Candela Vizcaíno

Candela Vizcaíno

Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla con una larga trayectoria de más de 20 años como periodista, columnista y contenidos online centrados en literatura, arte, viajes, vida sana, familia, gastronomía, moda y feminismo. Con cinco libros publicados, en la actualidad pueden encontrarse en las librerías El Bosque de las Respuestas (cuento infantil ilustrado), Los girasoles florecen en junio (novela) y Poemas sin orden ni concierto

 

Antonio Machado (1875-1939) es uno de los autores de la generación del 98 más representativos. Y, sin duda, uno de los poetas en lengua española con mayor reconocimiento, incluso entre el lector popular no aficionado especialmente a la poesía. Sus versos son de un desoladora sencillez incidiendo en el interior del alma, en los temas eternos que asolan o alegran el alma humana y en el recurso magistralmente llevado a una naturaleza que dialoga con la voz del poeta. Nos presenta temas inmortales siempre desde un punto de vista personal, íntimo y lírico que logra trascender todo tipo de fronteras. Decir que los poemas de Antonio Machado han entrado de lleno en el canon es casi quedarse cortos, ya que están impresos en la cultura española del último siglo. 

«Recuerdo infantil», poema de Antonio Machado del libro Soledades (1899-1907)

 

Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de lluvia tras los cristales. 

     Es la clase. En un cartel

se representa a Caín

fugitivo, y muerto Abel, 

junto a una mancha de carmín. 

      Con timbre sonoro y hueco 

truena el maestro, un anciano

mal vestido, enjuto y seco, 

que lleva un libro en la mano. 

      Y todo un coro infantil

va cantando la lección;

«mil veces, ciento, cien mil;

mil veces mil, un millón». 

      Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de lluvia tras los cristales.

 

Voy soñando caminos

 

     Yo voy soñando caminos

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos, 

las polvorientas encinas!…

¿Adónde el camino irá?

Yo voy cantando, viajero

a lo largo del sendero… 

—La tarde cayendo está—

 

«En el corazón tenía

la espina de una pasión;

logré arrancármela un día:

ya no siento el corazón». 

      Y todo el campo un momento

se queda, mudo y sombrío,

meditando. Suena el viento

en los álamos del río. 

      La tarde más se oscurece; 

y el camino que serpea

y débilmente blanquea,

se enturbia y desaparece. 

     Mi cantar vuelve a plañir: 

«Aguda espina dorada,

Quién te pudiera sentir

En el corazón clavada». 

 

«Retrato», uno de los poemas de Antonio Machado perteneciente a Campos de Castilla (1907-1917) más conocidos

 

     Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, 

y un huerto claro donde madura el limonero; 

mi juventud, veinte años en tierra de Castilla, 

mi historia, algunos casos que recordar no quiero. 

      Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido

—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, 

mas recibí la fecha que me asignó Cupido, 

y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario. 

     Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, 

pero mi verso brota de manantial sereno; 

y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, 

soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. 

      Adoro la hermosura, y en la moderna estética

corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; 

mas no amo los afeites de la actual cosmética, 

ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. 

     Desdeño las romanzas de los tenores huecos

y el coro de los grillos que cantan a la luna. 

A distinguir me paro las voces de los ecos, 

y escucho solamente, entre las voces, una. 

     ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera

mi verso, como deja el capitán su espada: 

famosa por la mano viril que la blandiera, 

no por el docto oficio del forjador preciada. 

     Converso con el hombre que siempre va conmigo

—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;

Mi soliloquio es plática con este buen amigo

Que me enseñó el secreto de la filantropía. 

     Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. 

A mi trabajo acudo, con mi dinero pago

el traje que me cubre y la mansión que habito, 

el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. 

     Y cuando llegue el día del último viaje, 

y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, 

me encontraréis a bordo ligero de equipaje, 

casi desnudo, como los hijos de la mar. 

 

A un olmo seco

 Este famoso poema, «A un olmo seco» que comienza con el verso «Al olmo viejo…» ha sido objeto de un pormenorizado análisis en este espacio. Remito al link anterior al lector interesado. 

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

     ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

     No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

     Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

     Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

 

«A José María Palacio» uno de los poemas de Antonio Machado más hermosos

«A José María Palacio» es quizás el más hermoso de los poemas de Antonio Machado. Escrito en forma epistolar, nos hace un retrato de la grandiosa naturaleza que ha abandonado el poeta. Y ese desgrane de elementos de la vida sencilla contrastan (como un choque de grises camiones) con los últimos versos en recuerdo de la amada muerta y enterrada, para siempre, lejos del poeta.  

Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...

¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?

Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.

¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!

¿Hay zarzas florecidas
entré las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?

Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.

Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.

¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?

Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,

¿tienen ya ruiseñores las riberas?

Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra…

  

Fragmentos de Proverbios y Cantares de Antonio Machado

     Nunca perseguí la gloria

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canción; 

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles como

pompas de jabón. 

Me gusta verlos pintarse

de sol y grana, volar

bajo el cielo azul, temblar

súbitamente y quebrarse. 

 

XXIX

    Caminante, son tus huellas

el camino, y nada más; 

caminante no hay camino, 

se hace camino al andar. 

Al andar se hace camino, 

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar. 

Caminante, no hay camino,

sino estelas en la mar. 

 

LIII

     Ya hay un español que quiere

vivir y a vivir empieza,

entre una España que muere

y otra España que bosteza.

Españolito que vienes

al mundo, te guarde Dios. 

Una de las dos Españas

ha de helarte el corazón.

 

De un Cancionero Apócrifo

PRIMAVERAL

    Nubes, sol, prado verde y caserío

en la loma, revueltos. Primavera

puso en el aire de este campofrío 

la gracia de sus chopos de ribera. 

     Los caminos del valle van al río

y allí, junto del agua, amor espera. 

¿Por ti se ha puesto el campo ese atavío

de joven, oh invisible compañera?

     ¿Y ese perfume del habar al viento?

¿Y esa primera blanca margarita?…

¿Tú me acompañas? En mi mano siento

doble latido; el corazón me grita,

que en las sienes me asorda el pensamiento:

eres tú quien florece y resucita. 

Nubes, sol, prado verde y caserío

 

Selección por Candela Vizcaíno 

Obras de Antonio Machado

 

La palabra sainete proviene del latín y significa «pienso para engordar animales». De esta semántica, el término fue evolucionando para definir «una pieza teatral corta realizada con el único fin de entretener a un público no entendido y servir de acompañamiento a la representación principal». El sainete, por tanto, es una obra teatral corta que busca la hilaridad fácil presentando tipos simples, populares y zafios. 

Características de los sainetes

1.- Son piezas teatrales cortas en un solo acto que no se representan de manera independiente sino en el programa de una obra teatral; normalmente en el segundo entreacto. 

2.- La temática es jocosa, vulgar, burlesca… Busca la hilaridad fácil describiendo tipos sociales estereotipados y marginales. Al contrario que los entremeses, en ningún momento hay crítica social sino simplemente presentación de costumbres populares y marginales, a veces distorsionado con un profundo sesgo ideológico.

