Candela Vizcaíno

Candela Vizcaíno

Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla con una larga trayectoria de más de 20 años como periodista, columnista y contenidos online centrados en literatura, arte, viajes, vida sana, familia, gastronomía, moda y feminismo. Con cinco libros publicados, en la actualidad pueden encontrarse en las librerías El Bosque de las Respuestas (cuento infantil ilustrado), Los girasoles florecen en junio (novela) y Poemas sin orden ni concierto

01 Octubre, 2019

Expresionismo alemán

 

Al tiempo que en Francia predominaba el cubismo y en Italia el futurismo con sus intentos de hacer saltar la tradición por los aires para hacerla añicos, el expresionismo alemán toma fuerza en toda Centroeuropa. Para los artistas agrupados en El Jinete Azul y en Die Brüke la ruptura con el arte anterior debería hacerse de una manera más pausada y no con experimentaciones que a, su juicio, nada aportarían. Eso no quita para que todos los representantes del expresionismo fueran innovadores a más no poder creando, a la par, una obra rica en matices, de una belleza subyugadora que ha resistido los avatares del tiempo mejor que cualquier otra producción de las llamadas vanguardias históricas. 

Para el expresionismo lo que primaba era ese reflejo del interior que se produce en el exterior, en los modos, en las formas y en los rostros de sus protagonistas. Y de aquí viene el término que bautiza el movimiento: expresión. Vuelven a la tradición (como la pintura metafísica) para presentarnos un arte realista en el que reconocemos las figuras y los cuerpos, pero que innova en múltiples aspectos. Herederos de las propuestas de Cézanne y del fauvismo, movimiento en el que militan alguno de sus artistas, recurren a colores extremos para levantar obras con un lenguaje desgarrado a la par que hermoso. A continuación detallo sus características.

 expresionismo aleman

1.- El expresionismo alemán se forma en Munich en la primera década del siglo XX

Desde distintos puntos de Alemania, de Rusia… llegaron los diferentes artistas que formaban el grupo de expresionistas. Aunque algunos pasaron por Francia y allí se mantuvieron en contacto con las vanguardias parisinas, estos creadores tienen una mirada propia, local a veces aunque eso no quita para que ocupen un podio en la esfera internacional artística y cultura. Recuerdo, que desde finales del siglo XIX hasta los movimientos de Mayo del 68, París era el ombligo del mundo desde el punto de vista cultural. Hasta allí emigraba o se situaba cualquiera que quisiera ser alguien en el mundillo del arte, de la política o de la filosofía. Artistas, pensadores y escritores se daban mano a mano con vividores y aventureros de todo tipo creando un ambiente cultural irrepetible. Sin embargo, el expresionismo alemán tiene su centro en Munich, un emplazamiento que no era la vanguardia cultural de la época.  

2.- Ha sido junto con el surrealismo el movimiento más influyente del siglo XX

Porque, si bien estuvo situado en el denominado extra-radio, todos los artistas realizaron una obra coherente en todos los sentidos. Eso no quita para que tuvieran sus evoluciones particulares y, en este sentido, solo recuerdo a Kandinsky moviéndose hacia la abstracción. El expresionismo alemán nació con una clara vocación de perdurar en el tiempo y sus creadores se dieron  cuenta que las experimentaciones por sí tendían a agotarse. Le sucede en el tiempo el surrealismo, el otro movimiento artístico que ha dejado más huella en el siglo XX. Ambos se centran en lo desconocido del ser humano, indagando en terrenos ignotos que abre el incipiente psicoanálisis de Freud. 

3.- El expresionismo alemán deja a un lado las experimentaciones y vuelve a la pintura realista

Aunque hay un factor geométrico en casi todas las obras e, incluso, abstracto, esta se deja de lado. Se retorna a un realismo muy peculiar y abandonan los juegos con las figuras, los puntos o la abstracción. Las líneas se hacen marcadas, expresivas, radicales, subyugadoras. El pincel no se entretiene en realizar luces y sombras. Los tonos son presentados en toda su extensión y contraste. En las obras vemos claramente un desnudo (aunque sea con un color imposible), una solitaria en busca de amor, el grupo de amigos que se autorretratan o. los caballos de fuerte simbolismo aunque estén pintados en azul. En este sentido, el movimiento es claramente identificable. 

 Expresionismo aleman

 

4.- Los representantes del expresionismo tienen un gusto especial por el lienzo y la pintura 

Bien es verdad que encontramos esculturas pero el predominio es el del cuadro, del uso del pincel o la paleta. No hay experimentaciones con materiales extraños ni collages ni se desdibujan las fronteras de los géneros. Todo ello era considerado un juego superfluo. 

5.- Un rasgo llamativo del expresionismo alemán son sus colores llamativos

Una de las características del expresionismo más evidentes y que conforman su idiosincrasia es el uso de tonos extremos que son difíciles de encontrar en la naturaleza. Nos encontramos con un desnudo cuya carnalidad ha sido sustituida por unos verdes que no indican putrefacción, rostros en los que se mezclan el amarillo, azul o púrpuras, caballos azules y bañistas naranjas. Este extremo, lejos de parecer antinatural, confieren una subyugadora belleza a la obra al obligarnos a introducirnos en el simbolismo de los colores de una manera inconsciente. 

6.- Gustan del formato presente en el arte primitivo y tradicional 

En el expresionismo alemán hay un gusto por las máscaras primitivas, por los rostros reproducidos a lo mínimo. Lejos de ser una reducción del alma humana le confiere un poder extraño que no dejan indiferente a nadie. Además hay una preferencia por la artesanía local, en la que algunos de sus miembros se iniciaron o se inspiraron. Se prefiere detenerse en lo natural, en lo auténtico y en lo que lleva el alma del creador.   

7.- En el expresionismo alemán hay un gusto por la figura humana y el desnudo femenino

Encontramos leones, caballos o una naturaleza radical que no se corresponde con ningún paisaje sobre el planeta Tierra. Pero el movimiento gusta de las figuras humanas, de los encuentros, del desnudo entre animales o plantas. Este siempre es presentado de una manera extraña como ajena al espectador e, incluso, a la obra misma. 

 El sueño expresionismo aleman

8.- Se recurre al onirismo y al mundo de los sueños 

En 1901 Freud publica su revolucionaria El significado de los sueños abriendo las puertas y las ventanas para el estudio del inconsciente. A partir de aquí los artistas comienzan a indagar en el conocimiento que aporta el alma oculta. Se recurre a los mitos y, especialmente, a los símbolos universales. 

9.- En el expresionismo alemán hay una preponderancia de los ambientes urbanos 

A pesar de encontrarnos obras en las que hay un componente natural u onírico, hay un gusto por la ciudad y sus criaturas. Recuerdo que estamos en los inicios de la expansión de las grandes urbes con todo lo que ello conlleva de transformación social y de forma de ver la vida. Aparecen los solitarios, los desgajados, los que no encuentran su lugar en un mundo estructurado por la burguesía que acabaría rompiéndose en pedazos con dos guerras mundiales.  

10.- Las obras son extremas, desgarradas sin llegar al drama y con una extraña fuerza expresiva 

La angulosidad, el uso de los colores en contraste y que no se esperan en ese contexto, la referencia a las máscaras, la pérdida de la perspectiva clásica o de la sombra tradicional hacen que estas obras sean perfectamente reconocibles. Han superado los avatares del tiempo con su fuerza arrebatadora, con su interrogación sin acoso y con sus propuestas radicales.  

El expresionismo alemán fue ese movimiento que quiso ensalzar con los modos y formas de las vanguardias aquello que se produce en el interior del alma humana. Ni que decir tiene que, con los avances de la fotografía, se consideraba que el arte tenía que ocupar otro lugar de representación. El auge del psicoanálisis, el conocimiento del inconsciente y los mitos colectivos que se presentan en los sueños hicieron de abono para el movimiento. 

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Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

El expresionismo, al contrario que otros movimientos de vanguardia, surgió en Centroeuropa.  Y, concretamente,  de Alemania proceden los más importantes representantes del expresionismo.  Coetáneo con el cubismo en Francia o el futurismo en Italia, estos artistas pretendían una vuelta a la pintura realista sin obviar, de ningún modo, la creación más radical e innovadora. Sus obras son de una subyugadora belleza en la que predominan colores extremos realizados con pinceladas amplias y en el que se  prioriza la expresión.  

Porque de esa palabra surge, nace y se desarrolla el movimiento, ya que su objetivo era llevar al lienzo lo que acontecía en el interior del alma humana y todo ello sin símbolos o signos sino a través de la representación del físico. No es de extrañar, por tanto, que haya un interés por la figura, por los ambientes urbanos, por la desnudez, por el mundo onírico. Nos encontramos obras en las que predominan los trazos angulosos, radicales, rostros con aspiraciones de máscaras (como las del arte primitivo africano que tanto admiraban estos artista) y con una fuerza expresiva extrema. Estas características del expresionismo contribuyó a que fuera una de las estéticas que más perdurara en el tiempo y que fuera, junto con el surrealismo, uno de los movimientos más relevantes del siglo XX. Estos fueron sus artífices. 

1.- Wassily Kandinsky, uno de los representantes el expresionismo que llegó de Rusia 

No solo es uno de los artistas punteros del movimiento sino una referencia en el arte internacional contemporáneo (ni siquiera circunscrito al siglo XX). Nacido en Moscú en 1866, viaja a Europa antes de que comenzaran las grandes revoluciones socialistas. Su punto de encuentro será Munich, por entonces una urbe floreciente pero que no tenía nada que ver con un París que se sabía el ombligo del mundo. Aparte de una ingente obra que puebla los mejores museos del mundo, se involucró tanto en El Jinete Azul como en los Cuatro Azules, grupos, revistas y colegas de trabajo con unas miras semejantes. Kandinsky muy pronto evolucionó hacia el arte abstracto con obras coloridas en extremo en el que prima la geometría pura. Fue un teórico del arte con ensayos fundamentales como De lo espiritual en el arte (1910) o Punto y línea sobre el plano (1925). Fue profesor de la Bauhaus, el movimiento arquitectónico revolucionario del siglo XX. 

2.- También de Rusia es Alexei Jawlensky

Casi en la misma fecha en la que Kandinsky emigra a Munich,  se traslada Jawlensky desde San Petersburgo donde había realizado estudios de arte. Miembro también de El Jinete Azul, sus obras tienen un sello característico en los que las figuras humanas presentan un sustrato de las máscaras tradicionales africanas, con un fuerte colorido en el que se aprecia el amor por las obras de Van Gogh o Matisse.

3.- Otto Müller, uno de los representantes del expresionismo más difíciles de encasillar

Porque tuvo una formación artística de la escuela clásica y porque quizás era mayor que el resto del grupo. Sus obras de madurez se centran en maravillosos desnudos femeninos insertos en una naturaleza extraña y onírica. A igual que el resto del grupo utiliza colores imposibles con trazos gruesos (aunque no tan marcados) y en los rostros de sus protagonistas siempre vemos esos ecos de las máscaras primitivas que tanto atraían a los representantes del expresionismo.  

4.- Erich Heckel, el arquitecto del movimiento 

Nacido en 1883, tuvo una larga trayectoria vital ya que abandonó este mundo en 1970. Tuvo formación en arquitectura aunque muy pronto comenzó una carrera artística en la que se ven las huellas de Munch o los post-impresionistas. Es uno de los representantes del expresionismo que tiene una obra más radical, ya que presenta siempre unas líneas angulosas en los rostros en los que adivinamos su amor por las máscaras tradicionales. Así hace uso de colores muy fuertes en contraste que no duda en colocar a los rostros, los cuales vemos en unos intensos azules o verdes.  

5.- También fue arquitecto Ernst Ludwing Kirchner

Es uno de los abanderados de Die Brüke, otro grupo de los artistas del expresionismo. Su formación artística (aparte de la académica como arquitecto) proviene del estudio y la admiración de los primitivos alemanes como Durero o Lucas Cranach. Llegó a ser un maestro de la serigrafía la cual ensalzó como gran arte tras estar relegada y contextualizada como una expresión menor. Estaba interesado en los personajes que pueblan la gran urbe con su desarrollo eléctrico, sus avances en el campo de la ingeniería y sus tipos solitarios sin rumbo. De él es Calle con buscona de rojo que se encuentra custodiado. En el Museo Thyssen-Bornemisza, una de las obras más representativas del expresionismo donde la fuerza del trazo y los colores nos mete de lleno en el alma de una persona en busca permanente de un amor imposible.  

6.- August Macke, miembro del Jinete Azul, la revista del expresionismo 

Viajó a París donde tuvo contacto con el fauvismo, uno de los precedentes del expresionismo. En la Ciudad de la Luz toma contacto con el cubismo y el futurismo. Sin embargo, se dirigió hacia el expresionismo (totalmente contrario a estas dos últimas estéticas). Fundó El Jinete Azul junto con Kandinsky.  

7.- También perteneció Franz Marc al Jinete Azul 

Y de sus manos salió en 1912 la gran obra El sueño, exponente cumbre del expresionismo alemán. En ella encontramos todas las características del expresionismo que han hecho de este movimiento uno de los referentes en el panorama artístico internacional. Las referencias al mundo de los sueños, los colores intensos e imposibles en la naturaleza, el desnudo, la naturaleza exuberante, los caballos azules con un fuerte sentido simbólico… Todo ello hacen de esta obra, custodiada también en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, un referente. En su obra hay una claro sustrato de la obra de Paul Gauguin en cuanto a los temas como a las formas y los colores. Es, junto con Kandinsky, uno de los representantes del expresionismo de mayor altura y, además, uno de los que mejor responden a  la estética del movimiento.  

8.- Gabrielle Münter, la única mujer de entre los representantes del expresionismo 

Nacida en Berlín en 1877 donde dejó este mundo en 1962. Críticos hay que reconocen que se han necesitado más de una obra o dos para empoderar a Gabrielle tal como su obra merece. Sin entrar en políticas de género que no procede en este estudio, hasta hace nada se la consideraba únicamente la compañera de Kandinsky. Y ello de manera totalmente injusta. Iniciada en el fauvismo, como artista muestra una libertad (en los colores, formas y temas) que no siguen sus compañeros varones. Aparte de desarrollar una obra de calidad, actúo a la manera de mecenas, ya que en su casa de los Alpes (que compró con su dinero) reunía a todos los integrantes de El Jinete Azul. 

9.- Emil Nolde, el artista que viajó a los Mares del Sur

Como Gauguin se enamoró de aquella zona salvaje del mundo. Procedía de una familia de granjeros, del pueblo de Nolde, de donde tomó su apellido. Allí nació en 1876. Trabajó como artesano y antes de recaer en Munich viajó a Suiza donde impartiría clases de dibujo. Su obra tiene una fuerte connotación del llamado arte primitivo de líneas rotundas, colores puros y expresiones extremas. 

10.- Max Pechstein, del fauvismo al expresionismo 

Se inició en la pintura de mural con fines decorativos. Viajó por Italia donde conoció a los antiguos artistas del Renacimiento. Pasó por París donde entró en contacto con el fauvismo que influyó poderosamente en su obra. Fue una persona poco dada a quedarse en un sitio en concreto y también viajó hacia los Mares del Sur, que por entonces estaba ejerciendo una fuerza poderosa (como un imán) en los artistas europeos.  

11.- El último de los representantes del expresionismo es Karl Schmidt-Rottluff

Se formó en la escuela de arquitectura de Dresde y acabó sus días en 1976. Es uno de los fundadores del otro grupo de los expresionista Die Brüke. Influido por la fuerza artística de Van Gogh, su producción no se centra solo en el lienzo y realiza esculturas y grabados. Sus obras tienen un fuerte carácter espiritual y religioso. Por ello, fue perseguido por el III Reich, como tantos otros artistas del expresionismo o perteneciente a cualquier vanguardia no aprobada por el nazismo.  

Al contrario que otros movimientos de vanguardia cuyos artistas van y vienen de una a otra estética los representantes del expresionismo (con sus salvedades y evoluciones) fueron bastante fieles a los principios del grupo. Crearon una obra ingente que, al día de hoy, bien entrado el siglo XXI, sigue siendo objeto de admiración y protagonistas de exposiciones de altura. Quizás por ese deseo de indagar en el alma humana a través de los modos de lo físico (de lo exterior) estas obras han superado las pruebas del tiempo. Al fin y al cabo, las cuitas de los hombres y mujeres de entonces son las mismas que las de hoy en día. Y eso nos hace vernos representados en nuestra singularidad como criaturas. 

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Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

30 Septiembre, 2019

La leyenda de La Llorona

 

De todos las historias de la cultura mexicana (que son muchas) una de ellas ha traspasado todo tipo de fronteras. Y esta es la leyenda de La Llorona. Este personaje mítico, símbolo universal, se ha convertido, por sí mismo, en hipotexto. Y explico la palabreja. Esto es, por ella misma es protagonista de otras manifestaciones culturales ya sean películas (aparece incluso un trasunto en la afamada película Coco), canciones (recordemos la versión magistral de Chavela Vargas), pinturas, personajes… La Llorona, además, no solo ha superado los avatares del tiempo (ya que este personaje se conoce desde hace siglos) sino también del espacio. La Llorona y su leyenda ya es conocida en emplazamientos distintos al país en el que nace: México. ¿Te atreves a conocer su cruel verdad? 

¿Quién es la protagonista de la leyenda de La Llorona y cómo se representa?

A La Llorona se le representa como una mujer joven, delgada, de pelo largo hasta la cintura, con un vestido que le cubre todo el cuerpo, con un velo en la cara, en tonos negruzcos y/o azulados… Se la ve en los alrededores de los ríos y en las calles solitarias al anochecer.  Espanta a todo el que se cruza con ella y no solo por su aspecto físico, si no fuera suficiente para insuflarnos pavor. Y es que la imagen susurra o grita (según las versiones) un “!Ay de mí!” o un “¡Ay de mis hijos!” con una voz lastimera que se nos antoja salida de una cueva oscura. Esto es, la protagonista de esta leyenda tiene todos los rasgos de un fantasma auténtico. Pero, ¿qué ocurrió para que una señora bella se convirtiera en un espectro de tal calibre?  

La triste y cruel leyenda de La Llorona 

Cuentas las crónicas que la protagonista de la leyenda de La Llorona vivió en los primeros años de la época colonial, justo cuando los primeros españoles llegaron a tierras mexicanas. Con ellos llegó el historiador Bernal Díaz del Castillo, el mismo que escribió Historia verdadera de la conquista de Nueva España, obra que está en el origen de la conocida leyenda negra española. A ese mundo pertenecía la joven protagonista de La Llorona, una hermosa indígena enamorada a más no poder (hasta el capricho obsesivo o pasional) de un caballero castellano (luego se demostró que no era tal). Con él inició una convivencia vista con malos ojos por ambas culturas. Pero el amor de la mujer era tan grande que no tuvo inconveniente en tener con su amado dos hijos (un niño y una niña, según las versiones apócrifas).  Mientras tanto, las promesas de matrimonio por parte del hombre eran aplazadas sistemáticamente hasta que un día algo pasó que La Llorona comprendió que la boda no se iba a celebrar jamás.  

Eso que pasó difiere de las versiones. Hay quienes dicen que el caballero volvió a España y en su tierra se desposó con una dama noble. Otros que, sencillamente, dijo que no a las demandas de matrimonio de nuestra protagonista. Otros que la humillación fue aún mayor y que ese casamiento se celebró en tierras mexicanas (siendo la novia una joven noble) a la vista de La Llorona. Si nos atenemos a esta versión,  con ese acto el caballero español puso en evidencia el desprecio del amor de La Llorona. Además, los pequeños nacidos de esta unión se quedarían en un limbo legal pasando a ser considerados bastardos, y, por tanto, sin derechos. No hace falta que recuerde aquí que un acto de esta envergadura en aquella época significaba condenar a la indigencia total a madre y vástagos.  La leyenda de La Llorona continúa con la locura de la joven al verse ninguneada de tal manera por su amado. Ésta presa de resentimiento por lo sucedido, ira, odio y dolor se dirige al río cercano para consumar una cruel venganza.  Allí, sin escuchar los susurros de madre, asesina a sus niños inocentes. 

¿Qué pasó después en la leyenda de La Llorona para que esta se convirtiera en un espectro aterrador? 

Al darse cuenta del crimen que había cometido (o castigada por fuerzas divinas), la joven se arroja a las aguas y allí se deja morir en un intento falaz por purgar sus actos. Pero su pecado fue demasiado grave. Y La Llorona no podía descansar en paz en vista de los actos horrendos que había cometido. Por eso, fue condenada al lamento eterno, a revivir una y otra vez su acción abominable sin posibilidad ni de redención ni de perdón. Sin descanso solo queda la opción del infierno o de habitar el mundo de los espectros. Fue así como se convirtió en un fantasma que aterroriza a todos los que se cruzan por la noche en las calles solitarias y en los márgenes de los ríos.  Con su presencia aterradora nos recuerda y nos previene sobre los peligros de los celos, la ira y las pasiones sin sentido. 

El origen de la leyenda de La Llorona

Aunque el mito pertenece a la cultura mexicana, hay versiones similares en buena parte de Hispanoamérica. Tenemos investigaciones que nos sitúan a este personaje mucho más atrás en el tiempo de la época colonial con mitos antiguos que se remontan a la época aztecas o, incluso, a leyendas precolombinas muy anteriores. Si a esto unimos que las narraciones de la madre que mata, por celos, odio o venganza hacia el padre, a sus propios hijos se encuentra en la literatura griega o en la Biblia, la Llorona es un mito que supera el tiempo. Esto es, la mujer que asesina a sus hijos está inmersa en el inconsciente colectivo universal. 

La leyenda de la Llorona y el símbolo universal de la madre tóxica 

Simbolizaría, por tanto, el pecado más abominable e iría más allá de la madre tóxica tal como se la conoce hoy en día. Sus actos van contra toda naturaleza al matar a su progenie, que son el trasunto de ella misma. La Llorana se convertiría así en una madre que, llevada por la ira, nunca ha sentido amor por el padre, solo pasión. A la par su espíritu de narcisista es incapaz de ver aquello de bueno que a ella misma le pertenece: sus hijos. 

Como el pecado es tan grande, el delito tan aterrador que supera un asesinato normal (si así puede calificarse al robo de la vida a un ser humano), la única salida posible es convertirse en un espectro. Por tanto, la leyenda de La Llorona pone ante nosotros lo más terrible y las sombras más oscuras que pueden llegar a habitar en nuestro interior. Por eso, nos previene contra nosotros mismos, contra el mal que se agazapa en un alma que no se trabaja. La Llorona s más que un psicópata. Es alguien que se mueve por pasiones sin pararse a pensar en las consecuencias de sus actos. 

La leyenda de la Llorona en otros países y culturas 

Esa madre que mata, por despecho, a sus hijos, que castiga al padre y, por ende, a ella misma, es el trasunto de lo más destructivo que habita en el ser humano. Por eso, con toda probabilidad la leyenda de la Llorona tenga su origen en un mujer despechada por su compañero sentimental y no en un asesinato común como apuntan otras versiones. Esto es, si los pequeños murieron por enfermedad o en manos de terceras personas es normal el dolor de La Llorona y sus actos, por supuesto, no tienen por qué ser castigados. Es más, ella merece nuestra compasión. Sin embargo, a resbalarse hacia lo más profundo de la oscuridad humana, La Llorona se alza no ya como una leyenda local sino como un arquetipo universal. Por eso, ella tuvo que cometer el acto más abominable que pueda ejecutar un ser humano. 

Su grito desgarrador de pena sin límites, angustia sin consuelo y quizás de remordimiento se ha echo un hueco en las leyendas universales que han traspasado el tiempo. Tanto nos recuerda lo que nunca debemos hacer bajo ningún concepto que La Llorona (a pesar de ser un ser aterrador) no es demasiado popular en Halloween. Le tenemos un respeto mayor que a zombis y asesinos con ínfulas de carnicero. Quizás sea porque, en el fondo, sabemos que este tipo de seres no existen en realidad y, sin embargo, el mal que nos pone cara a cara la leyenda de La Llorona está dentro de nosotros. Y es mejor dejarlo quieto. ¡Por si acaso!  

En la leyenda de La Llorona, la madre aparece siempre en soledad. Sus hijos no la acompañan. Está inmersa en una búsqueda eterna e insaciable. Por eso, este personaje es utilizado para atemorizar a los pequeños que se portan mal. Ella busca a sus retoños y quizás algún día se lleve a cualquier niño que satisfaga momentáneamente sus ansias de maternidad verdadera. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

En apariencia, el pueblo japonés es inflexible y reacio a cualquier influencia del exterior. Pero eso solo es en apariencia. De hecho, en el País del Sol Naciente conviven sin ningún problemas varias religiones. Desde el shinto o sinto (local) hasta el cristianismo pasando por el budismo y el taoísmo (que no pueden considerarse religiones en sí). Para la cultura japonesa la naturaleza  por sí misma (y simplificando mucho) es una entidad divina. Los ríos, las montañas, las piedras o los árboles tienen carácter sagrado. Es como la manifestación de lo otro en la tierra. Por eso ponen tanto cuidado en los ritos y tradiciones que se celebran (en la gran mayoría de los casos) en un espacio natural. Y en estos emplazamientos tienen lugar estas cinco leyendas japonesas de terror o de miedo. 

De los bosques, de los ríos, de las montañas, de la bruma o de la lluvia surgen seres míticos, personajes fantásticos, a medio camino entre la divinidad y el folclore que forman parte tanto del Japón tradicional como del más tecnológico. Las representaciones de estas divinidades se encuentran en los libros, pero también en las calles o en los rincones de cualquier templo o jardín. Forman parte, además, de costumbres, de tradiciones y de fiestas muy arraigadas. Hoy te traigo cinco que son imprescindibles: 1) Yuki-onna o la Reina de las Nieves, 2) Kitsuné, el zorro embaucador, 3) Inari o los duendes burlones, 4) los peligrosos tengus de las montañas y 5) el oni, el ogro peligroso que te conduce hacia tu lado oscuro. 

¿Nos damos una vuelta por una mínima parte de la cultura japonesa con estos cinco seres míticos?

1.- Yuki-onna, la Reina de las leyendas japonesas de las nieves y las tempestades

Narraciones hay que nos describen a esta hermosa, enigmática y seductora divinidad entrando en las puertas traseras de las casas, en las encrucijadas o confundiendo a viandantes en lugares apartados. Sin embargo, Yuki-onna, es uno de los seres míticos vinculados a las montañas (que en Japón tienen un fuerte carácter sagrado).

yuki onna

Es un espíritu poco definido, transformable, versátil, que se aparece en las cumbres nevadas cuando hay ventiscas o cuando la naturaleza se pone difícil. No hay yamabushi (practicantes de shugendô, ejercicios de mejoramiento espiritual en las cimas montañosas) que no haya bajado a los valles diciendo que no se ha encontrado con alguna. Yuki-onna seduce con su canto y adormece a su víctima hasta dejarla convertida en un trozo de hielo.

Personaje de la cultura japonesa, su origen se remonta a la antigua China, donde existe una reina terrible que pone a prueba el corazón de todo aquel que se atreve a adentrarse en una montaña. Aunque hay quienes la describen como una anciana contrahecha, coja, tuerta y fea, la mayoría de los yamabushi que se han encontrado con ella hablan de una belleza tan arrebatadora que es imposible no sucumbir a sus cantos y encantos.  Las leyendas japonesas la describen de líneas estilizadas, piel como nácar, belleza casi imposible, largo pelo sedoso y tan misteriosa que el montañero que con ella se topa no puede resistirse y, al pronto, quiere formar una unión con tan bella reina. El precio a pagar por tal arrogancia y temeridad es la confusión (al ir tras ella), el cansancio, el agotamiento, la caída, el enfriamiento del corazón, la conversión en hielo y, por tanto, la muerte por congelación.

¿Cómo es Yuki-Onna, la protagonista de las leyendas japonesas de las nieves?

Los que han vencido a este ser mitológico de la cultura japonesa la describen con un largo kimono de color blanco suave, sedoso y transparente y de apariencia humana. Parece que flota por la nieve y no deja huellas. Solo se descubre que no pertenece al mundo de los mortales cuando se la mira a los ojos. Si se logra enfrentarse cara a cara porque Yuki-onna aparece, desaparece, se confunde con la nieve, con las nubes, con las ventiscas. El humano la sigue, la persigue. Cree que la atrapado, que la puede besar y al pronto solo tiene escarcha en sus manos. Se vuelve loco por tanta belleza hasta que se olvida del camino, cae por un precipicio o abatido en el frío. Es así como Yuki-onna se va alimentando de los corazones convertidos en hielo.

Hay quienes tienen más suerte y Yuki-onna muestra un cierto apego por ellos y esta Reina de las Nieves (la más enigmática de todos los seres míticos de Japón) lo ayuda a encontrar el camino perdido.  La fría vengadora se conmueve ante los corazones cálidos, fuertes y valientes permitiendo que salgan de la montaña. Sin embargo, solo a partir de la era Meiji (que comienza en 1868) Yuki-onna demostró esta faceta. Con anterioridad era una figura despiadada.

De entre todos los seres mitológicos es uno de los que más popularidad tiene y lo encontramos en relatos de todo tipo, incluso de occidentales como el de Lafcadio Hearn, recogido en su volumen de 1904 Kwaidan. Narraciones y estudios de hechos curiosos del Japón. También tiene notable éxito entre los creadores de manga y en el cine. Cito, por ejemplo, Los sueños de Akira Kurosawa (1990) o Kwaidan (1965) de Misaki Kobayasi. En los videojuegos  aparece en La Leyenda de Zelda para Nintendo, por poner solo un caso.

2.- Kitsuné, el zorro de las leyendas japonesas mensajero de los dioses

KitsuneAunque se confunde a veces con Inari, el dios de las cosechas en Japón, Kitsuné tiene su identidad propia. Su origen se encuentra en los seres mitológicos del panteón budista, ya que tiene parecidos con Dakinite, la cual es una bodhisattva (iluminada) femenina que lleva como mascota un zorro.  Sin embargo, el zorro ha aparecido en la cultura japonesa como símbolo de la transgresión, de lo prohibido y, también de los seres que se atreven a cruzar las fronteras; esto es, a ir de un mundo a otro. 

En las leyendas japonesas Kitsuné aparece en los días de niebla o cuando hay lluvia, en los atardeceres de otoño y primavera. Hay que tener cuidado con las zonas pantanosas o los márgenes de los ríos porque el astuto Kitsuné es peligroso y te puede llevar a terrenos nos deseados. Es uno de los seres mitológicos que se aparecen a aquellos que se atreven a poner en cuestión el orden establecido. Los que inician su propio camino de búsqueda, al margen de la sociedad, necesitan la protección de Kitsuné.

De todos los seres míticos de la cultura japonesa es uno de los que más aparecen en estatuas y dibujos, ya que ponen en alerta a los fieles sobre la peligrosidad de embarcarse en caminos pocos hollados.

3.-Las leyendas japonesas que tienen como protagonista al invisible Inari, el dios de las cosechas de Japón

Es el protector del arroz, de los caminos, de los mercaderes, de los que tienen que recorrer distancias. Es también el responsable de la fertilidad, el que pone de acuerdo al resto de los seres míticos para que haya prosperidad. Es un ente invisible, de muy difícil representación que no se sabe si pertenece al panteón budista, sintoísta o del Tao. Por si acaso, se le reza y se le pide protección porque, a pesar de que es benefactor, también hace de las suyas.  Es una entidad animista muy unida a los genios locales y familiares. Su nombre significa “semilla, arroz, sagrado” .  Pertenece a los seres mitológicos calificados como kami. Es como una especie de dios vacío que se adopta desde niño al que se acude para solicitar todo tipo de dones.

Es originario de Kyoto, de las montañas de los tres picos (Toyokawa). Es inclasificable y escurridizo. Por eso, no se debe enfadar. A veces, se vale de los zorros, de Kitsuné, para hacer llegar sus mensajes a los hombres. En la cultura japonesa se recurre a Inari para pedir prosperidad económica. 

4.- Las leyendas japonesas sobre los tengu, los duendes de la cultura japonesa

En Japón, existe desde antiguo una costumbre que consiste en escalar una montaña no solo por el mero placer deportivo, sino también, como ejercicio de iniciación. El rito, necesario para ejercer como sacerdote local, es conocido con el nombre de shugendô y entraña peligros diversos. 

seres mitologicosA los inherentes del lugar (frío, falta de aire, nieve, tormentas, aludes, escasez de provisiones y cansancio) se une la presencia de Yuki-onna y de los tengu, una especie de duendecillos que complican aún más, si cabe, el ascenso. Los tengu, además, no residen exclusivamente en las montañas, ya que, como los duendes occidentales, habitan en todos los rincones posibles. 

Las leyendas japonesas lo describen con facilidad para el enfado y la cólera. En cualquier momento puede entender que el mortal está invadiendo su territorio y se valdrá de mil argucias para confundirlo, aterrarlo y hacer que tenga una accidente. Por eso hay que ser precavidos cuando se suben montañas o se adentra en espacios conocidos, aunque los tengus también hacen trastadas en el ámbito doméstico.

Tienen el don de la invisibilidad, la fortaleza para mover piedras, la liviandad para poder volar, desaparecen y aparecen en un instante. Confunden con sus risas. Se transforman en animales salvajes o en seductoras figuras femeninas.

Son seres mitológicos pero no son kami. Así que no se les reza. Son demonios con los que se negocian favores o, en último extremo que no hagan mucho daño al común de los mortales. Aparecen en las montañas, por supuesto, pero también en otros emplazamientos llegando a ser personajes imprescindibles de la cultura japonesa. Son demonios burlones propensos a la burla y confundir a los mortales. Estos seres mitológicos son también frecuentes en el teatro Nô de Japón y se representan con las máscaras de un intenso color rojo (que señalan la ira) y con una enorme nariz (como Pinocho, aluden a la mentira o  la confusión). Forman parte de las leyendas japonesas de terror más conocidas.  

5.- Las leyendas japonesas de terror con el oni, representación de todo lo malo que hay en el ser humano

OniEl oni japonés es el correlato oriental de los ogros de Occidente, aunque su personalidad es de una complejidad más aterradora. Cuando aparece en escritos y esculturas lleva un pelo largo muy revuelto, enormes dientes abiertos que le otorgan un aspecto brutal, garras terminadas en uñas afiladas, la piel de un tono rojo, morado o azul brillante y, para rematar, siempre luce unos cuernos retorcidos. Semidesnudo, no se separa de su garrote de hierro dispuesto a multiplicar su fuerza con ese instrumento. 

Su hábitat natural son las profundidades del averno de donde sale para atemorizar a todo mortal que se ponga en su camino. Por eso, se les atribuye casi todos los males que sobre el planeta Tierra hay, desde desastres naturales hasta disturbios sociales. En el Ise Monogatari o Romance de Ise (siglo X) y el Heike monogatari (Romance de Heike) se les representa como caníbal y con la posibilidad de transformarse en prácticamente cualquier cosa.

Se le identifica con lo que está fuera del sistema, lo que amenaza para pervertir, con el enemigo, con el manipulador. Se reviste, a veces, de impronta sexual. Es, en definitiva, el símbolo de los monstruos interiores. Es el demonio de aquellos que se dejan seducir por el lado instintivo, fácil, carnal, peligroso, problemático y destructor.

Es seductor pero no como Yuki-onna. Es más brutal y, se va empapando de todo lo malo de la sociedad. Así, de todos los seres míticos de la cultura japonesa, es el Oni el que cada vez más se va situando en el polo más negativo del hombre. Cada vez se le representa más brutal, sádico y aniquilador, mientras que, en siglos pasados, aún siendo negativo, mantenía un cierto aire de misterio. Al día de hoy es transparente en toda su maldad. Son los seres mitológicos más frecuentes en las leyendas japonesas de terror que aún hoy perduran. 

La figura del oni mediante esculturas es muy común en los exteriores japoneses. Actúa casi como advertencia, de manera aleccionadora de los peligros de resbalarse por el lado oscuro del alma.

Si viajas por Japón veras estos seres mitológicos representados de mil maneras distintas.

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Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

 

Si por algo se definen las vanguardias históricas es por su rechazo a cualquier escena o acción que tuviera que ver con la tradición. Y una de las maneras más fáciles de crea en contra de lo establecido era utilizando el color de una forma extrema. Y aquí tenemos una de las más llamativas características del expresionismo, uno de los primeros movimientos del siglo XX cuyo precursor se encuentra en el fauvismo. Si en París, los artistas del cubismo están enfrascados con sus fórmulas y reglas casi y en Italia los del futurismo negaban incluso el arte mismo, el expresionismo nació en la primera década del siglo XX (alrededor del año 1905) en Centroeuropa. El movimiento no fue flor de un día y sus creadores trabajaron en la estética tanto o más que los artistas del surrealismo, el otro movimiento preponderante en el siglo XX, el cual aparecería más tarde.  

Calle con buscona en rojo

Definición del expresionismo

Expresionismo procede de la palabra expresión y, por tanto, se refiere a cualquier línea artística que en cualquier época histórica se centrara en reflejar (precisamente) la expresividad en las obras en detrimento de cualquier otra circunstancia. La primera y fundamental de las características del expresionismo es que su interés siempre será el ser humano y este puede estar circunscrito a cualquier paisaje, acción o motivación. Lo importante, lo que sería fundamental, es aquello que se transparenta en el cuerpo, acción, modales o situación del alma o de las circunstancias espirituales personales. 

 Tres desnudos en el bosque

 

Dicho esto, las obras del expresionismo están dotadas de una fuerza, a la par que belleza, muy difícil de encontrar en el arte contemporáneo. A poco que nos centremos a admirarlas, podemos “empatizar” (si esa palabra se puede utilizar para referirnos al poder de la cultura) con lo allí representado. El expresionismo además, no quería centrarse en una época (las primeras décadas del siglo XX) sino a toda la historia misma del arte. Los expresionistas, sin embargo, consideraban que pocos artistas habían logrado llevar al lienzo las luces y las sombras del interior humano. En este sentido, el único que consideraban válido como precedente fue Goya. 

10 características del expresionismo 

Los artistas del expresionismo (ante las sucesivas vueltas de tuerca de las primeras vanguardias) proponen un regreso a la artesanía, al lienzo, al óleo a la obra de arte como objeto diferente de cualquier otra manifestación cultural. Lo entendemos con la siguiente lista de características.  

1.- Hay un predominio del lienzo al óleo de cualquier otro género artístico 

Aunque también nos encontramos esculturas y el expresionismo se desarrolló en música y literatura, en arte hay un preponderancia de la pintura al óleo. No se produce ningún tipo de mezcla de géneros o materiales propio de otros movimientos. Y esta es una de las características del expresionismo que más llaman la atención: el retorno, a pesar de abominar de ella, a la tradición del lienzo al óleo. El resultado son obras de gran belleza que no dejan indiferente al espectador por lo que se refleja del espíritu humano.  

2.- Una de las características del expresionismo es el uso del color

Son radicales en la paleta y casi desconocidos en la naturaleza. Parecen puros, pero no lo son, ya que están mezclados y, a veces, degradados. Estos siempre aparecen con trazos amplios sin nada que ver con las técnicas de la tradición precedente. Los animales, figuras humanas, plantas u objetos aparecen con coloridos que no se dan de forma natural. En este sentido nos encontramos con caballos azules, desnudos naranjas o verdosos, caras rojas que nos remiten al maquillaje excesivo de personajes que están en los límites de la sociedad.  

3.- Las formas, aunque definidas, tienen líneas angulosas y trazos gruesos

Los colores y las imágenes se presentan sin delimitar, con brochazos amplios y firmes que, aún reconociendo objetos o figuras humanas, están desdibujadas. Todo ello sin llegar a la geometría tácita de otros movimientos de vanguardia pero, a la vez, participando de ellas. Las perspectiva queda eliminada del todo y el cuadro se reduce a una extraña doble dimensión, lo cual, a la vez, le confiere una salvaje y original belleza. Las obras se presentan como manchas unidas a otras con colores extremos que van conformando el relato del cuadro.  

4.- Una de las características del expresionismo es que hay una preponderancia de la figura humana

Y esto se entiende si los artistas del movimiento se centraban en eso de exterior que transparenta lo interior. Aunque hay figuras animales, estas siempre están presentes como la manifestación o la creación del espíritu humano. Así los caballos o el león de “El sueño” (obra que protagoniza este estudio) de Franz Marc aparecen en una representación onírica, lejos de lo natural. Son parte de la expresión interior de la figura femenina central del cuerpo. Esto es, son el mundo inconsciente (de los miedos en este caso por el simbolismo presente) de una persona. 

5.- Los artistas del expresionismo buscan las raíces populares del pueblo germánico 

Ya he indicado que el expresionismo se desarrolló en Centroeuropa, lejos del París de las vanguardias que en ese momento se consideraba el ombligo cultural del mundo. Por eso, hay un rechazo de la tradición clásica (la de Grecia y Roma) preponderante hasta ese momento. Aunque ese legado se retomaría un poco más tarde por los artistas italianos de la pintura metafísica, una de las características del expresionismo es ese gusto por la tradición popular germánica. Esta está presente en los paisajes, los tipos e, incluso, en el mundo animal que aparecen en estas obras. Paralelamente, a igual que se desarrolla en el cubismo, se mira hacia el arte puro y no contaminado de las máscaras africanas. De este tenor aparecen buena parte de los rostros en la mayoría de las obras del movimiento. La expresión ha sido reducida a lo mínimo y de aquí se infiere el talante interior del protagonista de la obra. 

6.- Otra de las características del expresionismo es su rechazo a la burguesía, clase social predominante

Aunque esto, más bien, parece un hilo conductor en cualquiera de las manifestaciones artísticas de las vanguardias históricas.  Se niega la actitud positiva de la burguesía y su creencia en un futuro siempre mejor. Por tanto, se busca en la sencillez de la cultura popular, de las personas que conforman las naciones desde la humildad. En este sentido, el expresionismo quería ser un puente (entre el arte y el poder de la cultura) y la sociedad en su conjunto con un claro afán de mejora. Y todo ello sin ocultar un bien intencionado proselitismo.  

7.- Otra característica del expresionismo es su gusto por los ambientes y personajes urbanos

A pesar de esa búsqueda de lo auténtico, de lo popular, de lo natural, el movimiento hace protagonistas a personajes eminentemente urbanos. Se presentan con sus ropajes en su mundo, con sus movimientos y con su cosmovisión. Lo vemos, por poner un solo caso, en “Calle con buscona de rojo” de Kirchner. Este pequeño óleo custodiado en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid es un claro ejemplo de las características del expresionismo principales. La figura central aparece, aunque rodeada por una sociedad desdibujada (de manera literal en el cuadro) en soledad, buscando… Su expresión es la de alguien que no puede soportar la soledad (tema contemporáneo) y esto se lleva a cabo por el artista con un uso extremo del color (el amarillo del pelo, las medias blancas, los ojos como máscaras) y de las formas distorsionadas. 

8.- Tampoco se deja de lado ni la naturaleza ni el mundo de los sueños

Compartiendo una de las principales características del surrealismo, el movimiento que llegaría después. Si hay un gusto por reflejar el interior en lo exterior, aquel debe hacerse en toda su extensión sin dejar de lado ni el consciente ni el inconsciente. Los sueños, las pesadillas, los traumas, los anhelos conocidos o no… se van a transparentar en la obra utilizando los elementos que el artista tenga al alcance. 

9.- Una de las características del expresionismo es su gusto por los desnudos femeninos

Estos están insertos en un paisaje casi imposible que parecen propios del mundo onírico más que del real. Los colores, a veces, son impropios de la carnalidad recurriendo a naranjas extremos, verdosos o azulados. En este sentido la tonalidad actúa como un símbolo de ese interior que se transparenta en el exterior despojada de vestimenta y atributos. La radicalidad del expresionismo se manifiesta en estos desnudos únicos en la historia del arte en el que se deja de lado cualquier crítica social o moral para centrarse, aunque pudiera parecer contradictorio, en el alma humana. 

10.- Todo en la obra tiene tintes desgarrados que no da pie al arte amable   

A pesar del color, de las formas, de la estructura, de no presentar, en principio, nada que pudiera parecer escatológico, se impregna con ese desgarro. Es el grito silencioso de la soledad, es el miedo de un sueño que nos pone nuestros límites, es el desnudo de una fémina en busca de su posición en el mundo (ya sea espiritual o meramente social). Todo ello forma parte del expresionismo más radical y auténtico.  

El expresionismo fue un movimiento transformador que creía en el papel redentor del arte. Para ello se valió de un colorido que no tenía paralelo en la naturaleza y en una reproducción del interior humano a través de un realismo distorsionado. Las principales características del expresionismo quedan expuestas en lienzos de una aterradora belleza que interrogan al espectador con su fuerza artística.

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

El pop art fue el movimiento artístico predominante en la década de los años sesenta. Su epicentro estuvo en New York y las obras producidas tuvieron una acogida de público tan fantástica que incluso dejó descolocado a parte de la crítica. Dentro de las características del pop art principales nos encontramos su relación con el mundo publicitario, el enaltecimiento de la banalidad del incipiente consumismo, los colores brillantes y planos así como un gusto por las formas de reproducción propias de las artes gráficas. Los artistas del pop art que traigo hoy crearon obras tan reconocidas por el público en general que al día de hoy se han convertido en verdaderos iconos culturales. 

Andy Warhol: Marilyn

Los horrores de las dos grandes guerras quedaron atrás mientras que la población en general comienza a tener acceso a bienes y servicios nunca vistos en la historia de la humanidad. En el ambiente flota una deliciosa sensación de euforia y el mundo se intuye fácil. Los artistas no pueden ser ajenos a esta cosmovisión tan particular. Las vanguardias históricas (como el surrealismo o el cubismo) están ya amortizadas e, incluso, la estética que, de una manera u otra, entronca con el pop art, el dadaísmo. Con estos mimbres estos diez artistas del pop art levantan sus obras repletas de objetos de uso cotidiano, con guiños al cómic y a la iconografía de las revistas ligeras y con la mente abierta hacia otros modos de comunicación. Con ellos se abren las performances o las instalaciones y se da paso, también, a la poesía visual.  

1.- Andy Warhol, el más conocido de entre todos los artistas del pop art

Es el más famoso y reconocido llegando a ser algunas de sus obras (los lienzos con la representación de las botellas de Coca Cola, de las latas de sopa, de Marilyn…) reconocidas y admiradas por el gran público en general. Nacido en 1928 en Pittsburg procedente de una familia de origen polaca, en los años cincuenta ya estaba trabajando como artista publicitario en New York, el epicentro de la estética del pop art. Nunca abandonaría ese punto de propaganda, de banalidad incluso, de exaltación de objetos cotidianos o de personajes famosos que forman su particular universo artístico. Si bien Warhol es uno de los artistas del arte pop más conocido por una obra que pudiéramos calificar como amable, sí se adentró en algunos temas de denuncia social. En esta línea señalo, por poner solo un ejemplo, sus obras con la silla eléctrica como protagonista en la que, de alguna manera u otra, se posiciona contra la pena de muerte. 

La fama le llegó pronto (y el dinero también) creando alrededor de su persona (como de culto casi) un grupo de artistas conocido como The Factory. Aunque el pop art no realizó ningún manifiesto ni actuó en comandita como las vanguardias clásicas, sí genero Warhol este grupo heterogéneo formado por creadores de cualquier género, modelos, vividores y gentes del mundo de la noche. A final de sus días se dedicó a la producción de grupos musicales. Murió en 1987 en New York.  

2.- Jasper Johns, el precusor del pop art 

Nació en 1930 y comenzó sus estudios en la Universidad de Carolina del Sur. Con tal solo 19 años ya está en New York donde entra en contacto con los círculos vanguardistas de la época. Antes de que comenzara el pop art (dos o tres años antes de 1960) Jasper Johns se puso a pintar banderas, números y grandes letras en sus lienzos. Esas obras consideradas minimalistas, con colores planos, vibrantes y de una temática aparentemente banal inspiró al resto de los artistas del pop art o arte pop. Por eso, es considerado el abanderado del movimiento aunque muy pronto se cansó de esta línea estética y comenzó a generar obras en la línea de la instalación. 

3.- James Rosenquist

Nació en 1933 en Dakota del Norte y en la juventud se traslada a New York donde comenzó a pintar vallas publicitarias. Sin duda, este trabajo de artesano casi fue una potente influencia en su obra posterior. A mediados de la década de los sesenta va a generar obras que se caracterizan por ser como collages de imágenes siempre con las características del pop art. 

Roy Lichtenstein Drowning Girl

4.- Roy Lichtenstein y el comic del pop art

Es uno de los artistas del pop art que ha tenido más aceptación por la crítica y los galeristas entrando muy pronto a formar parte de la colección permanente de importantes museos internacionales. Eso lo disfrutó en vida. Sus obras se caracterizan por tener un sustrato evidente de la estética del cómic. En ella se asiste a escenas cotidianas, sin importancia y que forman parte de la cultura popular de la época. Gusta de los colores vibrantes y puros (amarillos, verdes y rojos) y no tiene empacho en reproducir todas las características de las revistas livianas de la época. Objetos o personajes (la mayoría anónimos) pueblan unas obras de líneas más que puras con un recurso a los puntos de las artes gráficas. Los bocadillos típicos del cómic forman parte de sus obras así como la tipografía en estado puro. Es uno de los artistas del pop art, junto con Warhol, más interesantes aunque, en principio, las temáticas de sus obras pudieran parecer frívolas.  

5.- Robert Morris, uno de los artistas del pop art interesado por los happening 

Es uno de los artistas del pop art que crea fuera del epicentro de New York ya que se formó y trabajó en San Francisco. Este movimiento, al contrario que las vanguardias artísticas, no se aglutinó a través de grupos que se reunían periódicamente para crear manifiestos y agitar conciencias. Cada autor trabajaba de manera independiente. Otra cosa es que New York fuera en ese momento uno de los ejes del mundo cultural y hasta aquí llegaran (desde distintos puntos de Estados Unidos) la mayoría de los artistas del pop art. Robert Morris se casó con una bailarina y asistía a los ensayos de su esposa. De aquí sacó la fuente de inspiración para levantar lo que el mismo denominó happening, antecedente de las performances que tanto abundaron en el panorama artístico de finales del siglo XX.  

6.- Robert Rauschenberg, uno de los más reconocidos artistas del pop art

Otro artista con orígenes y formación distinta al epicentro neoyorkino, ya que nació en Texas y se formó en París, urbe que empezaba a flaquear como ombligo cultural del mundo. Sin embargo, casi toda su producción se realiza en New York. Tuvo contactos con el inclasificable John Cage, cuya producción está a medio camino entre la filosofía y el arte siendo uno de los más influyentes creadores de la poesía visual de finales del siglo XX. Rauschenberg también trabajó en obras que participan de la condición de performance o instalación. 

7.- Claes Oldenburg

Originario de Estocolmo y tras estudiar en Yale y en Chicago, se afinca en New York. Su obra participa de las características del pop art más vanguardista al incorporar materiales de desecho o de origen diverso sin una definición clara. 

8.- Donald Judd

Nacido en Misouri en 1928, se formó y trabajó en New York. Sus orígenes como artista están en el expresionismo que por entonces también dominaba la estética internacional. Bien entrada la década de los 60 abandonó cualquier atisbo de abstracción para realizar una obra con las características del pop art más reconocidas como es la representación de objetos simples, en ambiente minimalista y colores definidos y vibrantes. Siempre se movió en la frontera de los géneros. Sus obras están entra la escultura, la pintura, la performance, la instalación abriendo el camino para el arte último del finales del siglo XX. 

