Candela Vizcaíno

Candela Vizcaíno

Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla con una larga trayectoria de más de 20 años como periodista, columnista y contenidos online centrados en literatura, arte, viajes, vida sana, familia, gastronomía, moda y feminismo. Con cinco libros publicados, en la actualidad pueden encontrarse en las librerías El Bosque de las Respuestas (cuento infantil ilustrado), Los girasoles florecen en junio (novela) y Poemas sin orden ni concierto

Sin duda alguna, el delicioso solomillo sin nervio ni grasa dura ni trozos difíciles de comer es la estrella de las carnes (tanto la de ternera como la de cerdo). Por tanto, todas estas cinco recetas de solomillo al horno están pensadas para las ocasiones especiales. Gusta igual a pequeños que a mayores por su sabor suave y tierno. Soy de la opinión de que los mejores menús no solo están realizados con mimo sino también que no se sobrecargan con guarniciones o ingredientes complicados. Ni que decir tiene que la buena mesa es una excusa perfecta parra saborear delicias gourmets (como estas cinco recetas de solomillo al horno protagonistas de hoy), pero también para una velada fantástica con los que más amamos.  

1.- Solomillo al horno de carne de ternera rellena con dátiles y nueces

Esta propuesta es perfecta para los días grandes (Navidad, Reyes, Día de la Madre, aniversarios, cumpleaños) porque es un plato que sacia y se puede completar únicamente con un buen vino tinto (que no nos falte) para rematar con los postres (¿una tarta?).  

Ingredientes para cuatro o seis personas dependiendo del resto del menú

  • Un solomillo de ternera de primera calidad. 
  • 100 gramos de dátiles. 
  • 100 gramos de nueces ya mondadas. 
  • Un manzana harinosa. 
  • Un huevo. 
  • Un trozo de pan blanco del día anterior. 
  • Harina. 
  • Un poco de canela. 
  • Sal y pimienta. 
  • Aceite de oliva virgen extra. 
  • Un vasito de jerez dulce. 
  • Una chalota. 
  • Caldo de carne o agua.  

Elaboración del solomillo al horno con dátiles y nueces para una ocasión especial 

1.- Aunque puedes hacer un hueco en el centro del solomillo con un instrumento especial, lo mejor es no desperdiciar esta carne. Bien es verdad que la puedes aprovechar para otra receta, pero precisamente el solomillo es la mejor delicia gourmet a disfrutar completa. Por eso, el relleno debes introducirlo haciendo un corte en el centro y aquí ir añadiendo el resto de los ingredientes. Luego ata con un hilo o malla especial para que no se salga y ya está. 

2.- Comienza preparando el relleno la noche antes. Solo tienes que poner los dátiles y las nueces en remojo con agua y un chorrito de vino de Jerez. Acabarán reblandeciéndose un poco y absorbiendo el sabor del licor que luego tomará la carne. Corta los dátiles en trozos pequeños. Tritura las nueces hasta molerlas lo más posible. Corta media manzana en dados. Mezcla todo esto con el huevo y el pan desmigajado del día anterior. Espolvorea con sal, pimienta y un poco de canela. Tiene que quedar una pasta consistente que no se deshaga al manejarla. 

3.- Introduce en el interior del solomillo el relleno y ata con un hilo o la malla de cocina. Sazona la carne con sal y pimienta y otro poco con canela (sin pasarse que hay que ser muy parcos). Rocía una cucharadita de aceite de oliva por encima.  

4.- Coloca la carne en una bandeja para el horno. Añade agua y el resto del vino de Jerez. Pon el horno a 200 grados y el solomillo en la parte central. En 45 minutos tiene que estar listo. Cuida de que no se queme y tampoco lo saques demasiado crudo. Hay que estar pendientes para que la bandeja no se quede seca y, si es posible, ve regando con esta salsa de vez en cuando.  

5.- Aparta la salsa y cuélala para que quede más suave. Retira el hilo y corta el solomillo en medallones muy gruesos. Riega con la salsa. Como acompañamiento están deliciosos los boniatos asados y también las ensaladas de hojas verdes aliñadas con vinagre balsámico y aceite. 

2.- Receta de solomillo al horno de ternera y salsa de piña digestiva y  fácil de hacer

Para los que quieran una idea novedosa, para los sibaritas a los que no les apetecen estar mucho tiempo en la cocina, para los que están a dieta y no quieren renunciar a los placeres de la mesa, para un menú sorprendente… Esto y más ofrece esta idea que tiene como base un exquisito solomillo de ternera. Si le unimos la digestiva piña, tenemos un plato digno de un chef de altura. 

Ingredientes del solomillo al horno con piña para cinco o seis personas

  • Un solomillo de ternera de un kilo aproximadamente
  • Aceite de oliva virgen extra. 
  • Una cucharada de harina que puede ser de maíz, trigo o soja
  • Una cucharada de azúcar moreno. 
  • Media piña cortada en rodajas. 
  • Dos chalotas. 
  • Sal y pimienta. 
  • Una ramita de tomillo. 
  • Dos vasitos pequeños de vino dulce blanco. 

Elaboración de la receta de solomillo al horno con piña 

1.- Calienta el horno a 200 grados. Sazona el solomillo entero con sal y pimienta. Colócalo en una bandeja y añade uno de los vasitos de vino dulce, cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva, dos vasos de agua y dos rodajas de piña colocadas en el líquido. Asar entero en el horno a 200 grados durante 45 minutos. Aunque no vamos a utilizar esta salsa, intenta que no se quede seco y que vaya empapándose de los jugos. Comprueba que esté tierno con la ayuda de un cuchillo y retira. 

2.- Mientras se va haciendo el solomillo en el horno, en una cazuela sofríe las chalotas cortadas muy finas de tal manera que pochen y no lleguen a tostarse. A continuación, añade más o menos la mitad de la piña cortada en trocitos e ir removiendo. Ten en cuenta que debes guardar, al menos, una rodaja de la fruta por comensal para el emplatado. Añade dos vasos de agua y la cucharada de azúcar. Cuece durante 15 minutos. Añade la harina y remueve hasta que no salgan grumos. Con cuidado, pasa la salsa por la batidora. 

3.- Una vez haya terminado de hornearse el solomillo al horno, retirar la carne y cortar en medallones muy gruesos. Coloca en una cazuela amplia y añade la salsa de piña. Calienta durante diez minutos para que la ternera tome el sabor de la piña.  

4.- La presentación debe ser sencilla y, a la vez, artística. En el plato esta receta de solomillo al horno debe estar acompañado de su salsa y de medias rodajas de piña colocadas con acierto. 

 

3.- Receta de solomillo al horno de ternera rellana con pasas y piñones aromatizadas al Jerez.

 

Esta idea es perfecta para las grandes celebraciones tanto de Navidad como de verano y para festejar cualquier evento sea cual sea la estación en la que estemos. 

Ingredientes del solomillo al horno relleno de pasas y piñones para seis u ocho personas

  • Un solomillo de ternera entero.
  • 100 gramos de piñones pelados.
  • 200 gramos de uvas pasas. 
  • 4 o 5 chalotas. 
  • Un vasito de vino de Jerez. 
  • Dos vasos de caldo de carne. 
  • Una manzana pequeña que no esté harinosa. 
  • Cuatro cucharadas de aceite de oliva virgen extra. 
  • Sal y pimienta al gusto. 
  • Un poco de canela molida. 
  • Dos huevos. 
  • Un trocito de pan del día anterior.  

Elaboración de la receta del solomillo al horno con pasas y piñones

1.- Poner el horno a calentar a 250 grados. Si no le has pedido al carnicero que abra el solomillo por la mitad para insertar el relleno, puedes hacerlo en casa con un cuchillo afilado sin problemas. 

2.- Pon un par de horas antes las pasas a remojo con el vino de Jerez. Cuando se hayan hidratado, elimina el licor sobrante y reserva. En una sartén, dora las chalotas con el aceite sin que lleguen a quemarse. Es mejor que estén pochas. Reserva. Pasa durante un minuto o menos los piñones con mucho cuidado para que no se quemen. Reserva y, a continuación, con la sartén tapada, pasa durante un par de minutos las uvas pasas. Haz lo mismo con la manzana cortada en gajos.  

3.- Bate en un bol los huevos. Sazona al gusto. Añade los piñones, las pasas, la manzana cortada en gajos, las chalotas pochadas y el pan desmigajado previamente mojado en agua. Añade un poco de canela al gusto. Tiene que quedar una pasta consistente que no se resbale con el tenedor.  

4.- Introduce la mezcla dentro del solomillo y ata con hilo especial de cocina. Tiene que estar bien cerrado para que no se salga el relleno. Salpimenta al gusto. Colócalo en el horno en una bandeja con la base completa de caldo de carne. Cocina a 200 grados durante 45 minutos o hasta que la carne esté completamente hecha. Si puede ser, ve regando con el caldo de carne y cuida que la bandeja no se quede sin líquido. 

5.- Una vez horneado hay que cortar en medallones muy gruesos con un cuchillo afilado. Completa al gusto con patatas panaderas, arroz aromatizado o boniatos al horno si es la temporada. 

4.- Receta de solomillo a las finas hierbas y patatas baby para los que nunca han cocinado

Presentamos una opción con este tipo de carne que no necesita horno y que está terminada en un plisplás. 

Ingredientes para seis personas

  • Dos filetes por comensal cortado de la parte del solomillo. Si hay niños pequeños, lo mismo se comen uno solo. Tenlo en cuenta. 
  • 1 kilo de patatas baby horneadas previamente al estilo panaderas o al gusto. 
  • 6 cucharadas soperas de aceite de oliva. 
  • Finas hierbas al gusto. Puedes elegir entre albahaca, perejil, romero o tomillo. Estas son mis favoritas y van perfectamente con la carne de ternera. 

Elaboración de la receta de solomillo a las finas hierbas para principiantes

¡En un santiamén! La noche anterior macera las hierbas en el aceite de oliva. Antes de preparar la carne, deja las patatas al gusto ya realizadas. Pueden ser panaderas o fritas. Justo antes de sentarse a la mesa, en una plancha, asa los filetes con el aceite macerado la noche anterior. Sazona al gusto y… acompaña con algo más de cantidad de las hierbas seleccionadas para la receta del solomillo. ¡Más fácil imposible! 

 

5.- Receta de solomillo de ternera al horno relleno con manzanas y canela 

Aunque el verano es para salir, para los picnics para llevar, quizás te apetezca algún día invitar a los amigos y familia. Esta receta de solomillo al horno tiene la suficiente ligereza (y a la par es apta para una ocasión especial) que es perfecta cuando sube la temperatura. ¡Eso sí que no te falte el vino o, incluso, el champán que tan bien marida con este delicioso corte de ternera! 

Ingredientes del solomillo al horno relleno con manzanas y canela para seis u ocho personas 

  • Un solomillo entero de ternera.
  • Cuatro manzanas harinosas. 
  • Pan del día anterior. 
  • Dos huevos. 
  • Medio manojo de cebolletas. 
  • Un vaso de vino blanco. 
  • Una cucharadita pequeña de canela. 
  • Sal y pimienta al gusto. 
  • Aceite de oliva. 
  • Agua o caldo de carne. 
  • Se puede acompañar con una ensalada de hojas verdes al gusto (con pasas y piñones o con queso de cabra).  

Elaboración del solomillo al horno relleno con manzanas y canela 

1.- En una sartén, pocha las cebolletas con el aceite de oliva. Añade un cuarto de vaso de vino blanco seleccionado y deja que se evapore el alcohol. Sazona con sal y pimienta al gusto. Reserva. En la misma sartén dora la mitad de las manzanas cortadas en gajos. Bate los huevos. Sazona. Añade el pan del día anterior previamente remojado. Incorpora las manzanas y las cebolletas con el vino. Amasa bien hasta que se quede una pasta suave. 

2.- Calienta el horno a 250 grados. Abre el solomillo por la mitad e incorpora el relleno. Sazona por fuera y ata con hilo de cocina. Ponlo en una bandeja junto con las otras dos manzanas restantes que deberán estar enteras y preferiblemente envueltas en papel de aluminio. Añade el caldo de carne o el agua con sal y el vino que ha sobrado. Asa en el horno a 200 grados durante 45 minutos colocando, más o menos, la bandeja en la mitad. Cuida de que no se queme ni se seque. 

3.- Una vez se hay enfriado un poco, corta el solomillo en rodajas. Acompaña con las manzanas asadas y añade un poco de canela. Con el líquido del asado prepara una salsa. Pocha un par de cebolletas y bate la verdura con el líquido. Se puede acompañar en el plato o en una salsera. Esta combinación está exquisita con una ensalada de hojas verdes, pasas y piñones o bien con una ensalada veraniega acompañada con queso de cabra. ¡A disfrutar y no te olvides del vino! 

Estas cinco recetas de solomillo al horno son perfectas para días especiales. Como es una preparación que sacia muchísimo puede ser plato único acompañado por un postre dulce y, por supuesto, el vino. 

 

Por Candela Vizcaíno | Autora del libro Recetas sencillas con ternera de la Sierra de Guadarrama (ISBN) 978-84-944227-1-3) y del sitio La mesa gourmet de Candela Vizcaíno

 

 

El conocido como Auto de los Reyes Magos es la primera obra de carácter teatral de la literatura española. 

Ha llegado hasta nosotros parcialmente y se considera que pertenece a la primera mitad del siglo XII. Como sucede con buena parte de los autores de la literatura medieval en castellano, no conocemos quienes fueron sus redactores o creadores. Aparte de este pequeño fragmento encontrado en el archivo de la Catedral de Toledo en un códice manuscrito que (entre otros textos) describían como debía realizarse esa representación, las fuentes de este género literario en lengua castellana son nulas y los extremos acordados por la crítica se basan en textos referenciales. Recordemos que los libros medievales eran objetos de lujo casi,  dirigidos a una escasa población alfabetizada, mínimamente a veces. Como eran difíciles de elaborar, solo se ponía negro sobre blanco aquello que se consideraba importante e imprescindible de ser legado a la posteridad. 

Desafortunadamente, los textos literarios no entraban en esa categoría, ya que eran considerados como entretenimiento para un vulgo iletrado que demandaba historias que nada o poco podían aportar para la salvación del alma. En este orden de cosas, de la ingente labor del mester de juglaría únicamente nos ha llegado un solo poema, el Cantar del Mío Cid. Si esto ha ocurrido con una literatura que se supone vasta, amplia y común en todos los siglos medievales, entendemos lo que ha podido suceder con estas pequeñas historias teatralizadas que no llegaron a tener el favor y el fervor de los cantares de gesta. Aún así, la crítica se ha puesto de acuerdo en algunos extremos. 

 

Auto de los Reyes Magos y el origen del teatro en español: los problemas con las fuentes 

Como solo nos ha llegado este retazo rescatado a mitad del siglo XVIII por el canónigo de la Catedral de Toledo (Felipe Fernando Vallejo) que, a su vez, lo copia de un texto anterior, hay quienes afirman que el teatro medieval en castellano prácticamente no existió durante estos siglos. Sin embargo, conociendo la problemática de las fuentes escritas, los últimos estudios más bien sostienen todo lo contrario. ¿Por qué? Porque, con toda probabilidad, estos auto sacramentales en potencia no llegaron a escribirse como obras completas o que debían ser legadas sino anotadas en legajos sueltos que han sucumbido a los recovecos del tiempo.  

Además, una de las características de la literatura medieval es su difusión oral y estas obras dramáticas no iban a ser distintas. Al no haber sido recogidas de manera escrita en algún momento, se perdieron. Si esto ha sucedido, por recordar únicamente otra época, con buena parte de las representaciones teatrales del Siglo de Oro, ¿qué no pudo pasar en la Edad Media?  

Pero, ¿qué eran los autos sacramentales medievales en los que se encuadran en Auto de los Reyes Magos?  

En esencia, eran pequeñas representaciones en lengua vulgar que se incorporaban a los oficios religiosos en fechas importantes. Al parecer, se redujeron a la Navidad y a la Pasión de Cristo. En ellas, se dramatizan muy someramente de manera literaria los hechos recogidos en las Sagradas Escrituras en un castellano sencillo que se entendía por todo el público. Por lo poco escrito que ha llegado hasta nosotros, se infiere que se colocaban unos decorados básicos (muy simbólicos y elementales) y, también, que se hacía alguna concesión sencilla al atrezzo.  

¿De dónde se ha sacado que tal cosa existiera? Como no han llegado los textos, la crítica deduce que eran populares precisamente por una prohibición y una regulación. Esta se encuentra en las Siete Partidas de Alfonso X, el Sabio. Si se hay un norma para aceptar estas representaciones en el mayor texto legislativo de la época, se puede dilucidar que existían y eran frecuentes. Por poner un símil, estas obras podían encontrar un paralelo (con todas las salvedades) con  las series de televisión o conciertos multitudinarios contemporáneos que tienen que acatar una normativa. En la mayor texto legislativo de la Edad Media de España se recoge lo siguiente: 

“Pero representación ay que pueden los clérigos fazer, así como de la nascencia de Nuestro Señor Jesú Christo, en que muestra cómo el ángel vino a los pastores e cómo les dio cómo era Jesú Christo nacido. E otrosí de su aparición, cómo los tres Reyes Magos lo vinieron a adorar . E de su Resurrección, que muestra que fue crucificado e resucitado al tercer día: tales cosas éstas que mueven al ome a fazer bien e a aver devoción en la fe, pueden fazer…”

Y aún hay más. En el Concilio de Aranda, celebrado en 1473, se intenta poner coto a estas representaciones por haberse “corrompido” en su función primigenia educativa llegando a ser impropia de la labor de la iglesia. No se puede prohibir (y además con justificación) algo que no llegó a existir. 

Y, ¿de dónde salió tal idea? ¿Cómo nació este pre-teatro religioso vinculado a los grandes hitos del paso por la tierra de Jesucristo? Aquí sí es la crítica unánime y se basan en Peregrinatio Aetheriae. Es este una especie de diario de una dama aristocrática gallega de nombre Aetheria en peregrinación a Tierra Santa a mediados del siglo IV. A llegar a Jerusalén, se encontró que en los Santos Lugares se realizaban una serie de representaciones sobre la Natividad y la Pasión de Cristo que recogió en sus diarios. Al tiempo, se instaba a copiarlos en los templos europeos. Si, a esto se une, que se han encontrado obras europeas (especialmente francesas) de esta línea literaria, no hay ningún motivo para negar la existencia en tierras españolas.  

Descripción del Auto de los Reyes Magos

Muy resumidamente la obra se caracteriza por lo siguiente:  

1.- La crítica ha acordado que esta pequeña obra que nos ha llegado incompleta está fechada a mediados del siglo XII. Esto es, puede ser coetánea con los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo y, con toda probabilidad, posterior al Poema del Mío Cid

2.- Nos ha llegado incompleta, ya que solo se conservan 147 versos y la narración termina abruptamente. 

3.- Por las mismas descripciones del texto, se infiere que existían trozos que eran ampliamente conocidos y que se sabían de memoria. 

4.- Hay también acuerdo en considerarla una adaptación castellana de un original francés anterior. Para afirmar tal cosa se basan en los galicismos, en el avance del teatro de esas tierras y en el hecho de que la  originalidad (como la entendemos actualmente) en la literatura medieval brilla por su ausencia. Solo se escribía o representaba lo que era un éxito de público o lo que estaba rubricado con el marchamo de la autoridad. 

5.- Está escrito en versos de siete, nueve y catorce sílabas con rimas anómalas en un castellano muy sencillo, básico, fresco e, incluso, inocente. 

6.- El nombre de Auto fue asignado por Menéndez Pidal en el año 1900 quien estudió y publicó la obra. 

7.- El Auto de los Reyes Magos comienza con un monólogo de cada uno de los sabios al ver la Estrella de Navidad. Continúa con el encuentro de las tres comitivas para preguntarse cómo saber si el niño nacido en Belén es el Mesías. Es Baltasar el que proponer la prueba: será si elige el incienso, símbolo de su divinidad. Continúa con la visita de Herodes que manda a sus huestes a informarse para terminar abruptamente. 

8.- A pesar de ser una obra de carácter religiosa, se representa a los seguidores de Herodes con una punto irónico, cómico y ridículo. La crítica supone que el Auto de los Reyes Magos continúa con la intervención angélica y la adoración de los pastores. 

9.- La obra, con toda probabilidad, se representó en la Catedral de Toledo en distintos puntos como si fueran decorados diferentes en un espectáculo que fuera edificante para el público. En un emplazamiento estaría el portal, en otro el palacio de Herodes, en otro, el lugar de procedencia de uno de los magos… E irían moviéndose por todo el templo. 

10.- Nos encontramos con algunas pinceladas realistas, las mismas que van a impregnar toda la literatura castellana, muy poco dada a despegarse del aquí y ahora terrenal.  

Y, por último, se entiende que los juglares que iban de pueblo en pueblo con sus espectáculos variopintos en los que se mezclaban malabares o números con animales de, alguna manera u otra, intervinieron en estas representaciones. Especialmente se considera que tuvieron un papel fundamental cuando abandonaron los muros de las iglesias para copar calles y plazas. Fueron ellos los que llevaron a un publico analfabeto (que no tenía otro tipo de diversión) no solo el Auto de los Reyes Magos, sino también todos esos ejemplos de cantares de gesta que han

llegado hasta nosotros únicamente (y desgraciadamente) por referencias. 

 

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

 

¿Cómo pueden ayudarte las algas marinas comestibles a mantener una salud de hierro y cuál es su papel en la alimentación del futuro?  

Las algas marinas comestibles y las que no se comen son organismos fotosintéticos. Esto es, necesitan, como las plantas, la luz para poder crecer, desarrollarse y reproducirse.  Están en la base de la cadena biológica y producen de manera primaria alimento orgánico. Se considera un organismo autótrofo y también pueden realizar quimiosíntesis.  Es decir y aquí viene lo importante: pueden producir materia orgánica a partir de materia inorgánica.

¿Qué significa esto? Pues que las algas marinas comestibles y el resto de algas (aunque vivan en medios distintos a los océanos y mares) son las encargadas básicas de transformar la materia inorgánica en orgánica. Por ellas mismas crean nutrientes que incorporan a la cadena alimentaria.  En la actualidad, se han contabilizado más de 45.000 especies de algas y son poco más de un tercio de la biomasa del planeta. Su función, por tanto, es semejante a la de los grandes bosques y praderas de la corteza terrestre. A pesar de que en las últimas décadas ha habido un interés creciente por su funcionamiento y por las posibilidades de aprovechamiento (en cosmética, en alimentación, como combustible…), en la actualidad, solo se conoce una mínima parte de los recursos que pueden aprovecharse de las algas marinas y también las de agua dulce. 

 

Las algas marinas comestibles y su papel en las dietas que incluyen la alimentación consciente 

Aunque se han puesto de moda en Occidente en las últimas décadas entre personas interesadas por la alimentación consciente, su uso se conoce desde antiguo. Tanto es así que las algas marinas ya se utilizaban tanto como alimento como medicamento en la antigua China. Hay datos de su uso también como cosmético desde el segundo milenio antes de Cristo. Y no solo en China sino que también eran aprovechadas por las culturas aztecas, por los griegos y por los romanos.

Además, en Japón, Corea y China las algas marinas son utilizadas también como fertilizante, como pienso para el ganado aparte de incorporarla a deliciosos platos de la gastronomía local. Hoy asistimos a un boom creciente conforme se conocen todas sus posibilidades. 

Tipos de algas marinas comestibles 

Aunque aún no se conocen todas las especies y con esta sabiduría sus posibilidades para la humanidad, existen ya algunas variedades incorporadas a nuestro consumo. Las más frecuentes en los supermercados de Occidente son las que siguen: 

1.- Algas marinas conocidas como dulse tan ricas en potasio que la cantidad de este micronutriente se multiplica por treinta del que tienen normalmente los plátanos. Son muy conocidas porque con ellas se preparan ensaladas, de forma cruda y aliñadas con sésamo.

2.- De entre las algas marinas comestibles más conocidas sobresale la hiyiki, la cual multiplica por catorce la cantidad de calcio que tiene la leche. 

