Faro es la capital del Algarve, uno de los destinos de moda de la última década. Y no es de extrañar que esta pequeña población de apenas sesenta mil habitantes se esté posicionando entre los viajeros internacionales ya que ofrece todo lo que podemos desear. Además todo aquello que tienes que ver en Faro está más que a mano y se puede recorrer a pie sin ningún problema si te decides a dejar el coche en el Estacionamiento Largo de Sâo Francisco, grande, extramuros de la villa y gratuito. Faro es, además, la puerta de entrada del Algarve a través de su aeropuerto. Y todo en este pequeño pueblo nos recuerda su pasado pesquero, comercial y cultural. A corta distancia se encuentran puntos emblemáticos que resuenan en el imaginario de los viajeros como la Cueva de Benagil (a la que se accede únicamente en barco) o las mejores playas de Lagos o los acantilados de Carvoeiro con la imprescindible Ruta de los Siete Valles Colgantes.
Los 5 imprescindibles que ver en Faro
1.- Iglesia del Carmo y Capilla de los Huesos
Hay que alejarse del centro urbano y caminar un poco hacia la iglesia carmelita construida en el siglo XVIII. Aunque de arquitectura sobria y elegante, en su interior alberga la pequeña Capilla de los Huesos, semejante a la afamada de Évora. En ella se han utilizado huesos reales de casi mil monjes que vivieron y rezaron en el lugar. Al margen del aspecto gore, este tipo de estética, tan propia del estilo barroco, nos recuerda la fugacidad de la vida. Este modelo de capillas que se repiten por Portugal y otros puntos de Europa son ejemplos de alegoría que nos dice del transitorio paso por este mundo recordándonos, a la par, que solo es eterno el más allá. Así, toda gloria del mundo queda en esos huesos que esperan a los vivos.
2.- De distinto tenor es el Puerto del Faro
Alegre, luminoso, vital, bullicioso y cosmopolita, se accede por dos puertas abiertas en la muralla, una orientada al sur y otra al norte. Hoy está reconvertido en espacio deportivo y de ocio mirando a la espectacular Ría Formosa. Está rodeado de tiendas de todo tipo, de restaurantes (algunos situados en azoteas con maravillosas vistas), mercadillos y desde allí, además, se toma el tren que recorre toda la localidad.
3.- Arco da Vila
Es la construcción que abre este artículo y no es más que una portada (ricamente decorada siguiendo el gusto del estilo manuelino, el arte portugués por excelencia) de un paso en la antigua muralla árabe. No tiene pérdida y es, además, el punto cero que ver en Faro. Allí se sitúa la Oficina de Turismo.
4.- Museo Municipal de Faro
Está situado en un convento antiguo y quiere ofrecer un recorrido histórico de la localidad desde los romanos (con un espectacular mosaico que se disfruta desde pasarelas) hasta las épocas más recientes pasando por su pasado musulmán. Es muy barato (alrededor de un euro) y gratuito para los pequeños que van a gustar de la exposición de marionetas de gran tamaño (en la foto).
5.- Iglesia de Santa María que actúa como la Catedral de Faro
Es del siglo XIII y de una extrema sencillez exterior. Con la entrada de pago se accede al museo en estilo barroco, a la torre con hermosas vistas y al interior de la catedral con capillas decoradas con los preciosos azulejos portugueses. En la plaza en la que se sitúa se encuentra el Palacio Arzobispal y en las calles aledañas hay buenos restaurantes situados en blancas casas solariegas con mesas en el exterior.
