Características de la Generación del 27

Características de la Generación del 27

Características de la Generación del 27

Candela Vizcaíno

 

El 17 de diciembre de 1927 se celebra en el Ateneo de Sevilla un homenaje al poeta del barroco español Luis de Góngora. En él participan Pedro Salinas, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Gerardo Diego y Federico García Lorca. Aunque cada uno de ellos tenían un registro literario único, con todas sus salvedades, en ese momento se da carta de nacimiento al grupo poético en español más importante del siglo XX.  Por lo heterogéneo de sus componentes, es complicado señalar las características de la Generación del 27 como un todo artístico sin fisuras. Aun así, podemos indicar rasgos en común.  

10 características de la Generación del 27 principales

1.- Aunque algunos de sus componentes ya habían publicado obras diversas, les unía, en sus inicios, el afán por la poesía pura abanderada por Juan Ramón Jiménez que se convierte en guía y  maestro, dando a la imprenta algunas de las obras del grupo. En la exquisita Biblioteca Índice se publicó, por ejemplo, Presagios de Salinas. Además, el poeta de Moguer fue el primer y mejor mentor de un joven Rafael Alberti llegando a realizar la introducción para el conocido Marinero en tierra (1924).

2.- Una de las principales características de la Generación del 27 radica en la puesta en valor del gongorismo. Así, las obras del Luis de Góngora son reivindicadas como ejemplo de la más sublime expresión poética. Y la conmemoración del tercer centenario de la muerte del escritor cordobés se convierte en una excusa para reivindicar esta línea creativa. 

Viva pues Góngora, puesto que así los otros

Con desdén le ignoraron, menosprecio

Tras del cual aparece su palabra encendida

Como estrella perdida en lo hondo de la noche,

Como metal insomne en las entrañas de la tierra.

 

Luis Cernuda

3.- Todos nacieron entre 1892 (Pedro Salinas, el mayor) y 1906 (Manuel Altolaguirre) y publicaron sus primeros libros entre 1920 y 1936, cuando la Guerra Civil Española marca otros rumbos bien distintos, como veremos a continuación. 

4.- Se caracterizan por una gran formación académica. Dámaso Alonso, Guillén y Salinas fueron catedráticos. Federico García Lorca es uno de los más insignes representantes de la Institución Libre de Enseñanza. Luis Cernuda enseñó (tras el exilio) en universidades inglesas y americanas y Gerardo Diego era catedrático de instituto. 

5.- Una de las características de la Generación del 27 es su afiliación republicana y liberal a pesar de ese alejamiento, en primera instancia, de la realidad para reivindicar la torre de marfil de la poesía pura en la estela de las características del simbolismo de los poetas franceses. 

6.- Beben, también, del modernismo literario y de los versos de Rubén Darío que tanta influencia generó en las primeras décadas del siglo XX en España. El resultado fueron textos rigurosos y depurados en extremo. 

7.- Se adhieren a los movimientos literarios de vanguardia, especialmente al surrealismo, muy presente en los poemas de Federico García Lorca de Poeta en Nueva York.  

8.- Al grupo inicial se le une muy pronto Vicente Aleixandre, Emilio Prados, Luis Cernuda, Juan José Domechina, Manuel Altolaguirre, Jose María Hinojosa y Fernando Villalón. 

9.- Junto con la estética del gongorismo reivindican los cancioneros populares e, incluso, la obra de Jorge Manrique

10.- En un primer momento estuvieron vinculados a la Revista de Occidente en cuya colección “Los poetas” se publicaron algunas obras. Anoto Cántico (1928) de Jorge Guillén, Cal y Canto (1929) de Rafael Alberti, Romancero Gitano (1929) de Federico García Lorca o Seguro Azar (1929) de Pedro Salinas. 

Características de la Generación del 27 a partir de la Guerra Civil Española 

11.- Junto con el homenaje (en todos los sentidos) a Góngora, rinden tributo a lo más granado de la historia literaria en español. No rompen con la tradición artística, la cual conocían extremadamente bien ya que, en más de un caso, era filólogos dedicados y centrados en la investigación. Quizás por ello, encontramos también la huella de Garcilaso de la Vega, de San Juan de la Cruz,  de Fray Luis de León y también de Gustavo Adolfo Bécquer. Este último, conforme iba avanzando la producción de los distintos miembros, se convierte en un referente. Como lo sería Antonio Machado más adelante, cuando estalla la guerra y con ella saltan por los aires todos los fundamentos del grupo. 

12.- Si en un principio se reivindica la poesía con vuelo, la torre de marfil y la expresión de los más sublimes sentimientos agazapados en todos los recovecos del espíritu humano, todo cambió a partir de la segunda mitad de la década de los treinta.  El desastre de la República primero, la contienda en España, después, y para rematar, la Segunda Guerra Mundial propiciaron un vuelco en la temática y en el acercamiento literario. 

13.- Efectivamente, tras las sacudidas históricas, todos y cada uno de los poetas de la Generación del 27 evolucionan en otro sentido. Se mira hacia Machado que se había tratado con desdén por su realismo y por enfocarse en una poesía con argumento. En definitiva, se abandona la torre de marfil para bajar hacia una escritura que no puede ser ajena a lo que estaba sucediendo.  

[Machado]… ese gran poeta, al que no supimos ver bien los de nuestra generación hasta última hora… el grupo nuestro estaba un poco deslumbrado por otro poeta, de gran altura también, y nunca vio a Machado en su verdadera luz.

Pedro Salinas  

14.- Y con la guerra llegaron las muertes, la de Machado, en un intento por alcanzar la  paz en Francia, la de Federico García Lorca, asesinado. Y también el exilio y la vida nómada: Cernuda, Alberti… Este desastre social y anímico creó una honda huella en todos y cada uno de los escritores. Fue de tal calibre que cada uno evolucionó con una voz propia, para gusto de los amantes de la buena literatura. 

15.- Si bien siguieron caminos divergentes, nunca terminó la amistad entre ellos y buena prueba de esto último es la múltiple correspondencia que se conserva entre los que se quedaron y aquellos que se marcharon. Tampoco faltó el homenaje a los que habían muerto (especialmente a Lorca, muy querido por todos). 

16.- La poesía intelectual de las primeras épocas se volvió reivindicativa casi, aunque tomaran caminos divergentes. Buenos ejemplos son Luis Cernuda y Rafael Alberti, cada uno en su vertiente ideológica, ya que el marxismo (militante en el caso del poeta de El Puerto de Santa María) se volvió hostilidad máxima en el sevillano. 

Ese concepto del arte por el arte es una cosa que sería cruel si no fuera afortunadamente cursi. En este momento dramático del mundo el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas.

Federico García Lorca

 

La Generación del 27 tras la Guerra Civil Española  

De un grupo poético que buscó el brillo en las letras hispanas con el afán de que la gran cultura pudiera poner belleza en el arte se pasó a la vuelta al realismo. Acabada la guerra española, lo que sucedió fue una auténtica diáspora, la llegada a tierras ajenas y el dolor de nuevo por España, tal cual sucedió con la Generación del 98. La soledad, la extrañeza, el agotamiento del tiempo, la muerte y la destrucción estarían presentes en los siguientes poemarios. Los que se quedaron tampoco se quedaron a la zaga. Y en este sentido nada más tenemos que apuntar Hijos de la ira de Dámaso Alonso, y  eso a pesar de que el poeta, convertido en maestro, disfrutó de los más altos honores. Por ilustrar con otro ejemplo, los versos de Aleixandre fueron censurados y no se le permitió publicar hasta 1944 con Sombra del paraíso. 

El pueblo y la historia entran finalmente en los poetas del 27, como testimonio de un tiempo mísero y también esperanzado, cerrando así el cielo -o abriendo uno nuevo- que va de la poesía pura, intimista o surrealista a la poesía de situación temporal o histórica.

Jose Luis Cano 

El tiempo y las circunstancias históricas, por tanto, se habían convertido en una apisonadora. Tanto que, cuando hablamos de las características de la Generación del 27, nos vemos obligados a señalar esas dos etapas cuya frontera fue el desastre de la república, las guerras y el exilio. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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