3.- De entre las algas marinas comestibles de color pardo sobresale la nori que también se utiliza en cosmética y en dietas para adelgazar. Tiene el doble de proteínas que la carne y es rica en vitamina A y en la imprescindible vitamina B12. 

4.- También muy usada en dietas para adelgazar por su poder saciante (como la chía) es el agar agar o kombu. Esta alga forma una gelatina en el estómago que impide que el organismo absorba el exceso de grasas y azúcar. Además es rica en fósforo. 

5.- La reina de las algas marinas comestibles es, sin duda, la espirulina que merece estudio aparte por su aprovechamiento en una dieta consciente. En seco tiene un 70 por ciento de proteínas y es rica en la vitamina B12, la cual interviene en la formación de glóbulos rojos, en la síntesis del ADN, en la correcta división celular y ayuda al perfecto funcionamiento del sistema digestivo.  

Propiedades de las algas marinas comestibles 

Ni que decir tiene que estos beneficios dependerán del tipo concreto de algas pero, como ocurre con las verduras o con algunas plantas medicinales, los distintos grupos realizan funciones específicas. Por eso:  

1.- Las variedades con un tono más oscuro, como pueden ser la wakame o la kombu, son ricas en ácido algénico. Esto es como una especie de gelatina que se adhiere a las paredes del sistema digestivo propiciando la eliminación de los metales pesados, responsables últimos de formas graves de cáncer y de otras enfermedades. Estudios recientes han encontrado que el ácido algénico es capaz de eliminar metales como el peligroso mercurio, el letal arsénico, el plomo e, incluso, las purinas que se forman por una dieta rica en productos de origen animal. 

2.- El ácido algénico también contribuye a eliminar las grasas y que no pasen a la sangre. Una función semejante la realizan algunas semillas como el lino. Lo mismo sucede con el exceso de azúcar. Por eso, las algas marinas comestibles han entrado en Occidente como un producto que ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades asociadas a esta epidemia de los países ricos. 

3.- Aunque cada tipo tiene una composición nutricional distinta sí hay un hilo conductor y son ricas en vitaminas del tipo B, tan necesarias para el sistema nervioso y cerebral. Tienen un gran contenido de vitamina B1 o tiamina, de la antioxidante E, de la B12 de la que carecen las dietas veganas y que es imprescindible para la división celular, de la C… 

4.- También son ricas en clorofila, especialmente las azules y la espirulina. Con este micronutriente se activan las enzimas que intervienen en la asimilación de proteínas, minerales y vitaminas. Además, ayudan a purificar la sangre e incrementan la formación de hemoglobina. 

5.- Todas las algas marinas comestibles son ricas en todos los minerales conocidos y especialmente en yodo del que adolecen los vegetales sometidos a cultivos intensivos. Destacan de la lista también el calcio, hierro, silicio, fósforo, potasio, magnesio y manganeso. Recordamos que el yodo es fundamental para la regulación de la función tirodea que, a su vez, interviene en múltiples procesos del organismo.  

Beneficios de las algas marinas comestibles

1.- Como hemos venido anotando son muy eficaces a la hora de incorporarla a las dietas de reducción de peso por esa gelatina que forman en el sistema digestivo que impiden que las grasas pasen a la sangre. Además ejercen un poder saciante bastante elevado. 

2.- Al ser reguladoras de las células sanguíneas son también unas buenas aliadas a la hora de luchar contra todas las enfermedades cardíacas. El mismo proceso señalado para inhibir la absorción de grasas actúa para el agregamiento del colesterol. También mejoran el sistema arterial ya que son capaces de purificar y regenerar pequeñas venas. 

3.- Las algas marinas comestibles son perfectas aliadas para mantener las funciones cerebrales y el sistema cognitivo a tono ya que son ricas en magnesio, otro de los minerales que escasean en los cultivos intensivos contemporáneos. 

4.- También se utilizan en cosméticos tanto para luchar contra la celulitis como para regenerar los tejidos de la epidermis. Está siendo tan popular esta función que, en la actualidad, forma parte de innumerables fórmulas y cremas. 

5.- En la actualidad se trabaja y se investiga con el poder antitumoral y antioxidante de las algas azules y pardas. 

 

Como norma general, las algas marinas comestibles son aliadas perfectas de esa alacena saludable que se busca últimamente. Cada variedad tiene una composición distinta y, por tanto, una beneficio para el organismo. Pero, como norma general, todas ellas son aliadas perfectas para adelgazar, mantener una buena dosis de yodo, para la salud cardiovascular y cerebral. En la actualidad, se investiga su poder regenerador como coadyuvante en la lucha contra el cáncer.

 

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

 

Decir qué Alfonso X el Sabio, rey de Castilla es uno de los autores de la Edad Media más influyentes es quizás reducir mucho su papel en la historia de la cultura española. Sin miedo a equivocarme, el monarca fue, con toda probabilidad el primer intelectual de nuestras letras. De él conocemos no solo su fecha y lugar de nacimiento (Toledo, 23 de noviembre de 1221) o muerte (Sevilla, 4 de abril de 1284) sino pormenores de su biografía y de su quehacer en las escasas letras del panorama cultural medieval. Las Siete Partidas, y voy adelantando datos, es el código legislativo más importante desde la dominación romana y fue el texto legal de referencia durante varios siglos más. Vamos por partes.

Biografía de Alfonso X el Sabio

Injustamente considerado, durante largo tiempo, un rey indolente para los asuntos terrenales aparcados por el quehacer literario, reinó largo tiempo en Castilla: desde 1252 hasta 1284, fecha de su muerte. Esta odiosa comparación se basa en el espíritu intelectual del rey, chocante con el carácter guerrero de la época adobado con los fracasos bélicos en su vejez. Sin embargo, esta consideración no es del todo acertada ya que conquistó algunas plazas para la causa cristiana. Primero fue Murcia junto a su padre Fernando III, el Santo. Luego Cartagena, Cádiz o Niebla. El éxito, sin embargo, le duró poco y fue derrotado por el rey de Portugal en su intento por apropiarse del Algarve, por el rey Navarro o el ducado de Gascuña.  

El desgaste definitivo llegó con el intento de ceñirse la corona de Emperador de Alemania a la que tenía acceso por línea materna. Para ello dejó las arcas reales vacías y su hijo, Sancho IV, en su ansia por hacerse con el trono, comenzó a rebelarse. De resultas de estos desacatos filiales comenzó una cruenta guerra civil en la que Alfonso X iba perdiendo progresivamente apoyos hasta verse acorralado (literal y anímicamente) en Sevilla donde murió y está enterrado junto a sus padres. Así narran las crónicas sus últimas horas:

E desque esto ovo acabado e librado, recibió el cuerpo de Dios muy devotamente, e a poca de hora dio el alma a Dios. E el infante Don Juan e todos los ricos omes, e la reina de Portogal, su fija, e los otros infantes sus fijos, ficieron muy grand llanto por él: e después enterraronlo en Santa Maria de Sevilla, cerca del rey Don Fernando su padre, e de la reina Doña Beatriz su madre.

Importancia de la obra de Alfonso X el Sabio

Su poca pericia guerrera y política se compensó con su trabajo cultural, el más importante y grande de toda la ciencia, historia, jurisprudencia y literatura medieval. Fue tal su tarea que su legado traspasó las fronteras de Castilla expandiéndose por media Europa. Alrededor suyo congregó a poetas, científicos, traductores, expertos en historia o leyes de cualquier raza o religión. Habría que remontarse a la labor investigadora y de divulgación de la Antigua Biblioteca de Alejandría para encontrar un proyecto semejante. 

Bajo su reinado se impulsó la denominada Escuela de Traductores de Toledo mientras se afianzó, acendró y aquilató la prosa castellana. Hasta la labor cultural de Alfonso X el sabio, la lengua de cultura era el latín (y aún seguiría siéndolo siglos después). Sin embargo, con su mecenazgo, el nuevo idioma romance abandona  las fronteras de la poesía, la de los cantares de gesta y las nuevas composiciones del mester de clerecía.  El castellano comienza así su andadura como lengua de cultura, de los libros de historia, de astronomía o de farmacia relegando cada vez más al latín que, por entonces, solo se conocía en los monasterios para terminar arrinconándolo en las obras teológicas.  

Alfonso X el sabio fue el primer monarca en darse cuenta de la importancia de la unidad lingüística a la hora de afianzar un reino. La crítica ha señalado que fue hábil e inteligente a la hora de comparar, el primer paso para entender y comprender el mundo. Conforme las huestes castellanas iban conquistando y ocupando territorios a los musulmanes el asunto se hacía más evidente. Los árabes poseían un idioma rico, vivo y en constante transformación que era el mismo que utilizaban los sabios para sus escritos y el pueblo llano para la vida cotidiana. Sin embargo, los libros medievales de la parte cristiana estaban recluidos bajo siete llaves (literal) entre los muros de los monasterios y estos redactados en un latín que muy pocos conocían. Con este sistema, el conocimiento no avanzaba y contra esto luchó (con un éxito mucho mayor que si hubiera conquistado tierras y castillos) el rey Alfonso X, el mismo que ha pasado a la posteridad como el Sabio. 

Método de trabajo de la Escuela de Traductores de Toledo 

Primero había que recopilar las obras que recogían el conocimiento disperso. A veces, se encontraban libros de la literatura griega o de la filosofía romana o de la astronomía árabe o de la historia hebrea. Cada sabio traducía desde el idioma de origen al latín que, por entonces, era el idioma franco de la Edad Media y, posteriormente, al castellano. El mismo rey se encargó de algunos títulos y, a veces, delegaba en otros. Esta ardua y lenta tarea acababa,  a veces, en errores de interpretación o sencillamente filológicos. Lo negativo no puede eclipsar lo positivo que fue proporcionalmente mucho mayor, ya que se recuperaron textos que, de otra forma, se habrían perdido y, además, se crearon o se recopilaron información o conocimiento esencial para el progreso de la época.  

Se recogieron títulos de derecho, historia, astronomía, poesía e incluso juegos. Menéndez Pidal nos aclara la importancia del monarca en la cultura de la época no solo de Castilla sino de todas las cortes cristianas de Europa: 

“No fue un escritor particular, un Villehardouin, un Gautier de Metz, sino un rey con todos los recursos de que un rey dispone: prestigio, autoridad, colaboradores, recursos pecuniarios; un rey apasionado por la ciencia, empeñado en renovarla y en libertarla de su envoltura latina para que pudieran participar de ella gentes de todas las capas sociales de su reino.”

Obras de Alfonso X el Sabio 

Por su importancia, estudiamos Las Siete Partidas aparte, la cual habría que sumar a la siguiente lista: 

1.- Crónica General de España

Es una historia de la Península Ibérica que continuó bajo el reinado de su hijo Sancho IV y que ha llegado en códices parciales y dispersos. Esto ha traído de cabeza a los investigadores que ni siquiera se han puesto de acuerdo a la hora de fechar la obra o de ordenar los legajos que nos han llegado. Contrariamente a las historias medievales que circulaban en la época, la del rey sabio se remontaba a romanos y cartagineses y no tuvo empacho en buscar fuentes alternativas como manuscritos árabes o mapas griegos para su realización. 

Probablamente se compuso por capítulos encargados a distintos sabios. De aquí el aparente desorden que nos ha llegado. La importancia de la obra va más allá a la utilización de fuentes de autoridad procedentes de distintas lenguas o culturas. También (y así se hace saber) se basan en los ejemplos de cantares de gesta que, de forma oral, circularon por toda la Edad Media a través de la labor del conocido como mester de juglaría. Gracias a esta tarea no nos han llegado los poemas de los Siete Infante de Lara o de distintos héroes pero sí el contenido de sus hazañas. Estas pasaron del verso romance a la prosa limpia del taller de Alfonso X el Sabio.

2.- Grande e General Estoria, una de las más ambiciosas obras de Alfonso X el Sabio

Es una suerte de historia universal y es la primera escrita en lengua romance. Para ello tuvo que realizar una ingente labor de recopilación de todos los textos de la cultura griega, latina, hebrea o árabe que estuvo al alcance de este rey sabio que tanto hizo por el conocimiento de su pueblo y de la cultura europea. Además, recoge las mitologías y el conocimiento de los dioses paganos con sus aventuras mundanas entre los hombres. La crítica ha encontrado en esta obra repeticiones o amplificaciones. Esto es, se baja al detalle y a una explicación didáctica tan minuciosa que distorsiona a veces la lectura. El rey ordenó que no se olvidara cualquier recoveco de los azares del tiempo en un deseo por dejar un legado lo más detallado posible. 

3.- Las Cantigas de Alfonso X el Sabio 

En la Península Ibérica, a partir del siglo VIII comienzan a desligarse, por evolución del latín, una serie de lenguas romances. Si el castellano acabó conquistando pueblos y tribus hasta llegar a ser el segundo idioma más hablado del mundo, en la Edad Media el gallego competía como lengua literaria. Fue el escogido por el rey por su musicalidad y dulzura para los 420 poemas que conforman las Cantigas. Mucho éxito tuvo que tener ya que se conservan códices con unas. miniaturas de gran belleza y en una época en la que un libro era un bien escaso solo recibía tal honor el que se convertía prácticamente en un bestseller. Lo mismo sucedió con los denominados Beatos y con los codiciados (por la alta aristocracia) Libros de Horas.  

Las Cantigas recogen poemas religiosos especialmente pero también amorosos (en línea con la corriente provenzal), satíricos o con hipotexto histórico. La gran mayoría, como los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, están dedicados a la Virgen que intercede por un mortal para la salvación de su cuerpo terrenal o de su alma eterna. 

Obras de Alfonso X el Sabio de carácter científico 

4.- Libros del Saber de Astronomía 

Que recogía las enseñanzas de Ptolomeo que permanecían en los códices hebreos y árabes. Aparte de su estudio, traducción y explicación, se construyeron aparatos elementales para la observación de los cielos.  

5.- Tablas Alfonsíes

Recogen las investigaciones astronómicas propias y originales que se llevaron a cabo en el Castillo de San Servando de Toledo.  

6.- Lapidario de Alfonso X el Sabio

Recoge las propiedades medicinales y virtudes de las rocas, piedras y minerales.  

7.- Stenario  

Es una recopilación del conocimiento medieval del trivium y quatrivium adobado con algunos textos legales.  

8.- Libros de açedrex, dados e tablas  

El cual aún sigue editándose en bellas ediciones ilustradas.  

Las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio, rey de Castilla 

Sería la novena obra salida de la mano del rey o de su taller y una de las mayor importancia de todo su corpus científico, divulgativo, histórico o literario. Hay que remontarse a los grandes trabajos del Imperio Romano en materia legal para encontrar una síntesis de tal calado. Para realizarla no dudó en reclutar a notarios, juristas, copistas, traductores y consejeros reales. Están divididas en siete capítulos o temas, los mismos que dan lugar a su nombre. Son los que siguen: 

1.- Leyes de la Iglesia. 

2.- Leyes que rigen la monarquía. 

3.- Leyes internas del sistema judicial. 

4.- Derecho civil o familiar con especial hincapié en el matrimonio. 

5.- Derecho mercantil e hipotecario. 

6.- Derecho civil referido a los testamentos. 

7.- Derecho penal.  

La importancia de Las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio estriba no solo en el ingente material recogido y recapitulado sino en el deseo de ser una norma flexible, justa y liberal para los parámetros de su época. En ella se regulan libertades de las minorías (judíos y musulmanes) como de la vida cotidiana. Por este texto que se ha conservado íntegro conocemos pormenores de la época en lo que se refiere a las costumbres, fiestas, juegos, comercio o relaciones conyugales y familiares.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

 

Hasta mediados de siglo XX, la crítica literaria daba por bueno el Cantar del Mío Cid (sublime único ejemplo de los cantares de gesta) como el primer poema escrito en lengua castellana. Sin más datos que algunas palabras sueltas escritas en los márgenes de los libros, anotadas por monjes o estudiantes que no manejaban muy bien el latín y tenían que traducir a su lengua materna, se iniciaba la historia de la literatura en español con el llamado mester de juglaría. Bien es verdad que coexistió con el mester de clerecía, pero se asume que el primer poema conservado de este género (Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo) tendría alrededor de cincuenta años más que el delicado Poema del Mío Cid. Así estaban las cosas, con toda la tranquilidad de la historia, cuando S.M. Stern publica en la revista Al-Andalus, número XIII, un estudio sobre unos pequeños poemas que serían anteriores a estas grandes obras. Corría el año 1948 y salían a la luz a los ojos modernos las moaxajas y jarchas mozárabes.

Definición de las moaxajas y jarchas mozárabes

En el citado estudio se dieron a conocer (con una primicia que no es propia de la historia de la literatura) veinte moaxajas hebreas realizadas a la manera de las árabes cuyos versos finales estaban escritos en un rudimentario castellano. Estos últimos versos son unas glosas (explicación, traducción, resumen o todo a la vez) en castellano conocidas como jarchas mozárabes o jarchas romances. Las moaxajas serían,por tanto, estos poemas judíos que retoman la tradición lírica árabe amatoria y cuyos finales estaban rematados por las jarchas. Al contrario que los autores de la literatura medieval en castellano (de tradición cristiana) que no firmaban sus obras como una forma de entrega al Dios, los poetas de las jarchas y moaxajas sí rubricaban su trabajo.

Origen de las jarchas mozárabes y moaxajas

Es por eso que sabemos y aceptamos que estos brevísimos poemas de carácter amatorio son anteriores a los ejemplos de cantares de gesta más antiguos que o bien conservamos o bien nos ha llegado su referencia a través de la historiografía. Los nombres de Yósef el Escriba (que debió vivir en la primera mitad del siglo XI) y de Judá Ha-Leví o Mosé ben Ezra son anteriores a ese Pere Abat (¿copista o poeta?) que firma el Cantar del Mío Cid. Que la historia de la literatura española comience con este se debe, sencillamente, a la poca entidad (por lo escaso de los versos) de estas jarchas insertas en moaxajas judías.

Pero vamos a más, según los estudios posteriores, estos pequeños poemas serían anteriores incluso al primer poeta en lengua romance conocido: el francés Guillermo de Poitiers. Esto es, hasta el momento, las jarchas mozárabes en lengua castellana arcaica son los primeros poemas de la literatura europea. Los críticos se han enfrascado en teorías sobre si estos pequeños poemas son anteriores, posteriores o coetáneos con los zejel sin llegar a una conclusión clara. Lo único que sabemos a ciencia cierta es que, en un emplazamiento en el que convivían las tres religiones del Libro, con idiomas dispares y alfabetos distintos, nos encontramos estos poemas que entresacan características distintas de las tres culturas.

En 1952, ese puñado de moaxajas fue ampliado por Emilio García Gómez quien encontró otras 24 jarchas. A partir de esas fechas se han ido añadiendo más ejemplos a la lista: 2 en 1954; 14 más hasta alcanzar poco menos de 50 ejemplos. Es suficiente para poder estudiarlas con detenimiento y señalar sus características propias.

7.- Características de las moaxajas o jarchas mozárabes

1.- Las jarchas mozárabes son poemas amorosos

Como las canciones de amigo de la lírica galaico portuguesa, son pequeños poemas amorosos en boca de una muchacha que habla de sus penas (frecuentemente por abandono) a una tercera persona, normalmente a una madre o una hermana. Los últimos estudios van a más e indican que seguramente estas canciones fueron los antecedentes de la poesía trovadoresca que ensalza el amor platónico (a veces no tanto) y que floreció, más tarde, en la Provenza de la mano, sobre todo, de la reina mecenas Leonor de Aquitania.

2.- Las jarchas mozárabes nacieron en Andalucía en el siglo XI y están escritas en castellano

Y aunque aquí la cultura a todos los niveles era distinta a la del norte de la Península, es válida la consideración que hacemos acerca de los libros medievales. Bienes de lujo casi, al alcance (por su valor monetario y porque estamos rodeados de una población mayoritariamente analfabeta) de muy pocos. Lo que se ponía por escrito era cuidadosamente seleccionado con anterioridad. Hasta nosotros han llegado estas jarchas, pequeñas glosas en las moaxajas hebreas. Por tanto, quien las puso blanco sobre negro era consciente de su calidad, de su importancia y necesidad de dejarlas en legado a las generaciones futuras. Podemos deducir, por tanto, que en su época gozaron no solo de popularidad sino también de la consideración de aquellos que tenían el poder de decidir sobre lo que perduraba o lo que se dejaba olvidado en los pliegues del tiempo.

Aunque las moaxajas pertenecen a la tradición literaria hebrea que toma el tema de la árabe, las jarchas son poemas en castellano que enlazan, además, con los primeros cancioneros medievales.

4.- Las jarchas mozárabes son poemas muy cortos

Como corresponde a la tradición popular y oral que debía memorizar estos poemas, nos encontramos con composiciones de unos cuantos versos, que rara vez superan los cuatro versos. Su tono es lírico, sentimental y canta la pérdida y el deseo del encuentro con el amado.

5.- Las jarchas son el producto de una fusión de estilos y de tradiciones literarias

En ellas no podemos distinguir lo culto de popular, lo original de lo tomado de otra composición, la literatura tradicional hebrea de la nueva surgida en romance, de lo conocido con lo novedoso… Como glosas de otros poemas que son, en ellas se mezcla todo lo posible para crear unos versos vibrantes que llegan al alma por su sencillez y ternura, a pesar de la dificultad por entender un lenguaje tan arcaico.

6.- A pesar de su frescura la crítica entiende que fueron compuestas por poetas cultos

Esto es, las jarchas no son pequeñas canciocillas nacidas de forma espontánea con carácter plebeyo. La crítica, por el contrario, defiende que son el fruto de poetas cultos, conocedores de la tradición literaria autóctona e, incluso, de la literatura griega que había traspasado los muros de los siglos.

“De otro lado, el importantísimo problema de la autoría. Los poetas que componen en el estilo tradicional pueden ser indoctos o doctos; los unos ascienden y los otros descienden… hasta coincidir en un mismo nivel o terreno intermedio: un gusto plebeyo (en el buen sentido del vocablo) y común. La comunidad es esencial. El autor, sea popular o culto, se desentiende de su obrilla, porque la entrega, como anónima a la comunidad. A este requisito ha de añadirse otro: que la comunidad prohíje esa obrilla y la considere suya. Cumplidas ambas condiciones y cerrado el toma y daca, la obrilla queda ahí, como bien mostrenco, a la disposición de todos. Todos pueden usarla, manosearla, modificarla, pulirla, deformarla, transmitirla, gastarla. Es un ejido poético”.

Emilio García Gómez

En cuanto a la autoría, por tanto, y a pesar de conocer ese puñado de nombres, estamos ante el mismo dilema que nos encontramos como hilo conductor de la mayoría de las características de la literatura medieval: que esos nombres se perdieron en la bruma de los tiempos. En parte, debido a un deseo consciente de sus creadores quienes entregaban un trabajo anónimo en un afán por apartarse de cualquier atisbo del pecado capital de la vanidad y la soberbia.

7.-Las jarchas mozárabes se producen durante toda la Edad Media

Con todas sus variedades dialectales propias de un idioma en ebullición que, además, convivía con otros totalmente distintos, las jarchas se compusieron durante toda la Edad Media. Las primeras, como hemos visto, nacieron a principios del siglo XI pero también se han localizado algunas del siglo XIV. Como es frecuente en este tipo de poesía popular, que es la interpretación de una interpretación y esta de una traducción (que, en definitiva, eso es una glosa), algunas se han encontrado insertas en otros textos. Esto es, las jarchas rían como esos estribillos populares o versos famosos que todos los lectores (u oyentes) conocen que se recogen, retoman o se insertan en poemas nuevos. Aunque lo encontremos en la Edad Media, el método se sigue utilizándose en pleno siglo XXI.

Dos ejemplos de moaxajas o jarchas mozárabes

¡Tant’ amáre, tant’ amáre,

Habib, tant’ amare!

Enfermaron uelios gaios,

En dolen tan male

Que en traducción libre sería así

Tanto te amé, tanto te amé,

Querido, tanto te amé,

Que mis ojos, antes alegres,

Enfermaron hasta doler.

*****

Báayse méw quorażón de mib.

¡Yā Rabb, ši še me tōrnarād!

¡Tan māl me dólēd li-l-habīb!

Enfermo yéd: ¿kuánd šanarád?”

(Yehuda Halevi)

Que en traducción libre sería así

Ya se va mi corazón de mí.

¡Ay Señor, no sé si volverá!

Tanto mal me ha hecho el amado

Tan enfermo está que no sé si sanará.

Imaginamos las jarchas y sus correspondiente moaxajas cantadas por el pueblo, por los juglares e, incluso, los aristocráticos trovadores al ritmo de un instrumento sencillo. Estos pequeños poemas funcionarían como algunos tropos del cante jondo que, en unos cuantos versos, deja plasmado ese desamor y el dolor que produce. El mismo no es ajeno a ningún corazón de cualquier tiempo, cultura y lugar. Las jarchas mozárabes son los primeros ejemplos de literatura europea que nos ha llegado hasta nosotros y en ellas se canta lo esencial y común al ser humano: el amor, su pérdida y el desgarro que tal hecho produce.

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

 

En el único códice manuscrito que nos ha llegado del Cantar del Mío Cid aparece la fecha de 1207 y un nombre. La crítica no se pone de acuerdo en considerar a ese Pere Abat un mero copista o, por el contrario, un auténtico poeta. De los Milagros de Nuestra Señora no conocemos la fecha de composición pero sí su autor, Gonzalo de Berceo. Aunque tampoco hemos encontrado ni la partida de nacimiento ni la de muerte del considerado primer poeta en lengua castellana, podemos inferir, con estos datos, que la obra fue escrita en la segunda mitad del siglo XII. Por tanto, tenemos la primera característica de esta obra castellana (escrita en dialecto riojano) y es una negación: que no es la primera en nuestra lengua y tampoco podemos afirmar a ciencia cierta que lo sea incluso de las pertenecientes al mester de clerecía, la corriente culta en poesía que convivió con la popular mester de juglaría durante toda la Edad Media. Analizamos, a continuación, lo que sí sabemos de esta obra.

1.- Gonzalo de Berceo es el autor de los Milagros de Nuestra Señora

Aunque los autores de la Edad Media no solían firmar sus obras como una forma de entrega (de trabajo y talento) a Dios, Gonzalo de Berceo no hizo lo mismo con las suyas. Conocemos estas y algunas vidas de santos más, todas ejecutadas siguiendo los preceptos del mester de clerecía. Aunque no sabemos las fechas exactas de su paso por este mundo, la crítica señala que pudo nacer a finales del siglo XII y estaría con vida más allá de 1264. Esto es, vivió más de 66 años (un logro de supervivencia para la época) vinculado al Monasterio de San Millán de la Cogolla en La Rioja, hoy declarado Patrimonio de la Humanidad por su valor lingüístico, artístico e histórico.

Aunque en tiempos fue una sede benedictina importante, cuando vivió Gonzalo de Berceo se encontraba en franca decadencia. Allí estudio y ejerció sin salir apenas de sus muros. Allí escribió, rezó y realizó vidas de santos asociados al monasterio en un intento por recabar los tributos con más generosidad. Hombre culto, cursó estudios generales (una suerte de universidad) en Palencia. Conocedor del latín, de la historia clásica, de la oratoria y de los recovecos de la teología, escribió toda su obra en castellano. Descontando a ese Pere Abat que se nos escapa como poeta, Gonzalo de Berceo ha sido considerado el primer escritor en lengua castellana.

2.- Los Milagros de Nuestra Señora pertenecen al mester de clerecía

Y este primer poeta, con estudios semejantes a los universitarios actuales, clérigo en un monasterio y comprometido con su orden escribió una de las primeras obras literarias en lengua castellana. Sus Milagros de Nuestra Señora responden punto por punto a las características del  mester de clerecía, contrapuesto durante toda la Edad Media al del juglaría. Por tanto, es una obra de un autor culto que conoce la Biblia, la historia antigua o la literatura griega y romana. La finalidad de estas obras, al contrario de los cantares de gesta populares, no era el entretenimiento sino que tenía un objetivo edificante, moralizante o educativo. Eso, por supuesto, no quita para que fueran amenas, sencillas y entendibles para un público amplio mayoritariamente analfabeto.

Como uno de los mejores ejemplos del mester de clerecía, está escrita en castellano y teniendo siempre en mente su propagación oral, ya que los libros medievales eran escasos y un objeto de lujo solo al alcance de unos pocos. Está escrita siguiendo los preceptos de la cuaderna vía. Esta es una estrofa de cuatro versos alejandrinos (14 sílabas) que lleva una única rima en consonante con un ritmo muy marcado. Este se rompe (para tomar aliento en la recitación) con un hemistiquio central.

3.- Los Milagros de Nuestra Señora es una copia de una colección en latín

La literatura medieval en las lenguas romances es muy poco original en cuanto a los temas y esta novedad es inversamente proporcional a la cultura de su autor. Esto es, si los ejemplos de cantares de gesta que nos han llegado nos muestran que los componedores de romances creaban o recreaban historias nuevas, el mester de clerecía se centraba en el principio de autoridad. Por tanto, una obra es mejor cuanto más autores (de renombre) la hayan nombrado o escrito sobre ella. Los Milagros de Nuestra Señora no es una excepción y prácticamente es una traducción de una colección de cuentos medievales que circularon por toda Europa. Gonzalo de Berceo traduce desde el latín en la nueva lengua castellana que conoce el pueblo.

“Pero esta falta de originalidad temática no rebaja, sin embargo, la personalidad de Berceo como poeta. El autor modifica, amplifica y enriquece sus modelos, vistiéndolos con rasgos de las costumbres cotidianas de su región. Sabe escoger con hábil tacto los matices precisos, los motivos populares, las expresiones pintorescas para hacerse comprender mejor del vulgo sencillo que le escucha. Merced a lo cual va humanizando y dando plasticidad y calor a las heladas arideces del texto latino.”

Dejo aquí las acertadas palabras de Juan Luis Alborg sobre los Milagros de Nuestra Señora ya que a través de ellas intuimos las razones por las que Berceo es considerado uno de nuestros mejores poetas.

 

4.- Estructura y temática de los Milagros de Nuestra Señora

La obra está compuesta por una alegoría inicial que tanto gustaba en la Edad Media y por veinticinco narraciones en verso. En todas ellas, una persona en apuros pide la mediación de la Virgen María para que lo saque del trance en el que se encuentra. Siguen las líneas moralizantes de los sermones tan conocidos en la Edad Media y una estructura muy marcada en la que el autor interpela al público; continúa con la narración para dar una final cerrado siempre. La crítica ha dividido en tres los temas de los Milagros de Nuestra Señora:

1.- En los que hay castigos (por las malas obras) y premios (por las buenas).

2.- Narraciones en las que la Virgen intercede para salvar las almas de aquellos que buscan su amparo.

3.- Los que cuentan una pequeña crisis espiritual que se logra enmendar con la intermediación de María.

5.- Lenguaje y estilo de los Milagros de Nuestra Señora

Es aquí donde reside la originalidad (aunque nunca la podemos entender en el sentido contemporáneo) y la grandeza como poeta de Gonzalo de Berceo. Resumiendo mucho, tenemos que tener en cuenta siempre estas notas:

1.- El poeta está presente en la narración e interpela al público como si estuviera llana y sencillamente hablando personalmente con ellos en la misma habitación. Esto genera una cercanía y un calor que invita a seguir el curso de las palabras.

Sennores, si quisiérades atender un poquillo…

Sennores e amigos, por Dios e caridat

Oíd otro miraclo fermoso por verdat…

2.- A pesar de estar ante una obra literaria, el poeta quiere imprimir un marchamo de veracidad negando incluso cualquier interpretación propia de aquello que no está escrito en el original latino.

3.- En todo momento se da proximidad a la narración bien nombrando objetos comunes que acercan la historia al oyente o bien con un lenguaje sencillo  en extremo.

4.- Las descripciones y la narración de la historia es tremendamente plástica, gráfica, familiar y cercana. A pesar de los rigores de la cuaderna vía y del deseo culto del mester de clerecía, el poeta no quiere que el oyente o el lector se pierda con un lenguaje rebuscado. Todo es fluido, cercano, directo y tranquilo.

5.- Todas estas características confirman que estos poemas estaban diseñados para su recitación de forma pública y su recepción de manera oral. Nada en ellos invita a pensar que estuvieran compuestos para la lectura privada.

6.- Críticos hay que tildan los Milagros de Nuestra Señora con el calificativo de prosaica. Se basan en ello en los múltiples alusiones al lenguaje vulgar, coloquial y de las gentes sencillas. Otros en cambio, ven en este realismo y sencillez familiar el gran encanto de la obra.

7.- En los Milagros de Nuestra Señora no encontramos ni tropos, ni giros lingüísticos ni metáforas más allá de las alegorías que formaban parte del pensamiento común en la Edad Media.

8.- En la obra nos damos de bruces, por el contrario, con una visión optimista de la vida. Los Milagros de Nuestra Señora no son una colección de relatos donde se advierte sobre las penas del infierno debido a faltas más o menos graves. Muy al contrario, en ellas siempre triunfa el bien sobre el mal y las puertas del cielo están abiertas para todos los pecadores que hayan tenido la oportunidad de arrepentirse o enmendarse. 

9.- Por último, en algunos versos se encuentran notas de humor e, incluso, una fina ironía velada contra los poderosos de su tiempo. A pesar de ser un clérigo comprometido con su orden, la vasta cultura e inteligencia de Gonzalo de Berceo le impedía comulgar con ruedas de molino. Y este sentir, de alguna manera u otra, se transparenta en su obra.

En definitiva, los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo es una de las obras fundamentales de literatura medieval castellana a pesar de su falta de originalidad temática. Contribuye a ello la delicada expresión y narración de estas aventuras edificantes diseñadas para un público oyente y creyente que se regocijaba con los dones de la creación artística.

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

 

Poco se sabe de la vida del primer poeta conocido en lengua castellana, Gonzalo de Berceo, y el más insigne representante del mester de clerecía. Ya es un logro conocer el nombre de un creador de la literatura medieval cuando, en la época, se imponía el anonimato como forma de entrega del trabajo a Dios. Pero la poca biografía de Gonzalo de Berceo que conocemos llega, incluso, a través de sus escritos, algo único en aquellos siglos y, por supuesto, por su obra cumbre, Milagros de Nuestra Señora.  

Gonzalo fue so nomme qui hizo est tratado, 

en Sant Millán de suso fue de ninnez criado,

natural de Berçeo, ond San Millán fue nado…   

Biografía de Gonzalo de Berceo 

Como no han llegado registros, ni siquiera sabemos su fecha de nacimiento ni de muerte. La crítica coloca el año 1198 como de nacimiento y están de acuerdo en anotar que aún vivía para el año 1264. Esto es, estuvo en este mundo, al menos, 66 años, algo también poco corriente en el medievo, acosado por guerras constantes, hambrunas y epidemias de todo tipo. El primer poeta conocido en lengua castellana, a pesar de que utilizó el don de la palabra para motivos que hoy denominaríamos políticos o de marketing de contenido, llevó una vida tranquila. Nació en la villa de Berceo, en la diócesis de Calahorra, en la Rioja.  

Aunque se educó en el monasterio de los monjes benedictinos de San Millán de la Cogolla donde ejerció como clérigo, tuvo una formación más esmerada para la época. La crítica señala que durante los años 1222 a 1227, junto a uno de sus hermanos, recibió clases en los estudios generales de Palencia. Aquí se estudiaba matemáticas, oratoria, teología…  y pueden considerarse como los antecedentes de las modernas universidades. Recordemos que en la Edad Media el analfabetismo alcanzaba más del 90% de la población llegando incluso a la aristocracia y a la monarquía. Los monasterios (y del San Millán de la Cogolla era importante) eran los reductos de todo el saber. En sus scriptoria se copiaban los libros medievales que se consideraban que debían ser legados a la posteridad así como aquellos de la literatura griega o romana que habían escapado a los horrores del tiempo.  