Más que ver en Faro con más tiempo
Palacio de Estoi a las afueras de Faro
Reconvertido en Pousada de lujo, es un antiguo palacio del siglo XIX que nos recuerda al arte barroco aunque fue levantado con una mezcla de características de la arquitectura neoclásica, neorrococó y elementos modernistas. A pesar de que la construcción merece una noche en sus habitaciones, lo mejor de esta mansión aristocrática son sus jardines al estilo de Versalles. Se pueden visitar de forma gratuita y sin necesidad de entrada accediendo por la verja que da a la calle posterior. Allí, entre setos recortados y paseos con columnas, se van desperdigando fuentes con esculturas, algunas escondidas entre grutas artificiales, que nos hablan de los mitos clásicos. Desde el centro de Faro solo se tarda en coche unos diez minutos en llegar a este maravilloso lugar donde, además, podrás disfrutar de un café mientras cotilleas por sus salones recientemente renovados con muebles clásicos.
Más que ver en Faro se trata de sentir: la Ría Formosa
Este paradisiaco lugar se despliega desde Tavira, la perla del Algarve, hasta Olhâo. El lugar, considerado una de las siete maravillas de Portugal, está protegido ya que es refugio de aves marinas y terrestres. Este paraíso sobre el planeta Tierra está conformado por una barra de arena frente a la costa que, en distintos puntos, se transforma en auténticas islas. Algunas se consideran desiertas (como la Isla Desierta) y otras están habitadas por la población local que aún vive en pequeñas y hermosas casas de pescadores (como la del Farol) en las que está prohibido el acceso en vehículo. De Olhâo parte un ferry público que desembarca en la Isla de Amona, la que tiene más servicios. También es posible visitar las que están frente a Tavira. Y desde el fotogénico puerto de Faro, salen embarcaciones hacia las islas del Farol o Desierta. Al atardecer la experiencia será del agrado para las almas sensibles y también si la ruta incluye algún tipo de actividad ornitológica.
Para no repetirme, te he dejado en este link, un artículo sobre este espectacular espacio natural que es la Ría Formosa.
Con más tiempo hay que disfrutar de Tavira, la perla del Algarve
Y darse un paseo por su casco antiguo tradicional cruzando el antiguo puente romano al que miran edificios burgueses. Tavira se está posicionando como destino turístico internacional y entre sus callejuelas te encuentras tiendas de ropa local, boutiques gourmets y buenos restaurantes. Es imprescindible subir a su castillo y admirar las vistas del caserío con sus tejados rojos. La bella localidad portuguesa ha sido protagonista de otro artículo en este espacio al que te dirijo por si quieres visitar Tavira en cualquier época del año.
Hoteles en Faro
La oferta se ha completado en los últimos años con la llegada de un público internacional de alto nivel en búsqueda constante por lo auténtico y el confort. Los que te pongo tienen vistas a la villa o la Ría Formosa y ya están organizados con todos los lujos que se demandan actualmente: spas, gimnasios, restaurantes o clubs de playa. Además, ofrecen una fantástica relación calidad-precio especialmente en primavera y otoño, quizás la mejor época lejos del bullicio veraniego. La oferta de casas, pisos y residencias puestas con el exquisito gusto portugués es variada y amplia. De mi gusto son:
1.- 3HB Faro, el único cinco estrellas y de reciente inauguración. Es espectacular la piscina en la azotea con vistas y el fantástico spa.
2.- Hotel Faro & Beach Club con vistas al puerto y al caserío. En verano ofrece transporte al otro lado de la barra para disfrutar de las olas del océano en su club de playa.
3.- Pousada Palacio de Estoi en plan aristocrático. Si bien el edificio tiene un estilo abigarrado, las habitaciones (amplias, silenciosas y luminosas) se han montando siguiendo una estética minimalista. Imprescindible, sin duda, es su piscina con vistas a los jardines y los alrededores.
Lo mejor que hay que ver en Faro se disfruta en apenas un par de días aunque la localidad invita al paseo, a perderse, a coger barcos que te lleven a las barras de la Ría Formosa, a ir con el coche a las localidades cercanas (Albufeira está a apenas veinte minutos), a jugar al golf y a caer en la tentación de sus mariscos y recetas locales.
Fotos y texto por Candela Vizcaíno