Hércules y el león de Nemea, mito completo

Mito de Hércules y el león de Nemea

Mito de Hércules y el león de Nemea

Candela Vizcaíno

 

Todo empezó en el principio de los tiempos paganos cuando los dioses se unían a los mortales para crear héroes o para saciar sus apetitos carnales. Uno de los más prolíficos en estas lides fue Zeus (conocido como Júpiter romano). En una de sus múltiples correrías de marido infiel engaña a Hera (Juno romana) con una princesa mortal de nombre Alcmena. De esta unión nace Heracles. Este Heracles será conocido como Hércules en Roma y la fama de su fuerza descomunal llegó a todos los rincones del Imperio. Fue de tal intensidad y fervor su culto que llegó, incluso, allí donde terminaba el Mediterráneo, en la actual Cádiz donde aún se busca el majestuoso templo en su honor. Como el mito de Hércules y el león de Nemea solo se entiende conociendo los avatares de ambas familias vamos a adentrarnos en los entresijos de los dos clanes. 

Genealogía de Hércules, el héroe obligado a completar doce trabajos  

Era Hércules hijo de Zeus (Júpiter romano) y de una princesa mortal de nombre Alcmena. El dios del Olimpo le prometió a la madre que el niño llegaría a ser rey. Sin embargo, aquí interviene y malmete Hera (Juno), esposa de Zeus, diosa del hogar, del matrimonio y protectora de la familia tradicional. Celosa por la infidelidad de su cónyuge, lo paga con Hércules y hace que nazca con posterioridad a su primo de nombre Euristeo. La diosa conspira para que Hércules permanezca en el vientre de su madre más de nueve meses (aumentando así su fuerza) mientras Euristeo, débil, cobarde y quebradizo se adelanta al parto. Así, este último hereda el trono que le correspondía al héroe.  

Hércules (Heracles griego) crece y es admirado por su valentía y fortaleza. Se casa y tiene hijos. Sin embargo, estos éxitos personales no son del agrado de Hera que vuelve a malmeter en la vida del héroe ya de adulto. Así, una noche, lo hace enloquecer y este, sin saber lo que hacía y totalmente enajenado, asesina a su amada esposa, a sus hijos y a dos de sus sobrinos. La locura llega al apoteosis cuando sale de tal trance y es consciente de lo que ha hecho con sus propias manos.  

Aunque intenta darse muerte, Euristeo, para que expiara sus culpas y para quitárselo de en medio que todo hay que decirlo, le impone los conocidos como doce trabajos de Hércules. Eran aventuras tan peligrosas en las que debía enfrentarse a monstruos terribles que el rey tenía la esperanza de que muriera en alguna de ellas. La primera fue la obligación de dar muerte al león gigantesco y fiero que aterrorizaba a la población de Nemea. 

El león de Nemea y la familia monstruosa del panteón griego  

Era la madre del león de Nemea Equidna, una seductora ninfa de profundos ojos negros y cabellos rizados que tenía serpientes por piernas y se movía por la lascivia y la lujuria. Estaba unida eternamente a Tifón, el gigante que provocaba huracanes y tormentas con sus enormes alas. Y, además, no contento con estos destrozos incendiaba con sus ojos violentos todo aquello que se ponía a su paso. De esta pareja (ambos con serpientes por piernas) nacieron todos los monstruos del imaginario griego, el mismo que fue adoptado, más tarde, por los romanos.  

La familia del león de Nemea no acababa aquí, ya que eran sus hermanos de doble vínculo (padre y madre) la hidra de Lerna, la Quimera, Cerbero, el perro de tres cabezas que habitaba en el inframundo, el dragón Ladón, guardián insomne del jardín de las Hespérides donde crecían las manzanas de oro que otorgaban la inmortalidad, Ortro, el perro de dos cabezas también asesinado por Hércules en otro de sus doce trabajos. Además, la enigmática esfinge, famosa por presidir una de las pirámides más conocida del arte egipcio, la de Kefrén, era hija de Ortro y la misma Equidna unida incestuosamente a su vástago.  

Con este plantel toda esta familia tendría aspecto y carácter monstruoso y todos sus miembros estaban dispuestos a matar y a asesinar por puro placer. El león de Nemea era un ser gigante que aterrorizaba a esta población vinculada a su nombre y por la que ha pasado a la historia. Era tan fiero que un solo zarpazo podía partir a un hombre por la mitad y su piel tenía tal dureza que era imposible que le atravesaran las flechas. Todo eso terminó cuando llegó Hércules a completar su primer trabajo.  

Mito completo de Hércules y el león de Nemea 

Como hemos indicado más arriba, para expiar sus culpas al héroe le imponen doce trabajos. La mayoría  están relacionados con la familia nacida de Equidna y Tifón, aunque también debe amansar a Asterión, el híbrido mitad hombre mitad toro encerrado en el laberinto del minotauro. En otra ocasión se le pide que robe el cinturón de Hipólita, la reina de las aguerridas amazonas. Sin embargo, el primero de ellos y que condicionaría la fama del héroe y que le permitiría los atributos de la bestia fue, precisamente, el león de Nemea. 

Aunque algunas fuentes indican que mató al monstruo con una flecha envenenada de la hidra de Lerna, este trabajo sucedió después. Así que Hércules, para reducirlo, tuvo que emplear la fuerza bruta por la que era admirado entre los hombres y envidiado por Hera. También le hizo falta una pizca de astucia. Aturdió al gigantesco animal con una enorme maza golpeando su cabeza una y otra vez. Lo estranguló con sus enormes brazos hasta asfixiarlo. Y, posteriormente, con las mismas garras de león de Nemea lo remató hasta darle muerte. 

Acto seguido, Hércules desolló al monstruo y arrancó su cabeza. Con la piel se hizo una coraza tan dura que no le atravesaban las flechas. El craneo, debidamente limpio por dentro y conservando las fauces y la melena, lo utilizó de casco. Así fue como Hércules comenzó a expiar su culpa en los doce trabajos impuestos por su primo el rey. Así también cimentó la leyenda de su fiereza, ya que de esa guisa se presentaba ante otras fieras que debía matar, domeñar, adormilar, secuestrar o robar. Y con tal vestuario nos encontramos a Hércules en infinidad de obras de arte desde la antigüedad hasta prácticamente el día de hoy cuando se ha convertido en personaje favorito de videos juegos o cómics.  

Además, Hércules ataviado con los despojos del león de Nemea, aparece en el escudo de Andalucía flanqueado por dos leones que actúan como símbolos de su fuerza descomunal. Cuenta la leyenda que en otra ocasión Hércules pudo separar la tierra creando el estrecho de Gibraltar. Colocó dos columnas, una en la zona europea y otra en la africana. Estos atributos del héroe pagano son los que representan a esta hermosa y única región del sur de España en su bandera verde y blanca.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

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