Detrás del nombre Fernán Caballero se encuentra la escritora Cecilia Böhl de Faber (1796-1877) y La gaviota es su obra más conocida. Aunque encuadrada dentro del Romanticismo literario, su opus artístico pertenece más bien al costumbrismo literario, el que recupera los tipos locales y nacionales para ensalzarlos mediante la escritura. Fernán Caballero, además, es una escritora inclasificable, ya que también muestra características del realismo literario en su afán por describir la realidad con minucioso detalle o en transcribir con naturalidad los distintos modelos lingüísticos dependiendo del estrato social al que pertenecen sus personajes. Sin embargo, es extraña a su época por defender una ideología conservadora, a pesar de su elitista educación y bagaje cultural.
Características generales de La gaviota de Fernán Caballero
La obra apareció en 1849, cuando la artista contaba con 53 años y es la primera novela publicada de Fernán Caballero. Aunque comenzó a componer relatos en su juventud, no había tenido la oportunidad de dar sus textos a la imprenta. Y esa «oportunidad» llegó cuando se vio envuelta en graves problemas económicos. Como otros tanto escritos literarios de la época, La gaviota vio la luz en forma de folletín o entregas por capítulos en el periódico El Heraldo. Era esta la mejor manera de asegurarse unos honorarios decentes al fidelizar, semana tras semana, a los lectores de la prensa que se enganchaban a cualquier historia.
La gaviota es, por tanto, una novela de costumbres que roza algunos puntos del realismo literario quedándose en las fronteras de este importante movimiento literario. En contraposición a esta fórmula artística, la escritora despliega en la obra todo el afán moralizador y didáctico que era consustancial a su estar en el mundo sin hacer crítica de los modelos sociales de la época.
Resumen de La gaviota de Fernán Caballero
La obra comienza con el encuentro en 1836 entre un joven médico alemán de nombre Fritz Stein y el duque de Almansa, Carlos de Cerda. La historia vital de este último queda pausada para conocer las desdichas del ingenuo cirujano, acusado de traición por curar a los enemigos de las tropas en las que formaba parte. Perseguido y enfermo, llega a Villamar, un imaginario pueblo gaditano, donde es cuidado hasta su total recuperación por la tía María.
En Villamar se topa con Mariselda. Ella es «la gaviota». El sobrenombre le viene por su bella voz que encandila a todos los que la oyen cantar. Sin embargo, es el único talento del que hace gala la joven, ya que es descrita como superficial, caprichosa y egoísta. Stien, además de médico, tiene conocimientos musicales que los pone al servicio de la muchacha para que mejore su técnica. Discípula y maestro se enamoran y se casan. Así pasan seis felices años.
La paz vital se ve trastocada por la llegada del duque de Almansa, de don Carlos de la Cerda, que dejamos aparcado nada más comenzar la obra. Este abre la fruta de la ambición ante Mariselda cuando la oye cantar y la convence para que se mude a Sevilla. Ayudada por el duque, triunfa como cantante. Y con el éxito abona los recovecos más oscuros de su personalidad. Olvidando el amor de su abnegado esposo, se embarca en un amorío con un torero de nombre Pepe Vera. El doctor descubre el adulterio y se aleja de Mariselda pidiendo destino en América. Con este movimiento comienzan las desgracias. Pepe Vera, el torero, muere en los ruedos; el padre de «la gaviota» se consume en el pueblo apenado por la soledad; Stein sucumbe a la fiebre amarilla y Mariselda, sin la protección del duque, vuelve, vilipendiada por todos, a su pueblo. Por último, se conforma y se casa con el barbero Ramón Pérez con el único fin de refugiarse de la soledad.
Análisis de La gaviota de Fernán Caballero
1.- En la obra de Cecilia Böhl de Faber los personajes son representados de forma estereotipada; o son blanco o son negro. No encontramos ningún resquicio de la contradicción humana que enriquece los caracteres. Stein es bueno, buenísimo y Mariselda es incapaz de hacer examen interior alguno. Esto hace que la trama sea previsible.
2.- Fernán Caballero refleja todos sus prejuicios morales en la figura de Mariselda que es tratada sin ápice de comprensión alguna. Su carácter frío y egoísta lleva implícito la semilla de la destrucción.
3.- Como otras novelas de las época (las del realismo literario), el pesimismo es la tónica. No hay posibilidad de redimir a los protagonistas. Su único fin posible es la muerte o la insignificancia.
4.- Stein es el prototipo de héroe romántico: iluso, bondadoso, que se deja morir por amor… Representa el hado y el destino que no puede vencer la fealdad de la realidad.
5.- El tema de La gaviota es la particular bajada a los infiernos de sus protagonistas debido a sus propios pecados e inconsistencias espirituales.
6.- La obra está adobada de un tinte moralista y divulgativo basado en las terribles consecuencias de dejarse arrastrar por los vicios. Se articula como una especie de aviso a navegantes. Por eso, es trágica, dramática, pesimista y fatalista.
7.- La estructura está jerarquizada: los buenos frente a los perversos, el pueblo frente a la ciudad, los virtuosos frente a los depravados, la aristocracia frente al pueblo llano…
8.- El lenguaje se adapta al estrato social y cultural de los personajes. Además, las descripciones de los ambientes, emplazamientos y tipos se hacen de forma prolija y detallada.
En definitiva, La gaviota hay que entenderla en su contexto: el de los cambios desde la posición romántica hacia el distanciamiento del narrador omnisciente del realismo. En el camino nos encontramos a la escritora Fernán Caballero que muestra en sus textos su concepción un tanto ingenua de un mundo dividido entre buenos y malos. Al presentar a sus personajes sin posibilidad de cambio, estos pierden frescura, profundidad e interés convirtiéndose en auténticos estereotipos.
Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla