O las que haga faltan que La Serenísima invita al viajero apresurado a moverse a otro ritmo. Al lentísimo (desesperante a veces) de sus vaporettos surcando el Gran Canal sin rumbo ni concierto aparente. Venecia invita a los sentidos más que ninguna otra ciudad del mundo. Es única. Es artística a más no poder. Es apabullante en su silencio sin coches. En ella la historia no acaba. En ella la góndola no es una atracción. Es un modo de socializar al grito de “vai Roberto”, “vai Antonio”, “Vai Lucca”, “Vai Remo” que aquí se conocen todos y se saludan por su nombre de pila entre el respeto y el reconocimiento. Venecia es un ir y venir de gentes de todas las razas y todos los credos. Puedes ir de muchas formas (hasta siguiendo un paraguas amarillo o un bastón rematado con un pañuelo en rojo), pero no vas a paladearla si no te alojas en la misma Venecia y no añades días a tu vida con unas cuantas jornadas en la gran Ciudad de los Canales.
Venecia en dos días en 10 paradas imprescindibles
Aquí nació Casanova (y también estuvo preso). Vivaldi abarrotaba las iglesias con un paisanaje ávido por escuchar su música. Tomas Mann la convirtió en personaje (Muerte en Venecia, por si se te ha ido el nombre del libro). Por aquí se paseó Igor Stravinsky. Sentó su colección, su forma de vida, su carácter y su casa Peggy Guggenheim. En el Harry’s Bar se pasó de copas un Hemingway de vuelta de todo. Cada año sus canales se llenan con los rostros conocidos del cine. Y el martes de Carnaval se ocultan tras unas bellas máscaras que son arte y no artesanía. Venecia es casi un sentimiento. A Venecia llega (desde París, Viena, Budapest o Praga) uno de los trenes más románticos del mundo: Venice Simplon Orient Express. Dicho esto, ¿te vas a quedar solo dos días? Entonces, comienza a anotar estos diez imprescindibles.
1.- Un paseo en góndola con inicio frente al Puente de los Suspiros
¿Qué ver en Venecia si no sientes la experiencia de una góndola? Es casi como no haber estado porque la ciudad se respira (y se huele) desde allí. En zigzag, sin orden de ningún tipo, siguiendo la pericia del gondolero al grito de “vai” quien sea, la Serenísima se presente ante los ojos en su pequeñez y en su grandiosidad. Casas, palacios, atraques, pequeños puentes van pasando ante tus ojos. Es lo primero que debes hacer y una recomendación es tomar la góndola en la “parada” de San Zacarías. Te adentrarás en la Venecia profunda a través del Puente de los Suspiros.
2.- Plaza de San Marcos y su revuelo de palomas
A la concurrida plaza hay que ir al caer la tarde, antes de que las sombras se ciernan del todo en torno a Venecia. De mañana, el gentío es tan espeso que no puedes paladear su irresistible belleza. Ni una foto vasa a poder sacar. A partir de las cinco (si no es pleno invierno) se van retirando aquellos que pernoctan fuera de la isla (en tierra adentro) y San Marcos se presenta ante el viajero auténtico como lo que es: una plaza en la que lo profano y sagrado, la tierra y el mar se mezclan sin ningún pudor. Siéntate en alguno de sus cafés y espera al revuelo de palomas cuando el Campanile se ponga en funcionamiento.
3.- Basílica de San Marcos
¿Y qué ver en Venecia si no sientes la experiencia de la Basílica de San Marcos? Todo y nada porque la Serenísima no es solo sus grandes espacios monumentales, es, sencillamente, su aura. La Basílica de San Marcos es relativamente pequeña comparada, por poner solo un caso, con el Duomo de Milán o San Pedro de Roma (gigantesca), pero de una incomparable belleza dorada. Si el colorido de sus mosaicos en la fachada principal va a sorprender al viajero en busca de cosas bellas no se van a quedar cortos los mosaicos de su interior. Las conocidas figuras de los tetrarcas (en la fachada) no llaman tanto la atención como los caballos del exterior (réplicas) o los del interior (originales).
