía desconocida.
4.- Nos hace más conscientes en todos los aspectos de la vida
Ya te digo que se pasa hambre, al menos, las primeras semanas, ya que el organismo te va a pedir esa cena a base de fritos o pizza al que estaba acostumbrado. Hay que hacer un esfuerzo y un ejercicio de constancia para que surta efectos. Ni que decir tiene que es más fácil alcanzar cualquier objetivo que requiera sacrificio si se hace con consciencia.
Contraindicaciones del ayuno intermitente
Aunque este modelo de vida (lo que es exactamente) se puede llevar prácticamente para siempre si tenemos salud y fortaleza. El ayuno (tal como nos enseñan las religiones que lo practican) está exento para los ancianos, enfermos, niños o adolescentes y embarazadas. Así que dejemos hablar a la tradición y hazlo únicamente si gozas de salud y forma. Ante la menor duda, consulta a tu médico y… come.
¿Qué te puede pasar? El proceso de cetosis puede llegar a ser grave e, incluso, en casos extremos conducir a la muerte. Si sientes mareos o dolor de cabeza agudo, aunque sea un solo día en concreto, come y, además, inmediatamente. El proceso grave incluye mareos o desmayos. Así que, si tienes normalmente hipoglucemia, esta dieta no es para ti. Por supuesto, tampoco debes meterte en ella si hay cualquier contratiempo de salud y lo primero es consultar al médico para que te haga las analíticas básicas.
Dicho esto, los beneficios del ayuno intermitente van más allá de la pérdida de peso ya que la restricción calórica (sin dejar de tomar los micronutrientes necesarios) contribuye a alargar la vida. Por supuesto, todo hay que hacerlo con cabeza y con prescripción médica si fuera necesario. Lo bueno de este modelo de vida es que lo puedes interrumpir o saltártelo en ocasiones especiales.
Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla