Características del manierismo

Características del manierismo

Características del manierismo

Candela Vizcaíno

 

El manierismo fue un movimiento artístico que surge en la mitad del siglo XVI en Italia y desde allí se expande a toda Europa. Aunque hasta hace unas cuantas décadas se ha considerado un estilo decadente y en transición desde el Renacimiento hacia el Barroco, la crítica contemporánea le otorga entidad propia. Y lo hace ya sea por la calidad e importancia de los artistas que en él se engloban como por las fórmulas artísticas que aúnan a más de una generación de creadores.  Podemos encontrar las características del manierismo en todas las artes y los géneros. En pintura sobresalen, nada más y nada menos, que el último Leonardo (1452-1519), Tiziano (1490-1576), El Tintoretto (1518-1594), Sofonisba Anguissola (1530- 1626) o El Greco (1541-1614). Algunas obras de Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) también se adscriben al movimiento, aunque las más importantes pertenecen con plena carta de naturaleza al estilo barroco. Manieristas son también los arquitectos Andrea Palladio (1508-1580) y Jacopo Vignola (1507-1573). Y los grandes nombres de la literatura europea también entran en esta clasificación. Estoy hablando de los imprescindibles Miguel de Cervantes (1547-1616) en español, algunas obras de William Shakespeare (1564-1616) en inglés y el poeta portugués Luís Vaz de Camôes (1524-1580).   

El término manierismo procede de la palabra italiana maniera que puede traducirse como estilo, entendido este como una forma individual de enfrentarse al arte. El primero que lo describió fue el gran crítico italiano Giorgio Vasari (1511-1574). Por tanto, la genealogía de la palabra ya nos dice de una de las principales características del manierismo, que no es más que la libertad individual a la hora de enfrentarse a las mieles y las hieles de la creación artística. Por supuesto, esto último no hay que entenderlo tal como lo conocemos al día de hoy sino en su proceso histórico. Así, por vez primera los artistas abandonaban la imposición casi de los moldes clásicos en búsqueda de una mayor originalidad. Esto supondría, en primer lugar el acercamiento a personajes marginales y alejados del ideal heroico por primera vez en la historia. Un buen ejemplo  que ilustra este proceso es el desarrollo de la novela picaresca en España. 

El manierismo, además, surge como conciencia de una transformación social. Estamos en plena Contrarreforma y todo lo aceptado con anterioridad empieza a cuestionarse. Es un periodo de crisis en todos los órdenes que hacen saltar por los aires los fundamentos sociales. La crítica y la historiografía anotan como determinantes la peste del año1522 (que propició que los artistas italianos emigraran a distintas cortes europeas en busca de generosos patronos) y el Saco de Roma en 1527 que sumió en absoluta devastación a la cristiandad.

1.- La primera de las características del manierismo es el abandono de la elegancia clásica para ir adentrándose en el gusto por lo sinuoso del Barroco

Si la pintura del Renacimiento, por poner un caso, se desarrolló según unos cánones establecidos en los que primaban el orden, la estructura, la línea y el encasillamiento, con el manierismo nos vamos adentrarnos en el caos de la libertad. Se busca lo sinuoso, lo trágico, la contorsión y el movimiento, extremos que se ajustan mejor a los temas dramáticos que comienzan a gustar. Estamos, por tanto, ante un cambio desde lo apolíneo (sobrio y sereno) del Renacimiento hacia lo dionisiaco (ebrio, caótico y vibrante) del Barroco, según la clasificación que posteriormente haría Friedrich Nietzsche (1844-1900).

Lucas Cranach El Viejo Cristo y la adultera

2.- Se abandonan los temas centrados en los mitos clásicos en favor de los religiosos  

El Renacimiento quiso ser un retorno a la antigüedad clásica tras lo que creían un paréntesis, el de la Edad Media. A ello contribuyó el avance de la imprenta y las nuevas ediciones impecables desde el punto de vista filológico de un Aldo Manuzio, por poner un caso, junto con los nuevos descubrimientos arqueológicos. Por eso, los protagonistas y las fórmulas de la literatura griega y romana se imponen. Hay un gusto por la temática pagana, por los mitos fundacionales clásicos y las Metamorfosis de Ovidio (siglo I) se convierte en un libro de cabecera casi. Los dioses, titanes, ninfas, faunos y sátiros vuelven a ser familiares. Todo esto que era cotidiano en el Renacimiento se va progresivamente aparcando conforme avanza el siglo XVI priorizando temas religiosos. Además, cuando se vuelve la mirada a la antigüedad pagana, el enfoque es siempre el más grotesco o, incluso, la obsceno. Y se comienza a andar la senda para los temas más dramáticos e, incluso, escatológicos que es una de las principales características del Barroco.

3.- El manierismo es un estilo intelectual y dirigido a la élite aristocrática o de la iglesia 

Por eso, encontramos sus mejores obras formando parte de grandes murales. Mientras que el estilo barroco se centra en lo sensorial, en las emociones, en ese resbalarse por los toboganes de las pasiones (la vida frente a la muerte, la pérdida en todos sus aspectos o la degradación) el manierismo se caracteriza por una contención heredada del Renacimiento. Se acerca a las fronteras pero aún mantiene ciertas formas y no llega a lo monstruoso, a lo grotesco, a los límites, al drama de la vida y la muerte o a zambullirse de lleno en el tema de la fugacidad de la vida. 