4.- Palacio Ducal
Rematado en el siglo XV en mármol rosa es una obra maestra del gótico que puede admirarse desde el mar o a pie cruzando sus arcadas. Su interior, a pesar de la decoración y las obras de arte, no dicen tanto como el empaque de sus fachadas hacia la laguna o hacia la Plaza de San Marcos. Eso sí, ni se te ocurra irte sin el ticket de entrada comprado con antelación que las colas dan la vuelta hasta el siguiente puente. Una vez dentro, no te puedes perder las Salas del Collegio, la Sala del Maggior Consiglio, la Scala d’Oro o los Calabozos. Para pasar hasta allí deberás cruzar el estrecho “Puente de los Suspiros” haciendo el mismo recorrido que los condenados del pasado.
5.- Puente y Mercado de Rialto
Para acercarse hasta Rialto (mercado, puente y barrio animado) lo mejor es tomar el vaporetto (en Plaza de San Marcos mismo). Venecia nada tiene que ver con una ciudad “normal” con sus calles y avenidas. Los palacios que se asoman al Gran Canal muestran su puerta trasera a la que se accede, la más de las veces, simplemente en barco. Te pones a caminar y la acera termina. Hay otro canal. El puente está lejos, la plaza que da acceso está a dos manzanas. Lo que hay que ver en Venecia está oculto, escondido (y a la par visible), de acceso casi esotérico. Los vaporettos suelen parar en algún lugar donde puedas seguir el disfrute caminando. Uno de estas paradas es Rialto. Te dejan (desde San Marco) en la orilla de la derecha. Cruzas el puente repleto de tiendas hacia el mercado (con más tiendas) y en esa orilla izquierda (hasta que se acaba la acera que es muy pronto) te encuentras cafés, restaurantes concurridos o animados bares con terrazas hacia el Gran Canal.
6.- Santa María de la Salutte y la Giudecca
En puridad es otra isla frente a San Marcos. Se ve cuando te sitúas en la plaza o en el Palacio Ducal. Dominada por la Punta de la Dogana que se abre (por el otro lado) hacia el mar, la imponente iglesia de Santa María de la Salutte es de obligada visita. Mientras en las escalinatas exteriores se solaza el gentío, en el interior (a la par que las misas) puedes escuchar un concierto de órgano.
7.-Accademia
A corta distancia (tres puentes más allá) y cruzando el barrio artístico y bohemio de Venecia, allí donde conviven galerías con cafés, se encuentra la Galerie dell’Accademia. Si te preguntas qué ver en Venecia y lo tuyo es la pintura no te puedes perder esta pinacoteca. El rapto de San Marcos de Tintoretto, la famosa La tempestad de Giorgione, la Cena en casa de Levi del Veronés, la Presentación de la Virgen de Tiziano, por poner solo unos nombres, cuelgan de sus paredes.
8.-Colección Peggy Guggenheim
Aunque arte también, pero de otro cariz es la colección de Peggy Guggenheim que se expone en el interior del blanco Palazzo Vernier dei Leoni. Están representados todos los estilos de las llamadas vanguardias históricas del siglo XX, desde el cubismo al surrealismo. Jackson Pollock fue uno de los descubrimientos de la mecenas y tiene un lugar preeminente en la colección. Algunas esculturas, de gran porte y tamaño, se exponen en el exterior, en el jardín, dando un halo muy especial a este palacio.
9.- Santa Maria Gloriosa dei Frari
Es una de las iglesias más grandes de Venecia con una arquitectura armónica y repleta de obras de arte de artistas de la talla de Tiziano (La asunción de la Virgen) o Bellini. Uno de los elementos más extraños es la tumba de Canova en forma de pirámide.
10.- Santi Giovanni e Paolo
Situada en el distrito de Castello, muy alejado de la zona más pateada de Venecia, es una hermosa iglesia gótica. De espectacular y armónica traza, en ella reposan casi 30 dux de la Serenísima. Todos dejaron encargo a importantes esculturas para que su morada definitiva pudiera rivalizar con sus vecinos, que ya sabemos que las cosas terrenas se intentan llevar (sin éxito) hacia el más allá.
Venecia con más tiempo en 10 emplazamientos más
Es cuestión de organizarse sin las carreras de un día laboral para poder saborear esos 10 imprescindibles que ver en Venecia. Aún así la Ciudad de los Canales tiene mucho más que ofrecer al sibarita ávido de sensaciones. Anota estas diez sugerencias más para los afortunados con tiempo.
11.- La Fenice
A tan solo cinco minutos callejeando y puenteando desde San Marcos se encuentra el gran teatro de la ópera de Venecia, La Fenice. Entre tiendas de moda, iglesias y palacios, su nombre hace honor al Ave Fénix porque el teatro ha sufrido varios incendios desde su inauguración en 1792. De cada uno de ellos renacía con mayor esplendor si cabe. El último, de 1996, lo ha dejado adaptado a los requerimientos contemporáneos. Aunque las óperas están muy solicitadas, sí se puede conseguir entrada para los conciertos.
12.- Palazzo Contarini
Está en el mismo sestiere que La Fenice escondido entre un laberinto de calles y puentes, aunque al día de hoy sea más fácil encontrarlo siguiendo las indicaciones del GPS. Su singularidad es una escalera en espiral que luce desde el exterior.
13.- Museo Fortuny
De origen andaluz (que nació en Granada), Mariano Fortuny y Madrazo fue un artista polifacético que lo mismo diseñaba telas que decorados para teatro. También dejó una obra pictórica al estilo de los prerrafaelitas ingleses. El museo se encuentra en la casa donde vivió sus últimos días y es un batiburrillo de sus creaciones desde moda hasta cuadros al óleo. Los vestidos de seda que se exponen son de una belleza sobresaliente.
14.- Scuola Grande di San Rocco
Se puso bajo la advocación de San Roque, patrón de los enfermos infecciosos al que se le solicitaba, cuando más azotaba la enfermedad, protección contra la peste. Venecia, por su singularidad, sufrió en el pasado importantes plagas de esta enfermedad. Para invocar el favor del cielo se levantaron alguna que otra iglesia. La más hermosa es la de San Rocco.
15.- Museo Diocesano
En el sestiere de Castello, tiene el único claustro románico de Venecia y en él se exponen obras de arte sacro de las iglesias de Venecia.
16.- Campo de San Zaccaria y sus tiendas
Justo al lado de la concurrida Plaza de San Marcos y se accede por un callejón muy estrecho. Parece que has entrado en otro mundo porque aquí el silencio (aún más) se impone. La fachada blanca de la iglesia de San Zaccaria guarda buenas tiendas de todo tipo desde diseño de muebles, tejidos suntuosos como los del pasado hasta una botica con productos de aseo ecológicos. Los restaurantes son más baratos que los que están en el punto 0 veneciano.
17.- Ca' Pesaro
En el Gran Canal luce blanco e imponente con un cartel que anuncia sus colecciones. El vaporetto te deja en la puerta. Alberga las sedes del Museo de Arte Oriental y la Galería de Arte Internacional, ambos con buenas exposiciones permanentes.
18.- Scuola Grande dei Carmini
De estilo barroco, luce fantásticos frescos de Tiepolo. Está en el sestiere de Dorsuoro.
19.- San Barnaba
Visita apta para cinéfilos y frikis de todo tipo, ya que la fachada de esta iglesia (dedicada a un santo colaborador de San Pedro) fue utilizada como decorado en la película Indiana Jones y la última cruzada. El guión mandaba que fuera una iglesia transformada en biblioteca. Hoy en día es una sala de exposiciones.
20.- Ca’ Rezzonico
Con maravillosos frescos de Tiepolo, alberga el Museo del Siglo XVIII y se encuentra también en Gran Canal.
¿Qué hacer en Venecia? Cinco ideas más
21.- Harry´s Bar
Su interior no muestra la exuberancia de otros cafés venecianos, pero el lugar es famoso por los ilustres personajes que aquí se han dado cita desde su inauguración a finales de la década de los treinta del pasado siglo. En sus fogones se inventó el carpaccio de ternera para una dama anémica con ascos hacia la carne y el famoso cóctel Bellini que tantas líneas ha ayudado a crear.
22.- Café Florian
Rivaliza con el Procope de París (al lado de la Comedia) por ser el más antiguo del mundo. Está en la mismísima Plaza de San Marco y su interior es suntuoso decorado con paneles dorados y mesas muy pequeñas.
23.- Compras de cristal de Murano
A la isla se accede en barco. Aquí quedan aún algunas fábricas que realizan obras con más o menos acierto. Las mejores piezas son extremadamente caras, pero, rebuscando puedes encontrar alguna bisutería que merezca la pena y que no te atraque la cartera. Exige certificado de autenticidad porque, aunque pueda parecer un sinsentido, hay imitaciones hechas en Asia.
24.- Las máscaras de Venecia aún no siendo Carnaval
Lo mismo sucede con las conocidas máscaras venecianas para Carnaval. Las auténticas tienen un precio elevado y están realizadas a mano con papel maché y accesorios de calidad. Se ven de lejos las que merecen la pena o las chucherías para turistas. Son un bonito elemento decorativo en casa.
25.- Dejarse llevar
Sí… solo eso porque Venecia es una ciudad relativamente pequeña que se recorre bien a pie de puente a puente. Solo hay que alejarse del bullicio de Rialto o de la Plaza de San Marcos y aparece ante tus sentidos otra ciudad, la auténtica que no te está preguntando constantemente qué ver en Venecia. Simplemente te lo muestra.
5 excursiones desde Venecia
Y si aún te has quedado con más ganas, puedes salir de la isla bien en tren hacia las ciudades más hermosas del Véneto o hacia la isla de la laguna.
26.- Murano
Conocida por sus fábricas de cristal aún en activo, no hay que perderse su iglesia con el campanile inclinado como el de Pisa y su columnata exterior de estilo bizantino. Ve sin mapas que lo encuentras todo a cuatro pasos.
27.- Burano
Lo mismo sucede con Burano, la isla más colorida de la laguna repleta de tiendas con ropa para la casa, cafés y heladerías.
28.- Torcello
De distinto tenor es Torcello, ya que está casi deshabitada y para acceder a su impresionante monasterio hay que andar un trecho desde el embarcadero. El interior del templo es de una belleza arrebatadora.
29.- Padua
La ciudad universitaria del norte de Italia, luce una de las joyas del arte de todos los tiempos: la capilla Scrovegni del Giotto. Levantada a inicios del siglo XIV por un rico comerciante a modo de expiación (de cara a la galería), ya que su padre (de profesión usurero y creador de la fortuna familiar) estaría condenado a las penas del infierno. Según las malas lenguas de la época (representada en sus ricos frescos) la razón fue más terrenal y profana. Hoy es una joya del arte universal que se visita con un estricto control horario.
Fuera de la Capilla Scrovegni, en Padua puedes perderte, ya que es una ciudad animada al máximo. Toma fuerzas en el Caffé Pedrocchi en riguroso estilo napoleónico y punto de encuentro de la ciudad.
30.- Vicenza
Solo por visitar su original Teatro Olímpico ya merece la pena Vicenza. Levantado por Andrea Palladio es el teatro cubierto más antiguo de Europa. En el interior destacan los frescos del Odeón, el museo con las antiguas lámparas de aceite y su patio repleto de esculturas. La Villa Rotonda, rodeada de campos de trigo, la basílica Monte Berico, la iglesia de San Lorenzo o la Piazza dei Signori son direcciones que debes anotar en tu agenda. De vuelta (en tren o barco) a la Ciudad de los Canales sentirás que el tiempo se ha alargado hasta el infinito.
Y si aún te quedas con más ganas, no te pierdas sus fantásticas playas de alrededor. Son todo un descubrimiento.
Fotos y texto por Candela Vizcaíno ©;