San Millán de la Cogolla en la biografía de Gonzalo de Berceo 

En estos muros, además, se formó como poeta, consciente en los principios del mester de clerecía. Aunque poco más se puede aportar en la biografía de Gonzalo de Berceo, en los últimos años ha salido a luz por parte de la crítica documentos realizados por nuestro poeta en los que se le acusa de inventarse historias de santos vinculados a su orden para recabar así más impuestos e impedir que San Millán de la Cogolla entrara en ruina o en decadencia. Sí sabemos que escribió vidas de santos vinculados a su orden en una apuesta que hoy se conoce como marketing de contenidos. Esto es, utilizó su don literario para dar a conocer aquello que le interesaba y así sacar provecho económico. Es el primer autor de la literatura en castellano que hace tal cosa con un fin tan prosaico.  

El culto Gonzalo de Berceo prácticamente se llevó toda su vida vinculado a San Millán de la Cogolla (hoy Patrimonio de la Humanidad por su importancia lingüística, literaria, artística e histórica). Aquí escribió todas sus obras y también los Milagros de Nuestra Señora por los que ha pasado a la historia de la literatura. Su vasta cultura (sin obviar el talento) y su posición le permitió que sus textos quedaron legados para la posteridad, extremo este que (a excepción del Cantar del Mío Cid) no pudo ser para los romances del mester de juglaría. Y estos se perdieron entre las brumas del tiempo. 

Obras de Gonzalo de Berceo  

Milagros de Nuestra Señora, la obra más importante del mester de clerecía 

Y eso que no es ni siquiera original, ya que está “copiada” punto por punto de una colección de narraciones marianas que circulaban por toda Europa durante la Edad Media. Entonces, ¿cuál es el mérito de la gran obra de Gonzalo de Berceo? A pesar de ser un texto que seguramente él tiene delante en latín es capaz de verterlo al castellano en un estilo limpio, sencillo, fresco, vibrante, propio y único…  

Los Milagros de Nuestra Señora son una colección de veinticinco cuentos (en verso) más una introducción alegórica. En cada uno de ellos, la Virgen María intercede por una persona en apuros para que, en general, salve su vida terrenal con el único fin de purgar sus pecados y pulir su alma. 

Los Milagros de Nuestra Señora, como obra del mester de clerecía que es, está escrita en cuaderna vía, en castellano y en un estilo sencillo al máximo, aunque nuestra lengua haya evolucionado de tal manera que perdamos parte de los significados de algunas palabras medievales.  

Aunque va “traduciendo”, su talento literario es tal que su lenguaje familiar es impactante, de una gran plasticidad y con una transmutación poética en extremo. Gonzalo de Berceo se dirige a su público y lo interpela. A pesar de que nos ha llegado la obra escrita,  no podemos perder de vista que la poesía medieval estaba diseñada para recitarse de manera oral. Es así en el mester de juglaría pero también para las grandes obras del mester de clerecía.  

Otras obras de Gonzalo de Berceo 

1.- Vida de San Millán escrita para incentivar al pueblo a la entrega de tributos. 

2.- Vida de Santa Oria,  compuesta en la vejez, se adentra  en el misticismo literario,  seguramente al ver pronto su final en la tierra. 

3.- Vida de Santo Domingo, de 777 estrofas y también realizada con el mismo fin crematístico que la de San Millán. 

4.- Los Loores de Nuestra Señora.

5.- Planto o Duelo que hizo la Virgen el día de la Passión de su Fijo Jesu Christo, que no está redactada en cuaderna vía sino diseñada para cantarse a coro. 

6.- También se le atribuyen tres poemas de asuntos religiosos variados y tres himnos que no tienen la calidad estilística y literaria de los Milagros de Nuestra Señora.  

Estilo de Gonzalo de Berceo  

Estamos ante el primer poeta conocido en lengua castellana y el máximo representante del mester de clerecía. Por tanto, tanto el estilo como la temática o los tropos están condicionados por esta circunstancia. A pesar de la falta de originalidad temática (algo totalmente normal en la época en la que primaba el sentido de autoridad y se concebía el genio artístico como un pecado de vanidad casi), la obra de Berceo tiene un sello propio. Anoto lo siguiente.  

1.- Como buen creador del mester de clerecía todos sus temas son religiosos, edificantes y moralizantes. Y todo ello sin perjuicio de la propaganda con la que nacieron algunos de sus textos. 

2.- Aunque el poeta se consideraba un mero artífice de la prosa rimada, maneja los versos con soltura y tiene un castellano (en dialecto riojano) tremendamente plástico. 

3.- Los textos tienen un lenguaje sencillo desprovisto de adornos estilísticos, de cultismos o de palabras rebuscadas. Todo su afán era hacerse entender a las gentes sencillas. 

4.- Hay numerosas interpelaciones a un público que escucha y a un poeta que dice, que se explica por la comunicación oral de los versos. Aunque fueran escritos (y así nos han llegado), con toda probabilidad, la finalidad de los mismos era entregarlo a algún juglar para que los recitara en público. Eso no significa que Gonzalo de Berceo sea un poeta del mester de juglaría. Pertenece de lleno al de clerecía por los temas, intención y tropos. 

5.- Utiliza la cuaderna vía, una estrofa de cuatro versos alejandrinos (14 sílabas) en rima consonante. Los versos se dividen en un hemistiquio central que facilita ese carácter oral y cantado de estos poemas. 

6.- Gonzalo de Berceo, aunque en algunos párrafos de sus obras, se refleja como un clérigo humilde, era consciente de ser un poeta que estaba dejando un legado para la posteridad. Por eso, se sitúa dentro de la obra y se expresa como el “que dice”, “el que explica” o “el que cuenta”. 

7.- En este sentido, y en clara contraposición con la mayoría de autores de la literatura medieval que hacían un trabajo anónimo, en distintas ocasiones se presenta con su nombre, el lugar de origen y el monasterio en el que profesa. Recordemos que, a pesar de su importancia, en la época de nuestro poeta estaba en decadencia. En la actualidad, es Patrimonio de la Humanidad por su importancia histórica (están enterrados los siete Infantes de Lara), lingüística (las glosas emilianenses, primeros exponentes del castellano), cultural y artística.

En definitiva, el poeta Gonzalo de Berceo, aunque se describe como un clérigo sencillo de servicio  constante hacia su orden, era también una persona consciente de su cultura y talento literario. Escribió mucho y nos ha llegado mucho más (en comparación con otros creadores) abriendo las puertas de la literatura medieval a una nueva lengua surgida como evolución del latín. En la época convivía con otras cercanas a nivel de igualdad (al menos en el aspecto de números de hablantes) hasta que se expandió por medio mundo. Gonzalo de Berceo es el primer poeta de una lengua que hoy hablan más de quinientos millones de personas.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

 

Los últimos estudios de lingüística histórica datan alrededor del siglo VIII la aparición del castellano. En algún momento, en esas décadas, la nueva lengua que surgió por evolución del latín se diferenciaba tanto de esta que se convirtió en otro idioma distinto. Si a eso unimos que más del 90% de la población (incluso el porcentaje puede ser más elevado) era totalmente analfabeta y que toda la cultura estaba resguardada en los muros de los monasterios tenemos el abono perfecto para el nacimiento de una nueva literatura. Y así fue. Aunque los textos que nos han llegado son pocos, escasos e incompletos, podemos reconstruir  esta parte de la historia basada esencialmente en la dicotomía y las diferencias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía. 

Si los libros medievales fueron escasos y custodiados en bibliotecas eclesiásticas probablemente no fue así la producción de los llamados cantares de gesta. Fueron estos poemas épicos el sustento y el alimento de los juglares callejeros que formaban el llamado mester de juglaría. De pueblo en pueblo, acompañados de instrumentos musicales básicos e insertos en un espectáculo más amplio, estos artistas llevaban la literatura allí donde el hambre, las guerras y las epidemias acosaban a la ciudadanía. El mester de clerecía se quedó recluido entre los muros de los monasterios, aunque no está claro que sus versos no se pusieran en boca de los juglares. Estos aspiraban a un entretenimiento sencillo, popular y con el único deseo de la subsistencia. Los otros eran consciente de lo que tenían entre manos: estaban creando literatura y, como tal, merecía legarse a las generaciones futuras. 

Concordancias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía

A pesar de todas las diferencias y la ventaja con la que sale de partida los de clerecía (porque se han conservado buena parte de sus obras sencillamente) entre ellos había concordancias de importancia. 

1.- Tanto el mester de clerecía como el de juglaría se centran en la creación poética 

La misma que será determinante y preponderante hasta el siglo XIV a pesar de que nos han llegado colecciones de cuentos (El Conde Lucanor de Don Juan Manuel sin ir más lejos) o retazos de historia en posa. Sin embargo, la literatura medieval es eminentemente poética con estas dos escuelas predominantes, aunque dejan un hueco para la lírica provenzal de línea amorosa platónica o las jarchas mozárabes.  

2.- El latín queda relegado tanto en el mester de clerecía como el de juglaría  

Y la nueva lengua literaria será el castellano y también el resto de las romances que van surgiendo por la Península Ibérica y el resto de Europa. El latín solo se entendía entre la élite culta formada por clérigos, los mismos que sabían leer y escribir; los mismos que estaban encargados de la transmisión del conocimiento a través de la copia paciente de las obras clásicas. La nobleza o el pueblo llano solo conocían la lengua romance hablada. Incluso la escrita estaba vetada para la aristocracia que adolecía de una incultura tan atroz que reyes hubo que no sabían ni poner su nombre. La nueva literatura, por tanto, surgió al calor de una lengua viva en transformación constante. 

3.- Tanto los creadores del mester de juglaría como los de clerecía competían por el mismo público 

Otra cosa era la intencionalidad de las obras pero el público era esencialmente el mismo y este era uno que no tenía acceso a los libros. A la escasez de los mismos se unía el analfabetismo. Así que los nuevos poemas estaban diseñados para ser cantados o recitados. Aunque los clérigos tuvieran en mente realizar poemas cultos o edificantes, con toda probabilidad no olvidaban que su público era el que era. De aquí el lenguaje sencillo, fresco, limpio, con un ritmo trepidante de ambos menesteres.

7 diferencias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía

A pesar de estas concomitancias, las dos fórmulas literarias preponderantes en la Edad Media estaban prácticamente situadas en compartimientos estancos.  

1.- Literatura oral (mester de juglaría) frente a literatura escrita (mester de clerecía)

Porque los juglares no aspiraban a poner sus romances por escrito. Lo de ellos era una cuestión de supervivencia literal. De pueblo en pueblo, de vida nómada (y a veces licenciosa o escandalosa para la época), sus cantares formaban parte de un espectáculo más amplio en el que se incluían malabares, danzas o números con animales. Estaban a merced del público que demandaba una u otra historia la cual tenían que aprenderse de memoria y recitaban durante varios días. Poco se sabe de los creadores que hay detrás de los poemas del máster de juglaría aunque hay quien afirma que en más de un texto pudiera haber un clérigo incluso que actuaba en sociedad con algunos juglares. Y es así porque  el único poema épico (mester de juglaría) que ha conseguido vencer a las nieblas del tiempo ha sido el Cantar del Mío Cid.  

Por el contrario, sí nos ha llegado buena parte de las mejores obras del mester de clerecía, algunas incluso en varios códices manuscritos como los Milagros de Nuestra Señora de Berceo o el Libro de Buen Amor. Con las limitaciones que tienen todos los libros medievales,  conocemos el autor, sus intenciones y hasta las fuentes literarias en las que se basan buena parte de las obras del mester de clerecía.  

2.- Otra de las diferencias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía es la intencionalidad 

Mientras los juglares solo aspiraban a entretener al público con sus demandas y poder ganarse así algunas monedas, los de clerecía tenían claro que estaban haciendo literatura, que eran creadores. Estos se afanaban no solo por dejar escritas sus obras sino también por pulirlas en temática, metros y estilo.

3.- Las más palpables diferencias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía se refiere a los tropos utilizados

Tanto es así que incluso entre ellos eran consciente (y así lo hacían valer) de esta diferencia. Los cantares de gesta están compuestos siguiendo la métrica del romance. Esto es, son largas composiciones con versos sin métrica fija y rima en asonante. El verso está divido en dos formando un hemistiquio que rara vez es simétrico. Por su parte, el mester de clerecía utiliza la cuaderna vía, una estrofa de cuatro versos de 14 sílabas (alejandrinos) divididos por un hemistiquio de 7 sílabas. La rima es consonante monorrima en cada estrofa. 

4.- Otra de las sustanciales diferencias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía son los temas 

Los juglares se centraron en los cantares de gesta, largos poemas que narraban las hazañas de héroes contemporáneos reales con toda su crudeza física e, incluso, psicológica. En el otro lado, en el de los clérigos, nos encontramos poemas de corte histórico, religiosos y filosóficos con un claro fin didáctico, moralizante o ejemplarizante. Estos, además, con conocimientos de la cultura clásica, no dudan en echar mano de las historias de la literatura griega o romana.  

5.- Apenas quedan obras del mester de juglaría frente al mayor número de juglaría 

Los títulos de las obras de la literatura medieval son escasos. Al tiempo y a la mala conservación de los códices manuscritos se ha unido que, en la época, se discriminaba qué obra debía legarse y cuál no. Como el proceso de creación de un manuscrito era lento y costoso, casi nunca se optó por conservar los romances que eran considerados entretenimiento para el pueblo inculto más que literatura que mereciera ser legada. Los títulos que han llegado hasta nosotros, por tanto, pertenecen casi exclusivamente al mester de clerecía. 

6.- Anonimato (mester de juglaría) frente a autores conocidos (mester de clerecía)

Un tanto de lo mismo sucede con los autores de la Edad Media. Si no conocemos las obras difícilmente podremos saber la mano que estuvo detrás de un texto concreto. Los pocos nombres que nos han llegado, por tanto, pertenecen al de clerecía y de estos algunos no tenemos ni eso. Por el contrario, quienes eran los juglares se nos antoja hoy por hoy tarea imposible.  

7.- Y la última de las diferencias entre el mester de juglaría y el máster de clerecía es la intencionalidad 

Si los primeros solo aspiraban a entretener, los últimos sabían lo que estaban haciendo: literatura. Tenían a su favor bastante más condicionantes para que esas obras perduraran que los cantares de gesta orales que se repetían de pueblo en pueblo. Además, por sus prejuicios ideológicos, consideraban que los textos del mester de clerecía eran merecedores de la posteridad, extremo que no había que cuidar con los poemas juglarescos.

Las diferencias entre el mester de juglaría y el mester de clerecía se evidencian, por tanto, en lo formal, en la temática e, incluso en la intención. Si bien no se conoce ningún creador de los cantares de gesta más allá de ese Pere Abat del Cantar del Mío Cid, sí conocemos los autores de la literatura medieval que pertenecen al mester de clerecía. Eso no quita para que los mismos que escribían obras educativas siguiendo la cuaderna vía ayudaran (o directamente compusieran) los romances que luego se llevaban los juglares de pueblo en pueblo. Apenas quedan testimonio al respecto más allá de esa petición por compartir los placeres de un buen vino tras el aplauso del público. Y es de un clérigo que se suponía encerrado entre los muros de un monasterio.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla 

 

Se acepta que aproximadamente alrededor del siglo VIII, el latín impuesto en toda la Península Ibérica por el Imperio Romano había evolucionado tanto hacia una nueva lengua que este no se entendía por el pueblo común. Esto es, alrededor de esa fecha, a excepción de estudiosos y eruditos, el latín era un idioma muerto. El vivo era el castellano, en el que se recitaban los famosos cantares de gesta de la poesía épica, el mismo en el que se comunicaban reyes y campesinos, clérigo y legos, comerciantes y aventureros. Si bien el latín seguía siendo la lengua culta, tanto el mester de clerecía como el mester de juglaría, componían en esta nueva lengua: el castellano. En palabras de Gonzalo de Berceo, el más insigne representante de esta corriente literaria se buscaba lo siguiente:  

Quiero fer una prosa en román paladino

en el qual suele el pueblo fablar a su vecino… 

  

Definición del mester de clerecía 

Bajo esta denominación amparamos todas esas obras literarias que se crean desde el siglo XIII hasta el Renacimiento literario por escritores eruditos, letrados y formados académicamente en filosofía, literatura, historia o teología. Frente al mester de juglaría de carácter popular, con métrica irregular y  de transmisión oral se contraponen los escritos estructurados (en temas, formas y metros) del mester de clerecía que toma su nombre de la condición de sus creadores: clérigos letrados  en literatura medieval y clásica. Eran los únicos que conocían lo que se escribía en los libros ya que, en esta época historia, la cultura estaba íntegramente guardada entre los muros de conventos y monasterios.  

Aunque habría que esperar algunos siglos más para que la instrucción se normalizase, en la Edad Media hasta algunos nobles adolecían de un terrible analfabetismo e incultura. ¡Y no digamos ya del nivel de instrucción del pueblo llano que solo aspiraba a sobrevivir entre hambrunas, epidemias y guerras cruentas! Los únicos que tenían una mínima educación en letras eran los clérigos. Eran ellos los que sabían leer y escribir, los que estudiaban la Biblia, los que se encargaban de fabricar los libros medievales manuscritos que recogían lo poco o mucho que había quedado de la filosofía o literatura griega y romana. Los demás estaban condenados a la inopia de no saber lo que se decía en aquellos papeles. Tanto es así que historiadores hay que opinan que algún que otro rey de esta época ni siquiera era capaz de poner su nombre por escrito. 

En este panorama social nace el mester de clerecía, una forma de literatura en lengua romance que entendieran todos los que habían olvidado el latín,  centrada en la temática religiosa (aunque no se olvidan los asuntos profanos de líneas moralizantes o edificantes),  realizada con una métrica muy marcada y, en contraposición al mester de juglaría, llega a escribirse. Esto es, ya estamos ante textos puestos negro sobre blanco y, por tanto, han llegado hasta nosotros y no se han perdido como la mayoría de los romances orales de los juglares medievales.  

Características del mester de clerecía  

La literatura medieval va más allá de esta dicotomía entre clerecía y juglaría porque nos encontramos cuentos (El Conde Lucanor por poner un ejemplo), teatro (como el Auto de los Reyes Magos), la lírica provenzal o las jarchas mozárabes. Dicho esto, las grandes obras pertenecen a este dicotomía (juglaría versus clerecía) con el Cantar del Mío Cid enarbolando el bando del juglaría y los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo encabezando la parte clerecía. Estudiamos sus características.

1.- El mester de clerecía coexistió con el de juglaría 

E, incluso, algún que otro estudioso ha llegado a afirmar que más de un autor escribió obras tanto en romances para el canto de los juglares como en el más organizado y estructurado de clerecía. Aún siendo los creadores los mismos (los únicos que sabían leer y escribir recordemos) la finalidad de estas obras era totalmente distinta de la poesía épica, creada para ser cantada como parte del repertorio artístico de los juglares. Las obras de clerecía se creaban bajo otro paraguas espiritual y tenían una utilidad distinta a la que no aspiraban los poemas que narraban las hazañas de los guerreros contemporáneos. 

2.- La lengua del mester de clerecía es el castallano 

A igual que el de juglaría, los clérigos echan mano de la lengua romance. El latín queda aparcado para los textos religiosos y científicos (aunque recogieran investigaciones elementales) y el castellano se va imponiendo como lengua literaria, arrancando a otros idiomas romances que surgen en la Península Ibérica conforme Castilla impone su modelo político al resto de los reinos.  Por tanto, todos los poetas eran conscientes de que esta era la única manera de que se les escuchara o leyera. El latín era ya una lengua muerta que necesitaba estudiarse, extremo este reservado a una minoría que, en estos momentos, se enclaustraban en los monasterios. 

3.- Una de las características del mester de clerecía principales es la utilización de la cuaderna vía 

Si en el mester de juglaría, se utiliza el romance compuesto por versos en asonante sin un medida concreta, el de clerecía recurre a un metro específico: la cuaderna vía. Todos los escritos están compuestos en versos alejandrinos (14 sílabas) divididos en dos hemistiquios de siete sílabas. Estos están agrupados en estrofas de cuatro versos con una sola rima consonante. Dejemos hablar al anónimo autor del Libro de Alexandre que nos deja los deberes hechos para que no nos equivoquemos:  

Mester trago hermoso, non es de ioglaría, 

mester es sen pecado, ca es de clerecía,

fablar curso rimado por la quaderna vía

a silabas contadas, ca es grant maestría.  

4.- El mester de clerecía utiliza un lengua culto, cuidado aunque sencillo para que pudiera entenderse 

El mester de clerecía aspiraba a crear literatura de altura. Esto es, había una intención educativa, didáctica o filosófica. Por eso, la lengua romance es la que sale elegida para que, así, llegue a un público más amplio que no tenía por qué tener instrucción en lenguas clásicas. También por ello, a pesar de elegir cuidadosamente vocablos, rimas e ideas, asistimos a un lenguaje sencillo, discreto, familiar e, incluso con un punto animado. 

5.- Una de las características del mester de clerecía más significativas es el tema

Ya no se cantan las gestas de los héroes ni las hazañas de los guerreros del mester de juglaría. Ahora asistimos a una temática religiosa, didáctica o filosófica. Todos estos versos están vehiculados de una intención moralizante que se aleja del entretenimiento de los cantares de gesta. El mester de clerecía se jactaba de haber estudiado, de investigar antes los temas y de conocer lo que estaba escrito en los pocos libros a los que tenían acceso. Los temas y argumentos, por tanto, son historias clásicas, religiosos, moralizantes o con una clara intención didáctica que se aleja del entretenimiento.  

6.- El mester de clerecía evoluciona a partir del siglo XIV 

Y lo hace con el Arcipreste de Hita desdibujando las fronteras de los dos mesteres principales e, incluso, de la lírica cortesana. El Libro de Buen Amor ya representa una mezcla de lo profano y lo sagrado que a veces raya en lo pornográfico u obsceno y otras alcanza, incluso, a la literatura mística. Todo ello no es chocante o contradictorio sino que se unifica y aúna de una forma armónica aportando, por otro lado, uno de los puntos más interesantes de esta obra. Conforme la Edad Media va caminando hacia el Renacimiento el saber deja de estar enclaustrado en los monasterios y la literatura se va haciendo eco de las nuevas formas de vida. Y es en este punto donde tenemos que insertar la obra de Juan Ruíz, Arcipreste de Hita. 

Autores del mester de clerecía

1.- Gonzalo de Bercelo, el más importante de los autores del mester de clerecía

Es el primer poeta en español del que se conoce su nombre y del que se sabe a ciencia cierta que existió. Nacido a finales del siglo XII en la comarca de Calahorra, estudió en San Millán de la Cogolla en cuya biblioteca se encontraron las glosas que, durante mucho tiempo, fueron consideradas como origen del español. Debió morir alrededor de 1270 con una edad bastante difícil de alcanzar en la época.  

Gonzalo fue so nomme qui hizo est tractado,

en Sant Millán de suso fue de ninnez criado,

natural de Berçeo, ond Sant Millán fue nado…

Todas las obras de Gonzalo de Berceo pertenecen al mester de clerecía y son de temática religiosa. Aparte de su obra cumbre (Los milagros de Nuestra Señora) se le conocen tres vidas de santos (Santa Oria, San Millán de la Cogolla y Santo Domingo de Silos), tres poemas dedicados a la Virgen María y tres poemas religiosos.  

2.- Juan Ruíz Arcipreste de Hita, el último de los grandes autores del mester de clerecía 

Se supone que nació en Alcalá de Henares hacia finales del siglo XIII y poco más se sabe de su vida. Cualquier apunte que se haga es una suposición: que estudió en Toledo, por entonces cuna de las tres culturas y de todos los saberes, que sufrió prisión (algo normal si eras políticamente incorrecto), que fue Arcipreste de Hita, que escribió otras obras y que, probablemente, por el conocimiento del que hace gala, pudo tener una vida licenciosa. Ha pasado a la posteridad por El Libro de Buen Amor

3.- El canciller Pedro López de Ayala y el Rimado de Palacio 

Nació en Vitoria en 1332 y dejó este mundo en Calahora en 1407. La razón de que conozcamos tantos datos estriba en el origen noble de nuestro autor. Además, estuvo toda su vida de corte en corte sirviendo a uno u otro señor en una época de especial virulencia bélica. Ejerció como alcalde de Vitoria y de Toledo. Peleó en innumerables batallas y fue apresado. Hizo de embajador y firmó tratados de paz. Conocía y traducía a los romanos Salustio y Tito Livio. 