9.- Allan Kaprow

Otro de los artistas del pop art que entró en contacto con John Cage y su particular estética ejerciendo casi toda su producción en el modelo happening. 

10.- Sol Levitt

Trabajó en publicidad y diseño de marketing así como en un estudio de arquitectura. Sin duda, todo ello le llevó a la estética del minimalismo. Esta está asociada con el pop art. Evolucionó hacia el arte conceptual.  

Estos diez artistas del pop art tuvieron un éxito en vida apabullante cosechando fama y riquezas a pesar de que algún que otro crítico, incluso hoy en día, abominara de la esencia de sus obras. Quizás no supieran ver ese entronque tan particular con la cultura popular de masas predominante en la época. Es la misma que retratan y dejan guardadas para siempre, como el mundo que fue en su momento y que quizás esté terminando movido por otros modos de estar, sentir y actuar.

 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

 

Las vanguardias históricas habían estado, hasta la irrupción del pop art o arte pop como se conoce en español, centradas en los -ismos y en París. En la capital de Francia se daban cita artistas diversos, filósofos con ínfulas políticas, aventureros en busca de sí mismos y todo tipo de gentes del mundo de la cultura. Allí nacieron el surrealismo y trabajaron los artistas del cubismo, los dos movimientos que más influencia han ejercido en el siglo XX. Todo cambió a finales de la década de los cincuenta al tiempo que la población occidental se sacudía de todos los horrores de las dos grandes guerras y comenzaba un camino para el capitalismo de consumo que hoy conocemos. Esta transformación comenzó, en primera medida, en Estados Unidos extendiéndose a Europa una década después. En paralelo, el epicentro artístico también sufrió un traslado desde la capital francesa hasta New York.  

Pop Art: Latas de sopa de Andy Warhol

Definición de pop art o arte pop 

A finales de la década de los cincuenta aparecen las primeras obras. Aunque voy a explayarme en algunas características del pop art o arte pop, este nuevo movimiento puede ser definido como un cambio radical en la manera de hacer arte, ya que deja a un lado los modos tradicionales de la pintura (óleo, acuarela, lápices…) para centrarse en las formas creativas de las artes seriadas (litografías, grabados, producción de libros, serigrafías…) Fue el movimiento estético preponderante en Estados Unidos (donde miraba todo Occidente por entonces) durante la década de los sesenta. 

Andy Warhol: Marilyn

Además, el pop art echa mano de cualquier cosa que pudiera servirle para sus creaciones incorporando a la obra material de desecho e, incluso, basura. Dicho de esto modo pudiera parecer que esta estética se regodea en lo feo o en lo que nadie quiere. Pero nada está más lejos de la realidad, ya que si hay una definición del pop art que se ajuste a su realidad esta debe incluir las palabras publicidad y bienes de consumo de masas. La estética del pop art no entra en los grandes, medianos o pequeños dramas del ser humano y se centra en reproducir elementos que comenzaban a ser frecuentes en una sociedad cada vez más rica. También son frecuentes las celebridades y personajes de la época (hoy parte de la historia) como la estética del cómic. El pop art fue la respuesta alegre de una época despreocupada al máximo. 

10 características del pop art o arte pop 

1.- Si hay un arte amable que no entra en los horrores de la humanidad este es el pop art 

La década de los cincuenta estaba pronto a terminar y los malos días habían pasado. La población en general podía disfrutar de bienes y servicios antes inimaginables. La economía crecía sin parar y todo alrededor daba la sensación de prosperidad (y así era efectivamente). En este contexto nace el pop art o arte pop en el círculo artístico de Nueva York. Nada en estas obras (en principio) nos recuerdan los grandes o pequeños problemas de la humanidad. Todo en ellas es cotidiano, frecuente, de supermercado casi. Y además está representado de una manera tan distendida que es difícil encontrar un paralelo semejante en la historia del arte. 

2.- No se entiende el pop art o arte pop sin el despegue de la sociedad de consumo

En estas obras aparecen parejas en el coche, muchachas que se bañan alegremente en casa, latas de sopa listas para consumir, botellas de Coca-Cola que acompañan al ocio de los jóvenes… El pop art es la primera representación de la sociedad de consumo, de la inicial, de la que se adentró con alegría (porque el precedente era la escasez) en los hábitos de compra de todo tipo de bienes y servicios. Y estos se representan de forma desenfada y sin hacer muchas preguntas. Eso llegaría después con otras estéticas que se alargan hasta el siglo XXI.  

3.- Una de las características del pop art más llamativa es su relación con la publicidad

Y si algo es inherente a la sociedad de consumo, esta es su acompañamiento de la publicidad. Tanto es así que casi no se puede entender una sin la otra. La mayoría de los artistas del pop art se habían iniciado en el mundo de la comunicación publicitaria desde distintos ámbitos. Unos pintaron vallas con anuncios, otros habían organizado campañas o habían diseñado etiquetas o el formato mismo de los productos a publicitar. El caso es que la publicidad y sus normas están presentes en estas obras. Es tan evidente que se nota hasta a simple vista con obras en las que son frecuentes las llamadas con tipografía, los colores planos y vibrantes, las líneas marcadas, la tendencia al minimalismo para que nada distraiga la atención del objeto protagonista. 

4.- Los personajes e iconos de la época suelen ser protagonistas de estas obras

Porque si hay un gusto por reproducir los objetos típicos de una época (desde ropa hasta menaje) también hay un amor por los personajes de la época. En este sentido, podemos encuadrar los míticos y reconocidos cuadros de Andy Warhol (uno de sus mayores representantes) en los que son protagonistas M. Monroe o Mao.  

5.- Otra de las características del pop art o arte pop es su relación con el cómic 

Otros artistas, como es el caso de Roy Lichtenstein, muestran una preferencia por la estética del cómic tan evidente que ni siquiera requiere más aclaración. Son obras en las que nos parece asistir a viñetas con sus colores planos, sus líneas marcadas e, incluso, los “bocadillos” con la verbalización en tipografía de los personajes. La cultura popular de los tebeos o de las revistas de entretenimiento entra en el “gran arte” difuminando para siempre las fronteras entre uno y otro. A la par, como ocurre siempre con cualquier manifestación cultural, esta no puede dejar de reflejar los modos de su tiempo. 

6.- El pop art se vale de las técnicas y métodos de las artes gráficas tradicionales

Aunque hay uso del lienzo o del óleo, este queda totalmente relegado a favor de técnicas que hasta entonces se habían utilizado para las artes gráficas y sus modos de reproducción. 

7.- No fue un grupo homogéneo y el epicentro artístico estuvo en New York

Hasta este momento, finales de la década de los cincuenta y hasta los primeros años setenta, cuando se desarrolla el pop art, los artistas habían estado agrupados. El epicentro normalmente era París donde se reunían en sus cafés o lugares de encuentro. Allí se hacían los manifiestos o se ponían en marcha las obras más diversas. El dadaísmo o el fauvismo, por poner solo dos nombres, trabajaron con estas premisas. Ahora todo eso salta por los aires. Cada artista produce en soledad, sin grupos y sin manifiestos, aunque se teorice con posterioridad. Y el epicentro artístico se pierde, para siempre, de París. Ya no será el lugar donde acudan artistas de toda índole. Éste se ha mudado a la Ciudad de los Rascacielos. 

8.- Una de las características del pop art más peculiares es que gustó antes al público general que a los supuestos profesionales

Y la crítica fue la última en apuntarse a la nueva ola. Quizás por primera vez en la historia, una forma novedosa de hacer arte llega antes (en el sentido amplio del término) a los coleccionistas e, incluso, a un público general que a los galeristas. Por si esto fuera poco, la crítica se quedó rezagada, como a trasmano con la nueva manera de crear. 

9.- Hay un gusto por la palabra escrita que se incorpora a la obra

Probablemente procede de la influencia del cómic o de las revistas ligeras de consumo y temática liviana. La palabra, los “bocadillos”, la tipografía, las expresiones escritas forman parte de la obra junto con las imágenes.Y es esta una de las características del pop art que entroncan o emparentan con la poesía visual que comienza a generarse a partir de la década de los sesenta y que pretenderá romper las fronteras y barreras existentes entre la literatura y las artes plásticas. 

10.- El color extremo y la repetición es otra de las características del pop art

Las series, la repetición, los puntos que forman las figuras, la eliminación de cualquier sombra y/o perspectiva, los colores planos o brillantes son características del pop art más conocido.  

Además, el pop art pone énfasis en el espectador, en ese recptor del mensaje que, con su mirada, modifica aquello que se quiere decir. Casi no tienen que hacer un esfuerzo por llegar al gran público. El gusto y el amor se produce casi de inmediato encumbrando a la fama y a la riqueza a buena parte de sus creadores.

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

 pop art o arte pop

Hasta la eclosión del pop art o arte pop en la década de los sesenta, las vanguardias habían tenido un origen europeo (el futurismo o la pintura metafísica en Italia por poner solo dos casos) y, especialmente francés. París fue hasta bien entrado los años sesenta sencillamente el ombligo del mundo. Hasta allí llegaban filósofos en busca de una idea entre café y café, artistas de todo pelo, jóvenes infectados con el virus de la política, vividores de cualquier plumaje y creadores de todos los -ismos posibles. En París nació el cubismo y el surrealismo, estéticas imperantes hasta la irrupción del pop art. 

Roy Lichtenstein: En el coche

Algunas claves para entender el pop art

Una vez Occidente se recuperó de la dos grandes guerras, bien avanzado los años cincuenta, la población en general se encuentra con otra perspectiva vital. El expresionismo en arte (pocos años antes el favorito de galeristas y coleccionistas) empieza a declinar. Hay un afán de libertad y una búsqueda constante por dotar a la vida de un juego sin fin. Los horrores pasados quedan enterrados y todos buscan otras reglas filosóficas que se adaptaran a la incipiente sociedad de consumo. Si el dadaísmo había propuesto una mofa de cualquier expresión artística, ahora se buscan obras que no devuelvan el dolor del pasado. Si hasta entonces París era el centro del mundo, en estos momentos la escena artística gravita alrededor de las grandes ciudades de Estados Unidos, siendo Nueva York el nuevo epicentro creativo. 

Al contrario de lo que venía sucediendo hasta entonces, los llamados artistas del pop art no formaron un grupo homogéneo que se reunían para compartir impresiones y para realizar manifiestos. Esa época ya pasó. Ahora todo vale: desde la recuperación de los materiales de desecho hasta la experimentación con los paraísos artificiales de cualquier tipo. Cada creador trabaja de forma individual y no hay conciencia de grupo. A la par,  las fronteras entre las artes se difuminan y el denominado arte culto salta por los aires. 

Además, quizás por primera vez en la historia del arte, estas obras y sus creadores fueron valorados antes por el público en general (y a ellos nos referimos a los coleccionistas) que por los profesionales (galeristas y críticos). La respuesta probablemente esté en su entronque con la cultura publicitaria y el nuevo consumo de masas. Y aquí tenemos la primera de las características del pop art. 

Roy Lichtenstein Drowning Girl

10 características del pop art

1.- No se puede entender el pop art sin conocer la producción gráfica de la cultura de masas de una incipiente sociedad de consumo. Y aquí metemos desde el comic, los productos publicitarios, las nuevas revistas o los iconos que se fueron formando en esta época.  

2.- El pop art se nutre de todos esos nuevos productos, actitudes y personajes que formaban parte del conocimiento de la población en general: desde la coca cola, las sopas enlatadas hasta una diva del cine como fue Marilyn Monroe.  

3.- Las técnicas y los modos de la comunicación comercial están presentes en estas obras desde  el nuevo realismo, los colores vibrantes puros hasta los modelos de reproducción. 

4.- Las temáticas son cotidianas, sin más sentido oculto que los objetos o los personajes que cualquiera pudiera reconocer. En este sentido, Andy Warhol afirmaría. 

[nosotros pintamos lo que] “cualquiera que fuese paseando por Broadway reconocería al instante: tebeos, mesas de picnic, pantalones de hombre, celebridades, cortinas de baño, neveras, botellas de Coca-Cola” 

 

5.- El pop art comienza a deshumanizar las figuras humanas que aparecen en sus obras en un proceso que aún al día de hoy, bien entrado el siglo XXI, no ha terminado. Los modelos se copian en una mimesis total pero, a la par, estos pierden cualquier atisbo de humanidad. Nada hay de drama, ensoñanción o espíritu crítico. La representación siempre se centra en escenas banales y sin importancia: una chica que se baña, una pareja en el coche, latas de sopa…

6.- Las obras del pop art son planas, con colores brillantes y tendentes al minimalismo. Algún crítico ha indicado que el pop art es un arte frío que no entra en lo profundo de los sentimientos humanos. Nada más lejos de la realidad, al presentar ese universo fácil, de consumo y de despreocupación, en el fondo, están también retratando una época con todos sus males dentro.  

7.- Hay un rechazo a cualquier técnica que implicara la tradición. Aunque esto se venía haciendo desde hacía tiempo, especialmente por los artistas del cubismo, ahora es cuando entra en su apoteosis, formando parte de la obra modos que hasta entonces solo eran aceptados en las artes gráficas cuando se trataba de reproducción (libros, panfletos, publicidad…) 

8.- En el pop art hay un gusto por las formas geométricas, por las líneas marcadas, por el puntillismo, por los objetos simples pero estos siempre son reconocidos y solo llegan a la abstracción en el último momento. Bien entrada la década de los sesenta, algunos artistas experimentan con formas geométricas ordenadas en una nueva vuelta de tuerca del dadaísmo. 

9.- El espectador se convierte en parte activa de la obra abriendo la puerta a las instalaciones y performances de las últimas décadas del siglo XX. También la poesía visual participa de esta idea. 

10.- Junto con las imágenes reconocibles de la publicidad y de los nuevos modos de consumo, en el pop art tienen una influencia tremenda todos los modos del cómic, desde la reproducción misma o los colores hasta la comunicación verbal de las tiras

 Andy Warhol Marilyn

5 artistas del pop art, los creadores más importantes del arte pop

Aunque no están todos los que son sí son todos los que están.  Si bien el movimiento tuvo buena acogida en Inglaterra, hoy voy a tratar solo los artistas del pop art más conocidos. Todos ellos, crean una obra alrededor de los postulados de la incipiente sociedad de consumo americana.  

1.- Andy Warhol, uno de los artistas del pop art más reconocidos 

Tanto que su nombre y su obra está en boca de quienes no manifiestan un mínimo interés por el arte. Convertido en icono del siglo XX, nació en 1928 de una familia de origen polaco. Murió en Nueva York en 1987. Se inició como artista publicitario y a partir de la década de los sesenta creó sus conocidas y reconocidas obras en las que se aprecia sin ambages los modos de la publicidad. De los objetos pasó a los grandes artistas del cine, a los políticos del momento (Mao, por ejemplo). A pesar de representar el arte “amable” de la época también se interesó por objetos más truculentos como una silla eléctrica en una clara crítica a la tortura de la pena de muerte. Logró amasar una considerable fortuna con sus obras y, al final de sus días, se dedicó a patrocinar artistas diversos tanto del mundo plástico como de la música. 

2.- Roy Lichtenstein, el genio entre los artistas del pop art

Nacido en Nueva York en 1923, hizo estudios de Bellas Artes y se inició primero en el expresionismo aunque muy pronto comenzó a abrazar los postulados del pop art. Su estilo es icónico con obras que han entrado en el canon claramente influenciadas por la estética del cómic. Murió en 1997 en la misma ciudad que le vio nacer. 

3.- Robert Rauschenberg y sus instalaciones

Oriundo de Texas donde nació en 1925, tuvo un primer contacto con la vanguardia parisina aunque muy pronto regresó a los Estados Unidos instalándose en Nueva York en 1945. Su originalidad radica en unas obras pictóricas que alcanzan la tercera dimensión al añadir objetos de diferente procedencia. Es considerado el precursor de las instalaciones que abundaron a finales del siglo XX. 

4.- James Rosenquist, el más político del movimiento

Se inició en la publicidad como tantos artistas del pop art. En este caso, llegó a pintar vallas publicitarias. La sociedad de consumo, el hedonismo, la crítica al vacío de las personas que solo buscan llenarse con cosas son una constante en todas sus obras. 

5.- Jasper Johns, el pionero del pop art

Aunque un poco más joven que todos los demás, ya que nació en 1930, sus banderas pintadas en la década de los cincuenta se consideran las obras precursoras del pop art o arte pop. 

El movimiento puede darse por inaugurado en 1956 con un collage de Richard Halmiton y en los primeros años de 1970  se considera liquidado. Entre una fecha y otra tuvo lugar no solo la llegada a la Luna o el magnicidio de Kennedy o el asesinato de Martin L.King. Fue la década de los derechos civiles de la población negra, de un incipiente feminismo, de las drogas, de la revolución hippy que culminaría en el mayo del 68 parisino. Con estos mimbres levantaron sus obras los artistas del pop art o arte pop como se traduce en español. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 Andy Warhol: Latas

 

En los inicios del realismo literario, el término naturalismo era utilizado casi de manera sinónima por el movimiento artístico emergente a finales del siglo XIX. Fue el escritor Émile Zola (1840-1902) quien expuso las doctrinas de este nueva estética. Para entonces, los grandes características del realismo literario habían publicado la mayoría de sus obras. Y esta tendencia, que llevaba a un extremo mayor las características del realismo literario, quedaron reflejadas, en el plano teórico, en dos obras fundamentales. Serían La novela experimental de 1880 y Las novelas naturalistas de 1881.  

¿Qué había cambiado para este nuevo proceso que desemboca en el naturalismo literario?  

El contexto histórico seguía siendo el mismo con un avance imparable de una burguesía pujante en detrimento de un proletariado sin derechos  creciente, año tras año, en número. Por tanto, las grandes bolsas de miseria, así en el campo como en la ciudad, seguían aumentando. Los postulados del Origen de las especies (1959) de Darwin habían calado hondo en la sociedad ilustrada y culta. No se quedaba atrás una incipiente ciencia aferrada al espíritu positivista y, por tanto, a creer solo lo que se comprueba con los hechos. La técnica seguía con sus inventos novedosos y la ingeniería producía objetos impensables hacía solo unas décadas. 

El naturalismo es la visión de Émile Zola del realismo literario

Porque, aunque en España tuvo algunos seguidores (como Emilia Pardo Bazán) esta nueva estética no caló de fondo en los grandes autores franceses, ingleses o rusos. Excepto algunas excepciones que no han coronado el canon literario, el naturalismo fue la evolución de un solo autor: Émile Zola. No ocultó sus pretensiones ni sus idearios. Y lo primero que hay que destacar es su afán por convertir esta tendencia literaria en una nueva forma de ver el ser humano. Esto es, la literatura tiene ahora la finalidad, no ya de cambiar el mundo, idea a la que no renuncia, sino que aspira a convertirse en una nueva manera de mirar la realidad. 

El naturalismo filosófico, el germen de la estética novelística

Porque los parámetros de la ciencia habían influido tanto (especialmente la incipiente genética postulada por Darwin) que se había afianzado un profundo determinismo. La división social en clases alejadas de sí con oportunidades distintas se veía como la prueba de esta idea. Esto es, el individuo, venía ya condicionado por sus orígenes sociales, biológicos o educacionales. Tanto era así que hasta se negaba el libre albedrío. Este quedaba reducido a las opciones posibles dentro de las circunstancias predeterminadas. Es aquí donde choca Emilia Pardo Bazán, de profundas convicciones cristianas a la par que una abandera del feminismo, con Émile Zola. Llegaron incluso a enfrentarse verbalmente por lo que esto suponía. Mientras para la aristócrata española, la educación y la formación a todos los niveles era la única oportunidad de superación, el francés negaba esta opción. 

¿Cómo hace frente el naturalismo contra la herencia biológica y social? 

La única manera es poner de manifiesto todas las lacras sociales e intentar un cambio radical del modelo económico por la vía de la revolución. Como sucedió con el realismo literario, se ponen las semillas para las modelos socialistas que llegarían nada más comenzado el siglo XX. Otra cosa fue lo que sucedió después, pero ahora estamos en los inicios. Y el naturalismo no veía cómo salir por medios propios (por el método de la superación personal) en ambientes adversos de miserias, alcoholismo y violencia.  

El naturalismo quería llevar el método científico a la literatura 

Por eso, cualquier atisbo de imaginación (como sucedía en el Romanticismo literario) queda aparcado y es negado. La novela tiene que ser una crónica fiel de la realidad y el creador se convierte en un mero artífice de esa descripción de los hechos. En este sentido Émile Zola llegó incluso a apostarse a las puertas de fábricas y centros de trabajo para anotar cualquier movimiento o características de sus supuestos personajes. Esta idea choca frontalmente con autores ya reconocidos y puedo citar el caso de Dostoyevski. El novelista ruso, aunque encuadrado en el realismo literario, hace gala de una creatividad sin límites y de un universo psicológico complejo y variado donde tiene cabida la realidad cotidiana, con los sueños e, incluso, los delirios. 

El naturalismo tiene un gusto por los ambientes extremos

En estos estarían la cúspide social (entendida como la aristocracia de entonces) con sus desvelos sin importancia, sus manías e, incluso, sus barbaridades de carácter. Sin embargo, hay una preferencia por los personajes marginales en extremo, abandonados, alcoholizados o desprovistos de dignidad por la fuerza de las circunstancias. Estos caracteres siempre son presentados como víctimas de una herencia biológica a la que no pueden abstraerse y contra la que es imposible luchar. Quizás fue este determinismo tan gris el que hizo que el movimiento no calara con profundidad al negar cualquier fuerza creadora. No hace falta que ponga aquí que la libertad y la transformación siempre se dan la mano. 

El naturalismo quería ser un retrato de la sociedad 

Y para ello había que dejar de lado cualquier relato que se asemejara al drama de los sentimientos, a los mitos clásicos, a lo que pudiera estar en el otro lado y que no está comprobado. Su afán de empirismo y el infantil deseo de colocar a la literatura con los mismos postulados que la ciencia dejó estas novelas como si fueran teorías superficiales aplicadas al campo de lo social o de lo cultural. 

 

Émile Zola, padre del naturalismo, y su obra

Aunque vivió algunos años de infancia en la Provenza, casi toda la vida del representante del naturalismo transcurrió en París. Allí nació en 1940 y dejó este mundo 62 años más tarde. Hijo de un ingeniero, pronto quedó huérfano de padre quedando la familia sumida en una situación económica penosa. Quizás esta circunstancia grabada en la infancia influyó a la hora de propugnar sus teorías literarias. Mientras vivió en la Provenza trabó amistad con Cézanne, el artista más influyente para las vanguardias posteriores del siglo XX, especialmente para el cubismo.  

Estudiante tan mediocre que no pudo aprobar los estudios de secundaria, trabajó como librero y como periodista. Quizás también el afán de veracidad de la prensa escrita fuera otro acicate para trasladarlo a la novela.

Su obra literaria se engloba en lo que él denominó Los Rougon-Macquart, más de 20 volúmenes al estilo de La comedia humana de Balzac donde quería pormenorizar, describir y clasificar todos los tipos y circunstancias sociales posibles a la manera de un patólogo más que de un literato. 

"Quiero explicar cómo una familia, un pequeño grupo de seres humanos, se comporta en una sociedad, desarrollándose para dar lugar al nacimiento a diez o a veinte individuos que parecen, a primera vista, profundamente diferentes, pero que el análisis muestra íntimamente ligados los unos a los otros” 

Así afirmaría el mismo Émile Zola en los inicios de su carrera artística.

Involucrado en el Caso Dreyfus (el famoso juicio contra un militar acusado de espionaje falsamente), llevó a tal extremo su defensa antisemita que su discurso Yo acuso no solo dio un vuelco al juicio sino que se ha convertido en un texto que ha entrado en el canon. 

Aunque murió asfixiado en casa, hay una teoría (con algunas bases lógicas y científicas) que dice que fue asesinado. No pudo demostrarse este extremo entonces con los métodos periciales dela época. Los restos de Zola reposan en el Panteón francés, un honor para cualquier nacido en el país galo. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla.  

El realismo literario es el movimiento artístico que se extiende por Europa (especialmente España, Francia, Inglaterra o Rusia) durante la segunda mitad del siglo XIX. Es una época de profundos cambios sociales y de mentalidad. Una pujante burguesía se hace con el poder económico a la par que hay una polarización extrema de la riqueza. El proletariado sin derechos va creciendo conforme avanza el siglo. La ciencia, la filosofía y la técnica producen notables avances con obras señeras como el Manifiesto comunista (1818-1883) de Marx y Engels, el Origen de las especies de Charles Darwin en 1859 o el Sistema de filosofía positiva de Compte en 1850. Todo ello lleva a un transfondo cultural en el que prima el empirismo, la razón y la objetividad como meta. Ni que decir tiene que todos estos condicionantes influyen en las características del realismo literario.  

Aunque, en un principio, el realismo surge como una evolución del Romanticismo literario, muy pronto se convertirá en una reacción. En este sentido, será normal el rechazo, como indicaré al final de este texto, al idealismo, a la ensoñanción, a la fantasía, a los mundos imaginarios y a todas aquellas características del Romanticismo que se consideraban poco objetivas. 

1.- Hay una preponderancia del género novelístico sobre cualquier otro

Los autores del realismo literario desdeñan casi de plano la poesía por considerarla un género propenso al idealismo, al lirismo y contraria a esa deseo de constatar la realidad que es una de las características del realismo literario principales. Aunque se producen algunas obras de teatro, se olvida casi del todo el drama. A finales del siglo XIX el género que predomina es la novela con autores que han entrado en el canon universal y que forman parte de lo más granado de la literatura universal de todos los tiempos. Dostoyevski, Tolstói, Balzac, Flaubert, Dickens o Benito Pérez Galdós en España son los nombres imprescindibles de este movimiento literario.  

2.- El artista es un testigo de la realidad y su deseo es reproducirla fielmente

Sin ensoñación, sin imaginación, sin mundos de fantasmas y aparecidos tan propios del Romanticismo, el realismo literario se centra en el aquí y el ahora, en las vidas de los tipos psicológicos contemporáneos. Es esa realidad que quieren llevar a la obra con la ambición de un cronista o un periodista.  

3.- Por eso una de las características del realismo literario es la documentación de los hechos

Para ello, el novelista no tenía empacho en ponerse a estudiar enfermedades con sus síntomas y remedios, en visitar emplazamientos del extra-radio, en conocer las condiciones de las clases desfavorecidas… Y todo ello, teniendo en cuenta que la mayoría de los autores del realismo literario pertenecían a la élite burguesa e, incluso, aristocrática. Hay un gusto por aquellos que se encuentran en una encrucijada, por los desfavorecidos, por los que no tienen más opción.  

4.- Se tiende a largas descripciones pormenorizadas de los ambientes

Para conseguir adentrar al lector en este mundo desconocido a veces para quien gustaba de estas obras no hay empacho en hacer gala de larga descripciones. Estas son pormenorizadas, al detalle, largas, claras y dedicadas a cualquier objeto o situación. Así se describen hasta la extenuación desde los interiores de las viviendas, los vestidos o cualquier esenario posible. Esto lleva a crear largas novelas en las que no se da opción al lector a ningún tipo de idea imaginativa. 

5.- Una de las características del realismo literario es el énfasis en la psicología de los personajes

Si las descripciones de paisajes, situaciones o escenarios son prolijas y abundantes, lo mismo sucede con los personajes. Estos se describen en toda su complejidad psicológica y también físicas. El detalle es de tal calibre que el realismo literario fue capaz de levantar tipos psicológicos tan bien descritos y planteados que sirvieron como base de los análisis del inconsciente que se llevaron a cabo décadas posteriores. Si cada obra tiene su personaje, por la hondura y la influencia que ha realizado en la literatura posterior, tengo que destacar a la Madame Bovary de Flaubert quizás como el cenit de la literatura realista del siglo XIX. 

6.- Las novelas quieren ser un reflejo de la sociedad y los tipos de la época 

Otra de las características del realismo literario es ese afán por ser un compendio de todas las personalidades y situaciones de la época. Los autores se enfrascan en hacer verdaderas enciclopedias de todas las personalidades posibles desde el avaro que no sabe vivir hasta la señorita caprichosa que desperdicia cualquier oportunidad de crecimiento. Hay un gusto por las personalidades cercanas al psicópata a la par que por sus víctimas. Son frecuentes también la narrativa centrada en familias tóxicas,  como la afamada Ana Karenina. Si estos nombres y términos pertenecen a la última década del siglo XX, las características ya estaban formuladas en las obras del realismo literario más de un siglo antes. Y, de hecho, la psicología posterior ha utilizado estos personajes para describir caracteres, disfunciones psicológicas e, incluso, dolencias que hoy se tratan con fármacos o con profundas terapias.  

7.- Sobriedad de la prosa como una de las características del realismo literario

No hay concesión a la metáfora, al barroquismo,  a la sintaxis rebuscada. En estas obras la sobriedad es una característica tanto que, a veces, abruma. Se describen situaciones complicadas en toda su crudeza y fealdad incluso sin dar pie alguno (de manera deliberada) a cualquier tipo de plurisignificación, aunque esta siempre está presente en la obra literaria.  

 

8.- El autor pretende remover conciencias y poner de manifiesto los males de la época

Y los escritores se empeñan en este realismo que bautiza al movimiento porque ven la única vía para cambiar la sociedad. En este sentido, si bien abandonan el papel de demiurgo (el que ve lo que los demás no ven) es para tomar la antorcha del revolucionario. Las obras del realismo literario quieren ser un detonante del cambio social que ven necesario en vistas a la polaridad de la sociedad en ricos y pobres. También se han visto en ellas un sustrato ideológico de las revoluciones posteriores. 

9.- Una de las características del realismo literario es la reacción contra el idealismo

A veces incluso de una manera agresiva. El escritor tiene una función social y, para ello, no puede apartarse de aquello que ve o puede contrastar. No se trata de crear mundos posibles a la manera clásica donde la fantasía da rienda suelta. Todo lo contrario, hay que recoger la realidad tal cual se presenta. Por eso hay una afinidad con la temática  cotidiana, los ambientes contemporáneos, las problemáticas de la gente corriente.  

10.- Las mejores obras son las que tratan los temas del momento

Son las que se enfrascan en el nihilismo del egoísta, en los males de incipiente lucha de clases, en los horrores de la guerra, en la soledad de los nuevos habitantes de las insalubres ciudades.. Son frecuentes los temas alrededor de dudas y contradicciones de una época que quería ser luz y avance pero, a la par, ofrecía grandes sombras y espejismos.  

Si bien estas son las principales características del realismo literario, el estilo, los personajes y las formas serán propias, ni que decir tiene, de cada obra. El movimiento creó grandes títulos que al día de hoy, pertenecen al canon. Son, por citar algunas, Crimen y castigo de Dostoyevski, Oliver Twist o el corto Cuento de Navidad de Dickens, la citada Madame Bovary, Las ilusiones perdidas de Balzac o La Regenta de Clarin. Ni que decir tiene que no están todas las que son, pero sí son las imprescindibles de cualquier biblioteca. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

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