3.- Fueron frecuentes los sainetes protagonizados por chulapos o majos madrileños y por estereotipos andaluces: pícaros, ladronzuelos, vividores… 

4.- El lenguaje es llevado al extremo retorciendo las peculiaridades de las distintas hablas. 

5.- La representación no dura más de 25 minutos. 

6.- No presenta tensión dramática ni división en actos. La narración (más que la acción) se desarrolla en un solo acto en el que hay una descripción de tipos y costumbres más que de acción dramática propiamente dicha. 

7.- Los protagonistas y personajes son tipos estereotipados. No hay caracteres cómicos sino repetición de seres reconocidos y reconocibles por el público con unas mismas características, en la mayor parte tratados con prejuicios: los catetos de los pueblos, majos, habitantes de los barrios bajos, mujeres chabacanas, castañeras…

8.- El único fin es provocar la hilaridad exponiendo, por un lado, un lenguaje vulgar que se ha retorcido al máximo y, por el otro, la falta de valores espirituales de estos protagonistas simples y con mínimos proyectos vitales. 

9.- Fueron concebidos como teatro de consumo sin más pretensión literaria que la de entretener momentáneamente. Por eso, la gran mayoría de las piezas que nos han llegado son anónimas. 

10.- A veces, se combinaban con algún tipo de baile o canto breve. 

11.- En los sainetes es importante tanto el vestuario como la caracterización para que el público no tenga dudas del personaje que se está representando. 

12.- Ofrecen una visión optimista y distendida de la realidad, sin crítica social ni pretensión de cambio.  

Si el conjunto de esta producción menor supone, de una parte, una especie de cura del lenguaje teatral y una desintoxicación de mala retórica, por la otra significa un achabacanamiento de la escena y una vulgar limitación de la realidad y de los medios expresivos dramáticos.  

Francisco Ruiz Ramón: Historia del Teatro Español 

Breve historia del sainete en el teatro español  

En el siglo XVII, el término sainete prácticamente era sinónimo de entremés. Sin embargo, este último vocablo se va imponiendo a la par que el primer modelo literario. Así, el sainete queda aparcado mientras que el entremés evoluciona hacia piezas de crítica social, llegando a su apoteosis artística con la obra de Miguel de Cervantes «El retablo de las maravillas». El gran genio de las letras españolas se aleja de los tipos cómicos preestablecidos para creer auténticos caracteres personalizados. Jamás llega el sainete a este nivel literario, de profundidad semántica y de crítica de las convenciones sociales. Siempre se queda en un género menor, de poca consistencia, repetitivo y marginal.  

En el siglo XVIII, con la cultura del Neoclasicismo y su gusto por la razón y los textos educativos, los entremeses quedan aparcados y los sainetes duermen un sueño latente. Y se despiertan al calor de los modelos románticos que ensalzan los tipos nacionales, locales y castizos como representantes de la originalidad y la libertad. Los sainetes, sin embargo, no llegan a esa profundidad filosófica. Simplemente, se apuntan a una ola de cambio en los gustos del público. En esta línea destaca el madrileño Ramón de la Cruz (1731-1794) adscrito a la estética del «arte nuevo de hacer comedias». Sus obras son sainetes basados en los paletos de los pueblos, en los castizos madrileños, en los golfillos, en los entresijos del teatro con su ristra de actores o tramoyistas, etc. Sus obras están escritas en versos octosílabos con un lenguaje desenfadado y caracterizado por la caricatura. Tuvieron tal éxito en la escena española que su autor llegó a escribir 542 piezas que le dieron fama y poder en el mundillo teatral madrileño. 

La historia del sainete da un salto de un siglo con la figura de Carlos Arniches (1866-1943), perteneciente por edad, aunque no por tema ni adscripción literaria, a la generación del 98. Retoma la tradición iniciada por Ramón de la Cruz. Sin embargo, Arniches ya no se centra únicamente en los estereotipos y crea auténticos caracteres cómicos, aunque sus obras son de una importante reducción semántica. Con una obra extensa, tuvieron bastante éxito sus sainetes que retratan, utilizando un lenguaje distorsionado, un Madrid barriobajero con personajes envueltos en un triángulo amoroso. Creó un género nuevo denominado tragedia grotesca impulsado por los principios regeneracionista sociales de inicios del siglo XX.  

En Andalucía, destacan los hermanos Serafín Álvarez Quintero (1871-1938) y Joaquín Álvarez Quintero (1873-1944) con una obra más amplia y heterogénea, ya que escribieron poesía, comedia, zarzuela e, incluso dramas. Sus sainetes destacan por ser piezas costumbristas en las que se representan la alegría, la luz y la fiesta de Andalucía. En ningún momento, recogen las difíciles condiciones de la población de esa época en esta parte de mundo. De hecho, sus obras se caracterizan por presentar situaciones casi imaginadas, de evasión, de lugares pintorescos que poco o nada tenían que ver con la dura y cruda realidad. Disfrutaron de éxito y reconocimiento en vida a pesar de que aportaron bien poco al desarrollo de la literatura del siglo XX.  

Forman parte de nuestros valores más decadentes e inmovilizados, justamente por su capacidad de destrucción o degradación de expresiones de actitudes racionales, críticas y creadoras. 

José Monteleón: José Martín Recuerda. Teatro

Tipos de sainetes  

Emilio Palacios Fernández, en su Historia del teatro en España, distingue tres tipos de sainetes: 

1.- De costumbres, los más comunes y cuyos protagonistas son tipos populares de Madrid y Andalucía. 

2.- Teatrales, cuya temática son los entresijos del mundillo teatral con todos sus tipos característicos. 

3.- Líricos, que se combinaban con bailes y música. A veces, a partir de estos sainetes se componían auténticas zarzuelas.  

Pocos de estos sainetes presentan una pequeña intriga. Son, simplemente, una excusa literaria para describir tipos cómicos con el único fin de desencadenar la risa fácil sin más trascendencia filosófica o semántica. Tras la Guerra Civil Española y los cambios históricos del siglo XX, la literatura tomó otros derroteros más dramáticos con obras en las que se profundizaba en el desamparo emocional o en la feroz crítica social. Y, con este nuevo entorno histórico, los sainetes desaparecieron por completo de la escena teatral española.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

El término entremés nos remite a los vocablos entremeter, introducir, añadir… En efecto, en sus inicios, este subgénero literario, vinculado al teatro, consistía en piezas cortas de carácter jocoso, libertino y propenso a la risa fácil que se realizaba entre las pausas de las obras más largas. Con el tiempo, los entremeses fueron evolucionando hasta convertirse en un género propio solicitado ampliamente, debido a su carácter distendido, por el público popular.  

Características de los entremeses 

En formato esquemático tenemos: 

1.- Son piezas cortas en un solo acto diseñadas para el teatro. 

2.- Tienen un carácter jocoso, cómico, burlesco y crítico hacia las convenciones y los vicios sociales. 

3.- Juega con los tipos preestablecidos (el viejo cornudo, el sacristán lascivo, el avaro fracasado…) que se rigen por los instintos básicos (el comer, el beber, el sexo…) desde una perspectiva tremendamente simple, vulgar y zafia. 

4.- Se recurre a las máscaras, a los motivos de carnaval (cuando se podía dar rienda suelta a la crítica social) y, también, a los modelos improvisados de la commedia dell' arte

5.- Aunque nacieron en la Edad Media, fueron populares durante los Siglos de Oro con su gusto y amor pasional por el teatro. 

En la atmósfera del Carnaval tiene su origen el alma del entremés originario: el desfogue exaltado de los instintos, la glorificación del comer y el beber… la jocosa licencia que se regodea con los engaños conyugales, con escarnio del prójimo, y la befa tanto más raída cuanto más pesada.  

Eugenio Asensio: Itinerario del Entremés 

Breve historia del entremés  

Se han encontrado entremeses en la obra de Juan de la Encina (1468-1529), el escritor cultivado, viajero y hedonista que inaugura el Renacimiento literario en España. Estos sustratos se encuentran en su Égloga de Carnaval (representado para los Duques de Alba en 1494) y en el Auto de Repelón, basado en los juegos de escarnio. Otros autores de la época que cultivaron los entremeses fueron Gil Vicente (1465-1536) y Diego Sánchez de Badajoz (fallecido en 1549). 

Llegados a este punto no hay que olvidar las aportaciones del sevillano Lope de Rueda (1510-1565) con su teatro itinerante, considerado una de las primeras compañías de actores profesionales de España. Francisco Ruiz Román, en su obra Historia del teatro español, califica a este peculiar artista (entre actor, director de escena y dramaturgo) como el padre del entremés al proponer protagonistas en el papel de rufián, de pícaro, de bobo… 

En los Siglos de Oro, prácticamente todos los grandes autores de teatro abordan el género, desde Cervantes (que, por su importancia, tratamos aparte) hasta Lope de Vega pasando por Calderón de la Barca. Esto es, en la lista se incluye los grandes del teatro barroco español. Sin embargo, el más sobresaliente del género es un autor considerado menor y, por tanto, poco conocido: Luis Quiñones de Benavente, nacido en Toledo en 1581 y muerto en 1561 en la indigencia.  

Benavente es el monarca del género breve desde principios de siglo [XVII] hasta 1640 aproximadamente, a él se le debe la gran creación cómica de Juan Rana y también el inicio de un tipo hibrido en el que se mezclaba la música, el canto y el baile con la acción dramática. Benavente utiliza la pieza breve, la dota de agilidad y musicalidad, sustituye el final en polos del entremés primitivo por otro final bailado, más del gusto de sus espectadores y, sobre todo, utiliza con tal maestría el lenguaje que algunos críticos han dicho que rivaliza con Quevedo en el manejo del mismo.  

Abraham Madroñal: «Luis Quiñones Benavente» en Real Academia de la Historia  

Ya en el siglo XVIIII, con la cultura del Neoclasicismo, en su afán racional y educador, los autores teatrales viran hacia otro tipo de entremeses donde se deja de lado lo obsceno y lo agresivo en favor de textos con tintes moralizantes tan del gusto de la literatura de la época.   

Entre 1640 y 1660 aparecen en las colecciones de entremeses las primeras producciones de Calderón, Cáncer y Moreto, luminarias del género. Mientras los estudiosos no reúnan sus obras, hoy dispersas en volúmenes de estupenda rareza cuya posesión es timbre de gloria para el bibliófilo, no lograremos esclarecer lo que los astros últimos aportaron en materia de técnica, visión cómica, personajes y asuntos, a los entremeses del Siglo de Oro.  

Javier Huerta Calvo: “Los géneros menores” en Historia del Teatro en España  

Conforme va avanzando el siglo XVIII, el término entremés se va mezclando con otras manifestaciones artísticas ajenas al teatro, como el baile, la jácara (donde se refleja y se da voz a la cosmovisión de personajes ajenos a las leyes sociales) o los modelos de carnaval con sus máscaras, disfraces y espíritu crítico. 

Los entremeses ya quedan sistematizados como género híbrido (por esa mezcla que venimos estudiando); heterodoxo (al centrarse en personajes marginales que no pueden ser inspiración para nadie); burlesco, corto y crítico; con preferencia por una temática que incide en el caos o en el engaño y en la falta de consistencia espiritual de sus protagonistas. Estos son estereotipados y se priorizan los que tienen características poco juiciosas, lascivos, prestos a la mentira y al enredo. Por eso son característicos el viejo rijoso, el sacristán lascivo, el libertino, el bobo, el pícaro, el que solo es capaz de satisfacer los instintos… Todos ellos pueblan estos entremeses que van perdiendo carácter conforme nos adentramos en el siglo XVIII. 

Entremeses de Miguel de Cervantes  

Al gran genio de las letras españolas se le debe una serie de entremeses que se encuentran en la apoteosis del género y uno de ellos («El retablo de las maravillas») puede considerarse el mejor y más representativo de este fórmula estilística. Miguel de Cervantes publica en 1615 ocho entremeses, dos en verso y seis en prosa. Son:  

El rufián viudo, 

— La elección de los alcaldes de Daganzo, 

— El juez de los divorcios, 

— La guarda cuidadosa, 

— El vizcaíno fingido, 

— El retablo de las maravillas, 

— La cueva de Salamanca y

— El viejo celoso. 

 Los entremeses de Cervantes van más allá de la comicidad boba, del chiste fácil y del humor basado en los tópicos. El genio de las letras españolas aporta un extra de densidad humana y de experiencia del alma. Ya no estamos ante tipos que responden a características generales sino ante auténticos caracteres cómicos.  

La obra maestra del género es, sin duda, «El retablo de las maravillas». En este entremés, a la manera de El traje nuevo del rey, dos pícaros comediantes muestran un particular espectáculo que solo pueden ver los que son cristianos viejos. Todo es una farsa y no hay representación. Sin embargo, para no ser tildado como converso, el público allí congregado hace como si la escena estuviera llevándose a cabo comentándola con fruición. La crítica irónica de Cervantes llega a su apoteosis cuando va describiendo cómo los espectadores se maravillan y comentan para no ser tachados de conversos. El retablo inexistente actúa, por tanto, como símbolo y representación de la sociedad decadente e hipócrita del siglo XVII, únicamente movida, como hoy en día, por la mera apariencia. 

Y, por último, hay que anotar que, conforme avanza el siglo XVIII, los entremeses se convierten en los llamados sainetes (que estudiamos aparte), de una duración de 25 minutos y ya desprovistos del carácter heterodoxo e interartístico de esta peculiar pieza teatral cómica que arranca en la Edad Media.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

26 Octubre, 2023

Qué es una égloga

 

La palabra égloga proviene del latín y significa «pieza escogida». Es un poema de carácter bucólico centrado en la naturaleza y los personajes, fuertemente idealizados, que en ella habitan: pastores, faunos, ninfas… La égloga sigue el tópico del locus amoenus (lugar agradable, según la traducción literal del latín). El espacio se presenta como una suerte de paraíso sobre la tierra y este contrasta con el sentimiento de dolor de sus protagonistas, ya que están afectados por el dolor, la tristeza, la pena o la pérdida en el amor. 

Definiendo y acotando el concepto égloga  

La égloga, por tanto, nos remite a un espacio, el de una naturaleza brillante, acogedora, preciosista en la que habitan pastores idealizados movidos por la imposibilidad del amor. Este formato se ha cultivado desde la literatura griega llegando a su cenit con Virgilio (s. I a.C.) y sus Bucólicas, largo poema dividido en 10 églogas, estructuradas en forma de diálogo en el que los protagonistas se cuentan sus penas amorosas, siempre en plan platónico. 

La obra de Virgilio pasó a ser la inspiración para los poetas desde la lírica renacentista hasta bien llegado el XVIII, cuando la cultura del Neoclasicismo y su gusto por la razón, la realidad y el positivismo, dio carpetazo a esta fórmula poética. No obstante, en estos dos siglos se realizaron églogas de tres tipos: 1) narrativas, cuando nos encontramos la voz de un solo pastor; 2) dramáticas, cuando se produce un auténtico diálogo; 3) mixtas, en el caso de que hay varias voces y, sin embargo, no podemos calificarlas de dialógicas puesto que no se distingue una interacción entre ellas.  

Égloga primera de Garcilaso, sublime ejemplo del género  

[…]

Nemoroso

Corrientes aguas, puras, cristalinas; 

árboles que os estáis mirando en ellas, 

verde prado de fresca sombra lleno, 

aves que aquí sembráis vuestras querellas 

hiedra que los árboles caminas, 

torciendo el paso por su verde seno; 

yo me vi tan ajeno 

del grave mal que siento, 

que de puro contento

con vuestra soledad me recreaba,

donde con dulce sueño reposaba

o con el pensamiento discurría 

por donde no hallaba 

sino memorias llenas de alegría. 

 

    Y en este mismo valle, donde ágora

me entristezco y me canso, en el reposo

estuve ya contento y descansado. 

¡O bien caduco, vano y presuroso! 

Acuérdeme durmiendo aquí algún hora, 

que despertando a Elisa vi a mi lado. 

¡Oh miserable hado! 

¡Oh tela delicada,

antes de tiempo dada

a los agudos filos de la muerte!

Más convenible suerte

a los cansados años de mi vida, 

que es más que el hierro fuerte, 

pues no la ha quebrantado tu partida. 

 

Muy resumidamente: características básicas de una égloga  

1.- Es una composición poética bucólica (esto es, idealizada) en la que se utiliza un lenguaje sencillo sin florituras estilísticas. 

2.- La acción se sitúa en medio de un espacio natural que está estilizado al máximo. Lo salvaje, por mediación del poeta, se convierte en un jardín. 

3.- El protagonista es siempre un pastor que ha abandonado cualquier rudeza para presentarse como un intelectual henchido de sensibilidad. 

4.- El tema principal y único son los amores desdichados, imposibles, fracasados o perdidos que están presentados de una forma doliente sin señal de ira ni de victimismo. 

5.- La fórmula siempre está presentada en primera persona: el pastor, por su boca, nos describe el entorno y los sentimientos que se debaten en su corazón. 

6.- La égloga es también una excusa para describirnos el mundo de los mitos clásicos con sus ninfas y seres híbridos.  

Y, por último, en español fueron cultivadores de las églogas no solo el inigualable Garcilaso de la Vega sino también Fernando de Herrera, Pedro de Espinosa, Juan Meléndez ValdésMiguel de Cervantes, Lope de Vega o Leandro Fernández de Moratín

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

Las greguerías son un formato literario exclusivo del escritor español Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) a medio camino entre el epigrama, el poema, el juego de humor y la escritura surrealista. Según Corominas, el término proviene del griego y significa «lenguaje incomprensible».  

Qué son las greguerías: un intento de definición  

A medio camino entre el juego conceptual filosófico y la metáfora radical es un término y un formato literario exclusivo de Ramón Gómez de la Serna. No podemos entender este modelo estilístico sin conocer los sustratos literarios de las vanguardias de principios del siglo XX. Así, en las obras de los autores más radicales el lenguaje se desgaja de la semántica y todo lo que suene a tradicional queda aparcado o vilipendiado. Hasta los poetas de la generación del 27, en su primera etapa, buscaban la poesía pura, el amor de la palabra por la palabra. A este modelo tenemos que circunscribir la greguería.  

Sin embargo, Ramón Gómez de la Serna se sirve tanto de la tradición literaria hispánica de los Siglos de Oro (Quevedo con sus poemas humorísticos tan extremos que sobrepasan la ironía para alcanzar el cinismo o las florituras del gongorismo) como de las vanguardias. En esta línea tenemos el esperpento, la expresión de lo grotesco distorsionado; el surrealismo y su gusto por bucear en el inconsciente; el dadaísmo rompedor y negador de cualquier utilidad artística…  

La greguería no es enteramente literaria, pero tampoco es enteramente vulgar y sedicente; no se sabe si debiera vender en las cacharrerías o en las librerías; no es la primera versión de los objetos ni la última; es algo así como el paso de las horas y de las ráfagas de las cosas a una interpretación abandonada.  

Ramón Gómez de la Serna: Novísimas  

El mismo autor definió las greguerías como la unión entre el humor y la metáfora. También se encuentran en este formato artístico puntos de crítica social, tan querida para la literatura española, especialmente la del siglo XX. Y, por supuesto, están presentes los caprichos verbales, las incongruencias, la asimilación de lo diferente en una misma frase, la apoteosis de la originalidad, lo extravagante con tintes filosóficos, lo chocante que causa sorpresa y admiración, lo estrafalario que busca la frase del sabio… 

Ejemplos de greguerías de Ramón Gómez de la Serna  

Durante la noche el gobierno está en crisis total. 

El rayo es una especie de sacacorchos encolerizado.  

Aburrirse es besar la muerte. 

En lo alto palpitan los álamos y los chopos… Para que no palpiten esas hojas hojas como colgadas de un hilo se necesita que el tiempo esté parado, porque son como el segundero visible y natural del tiempo vivo.  

Hay suspiros que comunican la vida con la muerte. 

Lo que diferencia azar de azahar, lo que hace que uno no huela a nada y el otro sí, es la h, que es una hache de perfumería.  

A la solterona le salió un cuerpo como si llevara dentro todas las muñecas rotas de su infancia. 

El hambre del hambriento no tiene hache ¡Con filigrana al ambre verdadera! El ambre, si es verdadera ambre, se ha comido la hache.  

El 4 tiene la nariz griega. 

La palmera ancla la tierra al cielo. 

Hay unas beatas que rezan como los conejos comen hierba.  

En definitiva, para levantar sus greguerías, Ramón Gómez de la Serna se sirve de todas las posibilidades estilísticas a su alcance y no solo se vale de las metáforas sino que lo rimbombante da paso a la cavilación y la intuición se sumerge en los abismos del inconsciente tan querido para los intelectuales de la época. Las greguerías, para terminar, como recurso y fin literario se agotó con el mismo autor. 

 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

24 Octubre, 2023

La epopeya

 

El término epopeya proviene del griego clásico «epopoiía» y significa literalmente «poema que canta la gesta de los héroes». Es uno de los géneros poéticos más antiguos de los que se tiene conocimiento y registro. La epopeya narra en verso las peripecias de los grandes guerreros y reyes de la antigüedad con sus luchas, sus dudas, sus hazañas y siempre interfiriendo con los designios de los dioses.  

Características de la epopeya clásica 

De manera esquemática tenemos: 

1.- Están compuestas para ser cantadas y para transmitirse de manera oral aunque, posteriormente, algunas de ellas, por su belleza, se pusieran por escrito. 

2.- A través de las epopeyas conocemos la cosmovisión, lo mitos, lo ritos, los héroes e, incluso, la forma de vida de los pueblos antiguos. 

3.- No son textos cerrados, ya que el rapsoda clásico y el juglar medieval los van modificando no solo a gusto del público sino también por las particulares circunstancias de la memorización y sus consiguientes olvidos. 

4.- El verso utilizado en las epopeyas de la literatura griega es el hexámetro y el romance en los cantares de gesta medievales. 

5.- En las epopeyas medievales los dioses dejan de interferir con los humanos y los relatos se convierten en poemas épicos sobre héroes locales contemporáneos cuyas andanzas eran conocidas por un público iletrado. 

6.- Con toda probabilidad, se recitaban con música y eran parte de espectáculos más amplios en los que intervenían saltimbanquis, bailarines o prestidigitadores. 

7.- El tono es grandilocuente, épico y exaltando la nobleza de sus protagonistas.  

Las epopeyas más antiguas de la humanidad 

Epopeya es voz equivalente de poema épico. Como las grandes epopeyas ofrecen visión amplia de la vida, costumbres, sentimientos y creencias de los pueblos y épocas a que pertenecen, la estética romántica señaló el Ramayana y el Mahabharata indios, la Ilíada y la Odisea, y la Divina Comedia de Dante como representativos de los tres ciclos o civilizaciones que distinguían en la historia universal: los poemas indios condensaban la civilización oriental y el arte simbólico; los de Homero, la civilización y el arte clásicos; el de Dante, la civilización cristiana medieval. 

Rafael Lapesa: Poetas y prosistas de ayer y de hoy. Veinte estudios de historia y crítica literaria 

La epopeya de Gilgamés 

Es un largo poema escrito en acadio perteneciente a la civilización asiria-babilónica que data del tercer milenio antes de Cristo. Su protagonista es el impío e impuro Gilgamesh, rey de Uruk, cuyos habitantes piden ayuda a los dioses por las múltiples violaciones cometidas por el monarca hacia las mujeres de su reino. Los dioses atienden las plegarias del pueblo y crean a Enkidu para que se enfrente a Gilgamesh. Sin embargo, en lugar de matarse entre sí, se hacen amigos y compañeros de viaje de extraordinarias aventuras en busca de la inmortalidad, don que no se concede a ninguno de los dos.  

Las epopeyas de Homero  

El gran poeta Homero con sus dos epopeyas, La Ilíada y La Odisea, puso las bases de la literatura clásica occidental en el siglo VIII a.C. 

La Ilíada consta de 15 693 versos divididos en 24 cantos compuestos en hexámetros dactílicos. Narra la cólera de Aquiles durante los últimos cincuenta días de la Guerra de Troya. El conflicto comenzó cuando el príncipe París, hijo de Príamo, rey de Troya, raptó a Helena, esposa del rey griego Melenao. El poema termina con los funerales de Hector y la reconciliación de Aquiles con Príamo. En sus versos se canta al honor, a la valentía, a la nobleza, a la astucia, a la amistad, a la pasión, a la guerra, a los deseos… 

La cólera canta, Diosa, del Pélida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos incontables dolores, precipitó al Hades muchas valientes vidas de héroes y a ellos mismos los hizo presa para los perros y para todas las aves (y así se cumplía el plan de Zeus) desde que por primera vez se separaron tras haber reñido el Atrida, soberano de hombres y Aquiles, de la casta de Zeus. 

Al regreso de la Guerra de Troya, Ulises y sus hombres se pierden siendo atacados por los lestrigones que causan un destrozo en las naves y mortandad entre los guerreros. Da comienzo, así,  La Odisea, la segunda gran epopeya de la literatura clásica. Tras múltiples vueltas, aventuras, hazañas, luchas y astucia, Ulises llega a su patria, a Ítaca, a ocupar el trono que verdaderamente le corresponde. La Odisea es el gran símbolo universal del camino de la humanidad hacia el conocimiento de sí mismo. Sus mitos y relatos han trascendido los tiempos para convertirse en un auténtico arquetipo. También está compuesta por 24 cantos y el poema está dividido en tres partes. Los héroes nunca están solos ya que intervienen los dioses (Hermes, Hades, Eolo…), las musas, la hechicera Circe, los cíclopes, las sirena, Aquiles…

La belleza poética de estos poemas es el valor principal desde el punto de vista literario, y su influencia en la cultura occidental ha sido importantísima. El verso épico grecolatino empleado fue el hexámetro, y uno de los recursos más utilizados fue el «epíteto épico»: «Aquiles, el de los pies ligeros», Áyax, el más poderoso», «La aurora de rosados dedos» etc. 

Mª Victoria Ayuso de Vicente: Diccionario de términos literarios 

Las epopeyas indias

Nos encontramos con dos textos semejantes escritos en sánscrito que datan del siglo III a.C. El Mahâbhârâta de Vysa está compuesto por 200 000 versos. Es la segunda obra más extensa de la literatura universal. El texto está presentado en forma de diálogo narrando batallas, aportando datos astronómicos, describiendo tierras o mares e historias de dioses con sus correspondientes creaciones en el plano humano.  

Por su parte, el Ramayana de Uâlmîki narra la historia del rey Dásharatla y las pruebas que deben superar sus tres hijos (de esposas distintas) para ser dignos de tronos reales. Es un largo poema de 24 000 versos que ha ejercido gran influencia en la literatura hindú.  

Las epopeyas de la Edad Media en Europa  

Con el colapso de la civilización greco-romana, la literatura medieval queda circunscrita a dos polos enfrentados casi: el mester de clerecía, la poesía culta escrita en castellano en cuaderna vía y de temática religiosa, y el mester de juglaría. Estos últimos son los herederos de la epopeya clásica. Son los medievales largos poemas épicos en lengua romance compuestos en arte menor para ser cantados por juglares en las festividades de aldeas y castillos. Al contrario que las aventuras acaecidas por lo héroes clásicos, los europeos medievales no disfrutan de ayuda divina (ni pagana ni cristiana). Salen victoriosos por sus virtudes esencialmente humanas: astucia, valor, lealtad, arrojo, valentía… Y todos ellos son personajes reales contemporáneos de aquellos oyentes.  