Su obra cumbre, el Rimado de Palacio, lo compone 8200 versos en cuaderna vía y en otras estrofas. En él trata los vicios y sus correspondientes virtudes a la par que describe la descarnada e hipócrita sociedad de su época donde la deslealtad y la puñalada por la espalda estaban a la orden del día. Nada se le escapa a su pluma, desde la corrupción hasta la brutalidad pasando por el olvido del primer mandamiento de Cristo por parte de la Iglesia. También escribió “crónicas” o relatos históricos de los cuatro reyes a los que sirvió: Pedro I “el cruel”, Enrique II, Juan I y Enrique III.  

4.- Los autores anónimos que nos han dejado obras memorables y las particularidades de la literatura medieval 

A pesar de estos grandes nombres del mester de clerecía (falta Don Juan Manuel que escribió en prosa y merece estudio aparte), la mayoría de los grandes poemas de este particular género literario son anónimos. No conocemos de que manos salieron porque los embates del tiempo han hecho mella en la transmisión de esta literatura y también porque, en la época, firmar las obras de creación se consideraba un acto de soberbia incluso. El fruto del trabajo (y más en uno artístico) se consideraba que pertenecía a Dios. Por eso, algunos poetas ni siquiera decían quiénes eran y cómo habían llegado al don de la palabra. Si a eso se une, que los grandes títulos que ponemos a continuación han llegado en códices manuscritos incompletos tenemos la situación perfecta para el desconocimiento de quienes fueron sus artífices.  

10 Obras del mester de clerecía más importantes

Todas las creaciones de los autores de la literatura medieval han llegado en códices manuscritos, algunos copiados en épocas posteriores a su redacción y, por tanto, muy lejos de las ediciones corregidas y editadas de la literatura contemporánea. 

1.- Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, una de las obras del mester de clerecía principales. Narra en 25 capítulos o historias dádivas que la Virgen María realizó a aquellos que, en un apuro, clamaban por su intercesión divina. Aunque populares en toda Europa, los de Berceo son poco originales en temática. Eso sí, les superan en estilo literario.  

2.- El Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita. Es una obra totalmente original que rebasa los límites de la moralidad. En ella, a veces con un lenguaje jocoso e, incluso, obsceno, se narran distintas aventuras. Más bien parece que la intención de Juan Ruiz fue crear un libro para regocijo de sus lectores más que para su edificación espiritual. Asistimos en ella más bien a la descripción del bien vivir y del disfrute carnal del aquí y el ahora más que a la exposición de los temas religiosos o moralistas propios del mester de clerecía. Pertenece al canon de la literatura española por derecho propio. Y es uno de los libros medievales de referencia.  

3.- Rimado de Palacio del Canciller Pedro López de Ayala. Un largo compendio en cuaderna vía en el que su autor, con ironía y buenas dosis de espíritu crítico, nos reseña todos los vicios de su tiempo a la par que nos da la solución a estos males del alma con las correspondientes virtudes.  

4.- El Libro de Apolonio ha llegado en un códice (custodiado en El Escorial) en el que se recopilaba otras obras literarias. Tiene 1624 versos en cuaderna vía y narra las aventuras de Apolonio, rey de Tiro de vuelta la hogar. Su autor no crea una trama original y las andanzas de este personaje está presente en la literatura griega.  

5.- El Libro de Alexandre. El más extenso del mester de clerecía con 10.000 versos de autor desconocido que narra la vida de Alejandro Magno. La crítica como el primero de su género.  

6.- El Poema de Fernán González se conserva incompleto y narra las andanzas de este héroe castellano. Hay estudiosos que son de la opinión de que esta obra es una interpretación en los metros cultos del mester de clerecía de numerosos romances cantados por los juglares.  

7.- El planto por la caída de Jerusalén conservado incompleto y escrito a finales del siglo XIV.

8.- Las vidas de santos, otra de las grandes obras del mester de clerecía escrita por Gonzalo de Berceo.

9.- El Poema de Yúçuf escrito en literatura aljamiada. Esto es, se lee en castellano pero está escrita en el alfabeto árabe y no en el latino.  

10.- Los Proverbios del rabino de Carrión.

Aunque en prosa también, puede considerarse el Conde Lucanor de Don Juan Manuel un título del mester de clerecía. Esta obra cumbre de la literatura medieval, por su formulación, es difícil de encajar y clasificar. Merece estudio aparte tanto por la especificidad de su autor como del libro mismo ya que, aunque moralizante, está escrita en prosa y, por tanto, se aparta de los cánones de la cuaderna vía.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora por la Universidad de Sevilla

Qué es la onagra o prímula

Una de las plantas medicinales más conocidas en la botica tradicional es la prímula u onagra, denominada científicamente como oenothera biennis. Este vocablo proviene del griego oïnos (vino) y ther (animal salvaje), porque la tradición oral encontraba en este arbusto macerado en vino aptitudes para domesticar fieras en libertad. Hago notar que este extremo no se ha demostrado con la evidencia científica como sí lo ha hecho la mayoría de las bondades atribuidas tradicionalmente a esta planta. Las propiedades de la onagra, por tanto, ya se conocían desde antiguo para sanar heridas, curar afecciones cutáneas y mitigar el asma.  

En las últimas décadas del siglo XX se demostraron otros beneficios de esta maravillosa planta de color amarillo conocidos por la botica tradicional. En este sentido, ha ocurrido igual que con la rosa mosqueta, por poner un caso, cuyo conocimiento antiguo se ha avalado con estudios científicos. Enumeramos sin más dilación las propiedades de la onagra o prímula. 

1.- La onagra o prímula es un excelente antioxidante

Junto con el aceite de rosa mosqueta, la papaya, las verduras de hojas verdes, los arándanos o el aloe vera, esta planta hermosa de hojas amarillas contribuye a ralentizar el envejecimiento celular. Ello es debido, en gran parte, a la acción de las prostaglandinas (descubiertas a mediados del siglo XX) en las que son ricas este planta y que actúan a nivel celular.  

2.- Propiedades del aceite de onagra beneficiosas durante el proceso de  la menopausia 

Y con este beneficio para la salud se ha hecho famosa esta planta ya que se ha probado en múltiples estudios la acción protectora en esta etapa femenina. De tal cantidad y calidad es su acción sanadora en este sentido que se le denomina la planta de la mujer. El aceite de onagra (preferentemente comercializado en perlas y procedente de agricultura ecológica) es capaz de mitigar todos los efectos negativos  en los primeros años de la menopausia, cuando el cuerpo y la psique de la mujer tienen que adaptarse a esta nueva realidad.  

Ayuda a que la piel y las mucosas (de todo el cuerpo) no se resequen. Con ello contribuye a alargar la juventud de la mujer que no ve mermadas las posibilidades de disfrute que se abrían antes de esta etapa. Interviene en la disminución de los sofocos y la apatía que, en algunas personas, suele acompañar con la reducción de los estrógenos. Ayuda a mantener el peso en su justa medida, aunque, como todas las plantas, no es la panacea para ningún contratiempo humano. Las propiedades del aceite de onagra ingerido regularmente en esta etapa ayuda a mitigar, por tanto, todos los contratiempos comunes que se achacan normalmente.  

3.- Propiedades del aceite de onagra para el dolor menstrual

Antes de llegar a esa época se puede utilizar las perlas procedentes de esta planta que ya se comercializa en los supermercados corrientes para aliviar las molestias y dolor menstrual sin ser un analgésico convencional. El aceite de onagra, gracias a sus prostaglandinas, contribuye a la relajación y estiramiento de músculos lisos no vasculares como el útero. Por eso, se alivian las molestias del ciclo menstrual y, además, es una ayuda para combatir desde las cefaleas hasta la retención de líquidos. Aunque también se considera que puede mitigar la irritabilidad. Aún así y con toda probabilidad, esto es un efecto secundario de las molestias físicas más que del baile hormonal. 

4.- Beneficios de la prímula para la piel y las uñas

El aceite de onagra ingerido regularmente actúa sobre la salud y la belleza de cabellos, uñas y piel confiriendo un aspecto terso y luminoso. Para esta función también se elaboran ungüentos, cremas o jabones de uso tópico. Ya que esta pequeña planta es capaz de regenerar la piel reseca contribuyendo a la disminución de las arrugas y del aspecto apagado que es propio del paso del tiempo, de la mala alimentación, del exceso de sol o del abuso del tabaco. También es cicatrizante y suaviza en extremo la piel.  

5.- Propiedades del aceite de onagra en procesos inflamatorios

Las mismas prostaglandinas encargadas de relajar los músculos del útero tienen también un efecto antiinflamatorio a nivel general. Por eso, es una ayuda perfecta cuando el organismo, debido al estrés, la mala alimentación o el sedentarismo, tiende a retener líquido y a inflamarse con todo lo que ello conlleva. Recordemos que un amplio porcentaje de la comunidad científica entiende que, entre otros procesos, la inflamación constante está detrás de distintas enfermedades a nivel celular de gravedad como puede ser el cáncer. Ni que decir tiene que los procesos que se desencadenan son múltiples pero uno de ellos es la inflamación general a la que contribuye la contaminación, el tabaco, el exceso de grasa o la vida sedentaria. La onagra también se utilizó para calmar el asma y los procesos inflamatorios de las vías respiratorias como catarros y resfriados. Esta función no tiene total evidencia científica.  

6.-  Propiedades del aceite de onagra beneficiosas para el sistema circulatorio 

Esta pequeña planta es muy especial ya que apenas tiene proteínas o hidratos de carbono. La mayoría de su composición se basa en los altos niveles de ácidos grasos saludables. Tiene entre un 65 a 80 por ciento de ácido linoleico, del 12 al 16 por ciento gammalinoleico, 6 por ciento palmítico y el resto oleico. Los primeros son del tipo Omega 6. Esto es, el organismo no puede sintetizar estos ácidos grasos esenciales y necesita incorporarlos a través de la dieta. A poco que esta no sea equilibrada, necesitaremos este suplemento de ácidos grasos imprescindibles para la buena síntesis, entre otros del sistema circulatorio y también del cerebro. Por eso, las propiedades del aceite de onagra son beneficiosas para aquellos que, de algún modo u otro, tienen un desgaste vascular ayudando a reparar las células.

7.- La onagra puede intervenir en la correcta síntesis de la insulina

Conforme vamos cumpliendo años y si la dieta no ha sido la correcta, se va haciendo más difícil ir manteniendo los niveles correctos de glucosa en sangre. Por eso, el aceite de onagra puede ayudar a aquellas personas que tengan algún descontrol en este sentido o que sencillamente quieran cuidar este aspecto. Recordemos que, en última instancia, una mala gestión de la glucosa no solo puede desencadenar una diabetes en la edad adulta sino también problemas oculares, de sobrepeso o emocionales.  

¿Cómo es el aceite de onagra que más se comercializa?  

La única manera de aprovechar todos los beneficios saludables de la prímula es con el aceite extraído de sus semillas. Tal cual sucede con el aceite de oliva virgen es necesario extraerlo en frío por presión. Ya se comercializa incluso en supermercados corrientes aunque su uso no es en cocina sino como parte de la botica natural.  

También se usa en la formulación de productos cosméticos para prevenir el deterioro cutáneo. Se puede usar de manera tópica para alejar la sequedad de la piel y mantener una luminosidad óptima. Es corriente encontrarlo en jabones y cremas mezclado, especialmente, con la antioxidante vitamina E que no está presente en esta planta. Tanto si lo vas a ingerir como utilizar de forma tópica es mejor que te aproveches de las propiedades del aceite de onagra si proviene de la agricultura sostenible.

Y, por último, la única manera de aprovechar todas las propiedades del aceite de onagra es usarlo durante, al menos, tres meses aunque los especialistas de la medicina natural indican que el tratamiento se puede alargar ya que las contraindicaciones son casi nulas. Con ello conseguiremos parar el envejecimiento, especialmente en mujeres, con una planta que nos regala la naturaleza.  

Por Candela Vizcaíno

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