4.- Una de las principales características del manierismo es la sensación de decadencia  

Esa evolución que iba acorde con una nueva forma de estar en el mundo se entiende incluso como una degradación. Se avanza hacia la nueva maniera pero casi añorando la elegancia y la sobriedad anterior. El ensayo con el grotesco encuentra un buen ejemplo en los antihéroes de la literatura universal. El Quijote es un soñador y no un idealista. Por eso es el prototipo de perdedor. En él se reconcentran las luces y sombras de la condición humana. Un tanto de lo mismo podemos encontrar en El rey Lear de Shakespeare: un rey que baja a los espacios simbólicos de la abyección y que ya ha perdido la luz heroica de los clásicos. Tanto las pinturas como los nuevos textos literarios nos presentan prototipos complejos en los que habitan las luces  y las sombras de la raza humana. Aparecen, además, las máscaras en el sentido de careta que oculta la verdadera personalidad o intenciones.

5.- Otra de las características del manierismo reside en su espíritu caótico e individual  

De hecho, como estamos viendo, las grandes figuras de la literatura europea se forjaron en este estilo. Y un tanto de lo mismo sucede con las artes plásticas. Con el manierismo, los artistas pierden los resortes de lo moldes clásicos que hay que seguir sí o sí para comenzar a innovar. Y en esas innovaciones nos encontramos los mejores ejemplos artísticos del arte occidental. Quizás por eso, fue reivindicado, primero, por los románticos y, posteriormente, por las distintas vanguardias históricas de las primeras décadas del siglo XX. 

6.- Una de las características del manierismo es la búsqueda de la realidad  

Aunque esta esté distorsionada, se va alejando de la idealización de los modelos renacentistas. Un buen ejemplo en literatura es la novela pastoril que se entretiene en describir mundos utópicos, perfectos e irrealizables. Otro ejemplo lo encontramos en las novelas de caballería, favoritas del público lector de las décadas anteriores a este movimiento. Si los héroes de este género responden a un ideal perfecto y sin una mancha tanto en el espíritu como en la armadura, con el manierismo se desemboca en El Quijote. El idealismo, por tanto, da paso a la realidad de las pasiones, a los protagonistas fracasados  que, a la vez, muestran todos los vicios y virtudes del alma humana. Por otro lado, en el manierismo también tiene cabida la mística literaria (con Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz a la cabeza) ya que este modelo literario busca una libertad interior imposible de encontrar en los encorsetados géneros renacentistas. De hecho, se ha asociado a artistas plásticos del movimiento (tal es el caso de El Greco) con la mística, entendida como una búsqueda de espacio religioso personal e individual al margen de la ortodoxia establecida. 

7.- Aparece el horror vacui característico del estilo barroco  

Y con él se olvidan los fondos oscuros que daban profundidad a los retratos de la pintura del Renacimiento. Las escenas se hacen complejas y cada uno de los elementos de la misma se valen de un amplio abanico de símbolos y alegorías que hay que conocer para entender el significado último de las mismas. Paralelamente que se ensaya con la línea sinuosa en detrimento de las rectas se empieza a usar una pincelada fluida que es novedad en la historia del arte. 

Giorgione La tempestad

8.- Hay un gusto por los colores difíciles que no se encuentran en la naturaleza

La paleta se amplía y se olvidan los grandes tonos (conseguidos con materiales lujosos) de otras épocas. Paralelamente, se utilizan colores que no están en la naturaleza o, si lo están, no es el característico del objeto representado. Hay un gusto por los fuertes contrastes. Y esto es otra base también para la reivindicación por parte de las vanguardias históricas de las primeras décadas del siglo XX. 

10.- Otra de las características del manierismo es el acercamiento a la naturaleza

Los paisajes comienzan a ser protagonistas y, por tanto, significan dentro de la obra. No son un mero decorado sino que ella misma realiza un diálogo en la narración o representación. Un claro ejemplo es La tempestad (1508) de Giorgione o  Vista de Toledo (1596-1600) de El Greco. También empieza el gusto por esos paisajes dramáticos que interrogan a los miembros de la raza humana sobre lo divino y lo humano. Este aspecto se retomaría, de otra manera y con mayor intensidad anímica, en el Romanticismo.  

10.- En este periodo el dibujo adquiere categoría autónoma  

Ya no solo es un boceto para una obra posterior. El genio que empezó a despuntar en el manierismo escoge este formato para dejar plasmadas no solo ideas o proyectos sino también obras terminadas. Para el artista manierista se abre, por tanto, un abanico de posibilidades expresivas, que empiezan a echar por tierra los encorsetados moldes de los cánones clásicos.  

En definitiva, las características del manierismo apuntan a un alejamiento de la sobriedad renacentista que se antoja demasiado estática a la hora de representar las nuevas inquietudes. Y se va caminando hacia el espíritu caótico, suntuoso, abigarrado, dramático y extremo que supuso el Barroco.  

Por Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla 

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