A este respecto, el título más antiguo que nos ha llegado es la gran epopeya de Francia: Cantar del Roldán del siglo XI. Narra la Batalla de Roncesvalles, acaecida en el 778, en un tono épico y grandioso, aunque el choque bélico no llegó más allá de una simple escaramuza. Un ejemplo de epopeya medieval en castellano es el Cantar del Mio Cid que narra las aventuras de Rodrigo Díaz de Vivar. Fue compuesto en el siglo XIII. De la misma época es el alemán Cantar de los nibelungos. La obra, al contrario que los ejemplos de cantares de gesta castellanos que nos han llegado, entremezcla hechos históricos con leyendas y mitos de tal manera que personajes reales se codean con seres fantásticos de la mitología alemana.  

Y, por último, aunque fueron decayendo con la literatura renacentista, aún podemos calificar como del género épico y perteneciente a la epopeya algunas obras más.  La Divina Comedia (siglo XIV), escrita en toscano por Dante Alighieri, es la gran obra de transición de la Edad Media al Renacimiento. Repleta de símbolos, resume el conocimiento universal en un texto (a partes iguales) adornado de gran literatura y profunda filosofía.  Os Lusíadas (1572), del portugués Luís de Camôes (1525-1580), canta la gloria de Portugal a propósito de la expedición del navegante Vasco de Gama. La Araucana, poema terminado en 1589, del español Alonso de Ercilla, puede considerarse la última gran epopeya de la literatura. Narra la guerra entre españoles y araucanos en el contexto de la conquista de Chile y Argentina.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

Bien sea con carácter comercial, político-social o, incluso, para defender una tesis doctoral o un trabajo de investigación, las técnicas para un hacer un discurso son las mismas. Vamos a analizarlas antes de ponernos a practicar, el único camino posible para una exposición exitosa.  

Antes de realizar el discurso: objetivos y guía  

La improvisación es la peor aliada para hablar en público, incluso si eres un fantástico orador. Una cosa, por poner un caso, es convencer a alguien para que te compre algo (porque te dediques a las ventas de forma exitosa) y otra muy distinta organizar de manera adecuada un discurso. 

Como veremos más adelante, un discurso no debe ser leído «de pe a pa». Sin embargo, sí debe escribirse y llevarlo por escrito siempre. Eso incidirá en tu seguridad a la hora de enfrentarte al auditorio. También es la mejor manera de mostrar respeto al oyente. De alguna manera u otra, con gestos de comunicación no verbal, estás indicando que aquello que vas a decir es tan importante que merece ser escrito. Por tanto, antes de ponerte a la tarea hay que realizar un guion. Y el mismo debe responde a las reglas de las 5W, según la normativa anglosajona: ¿A quién va dirigido ese discurso?¿Cuál es su objetivo?¿Cuándo lo vamos a hacer? ¿Dónde se desarrolla? Al contestar a esas preguntas ya tendrás una guía sobre el estilo a tratar, cómo abordar el tema y gran parte del sustrato temático que necesitas utilizar.

Antes de ponerte a escribir haz un guion con cuatro o cinco bloques temáticos que se puedan hilvanar sencillamente.  

Cómo se hace un discurso  

En líneas generales y siguiendo un orden esquemático tenemos:  

1.- Aunque cualquier comparecencia puede durar 30 minutos (ya sea una rueda de prensa institucional o la defensa de un trabajo), el mundo apresurado del siglo XXI no se caracteriza por la paciencia. Deja la exposición en menos de 20 minutos y, dependiendo del contexto, incluso en 15 minutos. 

2.- El discurso (a no ser que se desarrolle en el ámbito académico de alto nivel) debe a ajustarse a la realidad y a los hechos de actualidad. 

3.- Hay que poner el foco en el tema central sin andarse por las ramas con la seriedad y el empaque adaptado para cada ocasión. Dicho esto, un discurso nunca se da en el ámbito distendido. En mayor o menor grado requiere cierto aplomo institucional. 

4.- Condensa en el primer párrafo aquello que vas a desarrollar y termina el discurso enlazado con esta síntesis inicial. 

5.- No repitas frases hechas ni temas machacones ni muletillas ni utilices epítetos descalificativos. Sé mesurado también en los elogios. Aunque la comunicación contemporánea se ha vuelto agresiva y salvaje, este método está saciando al receptor llevándolo al límite de lo que puede soportar. Trata siempre con respeto al oyente. Está delante tuya para aprender o conocer pero no es un indigente mental. Si lo fuera, no estaría presente. 

6.- Utiliza un lenguaje sencillo con frases cortas, contundentes y haz la exposición con asertividad. 

7.- Hay que captar la atención del público y dejar de lado la falsa humildad. Eso crea inseguridad tanto en la persona que hace el discurso como en el oyente. 

8.- Una exposición pesada, pedante, repleta de datos numéricos farragosos y exhaustivos es el camino más directo para el fracaso.  

A la hora de realizar el discurso… 

También esquemáticamente ten en cuenta lo siguiente: 

1.- Prepara el ambiente y preséntate de forma impecable. No llegues tarde ni te dejes atrapar por el nerviosismo. 

2.- Dirígete con la mirada a los allí presentes. 

3.- No leas el discurso del tirón. Hay que llevarlo aprendido pero nunca recitarlo de memoria, «de carrerilla». Por eso, hay que ensayar antes y mirar al papel como una guía y no como una muleta imprescindible, como la tabla de salvación que nos va a llevar a buen puerto con lo que estamos diciendo. 

4.- Haz pausas necesarias que no sean tan largas para permitir que se revuelva el auditorio. 

5.- Es importante el recurso de los ejemplos o el de las citas, según el tipo de discurso que vayas a hacer. 

6.- Hay que permitir las preguntas y resolver las dudas con eficacia y asertividad sin extenderse y sin divagaciones. 

7.- El público no es tonto. Hay que tratarlo con respeto sin condescendencia ni arrogancia. 

8.- Si una pregunta o duda queda fuera de nuestro dominio, es imprescindible tener los suficientes mimbres para llevar la cuestión a nuestro terreno.  

En definitiva, la única manera de hacer un discurso con eficacia es prepararlo con antelación, escribirlo con soltura y de manera sencilla, ensayar para que resulte espontáneo y dictarlo sin leer de «carrerilla» el papel haciendo uso de la sencillez y frescura. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

Un relaciones públicas es el portavoz (porta + voz)  y el responsable de comunicación de una institución gubernamental, una empresa o un grupo de personas asociadas con un interés común. Sus tareas son las de información combinándose tácticas de periodismo con las de publicidad. Normalmente, los relaciones públicas se insertan en gabinetes de comunicación de estos entes sociales. El 80% de sus miembros son titulados en comunicación o en ciencias de la información.  

