En el principio de los tiempos paganos, Gea, la diosa primordial de la que nace todo lo creado, engendra a Urano, dios del cielo. Acto seguido, se une a su hijo para seguir pariendo criaturas. Y de esta relación incestuosa, si no fuera porque estamos hablando de los dones de la naturaleza, nacen, entre otros, los titanes y los cíclopes (gigantes de un solo ojo) y, también, Tifón y Equidna, padres de todos los monstruos de la mitología griega. Además, Urano y Gea son los padres de Mnémosis, importante para nuestra historia. Ella es la memoria. Enamorado Zeus de Mnemósis, el gran dios del Olimpo, se transforma, para seducirla, en pastor y yace con ella durante nueve noches. De cada una de estas veladas amorosas nacen las nueve musas griegas. Son espíritus de gran belleza dedicadas al canto, a la música, a la lírica; inspiran a los poetas; protegen las artes y el conocimiento junto con Apolo. Aunque cada una de las nueve musas griegas se encargan de amparar una disciplina artística, en ocasiones y especialmente en lo referente a los textos literarios, sus dotes se solapan. Por tanto, corresponde a los artistas y poetas ponerse bajo su amparo eligiendo a una de las hermanas, a una de las musas que inspiran el arte, la literatura y el conocimiento.
1.- Caliope, musa de la poesía épica y la elocuencia
Era la madre de Orfeo, despedazado por orden de Afrodita al no conformarse con la sentencia dictada por Caliope en el conflicto entre la diosa del amor y Perséfone a propósito del bello Adonis. Es una de las nueve musas más importantes ya que ella es la protectora de la poesía épica, la que canta las hazañas de los héroes y los reyes. También fomenta la elocuencia, tan importante en el discurso político y de poder. Se la representa con una corona dorada o de flores. A veces lleva un pergamino o un libro (en el arte moderno) y una trompeta.
2.- Erató, musa de la poesía amorosa
Ella es la inspiradora de los escritos amorosos. Por eso, su nombre comparte raíz con Eros, el travieso dios de las flechas de la pasión y de la discordia. Protege a los poetas que cantan las dulzuras del amor y fue muy popular en la lírica renacentista. Se la representa con una corona de mirto o de rosas llevando en una mano una lira, creación del dios Hermes. Y siempre a sus pies hay una pareja de tórtolas, símbolo universal del amor conyugal o de pareja.
3.- Clío, musa de la historia y de la poesía épica
Por eso se la representa con un libro de Tucídides (siglo V a.C), el escritor de Historia de la Guerra del Peloponeso donde se narran las contiendas entre Esparta y Atenas. Como sus hermanas, también va coronada. Se la representa con ramas de laurel y con una trompeta o una guitarra en la mano. Una simbolización recurrente para esta musa griega es el globo terráqueo. Eso sería ya en época moderna cuando se asumió que la tierra es redonda.
4.- Talía, musa de la comedia y de la poesía bucólica y pastoril
Por eso sus atributos se corresponden con una muchacha de campo, vivaracha, risueña y de aspecto saludable. Lleva una corona de hiedra, un cayado y una máscara de teatro.
5.- Terpsícore musa de la danza
También lleva una lira y está coronada por flores. Es la madre de las sirenas.
6.- Polimnia, musa de la geometría y de la historia
De entre las nueve musas de la mitología griega es la más versátil ya que se la considera la inventora de la agricultura y, a veces, se la representa en actitud pensativa, como si fuera también la protectora de la filosofía. También es la que inspira los trabajos de geometría y de historia a igual que su hermana Clío.
7.- Euterpe, musa de la música y protectora de la flauta
Se dice que es la inventora de la flauta doble aunque, al parecer fue Atenea, la diosa de la sabiduría la que creó este instrumento. Como musa de la música aparece coronada de flores y siempre con un instrumento: guitarras, violines, tambores…
8.- Urania, musa de la astronomía y de la astrología
Se la representa vestida de azul, color de los cielos. Su corona, como su manto, va adornada con estrellas y a sus pies yacen artilugios de medición. También es la protectora de las matemáticas y de las ciencias exactas.
9.- Melpómene, musa de la tragedia
Por eso su porte es sobrio y contenido sin concesión a la risa o a la burla. Va siempre ricamente vestida con una máscara en la mano o un puñal ensangrentado, representación última de los dramas mortales de la tragedia. Sus atributos son regios: corona de pámpanos y cetro. La mitología griega nos dice que Melpómene no era feliz aún poseyendo amor, riquezas y belleza. Por eso, ella es la representante de la tragedia, la misma que pone a los seres humanos (y a veces a los dioses) frente al espejo de la verdad.
Las nueve musas griegas no solo aparecen en la literatura griega. Fueron favoritas de la poesía renacentista y los artistas del Barroco recurrieron a ellas. Sin embargo, conforme iba avanzando el siglo XIX, los nuevos modelos estilísticos imponían otra visión de la oscura realidad humana. El poeta o el creador se erige a sí mismo en el demiurgo de lo que no puede ser entendido. Ya es la raza humana la que intenta rasgar todos los velos de la verdad. Por tanto, no se necesitaban deidades protectoras. Serán los monstruos internos de la humanidad los que indiquen el camino hacia la creación. En esta oscuridad que adelanta las novedades sobre el inconsciente de Freud fueron abandonadas las nueve musas de la mitología griega.
Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla