Qué ver en La Habana, 5 sitios únicos que le tornan “ciudad maravilla”

Catedral de La Habana

Catedral de La Habana

Joel Martínez Pino

 

“Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto..."

Fueron estas las palabras registradas en la bitácora de Don Cristóbal Colón cautivado por una exótica natura. Era el 28 de octubre de 1492 y el protegido de Isabel de Castilla desembarcaba por la localidad de Bariay, ubicada en la oriental provincia de Holguín. Dicha fecha pasaría a la historia como aquella en que fuera descubierta Cuba. Aunque, al parecer, que tampoco es seguro, los restos de Cristóbal Colón reposan en Sevilla, la figura del navegante está muy presente en La Habana

Quizá un eco de tal valoración proferida por el célebre navegante genovés resuene hoy más que nunca. Cuando recientemente, el pasado 7 de junio, fuera concedido a La Habana, antigua villa de San Cristóbal de La Habana y hoy capital de todos los cubanos, el título de “ciudad maravilla”, otorgado por la fundación suiza New7Wonders.

Dan fe de tal título el saberla, entre otras peculiaridades,compuesta por una exuberantes inmuebles, antiguos y modernos, privados, públicos, y de carácter religioso que respiran una arquitectura ecléctica. Muchos de los cuales abrigan y resguardan insignes plazas, de la época colonial y republicana, testimonios añejos de premeditada urbanización inspirada por el espíritu patrio y sentido de pertenencia. Donde el buen gusto artístico generalmente no pugnaba con las necesidades básicas de los asentamientos humanos en que fueron enclavadas.Junto a ello, también destacan en el plano bélico de La Habana, fortalezas inexpugnables cuyas vetustas piedras rezan la leyenda de tiempos convulsos. Evos en que la vil riqueza del Nuevo Mundo, acaparada sin ceso por hidalga avaricia, tentó al ánimo de latrocinio y saqueo. Ímpetu propio de corsarios y piratas que por esos días infectaban, cual morbo fatal, los mares de estas antípodas.

En verdad sería prolijo enumerar y describir todos estos peculiares “accidentes” de nuestra geografía urbana. Sin embargo, ahora me propongo acercarles a determinados sitios únicos. Cuya visita, siendo familiar al ciudadano autóctono, se vuelve casi obligatoria para el viajero foráneo. Tornando en experiencia única y exótica un recorrido por ellos. Como si en un círculo anduviéramos invito a caminar del centro a la periferia. Será un rápido “tour” por cinco de los sitios más accesibles y emblemáticos de nuestra capital.

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Los arribados podrían tomar como punto de partida un imponente edificio, joya de la arquitectura neoclásica, enclavado en el mismo centro de la capital, donde hoy descansa la réplica de un diamante de 25 kilates (que perteneció al último zar de Rusia, Nicolás II) marcando el kilómetro 0 de la red nacional de carreteras.

1- Capitolio Nacional de La Habana, uno de los imprescindibles que ver en La Habana

Construido durante el gobierno del presidente Gerardo Machado, bajo la supervisión del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra, fue inaugurado el 20 de mayo de 1929 (Día de la Independencia). El célebre inmueble, inspirado en su homónimo norteamericano enclavado en el barrio Capitol Hill de Washington D. C., fue concebido para albergar las dos cámaras del Congreso de la República de Cuba.

Luego del triunfo revolucionario se convirtió en sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y de la Academia de Ciencias de Cuba. Actualmente se encuentra sometido a un cuidadoso y completo trabajo de restauración por lo que permanece temporalmente cerrado al público.

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Entre sus valores artísticos destacan dos grandes grupos escultóricos, La Virtud Tutelar del Pueblo y El Trabajo, hechos en bronce por el artista italiano Angelo Zanelli y emplazados a ambos lados de la gran escalinata.Bajo la imponente cúpula, considerada en su época la quinta más alta del orbe (92 m),se yergue majestuosa la escultura como alegoría de La República. Este bronce, obra también de Zanelli, tiene 15 m de altura y un peso de 30 t. En su momento fue también la segunda más grande del mundo.

No muy lejos del Capitolio, más cercana a la avenida del puerto, topamos con otra joya arquitectónica única en su tipo.

2- Catedral de La Habana, el segundo imprescindible que ver en La Habana

Enclavada en la zona más antigua de la ciudad (en la imagen de cabecera de este reportaje) se levanta este singular templo católico consagrado a la Virgen María bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Declarado por la UNESCO en 1982 Patrimonio de la Humanidad. Inicialmente, en 1748, era el oratorio de los sacerdotes jesuitas antes de alcanzar la dignidad de Catedral. La peculiar edificación, de estilo barroco (en la corriente toscana), debe gran parte de su trabajo de orfebrería y escultura al italiano Bianchini. Piezas todas ejecutadas en Roma (1820) bajo supervisión del célebre escultor español Antonio Solá. Igualmente destacan tres bellos frescos que decoran el altar mayor, obras originales del pintor italiano Perovani. Mientras que las pinturas que ambientan los interiores del sacro recinto fueron realizadas por el francés Jean-BaptisteVermay.

La Catedral, rodeada por la plaza que lleva su nombre, se encuentra flanqueada por célebres y bellas mansiones de la nobleza habanera colonial. Entre estas sobresalen el Palacio del Marqués de Arcos, la casa de los condes de Casa Bayona (1720) y la mansión del Marqués de Aguas Claras. Inmuebles todos que, rescatados del olvido a gran parte de su prístino esplendor, acogen hoy día museos, instituciones culturales, tiendas de souvenirs y prestigiosos restaurantes.

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Alejándonos un tanto del casco histórico, no a distancia que una saludable caminata por el malecón habanero no pueda cubrir, llegamos al encuentro de otro lugar. Siendo único de su tipo en Cuba se destaca entre sus similares a nivel mundial.

3-  Museo Napoleónico de La Habana, el tercer imprescindible que ver en La Habana

Algo oculta a los ojos ordinarios, deslumbra al visitante, tanto por su contenido y por el continente en sí, esta institución especializada en el llamado “arte imperio” y considerada entre las cinco más importantes del mundo.Tiene por sede la que fuera mansión del acaudalado político italo cubano Orestes Ferrara. Construida entre 1926 y 1929 la “Dolce Dimora”, bautizada así por Ferrara y cuyo estilo imita un palacio florentino del siglo XVI,fue diseñada por la firma de arquitectos Govantes y Cabarrocas.

Los fondos del hoy Museo Napoleónico provienen en su mayoría de la rica colección que perteneciera al venezolano Julio Lobo Olavaria, prominente hacendado, empresario y propietario de centrales azucareros en Cuba. Quien durante años estudio y colectó fervorosamente cuanto estuviera relacionado con el cautivo de Santa Elena.

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Gracias a este espíritu, entre los valores atesorados hoy en la institución (por ejemplo: la biblioteca, con su rica colección de libros napoleónicos; reliquias y objetos personales del Emperador tales como un mechón de cabello y una mascarilla traída a Cuba por Francesco Antommarchi, médico de cabecera del monarca hasta su muerte) descuella su rica pinacoteca. En ella se incluyen obras como “Napoleón prepara la ceremonia de su coronación”, de Jean Vivert; “Napoleón frente a los campos de Boulogne”, de Jean Baptiste Regnault; “Versalles”, de Françoise Flameng; “La Batalla”, de Eugenio Lucas Velásquez y el retrato a Napoleón en la Isla de Elba, ejecutado por Robert Léfèvre a petición

de la condesa María Walewska.Habana 6

Una vez dejadas tras de sí el férreo portón de la “Dolce Dimora”. Vasta al visitante con sólo cruzar la calle para internarse en otro lugar de indiscutible valor académico e histórico.

4- Universidad de La Habana, el cuarto imprescindible que ver en La Habana

Nombrada en sus inicios “Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana”. Se fundó el 5 de enero de 1728 por los frailes dominicos, de la Orden de Predicadores. Inicialmente este centro académico, el más antiguo de su tipo en el país, tuvo su sede en el Convento de San Juan de Letrán, ubicado en la Habana Vieja, al fondo del entonces Palacio de los Capitanes Generales, convertido hoy en un museo.

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Luego de varios percances, no fue sino hasta el 1 de mayo de 1902 que comenzó el traslado de la Universidad a su sede actual en la Colina de Aróstegui, llamada también “Loma de la pirotecnia”, ubicada en el barrio residencial del Vedado. Entre sus edificios se destacan, por su arquitectura neoclásica (que caracteriza en general a todo el conjunto), el del Rectorado (ubicado en la cúspide de la célebre escalinata que, siendo testigo ésta de memorables hechos, ya cercana a su sima acoge la sedente estatua de la cordial Alma Mater). Y aquellos en donde radican las Facultades de Derecho y Matemática y Computación respectivamente.

Vale señalar que a lo largo de la historia desfilaron por sus aulas destacadas figuras en el campo de la política, las artes, las letras y las ciencias como Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Bachiller y Morales, Felipe Poey, Francisco de Arango y Parreño y Fidel Castro Ruz. Actualmente la Universidad de La Habana se encuentra conformada por diecisiete facultades, cinco cátedras y alberga dos museos. El de Historia Natural “Felipe Poey” y el antropológico “Montane”, en donde se atesoran y exponen preciadas colecciones. Algunas de cuyas piezas, únicas de su tipo, poseen un indiscutible valor científico y patrimonial a nivel nacional e internacional.

Ya como fin del periplo, un tanto alejado de la citadina costa, aguarda el vasto lugar para aquellos que alcanzaron “descanso” eterno del mundanal ruido. Como un mundo paralelo a la vida urbana se encuentra la “ciudad de los muertos” para evocar aquella angustiosa frase: “Memento mori” (Recuerda que morirás).

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5- Necrópolis de Cristóbal Colón

Enclavado en uno de los límites del Vedado este camposanto destaca no sólo por su extensión (siendo el más grande de América y el tercero a nivel mundial). Sino también por atesorar numerosas riquezas en el ámbito de la arquitectura y escultura funerarias. Dentro de ésta última sobresale un exquisito conjunto labrado en mármol de Carrara. Se trata del grupo alegórico de las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad). Sobre el pedestal de esta impresionante obra del escultor cubano José Vilalta de Saavedra, que corona el gigantesco pórtico de estilo bizantino, una leyenda reza en latín JANUA SUM PACIS (Soy la Puerta de la Paz). Frase que, no sin alguna macabra connotación, explicita al fortuito visitante la naturaleza del lugar.

La primera piedra fue colocada el 30 de octubre de 1871. Siendo concluidas las obras el 2 de julio de 1886, casi quince años después. El arquitecto de tan vasto proyecto fue el español Calixto de Loira, también proyectista de la Galería de Tobías, primer panteón construido en esta necrópolis y que le sirviera de sepultura. Cabe señalar que, entre tantos personajes ilustres de la historia cubana, reposan aquí los restos mortales de la auténtica Cecilia Valdés. Esa mulata criolla de inigualable belleza, una tropical femme fatale, que a mediados del siglo XIX sirvió de inspiración a la novela homónima compuesta por el escritor cubano Cirilo Villaverde.

Castillo de la Real Fuerza La Habana

Hoteles y lugares de ocio en La Habana

Hoteles de la Habana cerca del Capitolio

A sólo metros del Capitolio, pieza única de la arquitectura cubana, se levanta glorioso, por su belleza e importancia cultural, el antiguo Centro Gallego que hoy es el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”. Prestigiosa institución cultural, sede del Ballet Nacional de Cuba, que no hace mucho fue reabierto al público luego de un minucioso trabajo de restauración. Complementan el paisaje urbano lujosos hoteles como el Saratoga, elegante edificación de estilo ecléctico, y el Parque Central, ambos de categoría 5 estrellas, junto al antiguo Inglaterra y el Telégrafo, de apreciable glamour. Para deleitarse en las noches habaneras, muy cerca en la transitada calle Galiano, se encuentra la Casa de la Música donde se presentan prestigiosas orquestas y grupos musicales que brindan con su arte parte del más significativo panorama musical cubano, amalgamado con ritmos foráneos.

También en la zona, cercano a todos estos lugares, puede el visitante llegarse al histórico restaurant “Floridita”. En este centro gastronómico activo desde 1817, junto a un variado menú, podrá degustar en el bar del célebre daiquirí, cóctel típico cubano que tantos elogios recibiera del autor de The Old Man and the Sea.

Hoteles, restaurantes y bares cerca de la Catedral que todo no va a ser turismo que ver en La Habana

De estos últimos cabe destacar, por su legendaria fama mundial, ese sitio coloquial de la calle Empedrado que es “La Bodeguita del Medio”. Depositaria de la más auténtica tradición cubana, en lo que a música y gastronomía se refiere, sobresale por su menú típicamente criollo: arroz blanco, frijoles negros, pierna de cerdo, yuca con mojo, masas de puerco, pierna de puerco asada en su jugo, chicharrones y tostones. Todo siempre acompañado de bebidas autóctonas cubanas, como el mojito, y los irresistibles tabacos cubanos.

 

Textos y fotos por Joel Martínez Pino desde La Habana (Cuba) en exclusiva para el portal de Candela Vizcaíno

 Baslica menor del Convento de S. Francisco de Ass  actualmente sala de conciertos La Habana

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