Funciones del relaciones públicas 

De forma esquemática tenemos:  

1.- Ser intermediario entre la institución a la que representa y los medios de comunicación. Este aspecto primordial se ha hecho progresivamente complejo con el auge de las redes sociales que, de una manera u otra, eliminan ese paso previo entre los media y el público. Por eso, una línea fundamental en las funciones del relaciones públicas, al día de hoy, es la del denominado Community Manager, el gestor no solo de los contenidos a publicar sino de la moderación de los foros en las redes sociales en auge en el momento.  

2.- Planificar la estrategia a seguir organizando todos los actores dentro de la institución a la que representa. Es importante que sea una única voz y que no se produzcan filtraciones de opiniones contrarias a las vertidas de forma institucional. La confusión es enemiga de la fiabilidad. 

3.- Organizar los encuentros con la prensa, con otras instituciones e, incluso, con posibles clientes si se trata de una campaña de lanzamiento o presentación de un nuevo producto. En este sentido, siempre hay que tener en cuenta que un relaciones públicas es, en esencia, un intermediario, un experto en comunicación que es capaz de aglutinar los intereses que representa y exponerlos de manera sencilla y eficaz. 

4.- Realizar notas de prensa con su correspondiente material gráfico en cualquier soporte. También, se encarga de distribuirlo eficazmente.  

Cómo realizar las tareas de relaciones públicas 

1.- Las palabras son el instrumento de la comunicación. Por eso, el mensaje tiene que ser claro, sencillo, veraz y sin recurrir a la propaganda ni a la publicidad descarada. 

2.- Hay que tratar cada proyecto, cada comparecencia, cada presentación o cada crisis por separado conociendo y anticipando de la mejor manera posible la reacción del receptor. 

3.- Es más eficaz una comunicación breve, bien diseñada, escueta, transparente y formal que enredarse con explicaciones enrevesadas que pueden desmontarse fácilmente. 

4.- Si se produce algún error, hay que asumir la responsabilidad con diplomacia antes que tener que ir rectificando constantemente. Con cada rectificación se pierde credibilidad tanto en el mensaje como en la profesionalidad del emisor del mismo. 

5.- Ante una crisis, hay que agarrarse a la profesionalidad, a la coordinación y a la veracidad. La improvisación y la falta de ética acabarán minando la labor del relaciones públicas.  

6.- Es imprescindible huir de la saturación informativa en cualquiera de sus modalidades. 

7.- El gabinete de comunicación debe depender del máximo órgano responsable dentro de una institución, ya que es el responsable, el portavoz (el que lleva la voz) de la misma. 

8.- Las tareas del relaciones públicas también pueden ser internas al convertirse en el representante entre la dirección y los distintos miembros de una institución. Así se fomenta el diálogo, el desarrollo de las ideas, la participación y el sentimiento de pertenencia. Hoy en día esto es primordial, ya que las reseñas y comentarios en foros y redes sociales son una baza para la credibilidad de cualquier ente. Ni que decir tiene que estos también pueden venir de empleados o de miembros descontentos minando, por tanto, la credibilidad y/o confianza de la institución que el relaciones públicas debe cuidar y representar.  

La ética y la honradez es el cimiento de cualquier gabinete de comunicación. Mentiras manifiestas por parte del relaciones públicas pueden echar por tierra el trabajo de toda una corporación. Ni que decir tiene que un relaciones públicas debe tener un comportamiento impecable en público con una actitud serena ante cualquier contingencia. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

Las fuentes de información en periodismo (escrito, online, radio o TV) son los suministradores o confirmadores de aquello que sucede. De ellas proceden el conocimiento fehaciente y verdadero imprescindible para desarrollar una nota periodística. Sin fuentes no podemos hacer periodismo, ya que nos estaríamos inventando un relato y, por tanto, creando ficción.  

Es, por otra parte, difícil sustraerse a las realidades que son el motor del mundo (el poder, la economía, el mercado). Más aún, cuando la información periodística se encuentra siempre bajo la tiranía del tiempo y cuando siempre depende de quien la proporciona. Los factores tiempo y espacio se manifiestan aún más en los medios audiovisuales, en los que la noticia de inmediata actualidad (y, por ello mismo, en muchas ocasiones, poco elaborada) ha de competir con el infoentretenimiento, las declaraciones políticas, la propaganda y la publicidad. Tampoco debemos dejar de señalar que el omnipresente Internet, en palabras de Tom Wolfe, «El Periodismo Canalla y otros artículos», solo cumple la función de acelerar la búsqueda y difusión de la información. Pero esta facilidad de acceso a múltiples fuentes de información en cualquier lugar del mundo y en tiempo casi real, aunque útil en determinados hechos noticiables, no garantiza la verosimilitud de lo informado y no excluye su utilización como un elemento más de propaganda. 

Yolanda Martínez Solana: La comunicación institucional. Análisis de sus problemas y soluciones

 

¿Cómo debemos enfrentarnos a las fuentes? 

Las fuentes pueden ser oficiales, entresacadas de datos en Internet, de organismos oficiales, de agencias de noticias… El periodista debe ser escrupuloso en el manejo de las fuentes, ya que hay que distinguir entre la realidad y la manipulación e, incluso, entre la publicidad y la propaganda. El periodista nunca puede ser un mero transmisor de lo que se dice sin someterlo a crítica. Si así lo hiciera, despreciará su profesión al repetir como un papagayo lo que se le ofrece. Por eso es imprescindible tener espíritu crítico sin perder nunca de vista la objetividad. 

Resumiendo y reduciendo mucho hay que enfrentarse a las fuentes con espíritu crítico, con afán de búsqueda de la verdad, con criterio para crear un texto propio sin perder de vista la objetividad, con dotes de investigación y movidos por la curiosidad, con independencia y con ecuanimidad. 

Tipos de fuentes de información  

1.- Primarias. Son las personas que han sido testigos o actores de un hecho y que el periodista interroga para conocer la verdad de lo acontecido. 

2.- Institucionales. Estas fuentes de información están formadas por comunicados procedentes de la administración, empresas o entes oficiales. 

3.- Gubernamentales. Son las que se ofrecen en forma de nota de prensa o de rueda de prensa (con o sin preguntas) por parte de los distintos gobiernos. 

4.- Expertos independientes. A ellos se recurren para que aporten su experiencia. En este sentido, cuando se trasladan las frases textuales de estas personas, estas siempre deben ir con comillas para distinguirlas claramente de la nota periodística en sí. Ni que decir tiene que en este tipo de fuentes de información se debe reseñar la procedencia y presentar al lector el experto con unas pequeñas frases de su trayectoria y talento. Nunca debe confundirse con una entrevista, aunque esta pueda servir de base para un artículo posterior. 

5.- Fuentes documentales escritas, orales audiovisuales u online. Pueden estar publicadas o no. En este apartado también se incluyen los datos (que pueden consultarse vía Internet) que se publican por la administración sobre distintos aspectos. 

6.- Agencias de noticias. Han recogido los hechos directamente y los presentan a la prensa a manera de intermediarios. 

 

Cómo manejar los distintos tipos de fuentes de información en el periodismo  

También de manera esquemática, como en el párrafo anterior, tenemos a modo de resumen:  

1.- El profesional de la comunicación siempre debe tener en cuenta que aquello que publica tiene consecuencias para la sociedad o para un grupo concreto de personas. Por eso, hay que evaluar con criterio propio la veracidad de las fuentes, su procedencia y la posibilidad de estar siendo manipulados. 

2.- Un buen periodista es inteligente. Conoce el alma humana. Se para un poco, hace preguntas, se cuestiona y tiene como objetivo siempre la imparcialidad. 

3.- Hay que preguntarse por la calidad de la información y contrastarla incluso cuando estemos tratando con expertos. También hay que ser cuidadosos para no dar una sola voz amplificando opiniones o intereses comerciales. 

4.- Las preguntas son las herramientas del comunicador, incluso (o más) cuando se hacen a uno mismo. ¿Está diciendo la verdad? ¿Es parte interesada? ¿Es una persona cuyas palabras y criterios han de tenerse en cuenta?

5.- Un periodista nunca debe tomar parte, uno de los males de los medios de comunicación actuales.  

Términos utilizados para identificar las fuentes de información 

 

— «On the record», cuando todo es público. 

— «Not for atribution», cuando no se puede, por las razones que sean, publicar el origen de la fuente. 

— «Background» es la información de referencia cuya única finalidad es orientar. 

— «Off the record» se refiere a la información confidencial que hay que manejar con cuidado y definir los límites entre lo que puede publicarse y lo que puede constituir un delito. 

 

Y, por último, hay que distinguir estos tipos de fuentes de información de la denominada filtración y, por supuesto, de la intoxicación informativa. La primera puede ser intencionada o con fines poco claros. Aún así, el periodista está llamado a manejar estos datos con especial cuidado puesto que pueden volverse en su contra. En el caso de la desinformación o intoxicación informativa (máxime cuando es intencionada) no hay nada más que decir, ya que el supuesto profesional que se presta a ello no merece el noble título de comunicador, tarea esencial para el bien común. 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

 

Una noticia es, en esencia, un texto escrito sobre un hecho de actualidad redactado desde un punto de vista objetivo y buscando siempre la impersonalidad y la claridad.  

Noticia es, pues, en resumidas cuentas, la comunicación lingüística informativa e impersonal de un hecho de modo que pueda ser fácilmente entendido y comentado. O más brevemente, la comunicación informativa de un hecho que pueda comentarse.

Lorenzo Gomis: El Medio Media: la función política de la prensa

Características de una noticia  

Dicho esto, para llegar a esos objetivos (claridad, concisión e imparcialidad), el texto escrito deber tener un formato concreto. Además, el profesional que lo desarrolla tiene que acogerse a un escrupuloso código ético. Ni que decir tiene que es obligado hacer gala de un profundo conocimiento de la lengua en la que se escribe. En este sentido, en la actualidad, caminando hacia la tercera década del siglo XXI con infinidad de herramientas al alcance, es desesperante comprobar el bajo nivel de ortografía y gramática de algunas notas periodísticas. El comunicador experto (e, incluso, el junior) deber estar atento a estos detalles y colocar esta meta como la primera línea de respeto hacia el lector. Por tanto, la noticia deber regirse por los siguientes principios:  

 

1.- Su fin será siempre la difusión objetiva de un hecho de interés. 

2.- Es imprescindible buscar la verdad y la objetividad alejándose de la verosimilitud. Entendemos este concepto como la transformación (mediante la ficción o la manipulación) de la realidad para que «parezca» verdad. En todo momento, hay que tener presente si estamos ante una nota periodística, un reportaje o un artículo de opinión donde se permite un fuerte grado de subjetividad. 

3.- Una nota periodística siempre buscará no solo la inmediatez sino también la relevancia alejándose de asuntos sin importancia que no son determinantes para el bien común. 

4.- En todo momento hay que atenerse a las reglas del juego limpio o «fair comment». Es obligación que el periodista se sitúe en un espacio mental ajeno a la banalidad, los prejuicios e, incluso, sus propias convicciones. 

Cómo hacer una nota periodística paso a paso 

Lead o párrafo inicial  

Estará separado y diferenciado tipográficamente del cuerpo de la noticia. En el periodismo online que necesite SEO es recomendable priorizarlo con la etiqueta H2, o bien H3 a criterio del editor. Aquí debemos condensar y resumir el texto presentando los hechos de forma tremendamente sucinta. A la hora de realizar el lead o párrafo inicial hay que hacerse mentalmente cinco preguntas: 1) a quién va dirigido; 2) qué queremos decir; 3) cuándo sucede; 4) dónde sucede  y 5) por qué estamos hablando de ello. Así, el buen periodista cautivará y atrapará al lector con estas primeras frases para que continúe leyendo. 

Cuerpo de la información  

Hay que realizarlo siguiendo el modelo denominado «pirámide invertida». Esto es, el desarrollo de la noticia se divide y estructura en párrafos separados por punto y aparte siguiendo un orden de importancia. Esto es, los elementos accesorios se irán colocando al final. Las pautas a seguir son las que siguen:  

 

1.-  La noticia debe explicarse por sí misma. No daremos por hecho que el lector conoce detalles sucedidos con anterioridad. 

2.- La claridad es una norma. Por eso, hay que rehuir del vocabulario rebuscado. Es preferible el uso de frases simples y descriptivas. Esto último, además, contribuye a hacer buen SEO en el periodismo online. 

3.- Hay que buscar la exactitud, la concisión y huir del barroquismo. Es necesario aparcar la exhibición estilística para otros formatos narrativos ajenos al periodismo. 

4.- Busca siempre el dinamismo rehuyendo de los tópicos, lo ya dicho, lo consabido o de los datos que no aportan absolutamente nada a la narración. 

5.- La invención y la fabulación es un delito en periodismo. 

6.- Hay que cuidar la ortografía repasando el texto antes de su publicación o entrega al editor. 

7.- Se impone, además, prestar especial cuidado a las contradicciones dentro de cada noticia periodística. 

8.- Y, por último, señalo aquello que debería ir en primer lugar: antes de ponerse a escribir es necesario conocer el hecho y disponer de fuentes fidedignas. Es penoso leer notas periodísticas que repiten como papagayos las mismas frases que los párrafos apresurados de las agencias de noticias. Hoy en día es muy fácil informarse en Internet de conflictos históricos, hechos del pasado reciente, informes que son públicos o datos geográficos. 

9.- Una nota periodística no tiene suspense ni datos inventados. La objetividad es el fin y también el medio. 

10.- El estilo de la noticia debe ser conciso y claro sin olvidarse de que hay que captar la atención del lector. 

Por eso, a la hora de hacer una nota periodística hay que tener presente siempre al lector, escribir siguiendo un esquema mental, mantener el interés, ser escrupulosos con la objetivad y la verdad y tener una ortografía impecable.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

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