Carvoeiro se encuentra en la mitad occidental del Algarve portugués, uno de los destinos turísticos más codiciados del mundo. Y lo es por sus acantilados dorados que dejan entrever playas de arena fina (algunas de muy difícil acceso), algares (cuevas que han perdido parte del techo por donde se filtra la luz a modo de claraboya natural), faros cuidados y por el ambiente pesquero que aún se respira en su pueblo y en los alrededores. La naturaleza que tienes que ver en Carvoeiro es única y, aunque se asemeja a las playas de Lagos, en esta parte del Algarve, las calas son aún más pequeñas y los acantilados más espectaculares. Con más tiempo, tampoco hay que perderse Tavira o Vila Real de Santo Antonio (en el extremo más oriental y cercana a la frontera con España). Otro destino para los viajeros en busca de naturaleza es la Ría Formosa (entre Faro y Tavira), un paraíso sobre el planeta Tierra. En Carvoeiro (situado en el tercio occidental) el mar, el viento, el agua y las rocas han conformado un paisaje único que hará las delicias de familias y aventureros.
1.- Cuevas de Benagil, lo primero que tienes que ver en Carvoeiro
Es uno de los lugares más codiciados de toda Europa y no de extrañar ya que el emplazamiento es verdaderamente espectacular. Las cuevas de Benagil son algares según la terminología en portugués. ¿Y qué es un algar? Es una formación rocosa en forma de cueva al lado del mar cuyo suelo es de arena y se inunda de agua según las mareas. Para acceder a ellas a veces se necesita un barco o, al menos un kayac, ya que la cueva suele encontrarse cerrada y es complicado entrar a pie. Sin embargo y a pesar de esta belleza natural, lo más llamativo es el techo. El algar ha perdido (o nunca lo tuvo) el techo. La cueva, por tanto, no se cierra del todo y la luz del sol se filtra a través de una especie de claraboya natural. Los barcos de acceso a las Cuevas de Benagil parten desde el pueblo, desde Lagos o, incluso, desde Portimâo y recorren toda la costa. La ruta merece muchísimo la pena porque es una experiencia para recordar.
- Si quieres más datos sobre la Cueva de Benagil, te he dejado este artículo.
2.- Ruta de los Siete Valles Colgantes para disfrutar de una naturaleza espectacular
Benagil forma parte de la Ruta de los Siete Valles Colgantes. El inicio del sendero comienza en la fotogénica Playa de la Marina, en el vecino municipio de Lagoa y discurre por acantilados, playas y algares. Se requiere entrenamiento porque es exigente y de nivel medio-alto. Así que no es apta ni para familias ni para quienes tengan la movilidad reducida. Las vistas (sobre todo al atardecer) se quedan grabadas en el alma. La belleza es tal que está considerada una de las rutas de senderismo más espectaculares de Europa.
3.- Algar Seco el otro punto famoso que ver en Carvoeiro
Aquí pueden visitarse los acantilados y las cuevas a través de las pasarelas y escaleras de madera habilitadas. Las vistas son fantásticas, especialmente al atardecer. A igual que toda la costa escarpada que hay que ver en Carvoeiro, debes extremar la prudencia ya que los resbalones (si no llevas calzado adecuado y si te sales del sendero) pueden ser muy peligrosos.
4.- También hay que ver en Carvoeiro su playa urbana y su pueblo
Está colgado sobre los acantilados y se despliega alrededor de una bonita playa en forma de herradura. Desde aquí parten los barcos que hacen la ruta por mar deteniéndose en rincones, algares y cuevas. El pueblo es muy pequeño y complejo para moverse en coche. Lo mejor es dejarlo en los aparcamientos habilitados e ir andando. La calle principal está repleta de tiendas de regalos, de artesanía de la zona, de moda y también de restaurantes y bares. Las mejores vistas y fotos se consiguen subiendo por la escalera que se encuentra en el lado izquierdo de la playa. Además, todo el municipio está salpicado de multitud de playas arropadas por acantilados y de acceso, a veces, muy complicado. Son arenales en los que te puedes bañar a pesar de las complejidades de la orografía.
5.- Mirador de Nuestra Señora de la Encarnación
Se accede por una escalera situada en el lado izquierdo de la playa “urbana” de Carvoeiro y allí las vistas son impresionantes. En la explanada hay una ermita pequeña encalada siguiendo la arquitectura tradicional portuguesa.
Qué ver en Carvoeiro y alrededores con más tiempo
6.- Lagos y sus playas
Si te diriges hacia el oeste, te toparás con el precioso municipio de Lagos, uno de los más pujantes a nivel turístico. El casco antiguo aún conserva el ambiente marinero y sus calles están repletas de tiendas y restaurantes. Las playas de Lagos, aunque se encuentran entre acantilados a igual que las de Carvoeiro, son más aptas para el baño o el disfrute en familia, ya que son más grandes, amplias y, además, están acondicionadas con chiringuitos o mercadillos.
Especialmente en verano, desde el puerto, se pueden contratar actividades de todo tipo, desde rutas en kayac hasta paseos en barco. Puedes contratar rutas por Lago en este link.
7.- Ferragudo
Es el pueblo vecino y aún mantiene el ambiente tradicional de esta parte del Algarve. Coronado por un castillo que vigila tanto la ría como el mar, aquí hay que ir para disfrutar de sus fantásticas marisquerías a un precio más que razonable.
8.- Praia da Rocha y el Mirador de los Tres Castillos
Está bordeada por una fortaleza antigua visitable y desde la que se divisa una panorámica del puerto.
9.- Portimâo con su museo sobre la pesca
Y también su zona de ambiente nocturno con bares y discotecas. Portimâo es quizás el emplazamiento que recoge más turismo de masas, el que busca el sol, la playa y salir a bailar por la noche. Se encuentra a escasa distancia de las más exclusivas zonas que tienes que ver en Carvoeiro.
10.- Playa y Ermita de Nossa Senhora da Rocha en Porches
Es otro punto fotogénico y buscado, ya que el mar ha horadado los acantilados formando extrañas formas que, con marea baja, se asemejan a puentes, columnas y acueductos. Es una de las más grande de esta zona. El arenal es inmenso y a su alrededor hay hoteles tradicionales, restaurantes y tiendas.
Más datos prácticos de Carvoeiro
1.- La oferta hotelera es de calidad con una buena relación calidad-precio, incluso para hoteles de lujo. Buen ejemplo es el Tívoli Carvoeiro, situado sobre uno de estos acantilados y con vistas de infarto.
2.- Tanto en Carvoeiro como en los pueblos de alrededor hay fantásticos restaurantes donde sirven los pescados y mariscos de la zona. Abren todo el año y sus platos son para todos los gustos. Además, desperdigados por toda la costa (especialmente en los accesos a los algares y en la Ruta de los 7 Valles Colgantes) hay dispuestos merenderos de madera junto a quioscos que sirven bebidas o fruta fresca.
3.- Los aparcamientos son escasos aunque buenos. Así que toca organización.
Y si esto que tienes que ver en Carvoeiro aún te sabe a poco, aún puedes seguir ruta hacia Sagres, con su ambiente surfero y sus tiendas de cerámica local.
Fotos y texto por Candela Vizcaíno
